transtornos_menstruacionEl equipo de Carlos Simón abre la puerta a un diagnóstico más preciso y a enfoques terapéuticos más efectivos para las mujeres que padecen síndrome de Asherman.

«Por primera vez en la historia, hemos logrado decodificar los mecanismos celulares y moleculares del síndrome de Asherman durante la fase secretora del ciclo menstrual.

Este logro representa un hito de gran relevancia en el entendimiento de esta patología, con un potencial impacto significativo en la práctica médica», señala a DM Carlos Simón, catedrático de Obstetricia y Ginecología en la Universidad de Valencia.

Junto a su equipo investigador de la Universidad de ValenciaInstituto de Investigación Sanitaria (Incliva) Fundación Carlos Simón, ha publicado los datos de un trabajo en Nature Communications que describe por primera vez las alteraciones celulares responsables del síndrome de Asherman a nivel de célula única.

Este síndrome constituye una enfermedad rara caracterizada por formación de tejido cicatricial intrauterino que causa alteraciones menstruales e infertilidad. En la mayoría de los casos, la enfermedad aparece después de una cirugía en el útero, aunque en otros casos, una infección pélvica grave no  relacionada con procedimientos quirúrgicos puede conducir a su desarrollo.

Según Simón, «los biomarcadores identificados y la comprensión de las vías biológicas involucradas abren la puerta a un diagnóstico más preciso y a enfoques terapéuticos más efectivos para las mujeres que padecen esta enfermEnsayos con células madre de médula

El estudio titulado Decoding the endometrial niche of Asherman’s Syndrome at single-cell resolution, además de describir por primera vez las alteraciones celulares responsables del síndrome de Asherman a nivel de célula única, también identifica los perfiles de expresión génica que crean un entorno disfuncional, provocando la formación de tejido cicatricial, inflamación y alteraciones vasculares.

Para desarrollar este estudio se reclutaron pacientes diagnosticadas con síndrome de Asherman moderado o grave. Además, se contó con mujeres fértiles y donantes sanas como grupos de control.

Se analizaron más de 200.000 células provenientes del endometrio de pacientes con síndrome de Asherman y controles sanos.

Estas pacientes forman parte de un estudio clínico en curso, actualmente en fase I/II, que busca validar los efectos de la terapia con células madre procedentes de la médula ósea de las propias pacientes (CD133+) en sus resultados clínicos reproductivos.

Los investigadores también se crearon organoides endometriales a partir de pacientes afectadas y mujeres sanas. Estos organoides -endometrios miniaturizados generados en el laboratorio- mostraron rasgos similares a los del tejido endometrial in vivo, «lo que sugiere que estos organoides son un buen modelo in vitro para estudiar el síndrome de Asherman», indican.

Además, mediante la incorporación de modelos de aprendizaje automático de vanguardia, el equipo de investigación descifró las diferencias transcriptómicas entre las células endometriales in vivo e in vitro de controles y pacientes, lo que proporcionó mayor información sobre las alteraciones del microambiente endometrial en la enfermedad

Ver  texto completo:

Santamaria X, Roson B, Perez Moraga R, Venkatesan N, Pardo Figuerez M, Gonzalez Fernandez J, et al. Decoding the endometrial niche of Asherman’s Syndrome at single-cell resolution. Nat Commun[Internet]. 2023[6 oct 2023];14(1):5890. doi: 10.1038/s41467-023-41656-1.

7 0ctubre 2023 | Fuente: Diario Médico| Tomado de Medicina | Ginecología y Obstetricia

Metformina-En-El-Embarazo-696x696HAMBURGO, DEU. Iniciar el tratamiento con metformina en el momento del diagnóstico de diabetes gestacional se asoció con un mejor control glucémico y una reducción del aumento de peso gestacional, según los resultados de un ensayo aleatorizado controlado con placebo.[1]

En general, el desenlace primario del ensayo, una combinación de la indicación de insulina o un nivel de glucosa en ayunas ≥5,1 mmol/l (92 mg/dl) en las semanas 32 o 38 de gestación, no difirió entre las mujeres con diabetes gestacional asignadas al azar a placebo o metformina. Sin embargo, aquellas que tomaban metformina tenían significativamente menos probabilidades de necesitar insulina y tenían niveles de glucosa en sangre en ayunas significativamente más bajos en las semanas 32 y 38.

