abr
17
Un estudio desarrollado por investigadores del Colegio Universitario de Londres mostró que la contaminación atmosférica podría estar dañando el cerebro de las personas mayores, aumentando su riesgo de demencia y deterioro cognitivo.
La exposición al dióxido de nitrógeno y a la contaminación por partículas finas está relacionada con puntuaciones más bajas en las habilidades clave de pensamiento y memoria, en particular en las habilidades lingüísticas, según un artículo publicado en The Journals of Gerontology.
El investigador principal, Giorgio Di Gessa, profesor de Ciencia de Datos del colegio, señaló que «nuestro estudio muestra que la contaminación atmosférica no solo es dañina para los pulmones y el corazón, sino también para la salud del cerebro, sobre todo cuando las personas se exponen a niveles altos durante periodos prolongados».
Detalló que los vínculos más consistentes encontrados fueron con la capacidad del lenguaje, lo que podría indicar que ciertos contaminantes tienen un efecto específico en procesos cognitivos particulares.
El equipo examinó la exposición de las personas a la contaminación del aire durante un período de ocho a 10 años, y la comparó con su rendimiento en las pruebas de memoria, pensamiento y habilidades lingüísticas.
De acuerdo con la pesquisa, las personas que viven en áreas con los niveles más altos de contaminación por óxido de nitrógeno y partículas obtuvieron peores resultados en las pruebas cerebrales en comparación con las que residen en lugares con niveles promedio de contaminación.
El óxido de nitrógeno ingresa principalmente a la atmósfera a través de la combustión de combustibles fósiles, mientras que la contaminación por partículas se crea principalmente por cualquier tipo de combustión que libere cenizas u hollín, comunicaron los expertos.
Añadieron que las habilidades lingüísticas fueron las que más sufrieron por la exposición a la contaminación del aire, y las personas de las áreas más contaminadas puntuaron en el tercio más bajo de las pruebas cerebrales realizadas.
Los resultados mostraron una relación dosis-respuesta entre la contaminación del aire y las habilidades lingüísticas: cuanto peor estaba el aire, peor era el rendimiento de las personas en las pruebas de idiomas.
Una posible explicación para este vínculo podría ser que los contaminantes del aire perjudican el lóbulo temporal del cerebro, la parte del cerebro esencial para el lenguaje y la fluidez, dijeron los investigadores.
Sin embargo, también hallaron asociaciones entre la contaminación del aire y puntuaciones más bajas en las habilidades de planificación y memoria.
11 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
abr
16
Las autoridades de Estados Unidos están realizando un estudio a gran escala para determinar las causas de la «epidemia» de autismo y el resultado se divulgará en los próximos meses, anunció el jueves el secretario de Salud, Robert F. Kennedy Jr. «Hemos puesto en marcha un esfuerzo masivo de pruebas e investigación que involucrará a cientos de científicos de todo el mundo», dijo Kennedy en una reunión televisada del gabinete presidida por el presidente Donald Trump.
«Para septiembre sabremos qué ha causado la epidemia de autismo. Y podremos eliminar esas exposiciones», agregó. Kennedy afirmó que la prevalencia del autismo ha aumentado drásticamente en las últimas décadas.
«Las tasas de autismo han aumentado, según nuestras cifras más recientes, creemos que serán de uno por cada 31, en comparación con uno por cada 10 000 cuando yo era niño», declaró, sin ofrecer más detalles ni citar la fuente de las cifras. Los Centros de Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos estiman actualmente que la tasa de autismo infantil en Estados Unidos es de uno por 36. «Esa es una estadística horrible y tiene que haber algo artificial que esté causando esto», comentó Trump.
En otra época, célebre abogado ambientalista que acusaba de traidores a quienes negaban el cambio climático, en las últimas dos décadas Kennedy ha promovido teorías conspirativas que vinculan las vacunas infantiles con el autismo e incluso cuestionan si los gérmenes causan estas enfermedades.
11 abril 2025 | Fuente: AFP | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
abr
15
El psiquiatra y director médico de la Clínica Nuestra Señora de La Paz, el doctor Álvaro Pico Rada, ha señalado la necesidad de abordar el malestar general de los pacientes para ayudarles a superar sus problemas y mejorar su desarrollo, pero sin llegar a patologizar este tipo de sentimientos, una creciente tendencia que ya afecta en España al 20 % de las personas de entre 10 y 19 años.
Esta situación, agravada a raíz de la pandemia de covid-19 y otros factores, también se debe a la gran exposición a la que se enfrentan los adolescentes como consecuencia de las redes sociales y que, al no tratarse de trastornos mentales clásicos, deben ser intervenidos desde una forma «más amplia» y desde distintos sectores, y no solo a través del psicólogo.
