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La prolongada es un deterioro común post-Covid 19.
Los efectos a largo plazo de la COVID-19 sobre la función cognitiva se han convertido en un área de creciente preocupación. Este artículo proporciona una descripción general de las características, factores de riesgo, posibles mecanismos y estrategias de manejo de la disfunción cognitiva en la condición post-COVID-19 (PCC).
La disfunción cognitiva prolongada es uno de los deterioros más comunes en la condición post-COVID-19 (PCC), afecta entre el 17% y el 28% de los individuos más de 12 semanas después de la infección y persiste en algunos casos durante varios años.
Las disfunciones cognitivas pueden manifestarse como una amplia gama de síntomas que incluyen deterioro de la memoria, déficit de atención, disfunción ejecutiva y velocidad de procesamiento reducida.
Los factores de riesgo para desarrollar PCC, con o sin deterioro cognitivo, incluyen la edad avanzada, las condiciones médicas preexistentes y la gravedad de la enfermedad aguda. Los mecanismos subyacentes aún no están claros, pero los contribuyentes propuestos incluyen neuroinflamación, hipoxia, daño vascular y reactivación del virus latente, sin excluir la posibilidad de una invasión viral directa del sistema nervioso central, lo que ilustra una patología viral compleja.
Síntomas cognitivos
Las funciones de atención permiten la capacidad de procesar información de nuestro entorno y se consideran de naturaleza jerárquica. La atención focalizada y la atención sostenida se consideran funciones de atención fundamentales. Los niveles más altos de atención dependen de funciones ejecutivas y abarcan atención alterna, selectiva y dividida. A pesar de su nombre, la memoria de trabajo también se considera una función de la atención y desempeña un papel importante en la codificación de la memoria y la recuperación de información almacenada en la memoria a largo plazo.
Dado que las funciones de atención sirven como procesos y subsistemas cognitivos fundamentales para otras funciones cognitivas, son cruciales para gestionar nuestra vida cotidiana. Las funciones de atención deterioradas, incluso en los casos de deficiencias leves, afectan directamente el rendimiento tanto en las tareas cotidianas como en la vida laboral.
Las funciones de atención se asocian frecuentemente con la velocidad de procesamiento. Desde una perspectiva neuroanatómica, el tálamo desempeña un papel crucial como centro de redes que respaldan procesos relacionados con la atención, el procesamiento de información, la memoria y las funciones ejecutivas. Sin embargo, en los estudios realizados hasta el momento sobre la COVID-19 no se ha determinado cuál de las funciones de atención se ve más afectada en el PCC, ni en qué medida otras disfunciones cognitivas son independientes o están vinculadas a funciones de atención disminuidas.
Las deficiencias en la atención, la memoria de trabajo y las funciones ejecutivas a menudo tienen efectos secundarios en las pruebas que evalúan la codificación y recuperación de la memoria. En consecuencia, la memoria episódica puede verse afectada indirectamente por el tipo de daño neurológico causado por enfermedades virales, principalmente a través de reducciones en la atención y la velocidad de procesamiento necesarias para la codificación. En el contexto del PCC, aún no está completamente establecido si los resultados observados en las pruebas de memoria se deben a dificultades primarias en el almacenamiento de la memoria o si son efectos secundarios resultantes de un deterioro de la atención y/o de la memoria de trabajo.
Fatiga
La fatiga es un síntoma destacado tanto en el COVID-19 agudo como en el PCC. Las tasas de prevalencia de fatiga post-COVID oscilan entre el 32 % y el 46 % en diferentes estudios y en el metanálisis de seguimientos de 1 año entre el 18 % y el 39 %. Sin embargo, la fatiga es un síntoma multifactorial y vagamente definido presente en diversas afecciones, incluidos trastornos neurológicos, dolor crónico y depresión. También se ha informado de fatiga posinfecciosa después de otras epidemias virales.
En la mayoría de los estudios, la fatiga se informa subjetivamente mediante escalas de autoevaluación diseñadas para capturar un nivel bajo de energía que no es proporcional al nivel de actividad del individuo y que no se alivia con el descanso o el sueño normales. Actualmente, no existe una escala de fatiga validada específicamente para la fatiga post-COVID.
Como COVID-19 es una afección nueva, no es evidente si la fatiga experimentada en el PCC es equivalente y comparte los mismos mecanismos subyacentes que la fatiga en las afecciones neurológicas. En condiciones neurológicas, la disminución de la atención, la disminución de la velocidad de procesamiento y la fatigabilidad se han relacionado con la experiencia de fatiga, pero también han mostrado correlaciones significativas con la depresión y los trastornos del sueño.
Abordaje
Como la variación individual de los deterioros cognitivos es grande, se requiere un examen neuropsicológico y un enfoque multidimensional centrado en la persona. Según la Organización Mundial de la Salud, la evidencia limitada sobre los deterioros cognitivos relacionados con la COVID-19 requiere la implementación de intervenciones de rehabilitación a partir de prácticas establecidas para condiciones similares.