«Con un desenlace compuesto es más difícil encontrar un resultado positivo… Entonces, aunque el objetivo primario compuesto no fue positivo, los componentes del desenlace primario, que son clínicamente significativos, fueron positivos», dijo a Medscape Noticias Médicas la autora principal del estudio, Dra. Fidelma Dunne, Ph. D., endocrinóloga y profesora.

No hubo diferencias en la morbilidad materna o neonatal, pero hubo un aumento no significativo en ser pequeño para la edad gestacional, un hallazgo que se ha observado en algunos, pero no en todos los estudios previos sobre el uso de metformina en la diabetes gestacional.

La Dra. Dunne presentó los hallazgos el 3 de octubre en el Congreso Anual de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2023, y se publicaron simultáneamente en Journal of the American Medical Association.[1]

Las recomendaciones actuales del National Institute for Health and Care Excellence del Reino Unido indican que la metformina es una terapia de primera línea adecuada para la diabetes gestacional. Sin embargo, ni la American Diabetes Association ni la Society of Maternal-Fetal Medicine lo creen así, particularmente en el caso de embarazos con hipertensión o preeclampsia o en personas que corren riesgo de sufrir restricción del crecimiento intrauterino.

«La diabetes gestacional está alcanzando proporciones epidémicas y, por supuesto, la gran mayoría de estas mujeres se encuentran en países de ingresos bajos y medios donde la insulina podría no estar disponible, o el almacenamiento podría no permitir su uso eficaz. Si tenemos un fármaco que para la mayoría de las mujeres es seguro y eficaz, eso en verdad puede ayudar a muchas mujeres en esas regiones», afirmó la Dra. Dunne.

Además, anotó, «las mujeres con diabetes gestacional están midiendo su nivel de azúcar con pinchazos en el dedo de cuatro a siete veces al día y les pedimos que se administren insulina de una a cuatro veces al día. Entonces, si se puede aliviar algo de ese dolor relacionado con el tratamiento de su condición es un beneficio también para ellas».

Cuando se solicitaron sus comentarios, la Dra. Katrien Benhalima, Ph. D., del University Hospital Gasthuisberg, en Leuven, Bélgica, dijo a Medscape Noticias Médicas: «Creo que es un estudio interesante porque investigaron algo novedoso, iniciar inmediatamente metformina o placebo. Normalmente lo que hacemos es que una vez que recibimos el diagnóstico, las tratamos con medidas de estilo de vida y, si eso es insuficiente, comenzamos con el tratamiento médico. Así que este es un enfoque novedoso».

ambién estuvo de acuerdo con la Dra. Dunne en que la falta de significancia para el desenlace primario «no es por una cuestión de poder, sino porque es un resultado compuesto. Si se analizan los resultados individuales, como se puede esperar, las mujeres que tomaron metformina tuvieron menos necesidad de tratamiento con insulina».

Pero la Dra. Benhalima agregó que el estudio aún deja abierta la cuestión del tamaño pequeño para la edad gestacional. «No fue significativo, pero todavía es algo que nos preocupa en el sentido de que sentimos que necesitamos más datos, especialmente a largo plazo para la salud de los lactantes… Realmente necesitas seguirlos durante diez años o más para ver un efecto».

Por ahora, la Dra. Benhalima externó que no usaría metformina como tratamiento de primera línea para la diabetes gestacional. «Normalmente, si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, comenzaremos con la insulina… Otra cuestión es ¿por qué ofrecer a todo el mundo tratamiento médico cuando los resultados del embarazo se pueden lograr solo con el estilo de vida?».

Por otra parte, añadió, «por supuesto, la metformina es más fácil que una inyección. La satisfacción con el tratamiento mejora y el costo es menor».

El desenlace primario no fue diferente, pero los hallazgos del estudio apuntan hacia el beneficio de la metformina

El ensayo doble enmascarado controlado con placebo se realizó en dos sitios de Irlanda, con 510 personas (535 embarazos con diabetes gestacional) inscritas entre junio de 2017 y septiembre de 2022. Además de la atención habitual, fueron asignadas aleatoriamente 1:1 a cualquiera de los dos grupos de placebo o metformina (máximo 2.500 mg) en el momento del diagnóstico de diabetes gestacional y continuaron hasta el parto.