Las intervenciones a realizar deben centrarse en los colegios y en especial en la etapa adolescente, pues entre el 60 y el 70 % de los trastornos mentales aparecen en estas edades, por lo que el doctor Pico Rada ha incidido que es donde se tiene que hacer «el mayor esfuerzo» para mejorar el pronóstico de su salud mental y evitar que derive en problemas más graves.
«La transición de etapas entre adolescencia y adultez es fundamental, especialmente en atención primaria y salud mental», ha añadido el especialista durante un encuentro sobre el cuidado de la salud mental infantojuvenil organizado por la Orden Hospitalaria de San Juan de Dios.
En ese sentido, ha explicado que se debe brindar apoyo a los propios adolescentes, a los médicos, a los profesores -considera que la atención en los colegios es insuficiente- y a las familias, especialmente a aquellas con un bajo poder adquisitivo, que pueden presentar más dificultades para hacer frente a las situaciones adversas, para lo que es necesario un «pacto social» y poner más recursos en los lugares donde más vulnerables son las personas.
El psiquiatra ha subrayado que las autolesiones en adolescentes «se han disparado» y que algunos de ellos requieren de un ingreso, y que se trata de una conducta encaminada a «abordar el malestar a través de la autolesión», que puede llegar a evolucionar a otro nivel tanto «por error» como por un progreso de este malestar.
Del mismo modo, ha señalado la necesidad de adaptarse a los medios que usan los adolescentes para informarse, con las redes sociales e Internet, para proporcionarles información veraz sobre salud mental, todo ello a través de un lenguaje más próximo y realizar campañas específicas.
Para afrontar esta problemática en las aulas ha nacido el proyecto Henka Sant Joan de Déu, cuya coordinadora de Centros Educativos, Ariadna Galtés, ha explicado que está dirigido a jóvenes en educación secundaria para trabajar con el alumnado, la comunidad educativa y sus familias, de forma que se mejore el «bienestar emocional» y se prevengan problemas de salud mental.
Galtés ha destacado que este programa «facilita herramientas a alumnos y profesores para tratar temas que normalmente no se hablan en clase» y, como son los alumnos los que «mejor valoran esta experiencia», al verla como una oportunidad para «poner palabras a lo que les pasa» y «aprender a gestionarlo adecuadamente».
El psiquiatra del Hospital General Universitario “Gregorio Marañón” y coordinador del Programa de Enlace de Salud Mental y Educación, el doctor Jorge Vidal de la Fuente, ha coincidido en apoyar a los adolescentes para que puedan afrontar sus problemas sin llegar a patologizar las dificultades de gestionar emociones, de relacionarse, de inestabilidad emocional o de tolerancia a la frustración.
Asimismo, ha apuntado a que existen factores que influyen como los cambios sociales, los cambios económicos y los de tipo laboral, y es que la ausencia de una red familiar sólida, relacionada con estos cambios, puede dar lugar a un riesgo de exclusión social y de problemas de salud mental.
«Existe un factor denominador: la velocidad, la rapidez del cambio al que todos estamos sometidos y que, nos guste o no, todo apunta a que va a ser cada vez mayor. Esta velocidad genera dificultades de adaptación en las personas y en las familias, que estamos viendo que desembocan en problemas relacionados con nuestra salud mental», ha añadido.
LA TENDENCIA DE PATOLOGIZAR EL MALESTAR
Por su parte, la directora de Proyectos Educativos y Sociales de la Fundación FAD Juventud, Eulalia Alemany, ha señalado que desde la pandemia existe una «cierta tendencia» a patologizar el malestar cotidiano, especialmente de los adolescentes, pues viven en una época de «conflictos» y de cambios que hacen que sea «normal» sentir frustraciones.
«No podemos transmitir a los adolescentes que todo es un problema de salud mental. Es cierto que es una época de conflicto y eso es lo normal, no podemos patologizarlo. Es una etapa para disfrutar en la que el adolescente descubre la independencia, la sexualidad… y lo que necesita es que le acompañemos y le enseñemos a superar los problemas, porque no vamos a poder evitar que los haya», ha recalcado.
Alemany también ha lamentado que haya niños que «no saben lo que es un no» y que tampoco conocen los límites, lo que se debe a que en muchas ocasiones son los propios padres los que no saben gestionar su frustración.
En relación a ello, ha intervenido Miryam, madre de una adolescente que con quince años sufrió una depresión grave con trastorno de la conducta alimentaria, quien ha resaltado la necesidad de transmitir un mensaje de esperanza y de compartir experiencias similares para hacer saber a otros padres que es «imprescindible» buscar ayuda.
En la jornada también ha intervenido el director general de San Juan de Dios España, Juan José Afonso, quien ha recordado que la gestión emocional de los menores ha estado históricamente ligada a las familias, pero que los actuales cambios de la sociedad hacen que sea necesario que se realice de otra forma, razón por la que la institución está cada vez dedicando cada vez más esfuerzos en esta cuestión.