Se recomienda psicoeducación y entrenamiento en habilidades compensatorias. Podrían ser útiles los productos de asistencia y las modificaciones ambientales adaptadas a las necesidades individuales.
En disfunciones específicas de la atención y la memoria de trabajo, el entrenamiento cognitivo (cuidadosamente controlado en cuanto a su intensidad) podría ser eficaz para las personas que no sufren malestar post-esfuerzo.
Es crucial realizar más investigaciones para intervenciones basadas en evidencia específicas para los deterioros cognitivos relacionados con la COVID-19.
Conclusiones
La disfunción cognitiva prolongada es un deterioro común que afecta a las personas con PCC. Los factores de riesgo del PCC en general incluyen el sexo femenino, la edad, las condiciones médicas preexistentes y la gravedad de la enfermedad aguda.
Los mecanismos propuestos que contribuyen al PCC y los deterioros cognitivos incluyen neuroinflamación, hipoxia, daño vascular, reactivación viral latente e invasión viral directa del sistema nervioso central.
El manejo de la disfunción cognitiva en el PCC requiere un enfoque multidimensional que incluya un examen neuropsicológico y rehabilitación individualizada. Aunque la evidencia específica sobre los deterioros cognitivos relacionados con la COVID-19 es limitada, se pueden implementar intervenciones basadas en prácticas establecidas para otras afecciones neurológicas. La OMS recomienda educación, entrenamiento de habilidades, ejercicios cognitivos, productos de asistencia y modificaciones ambientales.
Se recomienda un entrenamiento funcional con un cuidadoso control de la intensidad para las personas que no padecen PEM. Es esencial realizar más investigaciones para intervenciones basadas en evidencia específicas para los deterioros cognitivos relacionados con la COVID-19.
Referencia
Möller M, Borg K, Janson C, Lerm M, Normark J, Niward K, et al. Cognitive dysfunction in post-COVID-19 condition: Mechanisms, management, and rehabilitation. J Intern Med [Internet]. 2023[citado 31 oct 2023]; ;294(5):563-581. doi: 10.1111/joim.13720.
1 noviembre 2023| Fuente: IntraMed |Tomado de Noticias biomédicas
oct
31
Los pacientes con artritis reumatoide que además presentan depresión o ansiedad tienen un mayor riesgo de experimentar mala calidad del sueño, según un estudio transversal realizado en México publicado en Medicina.[1]
Las manifestaciones que acompañan a un paciente con artritis reumatoide no se limitan a rigidez y dolor articular. Los pacientes con esta enfermedad son propensos a padecer trastornos psicológicos o alteraciones del sueño, como somnolencia, vigilia, dificultad para conciliar el sueño o sueño de mala calidad, entre otros. Asimismo, estudios realizados en Turquía, Corea, China y Malasia han puesto en evidencia que esta asociación no está limitada a una región.
«Una enfermedad inflamatoria crónica induce en los pacientes depresión y la calidad de vida es mala. Desde ahí quisimos abordar el tema porque era la primera vez que se exploraban estos puntos y ahí nace la idea de esta investigación [en los pacientes con artritis reumatoide]», comentó a Medscape en español la primera autora del trabajo, Isela Juárez Rojop, Ph. D
Para determinar la prevalencia de la mala calidad del sueño y los posibles factores de riesgo asociados con este fenómeno en personas con artritis reumatoide los autores realizaron un estudio transversal con pacientes del Servicio de Reumatología del Hospital Regional de Alta Especialidad «Dr. Gustavo Rovirosa Pérez» en Villahermosa, Tabasco.
Metodología
Se incluyó a 102 pacientes con edades entre 18 y 58 años con diagnóstico de artritis reumatoide y determinación reciente de proteína C reactiva. Se excluyeron aquellos con diagnóstico previo de ansiedad o depresión.
Variables demográficas como edad, sexo, educación, situación laboral y estado civil actual fueron recopiladas mediante una herramienta diseñada para esta finalidad en particular. Por otra parte, variables clínicas e información acerca del tratamiento físico y farmacológico fue obtenida a partir de la historia clínica de cada paciente.
Para clasificar la actividad de la enfermedad los autores utilizaron la puntuación según el Índice de actividad de la enfermedad en 28 articulaciones (DAS28). Variables como niveles de proteína C reactiva y las articulaciones sensibles e inflamadas fueron utilizadas para el cálculo. Aquellos con valores por debajo de 2,6 fueron considerados pacientes en remisión.
Por otra parte, los síntomas de depresión y ansiedad se evaluaron utilizando la Escala de Depresión y , mientras que en la calidad de sueño se utilizó una versión validada del Índice de Calidad del Sueño de Pittsburgh (PSQI).
31 octubre 2023| Fuente: Medscape Tomado de Noticias Médicas
oct
13
El diagnóstico de diabetes tipo 2 antes de los 30 años puede reducir la esperanza de vida en 14 años
Aunque la diabetes tipo 2 (T2D) es más común en adultos, ha habido un enorme aumento en los casos de inicio precoz, generalmente asociados con la obesidad.