El desenlace primario, una combinación de inicio de insulina o una glucosa en ayunas ≥5,1 mmol/L en las semanas 32 o 38 de gestación no difirió significativamente entre los dos grupos, con un risk ratio (RR) de 0,89 (p = 0,13).

La indicación de la insulina se produjo en 38,4% de los grupos de metformina y en 51,1% de los de placebo (RR: 0,75, p = 0,004). La cantidad de insulina requerida en la última evaluación antes del parto no difirió entre los dos grupos (p = 0,17).

La glucosa media en ayunas fue significativamente menor con metformina frente a placebo en la semana gestacional 32 (4,9 frente a 5,0 mmol/L; p = 0,03) y en la semana gestacional 38 (4,5 frente a 4,7 mmol/L; p < 0,001).

En promedio, los del grupo de metformina ganaron menos peso entre la aleatorización y el parto (0,8 kg frente a 2,0 kg; p = 0,003).

La semana de gestación en el momento del parto no difirió entre los grupos, ambos con 39,1 semanas, ni tampoco los partos prematuros antes de las 37 semanas de gestación (9,2% metformina frente a 6,5% placebo; p = 0,33) ni ninguna otra complicación relacionada con el embarazo.

Más participantes en el grupo de metformina respondieron que elegirían el fármaco en comparación con el placebo (76,2% frente a 67,1%, p = 0,04).

El peso medio al nacer fue menor en el grupo de metformina en comparación con el de placebo, 3.393 g frente a 3.506 g (p = 0,005), con menos pesos >4.000 g (7,6% frente a 14,8%; p = 0,02) o tallas grandes para la edad gestacional, es decir, por encima del percentil 90 (6,5% frente a 14,9%; p = 0,003).

Las proporciones de descendientes pequeños para la edad gestacional (menos del percentil 10) fueron de 5,7% en el grupo de metformina frente a 2,7% con placebo (p = 0,13).

No hubo otras diferencias significativas en las variables neonatales.

La Dra. Dunne comentó a Medscape Noticias Médicas que su grupo recibió recientemente financiación para el seguimiento a largo plazo de los hijos pequeños para la edad gestacional. «Como han señalado otros artículos, si hay algún indicio de crecimiento pequeño para la edad gestacional, es realmente importante dar seguimiento. Así que ahora estamos comenzando nuestro seguimiento longitudinal de la madre y los lactantes para ver si el reducido número que eran pequeños para la edad gestacional sí tendrán un aumento en el índice de masa corporal y el peso en su niñez y adolescencia».

El ensayo fue financiado por Health Review Board (HRB) de Irlanda, coordinado por HRB-Clinical Research Facility Galway y patrocinado por la University of Galway, Irlanda. Merck Healthcare KGaA, Darmstadt, Alemania (que opera como Merck Serono en Estados Unidos) proporcionó metformina y un placebo equivalente, y Ascensia proporcionó tiras de control de glucosa en sangre.

Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.

Dunne F, Newman C, Alvarez-Iglesias A, Ferguson J, Smyth A, Brownw M, et al. Early Metformin in Gestational Diabetes: A Randomized Clinical Trial. JAMA[Internet]. 2023[citado 6 oct 2023]. doi: 10.1001/jama.2023.19869. PMID: 37786390.      https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37786390/

7 octubre 2023| Fuente: Medscape|Tomado de | Noticias y Perspectivas | Medscape Noticias Médicas

octubre 7, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Endocrinología, Ginecología y Obstetricia | Etiquetas: , , , |

taquismo-pasivo-embarazoLas mujeres que fuman durante el embarazo tienen 2,6 veces más probabilidades de dar a luz prematuramente que las no fumadoras, más del doble de la estimación anterior, según un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). El estudio, cuyos detalles se publican este jueves en la revista International Journal of Epidemiology, también revela que fumar aumenta cuatro veces las probabilidades de que el bebé sea pequeño para su edad gestacional, con el consiguiente riesgo de complicaciones potencialmente graves, como dificultades respiratorias e infecciones.

Por el contrario, el equipo no halló pruebas de que consumir cafeína estuviera relacionado con resultados adversos. Actualmente se recomienda a las mujeres que dejen de fumar y limiten el consumo de cafeína durante el embarazo para evitar complicaciones al bebé. Y es que fumar durante el embarazo se asocia a un mayor riesgo de retraso del crecimiento fetal, parto prematuro y bajo peso al nacer, aunque también se ha relacionado con un menor riesgo de preeclampsia (hipertensión). También se ha demostrado que un consumo elevado de cafeína, presente en multitud de productos (café, té, chocolate, bebidas energéticas, refrescos y medicamentos) se asocia a un menor peso al nacer y, posiblemente, a un retraso del crecimiento fetal.

