riesgo demenciaUn nuevo estudio revela los 15 factores de riesgo para desarrollar demencia antes de los 65 años. La salud mental y la vitamina D juegan un papel importante.

La percepción común asocia la demencia senil principalmente con personas mayores de 65 años. No obstante, lo que quizás no es tan conocido es el creciente número de casos de demencia de inicio precoz, afectando a individuos de entre 30 y 64 años. Según datos de la Organización Mundial para la Salud, actualmente más de 55 millones de personas tienen demencia en todo el mundo.

En 2020, una revisión publicada en The Lancet ya había identificado 12 factores de riesgo clave para la demencia que podrían modificarse. Sin embargo, un nuevo estudio amplía considerablemente nuestro entendimiento, destacando 15 factores adicionales que podrían influir en el desarrollo de la demencia de aparición temprana, una condición que afecta a personas menores de 65 años.

Entre los factores identificados en el estudio publicado en JAMA Neurology se encuentran elementos de estilo de vida como el trastorno por consumo de alcohol y el aislamiento social, así como problemas de salud como la depresión, los accidentes cerebrovasculares, la discapacidad auditiva y las enfermedades cardíacas. Sorprendentemente, este estudio también señala la deficiencia de vitamina D como un factor de riesgo.

Estudio con 350 000 participantes

«Este es el estudio más grande y sólido de su tipo jamás realizado,» dijo el profesor David Llewellyn de la Universidad de Exeter. «Revela que podemos tomar medidas para reducir el riesgo de esta afección debilitante, centrándonos en una variedad de factores diferentes.»

El estudio analizó datos de más de 350 000 personas menores de 65 años de la base de dato UK Biobank en Reino Unido, evaluando una amplia gama de factores de riesgo, desde predisposiciones genéticas hasta estilos de vida e influencias ambientales. Este enfoque integral ha proporcionado una visión sin precedentes de cómo se podría reducir el riesgo de demencia.

La salud mental, un factor clave

«Además de los factores físicos, la salud mental también juega un papel importante,» enfatiza el doctor Stevie Hendriks de la Universidad de Maastricht. «Evitar el estrés crónico, la soledad y la depresión puede ser clave para reducir el riesgo de demencia en este grupo.»

El estudio no solo destaca estos factores de riesgo, sino que también proporciona una hoja de ruta para posibles intervenciones preventivas. Con la estimación de que hay alrededor de 370.000 nuevos casos de demencia de aparición temprana cada año a nivel mundial, este descubrimiento abre nuevas vías para combatir una enfermedad que, según las estimaciones, afectará a 150 millones de personas para el año 2050.

«Creemos que esto podría presagiar una nueva era en las intervenciones para reducir los nuevos casos de esta afección,» señala Janice Ranson, investigadora de la Universidad de Exeter.

Ver artículo:  Hendriks S, Ranson JM, Peetoom K, Lourida I, You Tai X, Vugt de M, et al. Risk Factors for Young-Onset Dementia in the UK Biobank. JAMA Neurol[Internet]. 2023[citado 4 feb 2024]. doi:10.1001/jamaneurol.2023.4929

9 enero 2024| Fuente: dw.com| Tomado de | Ciencia

escribir a manoUn nuevo trabajo publicado en Frontiers in Psychology, y desarrollado por investigadores de la Universidad de Noruega ha demostrado que escribir a mano conduce a una mayor conectividad cerebral que escribir en un teclado, lo que destaca la necesidad de exponer a los estudiantes a más actividades de escritura a mano. Para llegar a esta conclusión, los investigadores recopilaron datos de EEG de 36 estudiantes universitarios a quienes se les pidió repetidamente que escribieran o teclearan una palabra que aparecía en una pantalla.

Al escribir, utilizaron un bolígrafo digital para escribir en cursiva directamente en una pantalla táctil. Se registraron EEG de alta densidad, que miden la actividad eléctrica en el cerebro utilizando 256 pequeños sensores cosidos en una red y colocados sobre la cabeza, durante cinco segundos para cada indicación. La conectividad de diferentes regiones del cerebro aumentó cuando los participantes escribieron a mano, pero no cuando escribieron a máquina. Estos hallazgos sugieren que la información visual y de movimiento obtenida a través de movimientos de la mano, controlados con precisión cuando se usa un bolígrafo, contribuye en gran medida a los patrones de conectividad del cerebro que promueven el aprendizaje.