Un nuevo estudio ha encontrado que la esperanza de vida de las personas diagnosticadas con diabetes antes de los 30 años es 14 años menor que para las personas sin diabetes.
La diabetes tipo 2 es una condición crónica que se desarrolla cuando el cuerpo deja de producir suficiente insulina, la hormona que controla la glucosa en sangre o deja de responder a ella.
La insulina mueve la glucosa, producida por la digestión de los alimentos, desde la sangre hasta las células donde se puede utilizar. Se habla de Resistencia a la insulina, cuando las células dejan de responder a la insulina, puede conducir a Prediabetes y diabetes tipo 2.
En el pasado, se pensaba que la diabetes tipo 2 se desarrollaba sólo en personas mayores, y aún es más común en las edades de 50 años o más. Sin embargo, los casos en los más jóvenes han ido en aumento. Los factores de riesgo incluyen la obesidad, el estilo de vida, parientes cercanos con diabetes tipo 2, siendo de origen étnico negro y de las minorías, y pertenecer a un grupo socioeconómico menos acomodado.
Un nuevo estudio, publicado en Lancet Diabetes & Endocrinology, ha analizado el efecto del diagnóstico de diabetes tipo 2 sobre la esperanza de vida.
Los hallazgos destacan que ser diagnosticado con diabetes tipo 2 acortó la esperanza de vida en un promedio de seis años. Sin embargo, si ese diagnóstico era antes de los 30 años, la esperanza de vida se redujo en 14 años.
Sin embargo, en una noticia más prometedora, otro estudio encontró que el tirzepatide, un nuevo fármaco inyectable para la diabetes, es tan efectivo en aquellos con diabetes tipo 2 de inicio temprano como en personas que desarrollan la condición más adelante en la vida.
Esta investigación fue presentada en la Reunión Anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD) en Hamburgo, Alemania.
En un estudio utilizando datos de dos fuentes a gran escala, los factores de riesgo emergentes Colaboración y el Biobanco del Reino Unido, los investigadores investigaron las asociaciones entre la edad en el diagnóstico de diabetes y la esperanza de vida.
Descubrieron que por cada década y diagnóstico temprano la diabetes tipo 2 reducía la esperanza de vida se redujo en 3-4 años.
Los diabéticos, si no están bien manejados, pueden llevar a múltiples complicaciones, como insuficiencia renal, enfermedades cardíacas y amputaciones, cada una de las cuales reduce la esperanza de vida.
– Dr. Robert Gabbay, director científico y médico de la Asociación Estadounidense de Diabetes, quien no participó en el estudio, en declaraciones a Medical News Today.
En Estados Unidos, en comparación con una persona sin diabetes, un hombre de 50 años con diabetes murió en promedio 14 años antes si se le diagnosticaba a la edad de 30, 10 años antes cuando se le diagnosticaba a los 40, o seis años antes cuando se le diagnosticaba a los 50. Las estimaciones correspondientes para la Unión Europea eran 13, nueve, o cinco años antes.
Uno de los autores, Prof. Naveed Sattar, del Instituto de Ciencias Cardiovasculares y Médicas de la Universidad de Glasgow, dijo en un comunicado de prensa: «Nuestros hallazgos apoyan la idea de que el individuo diagnosticado más joven de diabetes tipo 2, tiene más daños acumulados en su cuerpo por el metabolismo deteriorado.
Sin embargo, añadió una nota esperanzadora: «Pero los hallazgos también sugieren que la detección temprana de la diabetes por cribado seguida de un manejo intensivo de la glucosa podría ayudar a prevenir complicaciones a largo plazo».
En otro estudio, hay buenas noticias potenciales para aquellos con diabetes tipo 2 de inicio temprano.
Los investigadores descubrieron que tirzepatide (Mounjaro), perteneciente a una nueva clase de drogas que imita el efecto del péptido-1 similar al glucagón (GLP-1) y el polipéptido insulinotrópico (GIP) dependiente de la glucosa, dos hormonas involucradas en el control del azúcar en sangre y la supresión del apetito, es eficaz tanto en aquellos con diabetes tipo 2 de inicio temprano como en las personas que desarrollan la enfermedad más tarde.
El fármaco, administrado por una inyección una vez por semana, está aprobado por la FDA en los Estados Unidos desde mayo de 2022 y en el Reino Unido para tratar la diabetes tipo 2 desde septiembre de 2023.
En este estudio, investigadores de la Universidad de Leicester, Reino Unido y Estados Unidos, evaluaron el efecto del tirzepatide en el control de la glucosa en sangre, el peso corporal y los marcadores cardiometabólicos en la diabetes de desarrollo temprano y tardío. Se usaron datos del programa SURPASS (SURPASS-1, -2, -3 y -5) para tres dosis diferentes de tirzepatide – 5 mg, 10 mg y 15mg.
Descubrieron que el tirzepatide era igualmente eficaz en ambos grupos en las tres dosis. Ambos grupos mostraron mejores niveles medios de glucosa en sangre y peso corporal después de 40 o 52 semanas. Su circunferencia de la cintura, lípidos y presión arterial sistólica también mejoraron.
La diabetes tipo 2 que se diagnostica en la edad adulta infantil o temprana (por debajo de los 40 años) se clasifica como diabetes tipo 2 de inicio temprano.
La diabetes de inicio temprano es generalmente más agresiva y difícil de tratar que la diabetes tipo 2 diagnosticada más adelante en la vida. El aumento del riesgo de enfermedad cardiovascular, muerte temprana y complicaciones microvasculares se relacionan con niveles elevados de glucosa en sangre, que puede llevar a:
– retinopatía: Los vasos sanguíneos en la retina se dañan, lo que puede llevar a la ceguera.
– daño nervioso por la falta de suministro de sangre en los vasos pequeños que conduce a los nervios.
– nefropatía: Daño renal que impide que los riñones filtren adecuadamente la sangre, lo que conduce a una acumulación de metabolitos dañinos en el cuerpo.
La diabetes tipo 2 de inicio temprano no sólo es más agresiva, sino que generalmente responde peor a los medicamentos, lo que significa que nuestros hallazgos son realmente alentadores. Ahora se necesita continuar investigando para evaluar si comenzar el tratamiento con tirzepatide y medicamentos similares temprano en el curso de la enfermedad mejora los resultados a largo plazo en este importante grupo.
– Prof. Melanie Davies, autora correspondiente de la Universidad de Leicester, Leicester, Reino Unido.
El Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades aconseja varias maneras de reducir el riesgo de diabetes tipo 2:
Bajar de peso y mantenerlo lo alcanzado: Se puede prevenir o retrasar la diabetes al perder 5 a 7 % por ciento de su peso inicial.
Consuma una dieta más saludable: Reemplazar los alimentos procesados, las grasas trans, las bebidas azucaradas y el alcohol con consumo de verduras, proteínas magras, granos enteros, agua y bebidas sin endulzar.
Haz un plan y rastrea tu progreso para tratar de hacer permanentes los cambios de estilo de vida.
Las personas deben asegurarse que están comiendo alimentos saludables y enteros. Consuma una dieta equilibrada, baja en carbohidratos refinados, azúcares refinados, grasas saturadas y alimentos procesados. Hacer ejercicio de forma regular. Mantenga un peso corporal saludable, sin sobrepeso, no obesidad.
– Dr. Ishita Prakash Patel, endocrinólogo certificado por la junta, Texas Diabetes y Endocrinología en Austin, Texas, quien no estuvo involucrado en el estudio.
Referencia
Emerging Risk Factors Collaboration. Life expectancy associated with different ages at diagnosis of type 2 diabetes in high-income countries: 23 million person-years of observation. The Lancet Diabetes & Endocrinology[Internet].[citado 2 oct 2023]; 11(10): 731-742. https://doi.org/10.1016/S2213-8587(23)00223-1
13 octubre 2023│Fuente: Medical News Today│ Tomado de Noticia
oct
12
Revisión de las manifestaciones físicas, psicológicas y/o cognitivas que se desarrollan después de una internación por una enfermedad crítica.
Aspectos destacados
El síndrome post cuidado intensivos (PICS, por sus siglas en inglés) afecta hasta al 80 % de los pacientes que sobreviven a la UCI.
Los intensivistas deben intentar minimizar los factores de riesgo modificables comunes para el desarrollo de PICS. Estos incluyen dosis acumuladas más altas de fármacos sedantes, inmovilidad, delirio, trastornos del sueño e hiperglucemia.
El impacto social y financiero de PICS puede ser sustancial; hasta el 50 % de los pacientes que sobreviven a la UCI dependen del apoyo de cuidados familiares y hasta el 40 % de los pacientes que trabajaban anteriormente y que sobreviven a la UCI no pueden volver a trabajar un año después del alta.
PREGUNTA CLÍNICA
Una mujer de 56 años con antecedentes de diabetes y obesidad ingresó en la UCI por neumonía. Su hospitalización se complicó por síndrome de dificultad respiratoria aguda (SDRA), shock, insuficiencia renal aguda y bacteriemia asociada a la vía central. Requirió ventilación mecánica durante 7 días, vasopresores durante 5 días y terapia de reemplazo renal continua durante 4 días. Se observó que tenía delirium severo y agitación mientras estaba intubada y requirió sedación profunda en múltiples ocasiones. También demostró debilidad y problemas de movilidad y fue dada de alta a un centro de rehabilitación. Actualmente se encuentra en seguimiento post-UCI 1 mes después del alta. Su familia refiere problemas con su memoria. Obtiene una puntuación de 14/30 en la Evaluación cognitiva de Montreal, lo que corresponde a un deterioro cognitivo moderado.
¿Cuál de las siguientes condiciones está más asociada con el desarrollo de deterioro cognitivo a largo plazo?
A: shock B: delirio C: insuficiencia renal aguda D: bacteriemia (Ver Respuesta/Razones al final del artículo)
Introducción
El síndrome post cuidados intensivos (PICS, por sus siglas en inglés) ha sido reconocido durante más de 1 década y se define como un deterioro nuevo o que empeora de la salud física, psicológica o cognitiva, o una combinación de los mismos, después de una enfermedad crítica.
En el momento del alta hospitalaria, hasta el 80 % de los pacientes que sobreviven a la UCI tendrán síntomas de PICS
El objetivo de la presente revisión es describir las manifestaciones clínicas de PICS y su impacto en los pacientes, las familias y los sistemas de atención médica. También los autores discuten la relación entre PICS y los determinantes sociales de la salud y esbozando un marco para la evaluación y gestión.
Presentación clínica de PICS
El PICS puede incluir deficiencias en la cognición, la salud mental, la función física o una combinación de los mismos después de una enfermedad crítica (Figura 1A).
> Dominio cognitivo
Los sobrevivientes de enfermedades críticas son susceptibles a la disfunción cognitiva independientemente de las condiciones preexistentes, comorbilidades y edad. Los déficits cognitivos pueden ser tanto persistentes, con un tercio de los pacientes que sobreviven a la UCI que presentan déficits 1 año después de la hospitalización, como graves, lo que refleja el grado de deterioro observado en la lesión cerebral traumática moderada y la demencia de Alzheimer.
Las manifestaciones clínicas pueden incluir una disminución de la memoria, la función ejecutiva, la velocidad de procesamiento mental, la atención o la concentración, todo lo cual en conjunto puede impedir que las personas participen en el tipo de comportamiento intencionado y dirigido a un objetivo necesario para llevar a cabo las actividades de la vida diaria y regresar a su estado funcional premórbido.
Entre los factores de riesgo potencialmente modificables, el delirium ha sido el más estudiado. Incluso después de ajustar por edad, educación, función cognitiva preexistente, gravedad de la enfermedad y exposición a fármacos sedantes, la duración del delirium es un predictor independiente de deterioro cognitivo a largo plazo (Figura 1B).
> Dominio psicológico
La morbilidad psiquiátrica después de una enfermedad crítica es común. La ansiedad, la depresión y el trastorno de estrés postraumático (TEPT) se reportan en el 62%, 36% y 39% de los pacientes, respectivamente, con un alto grado de concurrencia de síntomas entre estas tres condiciones.
Los pacientes que sobreviven a la UCI también tienen un mayor riesgo de conductas suicidas y autolesivas en comparación con los sobrevivientes del hospital que nunca requirieron ingreso en la UCI.
Además, los trastornos del sueño son comunes después de una estadía en la UCI y ocurren en hasta el 57 % de los pacientes 6 meses después del alta hospitalaria y a menudo se asocian con un deterioro psicológico continuo.
Los factores de riesgo de secuelas psicológicas incluyen edad más joven, diagnósticos previos de salud mental y necesidad de ventilación mecánica. Los trastornos del sueño preexistentes y en el hospital se asocian con un mayor riesgo de trastornos del sueño posmórbidos (Figura 1B).
> Dominio físico
Hasta el 80% de los pacientes que sobreviven a la UCI experimentan una nueva disfunción física en el momento del alta. Los tipos de deficiencias físicas varían y pueden incluir debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW), alteración de la función pulmonar y caquexia.
La debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW), definida como una disfunción neuromuscular sin una causa plausible que no sea una enfermedad crítica y sus tratamientos, a menudo es el resultado de una miopatía de una enfermedad crítica, una polineuropatía de una enfermedad crítica o una combinación de ambas. Este grupo de trastornos está presente en casi la mitad de los pacientes que sobreviven a la UCI y puede manifestarse de diversas formas, que incluyen poca movilidad, debilidad, contracturas y reducción de la tolerancia al ejercicio.
Entre los factores de riesgo potencialmente modificables, los usos de bloqueantes neuromusculares y los corticosteroides históricamente han estado implicados en el desarrollo de la miopatía por enfermedad crítica, particularmente cuando se usan en combinación. Sin embargo, los datos anteriores sugieren que el uso a corto plazo de estos medicamentos puede ser seguro.
> Discapacidad, uso de la atención médica y mortalidad
Las secuelas colectivas de la enfermedad crítica pueden conducir en última instancia a la fragilidad, la discapacidad y la reducción de la calidad de vida relacionada con la salud (CVRS). Se observa fragilidad nueva o que empeora en el 40% de los pacientes que sobreviven a la UCI 12 meses después del alta hospitalaria. En consecuencia, se detecta al menos una discapacidad parcial en el 20% de las personas previamente independientes un año después del alta con puntajes bajos predominantemente atribuidos a una función física reducida.
Los patrones de uso de la atención médica también pueden cambiar después de una enfermedad crítica, con un mayor riesgo de rehospitalización que puede durar años. Más de la mitad de los pacientes son readmitidos después del alta hospitalaria, y en el año posterior a la enfermedad crítica, los sobrevivientes muestran un aumento en las visitas ambulatorias, las visitas al servicio de urgencias y las hospitalizaciones en comparación con el año anterior
Finalmente, el riesgo de muerte sigue siendo elevado incluso después de que los pacientes hayan sobrevivido a una enfermedad crítica, con tasas de mortalidad a 1 año de hasta el 21 %. Este riesgo es especialmente notable en los pacientes que sobreviven a la UCI que recibieron ventilación mecánica, cuya mortalidad al año puede superar el 40%.
> Familia y síndrome post cuidados intensivos (PICS)
El impacto de sobrevivir en la UCI puede extenderse más allá del paciente individual.
Entre el 25 % y el 50 % de los pacientes que sobreviven a la UCI requieren apoyo familiar a largo plazo que puede parecerse a la carga de cuidado que se observa en otras enfermedades crónicas. A su vez, los cuidadores pueden experimentar nuevos síntomas psicológicos, denominados colectivamente síndrome post cuidados intensivos posteriores de la familia. La prevalencia es muy variable, oscilando entre el 6 % y el 69 % en los primeros 6 meses y puede durar años- Los impedimentos más comunes incluyen ansiedad (73%), depresión (50%), duelo complicado (52%) y TEPT (56%).
Estos síntomas generalmente disminuyen con el tiempo, pero pueden persistir en aproximadamente un tercio de las personas a los 6 meses, con una baja CVRS asociada y angustia psicológica informada durante años a partir de entonces. Los factores de riesgo para el desarrollo de la familia PICS en general se pueden clasificar en características relacionadas con el paciente, el cuidador y el entorno (Figura 2). oxicidad financiera
Los pacientes que sobreviven a la UCI pueden experimentar una toxicidad financiera significativa. Menos de la mitad de los previamente empleados que sobreviven a la UCI regresan al trabajo un año después de una enfermedad crítica y alrededor de un tercio de los pacientes permanecen sin trabajo después de 5 años. En consecuencia, el desempleo puede provocar el agotamiento de los ahorros, la pérdida de la cobertura de atención médica y el aumento de las facturas médicas.
> Equidad en salud
Las disparidades e inequidades en salud exacerban y son exacerbadas por PICS. Las dinámicas que pueden influir en la incidencia y la recuperación se pueden clasificar en términos generales en factores individuales, comunitarios, del sistema de salud y a nivel de políticas (Figura 3).
La edad, el sexo, la raza y los ingresos son algunos de los determinantes sociales individuales de la salud asociados con los resultados a largo plazo. La educación también es un factor importante, ya que un mayor nivel educativo se asocia con mayores probabilidades de estar libre de PICS.
Desde el punto de vista de los sistemas de salud y las políticas, el acceso restringido a rehabilitación adicional, servicios auxiliares y recursos sociales propaga disparidades que se sabe que inhiben la recuperación exitosa.
Clínica de PICS
Se han establecido programas multidisciplinarios de recuperación de la UCI para abordar las deficiencias multifacéticas a largo plazo observadas en los sobrevivientes de enfermedades críticas. Actualmente, existe una heterogeneidad sustancial en la disponibilidad, la estructura y los modelos de dotación de personal de las clínicas.
Organizar la visita ambulatoria inicial puede estar plagado de desafíos porque pueden existir una gran cantidad de barreras para el seguimiento (Figura 4). Los factores a nivel del paciente pueden incluir edad avanzada, mayor gravedad de la enfermedad de la UCI y discapacidad. Las barreras financieras y ambientales pueden implicar la falta de seguro, el costo del transporte y la distancia a la clínica. Además, muchos pacientes se transfieren del hospital a un centro de rehabilitación antes del alta, lo que también puede disminuir la probabilidad de seguimiento. Evaluación y Manejo de PICS
La evaluación y la gestión de PICS están evolucionando, y las recomendaciones actuales se basan en gran medida en la opinión de expertos y la experiencia del proveedor. Cada dominio PICS debe evaluarse de manera estructurada (Figura 5), porque de otro modo se podrían pasar por alto las degradaciones más sutiles.
La evaluación inicial también debe incluir una conciliación completa de la medicación, la evaluación de síntomas nuevos o persistentes, la detección de brechas en el mantenimiento de la atención médica y la colocación de cualquier derivación clínicamente indicada. Además, se debe revisar en detalle con el paciente el ingreso en la UCI, así como el curso esperado de recuperación.
Dominio cognitivo
Idealmente, se debe utilizar una batería de tipos de evaluación para detectar déficits cognitivos, ya que brindan información diferente y pueden garantizar que los pacientes reciban la atención adecuada.
Los síntomas cognitivos subjetivos, como el olvido o una mayor dependencia de los cuidadores, pueden indicar un deterioro cognitivo.
El paso inicial en el tratamiento de la disfunción cognitiva debe ser evaluar y manejar cualquier causa potencialmente reversible. Estos incluyen, entre otros, efectos secundarios de medicamentos, trastornos del sueño, afecciones psiquiátricas y trastornos metabólicos o nutricionales. Después de abordar las causas reversibles, se pueden considerar otras opciones de tratamiento.