10 abril 2025 | Fuente: Europa Press | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
abr
10
Científicos rusos descubrieron que los pacientes con esquizofrenia tienen niveles reducidos de lípidos en el cuerpo calloso del cerebro, según comunicó hoy el Instituto de Ciencia y Tecnología Skolkovo.
El centro, adscrito a la Universidad Estatal de Moscú agregó que realizó el estudio junto con el Hospital Clínico Psiquiátrico número 1, y los resultados del experimento podrían ser un factor importante en el diagnóstico precoz de la enfermedad.
Los investigadores también analizaron la actividad genética de más de 14 000 genes, identificando a 1 202 de ellos con diferente actividad entre personas sanas y enfermas.
Algunos de estos genes están asociados con el metabolismo de los lípidos, lo que puede explicar la disminución de lípidos en el cerebro.
La investigadora del Centro de Neurobiología y Neurorrehabilitación Skoltech, María Ostrova, señaló que estos datos ayudarán en la creación de métodos de diagnóstico temprano.
La importancia de los lípidos para el funcionamiento del cerebro es conocida desde hace mucho tiempo: forman parte de las membranas celulares y participan en la acumulación de energía.
Una disminución de sus niveles puede provocar trastornos cognitivos, ya que se altera la integridad de las células y la actividad de las neuronas.
Los hallazgos podrían ayudar a desarrollar nuevos tratamientos para la esquizofrenia basados en perfiles de lípidos sanguíneos y marcadores genéticos. Anteriormente, los científicos encontraron un vínculo entre el tabaquismo y la esquizofrenia.
También se informó que la larga duración del día, el agotamiento asociado a la hipovitaminosis, una serie de resfriados, el mal tiempo exterior y la ralentización del organismo en otoño, invierno y primavera son factores que contribuyen a la exacerbación de las enfermedades mentales.
02 abril 2025|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
mar
15
Los pacientes que sufren enfermedades Dermatológicas tienen un 20 por ciento más de problemas mentales que el resto de la población, según ha afirmado la miembro del Comité Organizador y Científico de la XX Reunión del Grupo Español de Investigación en Dermatología Psiquiátrica (GEDEPSI) de la Academia Española de Dermatología y Venereología, la doctora Aurora Guerra Tapia.
La especialista ha resaltado que afecciones como el Acné Grave, la Psoriasis, el Eccema, la Dermatitis Atópica o la Alopecia las enfermedades de este tipo que más afectan a la salud mental y calidad de vida, pues tienen un impacto estético y social, especialmente en las mujeres, y pueden aumentar el riesgo de ansiedad, depresión y de suicidio.
Del mismo modo, las enfermedades Psicológicas o Psiquiátricas como la Esquizofrenia, las Paranoias o la Depresión Grave pueden originar problemas en la piel; además, existen afecciones como la Dermatitis Artefacta, en la que las personas se autolesionan buscando una llamada de atención a sus problemas vitales, la Tanorexia, una obsesión por estar moreno, la Onicofagia, un hábito de comerse las uñas, o el Rascado Compulsivo.
«Si erróneamente una persona tiene un delirio de que tiene parásitos en el cuerpo, se va a lesionar buscando el parásito, por lo que el trastorno está en la mente y no en la piel», ha explicado la doctora Tapia, detallando la existencia de un escenario que está «entre la mente y la piel», en el que no hay un daño orgánico evidente pero sí la sensación de padecerlo, y que se denomina como Trastorno Neurógeno.
La doctora Tapia ha señalado que se trata de un dolor o molestia de la boca, de los genitales o de diferentes localizaciones que hacen que el paciente «esté dando vueltas por médicos» buscando un diagnóstico que no se produce, algo que se produce porque no ha sido visto inicialmente por un experto en Dermatología Psiquiátrica, que «lo reconoce con facilidad».
En ese sentido, ha asegurado que el tratamiento del Trastorno Mental y del Dermatológico debe ser iniciado por un Dermatólogo para que el paciente se sienta comprendido, tras lo que es «más fácil» remitirle a una consulta de Psiquiatría y acuda a la misma, razón por la que Tapia ha subrayado la importancia de que los Dermatólogos sepan tratar los síntomas depresivos y ansiosos de estos pacientes.
07 marzo 2025|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
dic
26
La persona que ha sido adicta a alguna sustancia «siempre tiene el riesgo de recaer» y aunque pasen muchos años desde que pudo dejar atrás esa adicción «un evento muy tonto, como probar un sorbo de una copa en una boda, o muy importante» puede desencadenar en una recaída.