Aunque los participantes utilizaron bolígrafos digitales para escribir a mano, los investigadores dijeron que se espera que los resultados sean los mismos al utilizar un bolígrafo real sobre papel. Por otra parte, las conclusiones de este trabajo explican por qué los niños que han aprendido a escribir y leer en una tableta pueden tener dificultades para diferenciar letras que son imágenes especulares entre sí, como ‘b’ y ‘d’. Literalmente, aseguran, no han experimentado en sus cuerpos lo que se siente al producir esas letras.

Ver artículo: Van der Weel FR, Van der Meer ALH.  Handwriting but not typewriting leads to widespread brain connectivity: a high-density EEG study with implications for the classroom.  Front Psychol[Internet].2023[citado 2 feb 2024]; 14:1219945.  doi: 10.3389/fpsyg.2023.1219945

29 enero 2024| Fuente: Neurología.com| Tomado de | Noticia

febrero 3, 2024 | gleidishurtado | Filed under: Neurología | Etiquetas: , , , |

valproate2La Agencia Española del Medicamento y Productos Sanitarios (AEMPS) emitió un comunicado advirtiendo sobre el riesgo de posibles alteraciones en el neurodesarrollo de niños tras la exposición paterna a valproato durante los meses previos a la concepción. ¿Para quién está indicado este medicamento? ¿Y por qué puede causar ese grave perjuicio?

El valproato o ácido valproico es uno de los primeros fármacos antiepilépticos comercializados en España, aunque hoy también se emplea como eutimizante (estabilizador del ánimo) en pacientes con trastorno bipolar. Pertenece a una amplia familia de compuestos terapéuticos de la que también forman parte la fenitoína, la carbamazepina, las populares benzodiacepinas, la pregabalina, la gabapentina, el levetiracetam o el topiramato.

Una familia de fármacos interesante

Todos están diseñados para modificar la excitabilidad neuronal a través de diferentes vías moleculares y mecanismos de acción. Hablamos de un grupo farmacológico muy importante debido a que, además de ser eficaces frente a la epilepsia, presentan otras aplicaciones terapéuticas. Por ejemplo, la pregabalina y la gabapentina alivian el dolor neuropático, mientras que el topiramato sirve para prevenir la migraña.

El valproato se deriva de un ácido graso cuyos efectos antiepilépticos son conocidos desde los años 60. Se dispensa en diferentes presentaciones: comprimidos gastrorresistentes, comprimidos de liberación prolongada, solución oral o inyectables. Aunque existen otros fármacos antiepilépticos más nuevos y con mejor perfil de seguridad, el valproato sigue teniendo predicamento por sus beneficios en pacientes bipolares.

Nuestra misión es compartir el conocimiento y enriquecer el debate.

Esos efectos anticonvulsivantes y estabilizadores del ánimo se deben fundamentalmente al aumento de la actividad en el cerebro del neurotransmisor GABA, cuyos efectos sedantes se producen al reducir la actividad neuronal. Su eficacia posiblemente también se explica por otro mecanismo: la inhibición de canales de sodio, que también disminuye la excitabilidad neuronal en ciertas regiones del cerebro.

Graves alteraciones fetales

Pero, como apuntábamos antes, el valproato puede producir dramáticos efectos adversos. A pesar de los años que lleva empleándose, uno de los principales fabricantes y comercializadores de medicamentos basados en este compuesto saltó a las noticias en 2022, cuando un juzgado de Madrid le condenó a pagar indemnizaciones millonarias a familias cuyas madres consumieron una de sus marcas, Depakine, durante el embarazo.

La Asociación de Víctimas por Síndrome de Ácido Valproico (Avisav) reconoce esta sentencia como pionera, ya que pone coto a un fármaco con graves efectos tras la exposición intrauterina.

La teratogenicidad es la capacidad para producir alteraciones en la estructura o función del feto, y entró en escena en el ámbito farmacológico a raíz del caso de la talidomida, en los años 50 y 60. Pues bien, el ácido valproico se considera un principio activo con alto potencial teratógeno (categoría D), con efectos tóxicos demostrados tanto en embriones animales como humanos.

Hoy se estima que aproximadamente un 10 % de los hijos con exposición intrauterina al ácido valproico podrían presentar malformaciones como espina bífida, paladar hendido y alteraciones cardiacas o genitales. Y nada menos que un 30-40 % serían susceptibles de sufrir anomalías en el desarrollo como retraso al caminar, dificultades en el habla, lenguaje o memoria y trastornos del espectro autista.