Tabaco y cafeína en sangre

Para saber cómo afectan estos productos al organismo, se analizan los niveles de metabolitos en sangre, es decir, los subproductos químicos que se generan cuando el organismo procesa sustancias como el tabaco y la cafeína.

En este estudio, los investigadores de Cambridge y del Hospital Rosie, reclutaron a más de 4 200 mujeres que acudieron al hospital entre 2008 y 2012 analizaron las muestras de sangre a un subconjunto de estas mujeres cuatro veces durante sus embarazos. Para evaluar la exposición al humo del tabaco, midieron los niveles del metabolito cotinina, que puede detectarse en la sangre, la orina y la saliva. Sólo dos de cada tres mujeres con niveles detectables de cotinina en cada muestra de sangre eran fumadoras autodeclaradas, lo que demuestra que esta medida es una forma más objetiva de evaluar la conducta de fumar.

En el análisis del tabaquismo se incluyó a 914 mujeres, el 78,6 % no expuestas al tabaquismo en el embarazo, el 11,7 % expuestas en cierta medida y el 9,7 % expuestas de forma constante. En comparación con las mujeres que no habían estado expuestas al tabaco durante el embarazo, las que sí lo habían estado tenían 2,6 veces más probabilidades de sufrir un parto prematuro espontáneo -más del doble de la estimación anterior de 1,27 realizada a partir de un metaanálisis de estudios- y 4,1 veces más probabilidades de sufrir un retraso del crecimiento fetal.

Se descubrió que los bebés de madres fumadoras pesaban una media de 387 gramos menos que los hijos de no fumadoras, es decir, más de un 10 % menos que el peso de un recién nacido medio, lo que aumenta el riesgo de que el bebé tenga un peso bajo al nacer (2,5 kg o menos) y, a su vez, está vinculado a un mayor riesgo de problemas de desarrollo y a una peor salud en la adultez. Sin embargo, a diferencia de estudios anteriores, el equipo no encontró pruebas de que fumar redujera el riesgo de preeclampsia.

‘Sabemos desde hace tiempo que fumar durante el embarazo no es bueno para el bebé, pero nuestro estudio demuestra que es potencialmente mucho peor de lo que se pensaba. Pone al bebé en riesgo de sufrir complicaciones potencialmente graves por crecer demasiado despacio en el útero o por nacer demasiado pronto’, explica el jefe del Departamento de Obstetricia y Ginecología de la Universidad de Cambridge, Gordon Smith.

Para evaluar la ingesta de cafeína, los investigadores buscaron el metabolito paraxantina en 915 mujeres, de las que, el 12,8 % tenían niveles bajos de paraxantina a lo largo del embarazo (lo que sugiere una ingesta baja de cafeína), el 74,0% niveles moderados y el 13,2 % tenían niveles altos. Hubo pocas pruebas de una asociación entre la ingesta de cafeína y cualquiera de los resultados adversos.

Referencia

Selvaratnam RJ, Sovio U, Cook E, Gaccioli  F, Charnock-Jones DS, SSmith G. Objective measures of smoking and caffeine intake and the risk of adverse pregnancy outcomes. Int J Epidemiol[internet].2023[citado 28 sep 2023]; dyad123.  https://doi.org/10.1093/ije/dyad123

29 septiembre 2023

Fuente: (EFE) Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

PLASMA1La confirmación positiva daría lugar al tratamiento de mujeres que quieran quedarse embarazadas y no pueden por alguna patología endometrial.

El alto contenido en factores de crecimiento y otros componentes regenerativos y antiinflamatorios que presenta el plasma enriquecido con plaquetas (PRP), hace que se use cada vez más en distintos campos de la medicina (traumatología, odontología, dermatología, entre otros). También ha llegado al campo de la ginecología, pero su empleo con PRP autólogo no estaba proporcionando resultados del todo concluyentes.

Ahora, investigadores del Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) y la Fundación IVI están evaluando la eficacia de un tratamiento basado en PRP extraído de cordón umbilical (UC-PRP), para el tratamiento de patologías endometriales (endometrio fino, síndrome de Asherman, atrofia endometrial, por ejemplo) que causan problemas de fertilidad.