> Dominio psicológico
Varios centros posteriores a la UCI ofrecen grupos de apoyo entre pares a través de plataformas virtuales o en persona, lo que puede tener una serie de beneficios para los pacientes. También es importante que los médicos aconsejen a los pacientes sobre la trayectoria de recuperación esperada, normalizando su experiencia y validando su progreso.
Los pacientes con deficiencias psiquiátricas persistentes pueden beneficiarse de la remisión a un profesional de la salud mental para el tratamiento adecuado.
Los pacientes con depresión pueden ser tratados con un antidepresivo o psicoterapia solos, o en combinación, que puede ser más eficaz.
> Dominio físico
Los métodos para evaluar debilidad adquirida en la UCI (ICU-AW) no están ampliamente aceptados. Las herramientas de uso frecuente incluyen la prueba muscular manual, la dinamometría manual, la prueba de cinco veces de sentarse para ponerse de pie y la escala de equilibrio de Berg. La prueba de caminata de 6 minutos es recomendada por la Sociedad de Medicina de Cuidados Críticos como una medida de la función pulmonar y física. La espirometría al lado de la cama o la prueba de función pulmonar completa también pueden ser útiles, particularmente para los sobrevivientes de SDRA.
Debido a que una variedad de tipos de impedimentos físicos puede ocurrir después de una enfermedad crítica, también se deben abordar otros problemas que se encuentran comúnmente, como afecciones crónicas recién diagnosticadas, problemas para dormir y heridas y dispositivos adquiridos en la UCI.
Direcciones futuras
Aunque la pandemia de COVID-19 atrajo una atención muy necesaria a PICS, el acceso a la atención posterior a la UCI sigue siendo muy variable y se desconoce el modelo ideal y la prestación óptima de la atención posterior. Además, la base de evidencia para las intervenciones dirigidas al manejo de PICS, como la terapia cognitiva y los grupos de apoyo posteriores a la UCI, es limitada. Para garantizar que se satisfagan las necesidades de los pacientes con PICS, los esfuerzos futuros deben dirigirse a estudiar el impacto de las intervenciones existentes en los resultados de los pacientes, explorar nuevas intervenciones con beneficios potenciales y determinar la estructura más efectiva de la prestación de atención posterior a la UCI.
Comprender PICS también representa una oportunidad para mejorar la atención dentro de la UCI, tanto en tiempo real como en el futuro.
Para los médicos, presenciar el proceso de recuperación de un paciente puede ser educativo y, en última instancia, mejorar la precisión en la predicción de los resultados en la UCI y mejorar la toma de decisiones clínicas.
Para el personal de la UCI en centros sin clínicas PICS dedicadas, la educación y la apreciación del impacto de las intervenciones de la UCI en los resultados de no mortalidad tiene el potencial de mejorar la atención de la UCI al aumentar la vigilancia sobre los factores de riesgo modificables de PICS, como la sedación y las prácticas de movilización.
Conclusiones
La supervivencia en la UCI con frecuencia se ve complicada por el PICS, que provoca deficiencias físicas, cognitivas y psicológicas, así como una morbilidad considerable. Su impacto se extiende más allá de los pacientes individuales para incluir a las familias, los sistemas de atención médica y la sociedad en su conjunto. Las clínicas posteriores a la UCI son una herramienta importante para evaluar y manejar PICS y también pueden representar una forma de mejorar la atención dentro de la UCI.
Referencia
Schwitzer E, Schwab Jensen K, Brinkman L, Bagi E, Aysola R, Qadir N. Post-icu syndrome: chest critical care reviews. Chest [Internet]. 2023[citado 11 oct 2023]; 1(1). DOI:https://doi.org/10.1016/j.chstcc.2023.100003
11 octubre 2023 |Fuente: IntraMed| Tomado de Artículos
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Ozempic, un medicamento para la diabetes tipo 2 que se ha utilizado cada vez más para ayudar en la pérdida de peso, ahora estará etiquetado como posible causante de obstrucción intestinal.
La Administración de Alimentos y Medicamentos de EE. UU (FDA, por sus siglas en inglés) recientemente actualizó la etiqueta del medicamento producido por Novo Nordisk, sin citar directamente a Ozempic como la causa de esta condición.
«Debido a que estas reacciones se informan voluntariamente en una población de tamaño incierto, no siempre es posible estimar confiablemente su frecuencia o establecer una relación causal con la exposición al medicamento», se lee en la etiqueta.
El efecto secundario, conocido médicamente como «íleo», también figura en las etiquetas del medicamento para la pérdida de peso Wegovy, también producido por Novo Nordisk, y en el medicamento para la diabetes Mounjaro, fabricado por Eli Lilly, informó CBS News.
Tanto Ozempic como Wegovy son conocidos genéricamente como semaglutida. De más de 8,500 informes de trastornos gastrointestinales después de usar medicamentos con semaglutida hasta el 30 de junio, el íleo se menciona en 33 casos, incluidas dos muertes, informó CBS News.