Los hombres también deben estar alerta

La novedad es que los efectos no se limitan a las madres gestantes. Un estudio observacional realizado en países escandinavos apunta a que alrededor de un 5 % de los niños cuyos padres varones tomaban valproato también podrían presentar alteraciones en su neurodesarrollo.

Estos datos confirman los resultados de otro trabajo publicado en 2020. Los investigadores mostraban que el semen de los hombres que tomaban valproato era de menor calidad (presentaban menos espermatozoides, así como alteraciones en su movilidad y su morfología) que el de varones tratados con antiepilépticos más nuevos, como la lamotrigina o el levetiracetam.

La AEMPS recuerda que los hombres que consumen valproato deben ser conscientes de estos efectos y seguir las siguientes precauciones: informar a su médico, no donar semen, consultar con el facultativo otras alternativas si desean ser padres, usar anticonceptivos e informar si han tomado este fármaco en el momento de la concepción.

Referencia: Agencia Española de medicamentos y productos sanitarios. Recomendaciones sobre el uso de valproato en varones para evitar el posible riesgo de trastornos del neurodesarrollo en sus hijos tras la exposición paterna

22 enero 2024│ Fuente: The ConversationTomado de Global

ninos1La meningitis bacteriana en la infancia es poco frecuente, pero quienes la sobreviven se enfrentan a un alto riesgo de sufrir daño neurológico a largo plazo

Los daños estructurales en la cabeza, la pérdida de audición y la discapacidad motora pueden afectar a los sobrevivientes durante décadas

El costo para las familias también puede ser difícil, dijeron los investigadores

La infección en la niñez con meningitis bacteriana deja a un tercio de los sobrevivientes con un daño neurológico a largo plazo, con frecuencia grave, muestra un estudio reciente.

La enfermedad es rara y se trata fácilmente con antibióticos. Sin embargo, como señalan los investigadores suecos, los antibióticos tardan en penetrar la barrera protectora del cerebro.

Eso deja tiempo para que la bacteria Streptococcus pneumoniae, que generalmente causa meningitis, cause estragos en las células nerviosas.

Al comparar los resultados a 23 años de 3 500 personas que lucharon contra la meningitis bacteriana en la infancia con los de 32 000 personas de la población general, los investigadores encontraron tasas mucho más altas de problemas neurológicos a largo plazo entre los supervivientes de la enfermedad.

Estos incluían afecciones graves como deterioro cognitivo, convulsiones, discapacidad visual o auditiva, discapacidad motora, trastornos del comportamiento o daño estructural en la cabeza.

Esto muestra que incluso si la infección bacteriana se cura, muchas personas sufren de deterioro neurológico después», dijo el coautor del estudio, Federico Iovino. Es profesor asociado de microbiología médica en el Instituto Karolinska de Estocolmo.

En comparación con las personas que no habían tenido meningitis bacteriana, los supervivientes se enfrentaron a unas probabilidades 26 veces más altas de daño estructural en la cabeza, un riesgo ocho veces más alto de deterioro auditivo, y cinco veces más probabilidades de deterioro motor, mostró la investigación.

El daño a largo plazo derivado de la meningitis bacteriana puede ser profundo.

«Cuando los niños se ven afectados, toda la familia se ve afectada», explicó Iovino en un comunicado de prensa del instituto. «Si un niño de tres años tiene deterioro cognitivo, una discapacidad motora, problemas o pérdida de visión o audición, tiene un gran impacto. Se trata de discapacidades de por vida que se convierten en una carga importante tanto para el individuo como para la sociedad, ya que los afectados necesitan apoyo sanitario para el resto de sus vidas».

El estudio fue financiado por la compañía farmacéutica Merck y aparece en la edición del 19 de enero de la revista JAMA Network Open.

Referencia: Mohanty S, Johansson Kostenniemi U, Silfverdal SA, Salomonsson S, Lovino F, Sarpong EM, et al. Increased Risk of Long-Term Disabilities Following Childhood Bacterial Meningitis in Sweden. JAMA Netw Open[Internet]. 2024[citado 24 ene 2024];7(1): e2352402. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.52402

22 enero 2024 │ Fuente: HealthDay│ Tomado de │ Noticias de Salud

alzheimer1Los síntomas neuropsiquiátricos comunes que los médicos observan en los pacientes con enfermedad de Alzheimer tienen su origen en la inflamación cerebral y no en las proteínas amiloide y tau, según un artículo publicado en JAMA Network Open por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Pittsburgh (EE.UU.). El hallazgo refuerza la evidencia cada vez mayor del papel de la neuroinflamación en la progresión del Alzheimer y sugiere nuevas vías para el desarrollo de terapias dirigidas a los síntomas neurológicos de la enfermedad.