Por ello es «esencial que esas personas sean conscientes y tengan mecanismos de apoyo para no volver a caer», asegura a EFE Lucía Hipólito, profesora de la Universitat de València y la primera española reconocida con el Premio INRC Jóvenes Investigadores en la Conferencia Internacional de Investigación de Estupefacientes INRC 2024, de científicos dedicados al estudio de los opiáceos.
Activación cerebral para la adicción
Aunque al día de hoy no existe un consenso claro sobre cómo medir la potencial adictividad de una sustancia, sí se conoce que siguen un patrón de activación de ciertas áreas cerebrales que puede ser muy similar entre las diferentes drogas y en las que, de manera común, activan el llamado «sistema de recompensa».
Según Hipólito, aunque en el cerebro se activa este sistema cuando comemos, nos hidratamos o tenemos un contacto social o sexual, también lo hace cuando se consume drogas de abuso de una manera que no es natural por su estructura química y «nos hace creer que esa sustancia es importante para la supervivencia de la especie».
Una vez activado, explica, «es muy complicado desactivarlo, aunque se puede hacer con la reeducación del cerebro mediante terapias multidisciplinares y combinando psicoterapia y terapia ocupacional. Farmacoterapia no tanto, ayuda, pero no hay tantos medicamentos para el tratamiento de las adicciones».
Consumo social de sustancias
La investigadora advierte de que la mayoría de sustancias de abuso, como el alcohol, el tabaco o las drogas, se consumen de «manera social», cuando la persona está socializando, sobre todo en el periodo de la adolescencia, momento en el que empiezan a salir y a probar nuevas experiencias.
Para sentirse parte del grupo o rebajar el estrés social a la hora de relacionarse, muchos adolescentes creen que pueden rebajar esa ansiedad tomando alcohol y, de hecho, explica Hipólito, tiene un pequeño efecto farmacológico que permite rebajar la ansiedad pero, a lo largo de los años, puede crear una adicción y llegar a ser consumido de manera compulsiva y sin capacidad de autocontrol a pesar de querer parar el consumo.
También subraya que el hecho de que una persona sufra una adicción no significa que esté en la calle, sin familia y desahuciado: «Se puede sufrir una adicción yendo todos los días a trabajar e incluso ser una persona exitosa en su trabajo».
Es asimismo muy común el policonsumo de varias sustancias al mismo tiempo, apunta para añadir que ha habido un incremento muy importante en la última década del consumo de ansiolíticos, alcanzando niveles récord, y según la encuesta EDADES del Plan Nacional sobre Drogas, un 23 % de la población los consume.
«Somos líderes en Europa junto con Portugal en la ingesta de benzodiacepinas, un tipo de ansiolítico», afirma Lucía Hipólito, quien destaca que, además, para el tratamiento del dolor hay herramientas multidisciplinares que pueden hacer que no dependamos tanto del consumo de opiáceos, medicamentos que también han experimentado un incremento de su uso de hasta el 50 % en la última década.
Con respecto al tabaco, señala que hay muchos adolescentes que tienen claro que produce cáncer, pero consideran que la marihuana es «una planta» y que su consumo no es nocivo.
Por ello, aboga por que desde edades tempranas se les informe de cómo se desarrolla la adicción y de los daños que pueden conllevar el consumo de sustancias adictivas como el alcohol, el tabaco o las drogas, que «no son un agente nutricional ni nos proveen de nada». «Se necesita mucha educación», sentencia.
Falta de igualdad en el acceso a tratamientos
Lucía Hipólito también destaca que todavía hay mucho trabajo por hacer para que haya una igualdad entre hombres y mujeres en el acceso a los tratamientos y el desarrollo específico de éstos.
«En general, la mujer tiene menor acceso al tratamiento y su situación es muy diferente. A las Unidades de Conductas Adictivas, el hombre va acompañado por su familiar, apoyado por su mujer, pero cuando la que acude es una mujer no suele llevar tanto apoyo familiar», indica.
Según explica, la mujer no quiere reconocer muchas veces la adicción «porque tiene miedo de que le quiten la custodia de los hijos» y en muchas ocasiones no puede acudir al tratamiento o las terapias porque tienen que hacer otras tareas que están socialmente asociadas a la mujer.
También indica que hay violencia de género relacionada con el consumo de sustancias, y hay hombres que no quieren que sus mujeres o novias mejoren «porque es una manera de poder controlarlas».
Hipólito también señala que aunque existe una Delegación del Gobierno para el Plan Nacional sobre Drogas que hace grandes esfuerzos, la financiación para investigar en adicciones en España es «muy pequeña» en comparación con otros países.
A su juicio, la mejor manera de que este país no se quede «en la cola» es colaborar con otros grupos de investigación porque, asegura, «te permite acceder a tecnologías e intentar llegar a testar las hipótesis».
24 diciembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia