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29
El tratamiento del cáncer, ya sea por quimioterapia u otras terapias dirigidas, además de provocar la muerte de un gran número de células tumorales, deriva en la formación de células tumorales senescentes. Estas células (también llamadas “zombis”) no se reproducen, pero lamentablemente generan un entorno favorable para el recrecimiento del tumor.
Investigadores del IRB Barcelona, liderados por el Dr. Manuel Serrano, han descrito cómo las células cancerígenas que después del tratamiento se han vuelto senescentes activan la proteína PD-L2 para protegerse del sistema inmune, al tiempo que reclutan células supresoras del sistema inmune. Estas células supresoras originan un entorno inhibidor que evita que los linfocitos accedan y actúen contra las células cancerosas. Las células senescentes favorecen así el crecimiento del tumor y limitan la eficacia de la quimioterapia.
“Bloqueando PD-L2 hemos visto en modelos de ratón que la quimioterapia es más eficaz contra el cáncer. Esto abre la vía a considerar el uso de un potencial inhibidor de PD-L2 como adyuvante en el tratamiento de esta enfermedad” explica el Dr. Manuel Serrano, actualmente investigador en Altos Labs (Cambridge, Reino Unido).
El estudio se ha llevado a cabo con líneas celulares y con modelos animales de investigación de cáncer de piel, páncreas y mama.
La senescencia, fenómeno común de terapias frente al cáncer
La senescencia celular es un proceso que se da de manera natural en el envejecimiento y que ha emergido como un fenómeno común en el contexto de las terapias contra el cáncer. La mayoría de las terapias oncológicas (como la quimioterapia o la radioterapia) actúan provocando múltiples daños celulares y, como consecuencia, originan células senescentes, particularmente en el interior del tumor. El equipo científico estudiará ahora si la senescencia vinculada al envejecimiento del organismo también se correlaciona con niveles elevados de PD-L2.
“Aunque hacen falta más experimentos para caracterizar el papel de esta molécula en distintos tumores humanos, este trabajo nos ha permitido ampliar nuestro conocimiento sobre el papel de PD-L2 y la interacción de las células senescentes con el sistema inmune” explica el Dr. José Alberto López, investigador postdoctoral del mismo laboratorio y primer autor del trabajo junto al Dr. Selim Chaib. El Dr. López abrirá en 2024 un nuevo laboratorio en el Centro de Investigación del Cáncer de Salamanca, un centro mixto de la Universidad de Salamanca y el CSIC. El Dr. Chaib, es ahora investigador de la Mayo Clinic, en Minnesota (Estados Unidos).
Este trabajo se ha llevado a cabo en colaboración con los grupos de los doctores Joaquín Arribas, Alena Gros y María Abad en el Vall d’Hebron Instituto de Oncología (VHIO). El Dr. Arribas dirige también el Hospital del Mar Research Institute (IMIM) y la Dra. Abad trabaja en Altos Labs. El equipo dirigido por los Dres. James Kirkland y Tamara Tchkonia de la Mayo Clinic han aportado importantes datos a este estudio. En el trabajo también ha participado la empresa Rejuveron Senescence Therapeutics, con sedes en Zúrich y Barcelona, que está desarrollando clínicamente los anticuerpos contra PD-L2.
Referencia: Chaib S, López-Domínguez JA, Lalinde-Gutiérrez M, Prats N, Marin I, Boix O, et al. The efficacy of chemotherapy is limited by intratumoral senescent cells expressing PD-L2. Nat Cancer[Internet].2024[citado 28 ene 2024]. https://doi.org/10.1038/s43018-023-00712-x
24 enero 2024| Fuente: EurekAlert| Tomado de | Comunicado de prensa
nov
17
Un trabajo de la Universidad de Sevilla, CABIMER y el IRB Barcelona liderado por los investigadores Andrés Aguilera (US-CABIMER) y Aleix Bayona Feliu (IRB Barcelona) abre la posibilidad de que los híbridos DNA-RNA y las mutaciones en diferentes factores celulares que los forman puedan ser responsables del origen de procesos cancerígenos. Por ello, los autores resaltan la necesidad de estudiar dichos factores para entender y evaluar posibles riesgos en cáncer.
El estudio muestra que la cromatina y los factores que la regulan evitan la formación de híbridos de DNA-RNA, una fuente de inestabilidad genómica asociada a cáncer. Estos híbridos bloquean la replicación, dando lugar a un incremento de roturas cromosómicas y colisiones entre la transcripción y la replicación.
La investigación ha demostrado que la cromatina constituye una primera barrera para la protección de la integridad del genoma. Así se ha observado en análisis de silenciamiento de diferentes factores remodeladores de la cromatina en cultivos de células tumorales.
Mediante un estudio comparado de sus datos con las bases de datos de genomas de células tumorales, han descubierto que los sitios del genoma enriquecidos en híbridos de DNA-RNA coinciden con los lugares con la más alta frecuencia de mutaciones encontrados en células de tumores. El trabajo revela así por primera vez una asociación directa entre los híbridos de DNA-RNA y mutaciones asociadas a cáncer, sugiriendo que son un elemento de riesgo en el origen de tumores.
El laboratorio de Aguilera es pionero en el estudio del papel de los híbridos de DNA-RNA en el origen de la inestabilidad genética, y este nuevo trabajo no solo permite entender mejor el control celular de los híbridos y su regulación por factores epigenéticos, sino que sugiere la posibilidad de que los niveles de híbridos DNA-RNA en las células se puedan usar como un indicador potencial de riesgo cancerígeno.
El trabajo, publicado en la revista Nature Communications, ha sido financiado con fondos de la Agencia Estatal de Investigación y la European Research Council entre otros.
Referencia
Bayona Feliu A, Herrera Moyano E, Badra Fajardo N, Galván Femenía I, Soler Oliva ME, Aguilera A. The chromatin network helps prevent cancer-associated mutagenesis at transcription-replication conflicts. Nature[Internet].2023[citado 15 nov 2023];14(6890). https://doi.org/10.1038/s41467-023-42653-0
17 noviembre 2023 | Fuente: IMMÉDICO| Tomado de Noticias -Oncología
nov
16
La mayor causa de muerte por cáncer se debe a la metástasis, el proceso por el que el tumor se disemina a otros órganos y contra el que sigue habiendo pocas opciones de tratamiento. Sí hay, no obstante, grandes avances en la investigación. Son resultados que cambian el concepto de qué es la metástasis y crean nuevas formas de combatirla, algunas ya en fase de ensayo clínico. Lo han contado líderes mundiales en esta área en el congreso CNIO-Caixa Research Frontiers Meeting ‘Metástasis’, celebrado en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).
El primer cambio de paradigma es que la metástasis “es una enfermedad distinta, con mecanismos biológicos propios”, explica Eva González Suárez, jefa del Grupo de Transformación y Metástasis del CNIO y co-organizadora del congreso.
Hasta ahora la metástasis era vista como la etapa más avanzada de un proceso oncológico; pero hoy está claro que es un fenómeno que evoluciona por su cuenta y empieza probablemente mucho antes, con unas pocas células, muy específicas, que tienen la capacidad de colonizar otros órganos, como señala Héctor Peinado, jefe del Grupo de Microambiente y Metástasis del CNIO y también co-organizador del congreso. Es más, quizás estas células metastásicas procedan no del tumor primario, como se creía hasta ahora, sino de otras metástasis.
Estrés y cambios en los ritmos circadianos influyen en la metástasis
El mayor conocimiento sobre la biología propia de la metástasis está abriendo ya nuevos frentes para combatirla, algunos sorprendentes. En los trabajos expuestos en el CNIO se explora la posibilidad de prevenir o tratar la metástasis con estrategias que implican bacterias y fármacos contra la hipertensión; control del estrés psicológico; e interceptar la comunicación entre las células cancerosas y las neuronas.
Estos trabajos se enmarcan en otro de los cambios conceptuales en esta área: la metástasis no es el producto de unas cuantas alteraciones genéticas, sino que influyen en ella muchos otros procesos que ocurren a la vez en el cuerpo. “Estamos viendo que en la metástasis, además de las mutaciones y el microentorno en contacto con las células metastásicas, intervienen también el estrés y los cambios en los ritmos circadianos, por ejemplo”, dice Peinado.
“Sabíamos que el tumor altera el apetito, el sueño… pero no le dábamos mucha importancia. Ahora empezamos a entender por qué ocurre esto”, añade González Suárez.
El campo emergente de la neurociencia del cáncer
Una de las claves las está desvelando el joven campo de la neurociencia del cáncer, que estudia la recién descubierta –estos últimos años– interacción entre el cáncer y el sistema nervioso tanto central (el cerebro) como periférico. Es un área tan novedosa que Caroline Dive, del Cancer Research UK Manchester Institute, reconoce que la desconocía antes de co-organizar este congreso.
“Esta mayor comprensión de la biología de la metástasis nos está permitiendo pensar en nuevos tratamientos que ayuden a los pacientes”, dice Dive.
Se observa que “las células tumorales se intercambian señales con mecanismos similares a los que usan las neuronas”, afirma Manuel Valiente, jefe del grupo de Metástasis Cerebral del CNIO.
Frank Winkler, pionero en neuro-oncología, explicó que “las interacciones entre el sistema nervioso y el cáncer pueden regular la oncogénesis, el crecimiento del tumor, la propagación de la metástasis y la resistencia al tratamiento”, además de estimular la inflamación y debilitar la respuesta inmunitaria contra el cáncer.
Interceptar neurotransmisores
Winkler, de la Universidad de Heidelberg y el Centro Alemán para la Investigación del Cáncer, expuso en el CNIO estrategias para interceptar la comunicación entre las células cancerosas y frenar así el avance de la metástasis. Como explica en un reciente trabajo en Cell, ya hay ensayos clínicos en fases iniciales que buscan alterar e incluso destruir las redes de señales entre células tumorales.
También en la relación entre cáncer y sistema nervioso, periférico esta vez, trabaja Erica Sloan, de la Monash University, en Australia. Su investigación en la última década aporta pruebas sólidas del vínculo entre el estrés crónico y el agravamiento del cáncer y el desarrollo de metástasis. También identifica moléculas claves en ese vínculo, en concreto un neurotransmisor –una de las sustancias que median la comunicación entre neuronas–.
Betabloqueantes para prevenir metástasis de cáncer de mama
Sloan ha demostrado que un tipo de fármaco ya aprobado contra la hipertensión, los ‘betabloqueantes’, interceptan la comunicación entre el sistema nervioso, el sistema inmunitario y el cáncer. Sus ensayos en pacientes de cáncer de mama apuntan a que el uso de betabloqueantes reduce significativamente la incidencia de la metástasis, y es por tanto una vía terapéutica que debe ser explorada. “El β-bloqueo reduce los biomarcadores asociados con el potencial metastásico, y apoya la necesidad de ensayos clínicos de fase III más amplios”, dice Sloan.
Igualmente, novedosa es la investigación de María Rescigno, de la Humanitas University de Milán (Italia) en “la interrelación entre el cuerpo humano y el microbiota –el ecosistema de bacterias, virus y hongos que puebla los órganos y tejidos–, para entender su papel en las enfermedades”.
“Vamos a empezar a tratar el cáncer con bacterias”
Rescigno es la reciente descubridora de la existencia de una barrera intestinal que protege al organismo de la entrada de agentes externos y, al mismo tiempo, permite la absorción de nutrientes. Su trabajo está mostrando que hay bacterias que proliferan especialmente en el ambiente de poco oxígeno y tejidos muertos que se da en los tumores, lo que ha sugerido la posibilidad de usar bacterias deliberadamente preparadas para activar la respuesta defensiva contra los tumores.