En este estudio los investigadores trabajaron con 109 ancianos, la mayoría de los cuales no presentaban alteraciones cognitivas. Sin embargo, la mayoría de esos individuos dieron positivo en amiloide y tau. Al medir los niveles de neuroinflamación, beta amiloide y tau mediante imágenes cerebrales y comparar los resultados con evaluaciones clínicas de la gravedad de los síntomas neuropsiquiátricos, los científicos descubrieron que la activación microglial estaba estrechamente asociada a diversos síntomas neuropsiquiátricos, como trastornos del sueño y agitación. Mientras que los niveles de amiloide y tau por sí solos predecían los síntomas neuropsiquiátricos, la neuroinflamación parecía tener un efecto añadido.

La neuroinflamación se asoció en mayor medida con los cuidadores o familiares que informaban de los rápidos cambios de humor de sus seres queridos, que pasaban de la calma a las lágrimas o la ira, uno de los síntomas habituales de la enfermedad. Los individuos cuyos cuidadores mostraban mayores niveles de angustia al atenderlos presentaban mayores niveles de inflamación cerebral.

Referencia: Schaffer Aguzzoli C, Ferreira PCL, Povala G,  FerrariSouza JP, Bellaver B, Soares Katz C, et al. Neuropsychiatric Symptoms and Microglial Activation in Patients with Alzheimer Disease. JAMA Netw Open[Internet]. 2023[citado 18 ene 2024];6(11):e2345175. doi:10.1001/jamanetworkopen.2023.45175

8 enero 2024| Fuente: Neurología| Tomado de| Noticia

enfermedad huntingtonLa enfermedad de Huntington (EH) es un trastorno raro neurodegenerativo. La información fiable del estado nutricional, especialmente de la composición corporal, es crítica en clínica y en investigación. La facilidad de aplicación y portabilidad del análisis de la bioimpedancia de múltiples frecuencias (mfBIA) la convierten en una herramienta atractiva para medirla, pero se desconoce su precisión en la EH. Todo ello, ha llevado a un grupo de investigadores de la Fundación Burgos por la Investigación de la Salud, los hospitales Reina Sofía de Tudela y el Universitario de Burgos, así como de las universidades de Burgos, Valladolid, Extremadura y León, a desarrollar un estudio transversal, observacional y unicéntrico cuyo objetivo ha sido evaluar la precisión del mfBIA frente a la absorciometría dual de rayos X (DEXA) en la EH.

En el estudio, publicado en Revista de Neurología, la EH se midió con la subescala motora de la escala unificada de valoración de la EH y con la capacidad funcional total. La composición corporal se valoró según la masa libre de grasa (MLG), la masa grasa (MG), el índice de masa libre de grasa (IMLG) y el índice de masa grasa (IMG). Se utilizó el coeficiente de correlación intraclase con intervalos de confianza al 95% y estimaciones de sesgo mediante gráficos de Bland-Altman. Se incluyó a 16 pacientes, siete hombres y nueve mujeres, con edad media de 58,5 (32-68) años, capacidad funcional total de 10 (3-13) y escala unificada de valoración de la EH de 31 (7-85). La fiabilidad era alta entre el mfBIA y la DEXA para el IMLG en hombres, 0,88 y mujeres, 0,9; y para el IMG en hombres, 0,97 y mujeres, 0,91. El mfBIA sobreestimó ligeramente la MLG, la MG, el IMG y el IMLG en los hombres, pero subestimó el IMLG en las mujeres.

El estudio concluye que el mfBIA es un método fácil de usar, seguro, no invasivo y preciso para medir la composición corporal y el estado nutricional en pacientes con EH leve-moderada.

Referencia: Rivadeneyra-Posadas J, Simón-Vicente L, Castillo-Alvira D, Raya-González J, Soto-Celix M, Rodríguez-Fernández A, García-Bustillo Á, Saiz-Rodríguez M, Vázquez-Sánchez F, Aguado-Garcia L, Gámez Leyva-Hernández G, Cubo E. Cómo estimar la composición corporal en la enfermedad de Huntington. Estudio transversal y observacional con bioimpedancia de múltiples frecuencias. Rev Neurol[Internet] 2024[citado 19 ene 2024];78 (01):17-25. doi: 10.33588/rn.7801.2023224

1 enero 2024| Fuente: Neurología| Tomado de| Noticia

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