Las compañías farmacéuticas que fabrican estos medicamentos están siendo demandadas por afirmaciones de que los fármacos pueden causar un problema de salud similar conocido como gastroparesia o parálisis estomacal, informó CBS News.
Referencia
Drug Safety-related Labeling Changes (SrLC). Ozempic[Internet]. [citado 29 sep 2023].
30 septiembre 2023 | Fuente: HealthDay News | Tomado de |Nutrición |Salud Pública | Diabetes
sep
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La aterosclerosis, una enfermedad crónica caracterizada por la acumulación de placas de grasa y colesterol en las paredes de las arterias, es una de las principales causas de enfermedad cardiovascular. Pero su impacto no se reduce solamente al que tiene en la salud cardiovascular, sino que también está implicada en alteraciones cerebrales típicas de la enfermedad de Alzheimer. Esta es la principal conclusión de un estudio longitudinal internacional liderado por investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiacas (CNIC) y publicado recientemente en la revista The Lancet Health Longevity. En él se observó mediante técnicas de imagen de tomografía de emisión de positrones (PET, por sus siglas en inglés) que las personas con edades alrededor de 50 años y con un riesgo cardiovascular elevado de forma sostenida durante cinco años experimentan una mayor disminución del metabolismo cerebral.
Este hallazgo es especialmente relevante porque, si bien es ampliamente conocido que las enfermedades cardiovasculares y la demencia coexisten habitualmente en etapas avanzadas, hay pocos estudios longitudinales en personas de mediana edad, que hayan evaluado la interacción entre la aterosclerosis y sus factores de riesgo sobre la salud del cerebro
La importancia de controlar los factores de riesgo cardiovasculares
Controlar la hipertensión, el tabaquismo, el colesterol o el sedentarismo se revela cada vez más como fundamental para mejorar nuestra salud, ya que, además de disminuir la probabilidad de padecer una enfermedad cardiovascular, también beneficia a la salud cerebral.
Esta relación entre aterosclerosis y empeoramiento de la salud cerebral se encontró gracias un estudio longitudinal con una subcohorte de 370 participantes con aterosclerosis subclínica (edad media 49,8 años; 84 % hombres y 16 % mujeres) en el estudio PESA-CNIC-SANTANDER.
Los escáneres PET iniciales en cada uno de estos voluntarios se llevaron a cabo el 6 de marzo de 2013 y el 21 de enero de 2015, mientras que los escáneres de seguimiento fueron realizados entre el 24 de noviembre de 2017 y el 7 de agosto de 2019 con el objetivo de observar la evolución del metabolismo de la glucosa en el cerebro, considerado un indicador de salud cerebral.
Este estudio mediante técnicas de neuroimagen demostró que el declive metabólico cerebral es tres veces mayor en las personas con un elevado riesgo cardiovascular comparado con el de aquellas que se mantienen en bajo riesgo, lo cual es muy relevante porque “a pesar de que todos sabemos la importancia de cuidarse y controlar los factores de riesgo cardiovascular para evitar un infarto, el hecho de que están relacionados con un deterioro de la salud cerebral puede hacer que haya una mayor conciencia de la necesidad de adquirir hábitos saludables en las fases más jóvenes de la vida”, indicó el Dr. Valentín Fuster, Director General del CNIC y uno de los investigadores principales del estudio en nota de prensa..
Conclusiones
Estos resultados plantean nuevas perspectivas sobre cómo prevenir el desarrollo de demencias, para las que no existe tratamiento en muchos pacientes, a través de intervenir sobre un trastorno modificable, como es el caso de las enfermedades cardiovasculares.
Por ello, “los hallazgos de este estudio indican que el cribado de la carótida tiene un gran potencial para identificar a las personas vulnerables a sufrir alteraciones cerebrales y deterioro cognitivo en el futuro, por lo que este trabajo podría tener importantes implicaciones para la práctica clínica ya que apoya la implementación de estrategias de prevención cardiovascular primaria en etapas tempranas de la vida como enfoque valioso para una longevidad cerebral saludable”, declaró a Univadis España la investigadora del CNIC Catarina Tristão-Pereira, primera firmante del artículo.
Sin embargo, “para poder implementar esta estrategia de prevención de enfermedades cerebrales a través de la prevención cardiovascular de una manera eficaz hace falta crear equipos de expertos en los dos campos que sean capaces de diseñar hojas de ruta conjuntas para disminuir el riesgo de padecer ambas dolencias”, declaró a modo de conclusión a Univadis España el cardiólogo de la Universidad de Valencia el Dr. Fabián Sanchís.
Referencia
Tristão-Pereira C, Fuster V, Oliva B, Moreno-Arciniegas A, García Lunar I, Perez Herreras C, et al. Longitudinal interplay between subclinical atherosclerosis, cardiovascular risk factors, and cerebral glucose metabolism in midlife: results from the PESA prospective cohort study. Lancet Healthy Longev. 2023;4(9): e487-e498. doi: 10.1016/S2666-7568(23)00134-4. PMID: 37659430; PMCID: PMC10469266
Fuente: Univadis España Tomado de Noticias
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