Gracias a estudios previos, el Grupo de Investigación en Biología Reproductiva y Bioingeniería en Reproducción Humana del IIS-La Fe, el Hospital Universitario y Politécnico La Fe y la Fundación IVI han apostado por este enfoque, ya que podría ser más efectivo a la hora de regenerar un tejido u órgano, tal y como se ha demostrado en otras disciplinas médicas, que el PRP extraído de una persona adulta

Además, modelos preclínicos de este grupo de investigación han demostrado su gran potencial para la regeneración endometrial. Según explica a DM Adolfo Rodríguez Eguren, investigador del Grupo de Investigación en Biología Reproductiva y Bioingeniería en Reproducción Humana de IIS La Fe-FIVI y coordinador del estudio, «conocemos la existencia de diferentes estudios en los que se utilizan PRP autólogo de las propias pacientes para intentar lidiar con este tipo de patologías endometriales. Sin embargo, los resultados son dispares y la eficacia no es total».

La idea de obtener PRP de cordón umbilical surge de su aplicación en otras disciplinas médicas y a raíz de sus propios resultados en modelos preclínicos. «Concretamente, trabajamos en un modelo preclínico de ratón al que infligíamos un daño a nivel endometrial simulando las patologías humanas y, a continuación, les inyectábamos el UC-PRP», señala Rodríguez Eguren.

Posteriormente, estudios moleculares e histológicos mostraron que «la aplicación local del UC-PRP promovía el engrosamiento endometrial y regeneración tisular y, además, una notable restauración de su fertilidad, lo que nos abrió las puertas a escalar este tratamiento en pacientes».

Este estudio clínico, que surge de la tesis doctoral del propio Rodríguez Eguren, supervisado por Irene Cervelló, consta de cinco fases y con un plazo de ejecución de tres años.

Las dos primeras fases, previstas entre mayo y agosto de 2022 y basadas en la obtención de sangre de cordón umbilical de donantes que han dado a luz en La Fe de Valencia y la creación de un reservorio propio de PRP procedentes de sangre de cordón umbilical, ya se han llevado a término.

Grupos y seguridad biológica

«Se consiguieron reclutar un total de 38 donantes de sangre de cordón umbilical, lo que ha propiciado tener un stock de más de 50 muestras de diversos grupos sanguíneos con atestada seguridad biológica (las muestras se toman y procesan en circuitos cerrados y son analizadas para obtener la pertinente seguridad viral). Conocer los distintos grupos sanguíneos permitirá asegurar la biocompatibilidad del material heterólogo con la paciente en cuestión», comenta el investigador.

En la actualidad, el objetivo del grupo de investigación es reclutar pacientes voluntarias con alguna de las patologías endometriales descritas.

«Al tratarse de un estudio piloto, nuestro objetivo es reclutar 15 pacientes que tengan un endometrio fino/refractario o síndrome de Asherman. Por otra parte, estamos reclutando pacientes control con insuficiencia ovárica prematura, que servirán para controlar las variables desde una perspectiva no patológica», remarca.

El siguiente paso será inyectar el UC-PRP, procedente de un cordón umbilical compatible con la sangre de la paciente por vía histeroscópica. Rodríguez Eguren comenta que «la inyección por esta vía desmarca a este grupo de investigación respecto a otras prácticas clínicas que instilan el UC-PRP. Este hecho mejorará presuntamente la eficacia del tratamiento al hacer una inyección dirigida sobre el propio tejido endometrial». Estas dos etapas del estudio se llevan a cabo desde el Servicio de Reproducción Humana de la Fe, bajo la supervisión de Ana Monzó y Mónica Romeu, del Hospital La Fe.

El estudio concluirá, previsiblemente, en mayo de 2024 con el análisis del tratamiento mediante la valoración del engrosamiento del endometrio, que será clave para futuros embarazos de la paciente.

«Un endometrio por debajo de 5 mm está relacionado con nulas/muy bajas tasas de implantación. El resultado esperable de esta terapia sería que el endometrio superase esta barrera de 5mm a los 10 días de administrar el UC-PRP, parámetro que se medirá por ecografía transvaginal», incide el investigador.

Una vez demostrado el potencial de este tratamiento, el siguiente objetivo será analizar si la administración de UC-PRP mejora las tasas de embarazo de las pacientes, y finalmente, «implementar a la rutina clínica de hospitales/clínicas de fertilidad el uso de UC-PRP para ayudar a pacientes con este problema».

Referencia

Rodríguez-Eguren A, Miguel-Gómez L de, Francés-Herrero E, Gómez-Álvarez M, Faus A, Gómez-Cerdá M. Human umbilical cord platelet-rich plasma to treat endometrial pathologies: methodology, composition and pre-clinical models.  Human Reproduction Open.2023; Volume 2023, Issue 1, 2023, hoac053.

https://doi.org/10.1093/hropen/hoac053

https://academic.oup.com/hropen/article/2023/1/hoac053/6849522

19/09/2023

Fuente: (Diario Médico) Medicina- Ginecología y Obstetricia

Las mujeres con problemas de salud mental tuvieron 50% más de probabilidades de dar a luz a un bebé prematuro, según un nuevo estudio que analizó 2 millones de embarazos en el Reino Unido.[1] Read more

Los valores extremos del índice de masa corporal (IMC) materno al inicio de la gestación son factores determinantes para un desenlace obstétrico-perinatal adverso.

indice de masa corporalEl estado nutricional materno tanto antes como durante la gestación juega un papel crucial en el desarrollo de la gestación. La excesiva o deficitaria nutrición materna puede provocar alteraciones epigenéticas en los genes que codifican enzimas asociadas al metabolismo lipídico; estas consecuencias acarrearían implicaciones de importancia en la futura salud materna y neonatal.

El estudio observacional Valores extremos del IMC materno: factores… que publica la revista española Clínica e Investigación en Ginecología y Obstetricia * se propuso como objetivo dar a conocer la influencia del peso materno al inicio de la gestación en la aparición de complicaciones durante el embarazo, la asistencia obstétrica y los resultados perinatales.

La investigación incluyó 1.407 pacientes con gestaciones únicas y partos de fetos>24 semanas entre el diciembre de 2017 y julio de 2019. La muestra fue estratificada según la clasificación de IMC de la OMS para analizarse variables sobre enfermedad pregestacional, gestacional, asistencia obstétrica y resultados maternos-perinatales y se compararon entre los grupos estudiados.

La prevalencia de obesidad en mujeres en edad reproductiva y embarazadas varía ampliamente según la definición utilizada, el año y las características de la población estudiada.

En España, la prevalencia de sobrepeso y obesidad es del 30 y el 16,7 %, respectivamente, siendo una de las más altas de Europa.

Un estudio del 2011 realizado en el Servicio de Obstetricia y Ginecología, perteneciente al Complejo Hospitalario Universitario Insular Materno Infantil de Las Palmas de Gran Canaria, España (el mismo de los autores y autoras del presente trabajo), pone de manifiesto que el 25 % de las pacientes iniciaban su embarazo con sobrepeso y el 17,1 % con algún grado de obesidad.

El bajo peso materno es una condición menos estudiada, aunque también identificada como factor de riesgo para desarrollar complicaciones durante la gestación; se ha asociado al aumento en un 20 % del riesgo de parto prematuro, así como a un riesgo aumentado de neonatos de bajo peso.

La prevalencia mundial aproximada es del 10 %, pero varía por regiones; en países desarrollados como España, suele ser menor del 3 % y, según os autoras/es, aumenta en países en vías de desarrollo hasta alcanzar cifras del 30 %.

La prevalencia de obesidad en la edad reproductiva ha aumentado de forma global; cada población tiene unas características únicas influidas por la cultura y los hábitos de vida que podrían justificar las distintas tasas reportadas.

En Europa, los países con menores casos de obesidad son Polonia (7,1 %), Eslovenia (9,0 %) y Francia (9,9 %). La prevalencia de Estados Unidos alcanza el 26 %.

El artículo informa que la prevalencia del 17,1 % correspondiente a la investigación supera ligeramente la media española de 16,7% siendo actualmente de 20,8% según los registros asistenciales del año 2019 consultados por los autores/as.