Otra línea de investigación muestra que los microorganismos están implicados en preparar los tejidos para que acojan a las células metastásicas; impedir con fármacos esa preparación del nido para la metástasis sería otra posible vía terapéutica. González Suárez considera relevante destacar en esta línea los ensayos de Claudia Gravekamp, del Albert Einstein College of Medicine (Nueva York, EE.UU.), que implican tratamientos con bacterias contra las que hemos sido vacunados en nuestra infancia, como truco para reactivar la respuesta inmune.
“Vamos a empezar a tratar el cáncer con bacterias”, afirma el co-organizador del congreso Manuel Valiente.
Referencia
Winler F, Venkatesh HS, Amit M, Batchelor T, Ekin Demir I, Deneen B, et al. Cancer neuroscience: State of the field, emerging directions. Cell[Internet]. 2023[citado 15 nov 2023]; 186(8):1689-1707. https://doi.org/10.1016/j.cell.2023.02.002
16 noviembre 2023|Fuente: EurekAlert|Tomado de Prensa
nov
3
El investigador del CONICET Ignacio León, del Centro de Química Inorgánica “Pedro J. Aymonino” (CEQUINOR, CONICET-UNLP-asociado a CICPBA), formó parte de un equipo internacional de científicos y científicas, encabezado por profesionales del Brooklyn College Cancer Center, CUNY, Estados Unidos, que logró sintetizar un compuesto de platino y oro que presenta una prometedora capacidad anticancerígena frente al cáncer de mama triple negativo. El resultado fue difundido recientemente en la revista científica Chemistry: A European Journal y, por su trascendencia, fue elegido para ser la imagen de portada del último número de esa publicación.
El estudio describe el efecto citotóxico y selectivo, es decir que tiene mayor actividad frente a células tumorales que no tumorales, del nuevo compuesto que fue probado en modelos bidimensionales y tridimensionales de cáncer de mama triple negativo, uno de los tres tipos de cáncer de mama, que se caracteriza por ser el más agresivo y metastásico –con mayor capacidad de replicación–, y para el que actualmente no existen terapias efectivas. “Representa del 15 al 20 por ciento de los casos de cáncer de mama y afecta generalmente a las mujeres más jóvenes, menores de 40 años. Por esto, tanto en el grupo de la profesora María Contel en Estados Unidos como el nuestro estamos abocados al diseño de nuevas drogas que mejoren los tratamientos quimioterapéuticos actuales para este tipo de tumor que tienen muchos efectos adversos”, comenta León.
En el marco de una estadía de trabajo que realizó gracias a una beca cofinanciada por el CONICET y el Departamento de Estado norteamericano a través de la Comisión Fulbright, una iniciativa de intercambio educativo y cultural de altísimo prestigio y reconocimiento mundial –funciona en 155 países–, León viajó a Estados Unidos con el objetivo de realizar ensayos con diversos compuestos diseñados en el CEQUINOR y en el grupo local sobre modelos de distintos tipos de tumores. “Para este trabajo utilizamos algunos compuestos basados en cisplatino y oxaliplatino, dos drogas que ya se usan en la actualidad para el tratamiento de varios tumores, a los que se le adicionó un compuesto de oro para formar tres nuevos compuestos. Con estos, hicimos pruebas sobre líneas y modelos celulares tumorales y no tumorales de mama, ovario, riñón, vejiga y pulmón, para ver qué tan selectivos eran”, cuenta.
Según el experto, uno de los compuestos conseguidos demostró ser el más selectivo y activo, por lo que fue seleccionado para explorar su acción en modelos tridimensionales de tumores, parte de la experticia con la que cuentan en el laboratorio del CEQUINOR: “Estos modelos 3D son el paso previo a las pruebas en modelos in vivo, la última fase preclínica en pruebas de drogas antitumorales. Son muy útiles porque simulan o mimetizan mucho mejor las condiciones reales de un tumor”, explica.
Un aspecto promisorio del hallazgo es que el compuesto mostró una actividad antitumoral muy interesante en una concentración baja. “Esto es importante porque al usar menores concentraciones de drogas, en general, los efectos adversos que puedan acarrear también disminuyen”, apunta León. Por otra parte, el experto destaca las posibilidades que la interacción con el grupo de investigación norteamericano abre para su laboratorio en el CEQUINOR: “Trabajar con estos compuestos bimetálicos de oro y platino es muy costoso, por lo que el vínculo con los colegas de Estados Unidos se constituye en un valor agregado muy importante para nosotros. Además, se nos abre un nuevo campo a indagar que tiene que ver con esta idea de agregar nuevos metales a los compuestos monometálicos, es decir de un solo metal, con los que ya trabajamos, para así incrementar su actividad y selectividad”, detalla para finalizar, expresando su entusiasmo con la posibilidad de probar la efectividad del nuevo compuesto logrado en modelos in vivo de cáncer de mama triple negativo.
Referencia
López-Hernández JE, Nayeem N, Cerón-Carrasco JP, Ahad A, Hafeez A, León IE, et al. Platinum (IV)–Gold(I) Agents with Promising Anticancer Activity: Selected Studies in 2D and 3D Triple-Negative Breast Cancer Models. Chemistry[Internet].2023[citado 2 nov 2023];29(59): e202302045. https://doi.org/10.1002/chem.202302045
2 noviembre 2023| Fuente: DICYT| Tomado de Noticias Ciencias Sociales
oct
4
Uno de los mecanismos de resistencia a quimioterapia de las células tumorales es entrar en un estado de proliferación reducida o ciclo celular lento para evitar la muerte celular inducida por el fármaco.
La quimioterapia ataca a las células que proliferan de forma descontrolada. Algunas células tumorales son capaces de enlentecer su ciclo celular de manera que evitan la acción del tratamiento. No sólo adquieren esta quimioresistencia sin necesidad de mutaciones genéticas, sino que son capaces de una vez acabado el tratamiento, incluso años más tarde, recuperar la velocidad de proliferación provocando la progresión del tumor y la recaída del paciente.
Investigadores del Vall d´Hebron Instituto de Oncología (VHIO), que forma parte del Campus Vall d´Hebron, coliderados por el jefe del Grupo de Células Madre y Cáncer, el Dr. Hector G. Palmer, y la investigadora sénior del mismo grupo, la Dra. Isabel Puig, han identificado el factor DPPA3 como la molécula encargada de regular la adquisición de un ciclo celular lento por parte de las células tumorales de cáncer colorrectal y, por lo tanto, hacerlas resistentes a la quimioterapia. Los resultados del estudio se han publicado en la revista Cell Reports.
«La mayoría de los pacientes con cáncer colorrectal adquieren resistencia a la quimioterapia de forma relativamente rápida y acaban sufriendo recaídas» explica el Dr. Hector G. Palmer. «Una de nuestras líneas de investigación es descubrir los mecanismos que regulan la progresión de la enfermedad y la adquisición de resistencias para tratar de hallar nuevos biomarcadores y dianas terapéuticas que eviten las recaídas».
Reactivar la proliferación de las células tumorales
El estudio que ha publicado la revista Cell Reports es el resultado de los trabajos de tesis de las investigadoras Estefanía Cuesta y Cándida Salvans en el Grupo de Células Madre y Cáncer del VHIO.
«Estudiamos la sobreexpresión de DPPA3 en muestras de tumores primarios y metástasis de pacientes con cáncer colorrectal» afirma la Dra. Estefanía Cuesta primera autora del estudio junto a Cándida Salvans «y observamos que los pacientes que tenían niveles altos de DPPA3 recaen más a menudo que los que no, por lo tanto, es un factor capaz de predecir la recaída no por mutaciones genéticas sino por plasticidad celular. Además, aquellos pacientes que expresaban altos niveles de DPPA3 en el tumor primario dejaron de expresarlo en la metástasis. Esto sugiere que DPPA3 se desactiva en algún momento durante la progresión de la enfermedad para permitir a las células metastáticas que han resistido a la quimioterapia volver a proliferar».
Los investigadores plantearon dos posibles estrategias para controlar las recaídas. «Por un lado, si durante el tratamiento con quimioterapia somos capaces de bloquear este factor y evitar que las células adopten el estado durmiente, seguirán siendo sensibles a la quimioterapia que será más efectiva. La otra estrategia sería mantener la sobreexpresión de DPPA3 una vez acabado el tratamiento para evitar que recuperen el ciclo de proliferación y se mantengan latentes, evitando la recaída» explica la Dra. Isabel Puig.
Sin embargo, según modelos computacionales, debido a su estructura desordenada, actualmente no es viable diseñar un fármaco que se una e inhiba el factor DPPA3. «Por ese motivo decidimos estudiar las vulnerabilidades de las células que expresan este factor para tratar de bloquearlo de forma indirecta» afirma el Dr. Palmer.
Círculo vicioso entre células durmientes e hipoxia
El Grupo de Células Madre y Cáncer ha diseñado dos modelos celulares que replican las condiciones de los tumores de los pacientes que expresan altos niveles DPPA3 y resisten a la quimioterapia. «Gracias a estos modelos hemos sido capaces de descubrir el eje hipoxia-DPPA3, un círculo vicioso en el que niveles elevados de la proteína HIF1 (regulador de la hipoxia) mantienen niveles elevados de DPPA3 y viceversa, haciendo que las células tumorales continúen dormidas y adquieran resistencia a la quimioterapia» describe Cándida Salvans.
Este estudio ha permitido identificar el factor DPPA3 como biomarcador que predice quimioresistencia y recaída de los pacientes y HIF1 como potencial diana terapéutica para desactivar el estado de latencia de las células y hacerlas sensibles a la quimioterapia.
Dado que actualmente los inhibidores de HIF1 son todavía muy tóxicos, el siguiente paso del equipo de investigadores tras descubrir este mecanismo es «utilizar estos modelos celulares para descubrir otras formas de romper este círculo vicioso entre DPPA3 y HIF1 que permitan sensibilizar estas células a la quimioterapia» sugiere la Dra. Puig.
«Mediante el uso de ratones avatar,» concluye el Dr. Héctor G. Palmer «sería muy interesante enfocar experimentos preclínicos para evaluar la eficacia terapéutica de combinar el bloqueo del eje DPPA3-HIF1 con quimioterapia en réplicas de tumores de pacientes con altos niveles de DPPA3″.
Esta investigación ha sido posible gracias al apoyo de la Asociación Española Contra el Cáncer, la Fundación «la Caixa», la Fundación FERO, la Agencia Estatal de Investigación y el Instituto de Salud Carlos III, CIBERONC (Centro de Investigación Biomédica en Red Cáncer), la Fundación Olga Torres y el Programa Horizon 2020 de la Unión Europea.
Referencia
Cuesta-Borràs E, Salvans C , Arqués O, Chicote I, Ramírez L, Cabellos L, et al. DPPA3-HIF1α axis controls colorectal cancer chemoresistance by imposing a slow cell-cycle phenotype. Cell Reports[Internet].2023[citado 3 oct 2023] 42(8)8: 112927. DOI:https://doi.org/10.1016/j.celrep.2023.112927.
3 octubre 2023 |Fuente: IMMedico | Tomado de Oncología
abr
15
Investigadores del Hospital del Mar, el IRB y otros han comprobado que añadiendo un péptido al oxaliplatino es posible evitar ese efecto indeseado.
Investigadores del Instituto Hospital del Mar de Investigaciones Médicas (IMIM-Hospital del Mar) y el Instituto de Investigación Biomédica (IRB), ambos de Barcelona, exponen en un artículo publicado en Journal of Medicinal Chemistry que añadiendo un péptido al oxaliplatino se logra un nuevo compuesto con el que se puede evitar que se genere resistencia a esta quimioterapia en cáncer de colon y recto avanzado, local o con metástasis. El oxaliplatino es lo más usado en estos casos; la mitad de pacientes se curan y en la otra mitad, la mayoría se muestran resistentes al tratamiento.
El estudio que recoge esa nueva estrategia, cuyo diseño y estudio ha contado con la colaboración de médicos y científicos de los servicios de Anatomía Patológica y de Oncología Médica del Hospital del Mar, la Universidad de Oviedo y del Ciber del Cáncer (Ciberonc), es consecuencia de un trabajo previo de este mismo equipo, publicado en Nature Communications, que desveló que la quimioterapia con oxaliplatino hace que esta sustancia se acumule en las células sanas que rodean al tumor, los fibroblastos, y provoque una activación de genes que están vinculados con una mala respuesta al tratamiento. Esos mismos genes tienen relación con la progresión tumoral, hecho que estimula al entorno tumoral y ayuda a las células cancerosas que han sobrevivido a la quimioterapia a proliferar de nuevo.
Para evitar ese efecto sugieren añadir un péptido específico para cáncer colorrectal al oxaliplatino con el objetivo de convertir lo que es un tratamiento sistémico en “algo más específico, una terapia dirigida, acercándonos así a la medicina personalizada”, según Alexandre Calon, investigador del IMIM-Hospital del Mar y colider del trabajo.
Un fármaco ya sin patente
Informa Calon a este diario de que el oxaliplatino es un fármaco ya sin patente, por lo que esta investigación no cuenta con industria farmacéutica detrás. Para poder seguir con ella necesitan financiación para intentar llevar el nuevo compuesto académico a los ensayos clínicos de fases I, II y III pero también para poder escalar su fabricación, que al parecer no es complicada.
El péptido seleccionado, indica Calon, ha salido de una biblioteca de péptidos, que son moléculas formadas por la unión de diferentes aminoácidos que deshacen por sí mismas en el organismo y que tienen mucha afinidad con las células tumorales pero poca con los fibroblastos.
Las conclusiones del estudio se basan en el análisis de muestras de tumores de 200 pacientes con cáncer de colon y recto. También se han analizado muestras de tumores de ratones y de pacientes tratados ex vivo para comprobar que añadir un péptido al oxaliplatino disminuía los efectos adversos de esta quimioterapia en las células normales del tumor, hecho por el cual podría reducir la resistencia a este tratamiento.
Los resultados indican que la acumulación de platino en el microentorno de los tumores de los ratones tratados con este nuevo abordaje (oxaliplatino más péptido) cae de forma drástica y es hasta 3,5 veces más baja. «Hemos visto que la carga de quimioterapia se reduce en los fibroblastos tratados con el nuevo compuesto respecto a los tratados con oxaliplatino, lo que reduce la posibilidad de inducir resistencia al tratamiento en las células tumorales», asegura Calon.
El estudio, que ha llevado cerca de siete años de desarrollo a partir de la hipótesis inicial, ha sido especialmente difícil de publicar por esta razón que revela Calon: demuestra la importancia de tener en cuenta que el cáncer no es solo las células tumorales sino también un microambiente compuesto por los vasos sanguíneos, los fibroblastos y células del sistema inmunitario, que están ahí para estructurar al tumor. “Aquí vemos las células que hay al lado del tumor”, subraya el científico.
Los investigadores de este trabajo también identificaron que el nuevo compuesto no solo se acumula menos en el entorno del tumor de los ratones sino también en los órganos que normalmente se ven más afectados por la quimioterapia, como son el propio colon, los riñones y el hígado.
Calon asegura que esta misma estrategia terapeutica propuesta para cáncer colorrectal avanzado serviría para otros tipos de cánceres que se están tratando en la actualidad igualmente con oxaliplatino, porque “los tumores mutan de formas diferentes pero los fibroblastos son muy similares”, dice. Eso sí: habría que utilizar péptidos distintos al del cáncer de colon y recto porque “ya sabemos que los hay específicos de un tipo de cáncer o de otro”, añade.
Descarta, no obstante, que con el uso de este nuevo compuesto en clínica se pueda llegar a renunciar a la actual combinación de oxaliplatino con 5-fluorouracilo (5-FU) y ácido folínico (AF) .
El trabajo ha contado con el apoyo del Instituto de Salud Carlos III y de la Asociación Española Contra el Cáncer.
Abril 12/2023 (Diario Médico) – Tomado de la selección de noticias de Investigación sobre Oncología. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.