Antecedentes de la problemática

La Sociedad Española de Ginecología y Obstetricia hace propias las recomendaciones sobre ganancia ponderal en la gestación según el IMC pregestacional respaldadas por la Sociedad Americana de Obstetricia y Ginecología [de EE.UU.]:

si la paciente inicia el embarazo con un IMC<18,5 kg/m2 (bajo peso), la ganancia ponderal recomendada es entre 12,5 y 18kg; si el IMC fuera de 18,5-24,9kg/m2 (normopeso), entre 11,5 y 15 kg y en caso de IMC de 25-29,9 (sobrepeso), entre 7 y 11,5 kg y para IMC≥30 (obesidad), la ganancia ponderal recomendada es entre 5-9 kg.

Las pacientes con sobrepeso y obesidad del estudio tuvieron menor ganancia ponderal que las gestantes con normopeso, pero superaron la media recomendada por las sociedades científicas mencionadas. Por otra parte, la ganancia ponderal media en las gestantes con bajo peso fue ligeramente menor a las recomendaciones establecidas.

Publicaciones anteriores describieron mayor prevalencia de diabetes gestacional, preeclampsia, hipertensión arterial crónica, inducción del parto, cesárea, macrosomía fetal e ingresos en la UCIN en las pacientes que presentaron un IMC inicial en rango de obesidad.

Una revisión sistemática estableció que por cada incremento de 1 kg/m2 aumentaba la prevalencia de diabetes gestacional en un 0,92 %; en otro estudio el riesgo de preeclampsia se duplicó por cada 5-7 kg/m2 de aumento del IMC.

Según el artículo, la obesidad se asocia con una mayor tasa de hipertensión arterial crónica, preeclampsia y diabetes gestacional, además, su incidencia aumenta conforme lo hace el IMC. De igual manera, las pacientes con obesidad presentaron mayor incidencia de asma. Pese a que esta asociación es infrecuente encontrarla en publicaciones, sí ha sido descripto que las pacientes obesas presentan durante la gestación mayor riesgo de exacerbación de sus síntomas asmáticos.

La incidencia de parto prematuro encontrada en el estudio en general fue baja (5,9 %, n=83), a pesar de que las pacientes con obesidad presentaban gestaciones con mayor incidencia de enfermedad.

El grupo en rango de bajo peso presenta 2 veces mayor riesgo de cesárea que el grupo con IMC normal, sin observarse diferencias en la tasa de partos inducidos.

Los resultados conocidos hasta la actualidad describen que incluso en pacientes con anorexia nerviosa o bulimia no se objetiva un aumento de riesgo de parto mediante cesárea. Las autoras/es de este trabajo aclaran que sus resultados difieren de los obtenidos con anterioridad.

La prevalencia de mujeres en edad fértil con IMC en rangos extremos es un problema importante de salud pública, sobre todo aquellas con obesidad severa. Es de suma importancia que las instituciones sanitarias y las sociedades científicas reconozcan el nivel creciente de dicho problema y sus efectos sobre los resultados maternos y perinatales, así como los costes relacionados con la atención médica.

Está demostrado que un adecuado consejo nutricional tanto antes como durante el embarazo ayuda a mejorar los resultados maternos y perinatales, influyendo tanto a corto como a largo plazo en la salud de la madre y su descendencia.

Por lo tanto, invertir en intervenciones específicas para prevenir tanto la desnutrición materna como la obesidad puede ayudar a mejorar los resultados obstétricos y perinatales, conducta que evitaría recurrir a procedimientos más complejos y costosos derivados de una situación que en la gran mayoría de los casos puede preverse.

Los autores/as consideran que es responsabilidad médica realizar un manejo y consejo multidisciplinar preconcepcional para normalizar el peso materno antes de conseguir una gestación.

Del mismo modo, en la medida que las pacientes durante la gestación se encuentran más motivadas y receptivas, podría considerarse como la etapa oportuna para encarar una educación adecuada sobre nutrición y ejercicio físico, con la intención de influir a corto como a largo plazo tanto en los hábitos de vida, como en la salud y el bienestar del binomio madre-hijo.

Referencia:

J.S. Álvarez Cuenod, V. Sánchez Sánchez, J.M. González Martín, Y. Emergui Zrihen, V. Suarez Guillén, A. Ribary Domingo, T. Kreutzer Pia, A.I. Martín Martínez . Valores extremos del IMC materno: factores determinantes de peores resultados obstétricos y perinatales. Clínica e Investigación en Ginecología y Obstetricia. Vol. 49, Núm. 3; páginas 1-82. DOI: 10.1016/j.gine.2022.100754

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