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China lanzó hoy lunes directrices generales para combatir la obesidad entre los alumnos de enseñanza primaria y secundaria, subrayando los esfuerzos de prevención, intervención temprana y alerta precoz de enfermedades.
Las «directrices técnicas para la prevención y el control integrales del sobrepeso y la obesidad de los alumnos de escuela primaria y secundaria» fueron publicadas conjuntamente por la Administración Nacional de Control y Prevención de Enfermedades, el Ministerio de Educación, la Comisión Nacional de Salud y la Administración General de Deporte de China.
Los problemas de peso y obesidad afectan la salud de los estudiantes de escuela primaria y secundaria y requieren una intervención urgente, de acuerdo con el documento.
Entre las principales recomendaciones figuran las de fomentar hábitos alimentarios saludables con menos sal, aceite y azúcar añadido, proporcionar métodos de intervención científica y estimular a las escuelas a contratar nutricionistas calificados.
El documento también insta a que se asegure la actividad física diaria con al menos una clase de educación física al día, se realicen exámenes médicos regulares y se establezcan registros de salud para los estudiantes, brindando información oportuna a los padres.
Se ha presentado un formulario de autoevaluación de los riesgos de sobrepeso y obesidad para permitir a las familias y a las escuelas llevar a cabo evaluaciones bajo la orientación profesional.
Las nuevas medidas tienen como objetivo prevenir y controlar eficazmente la aparición y el desarrollo del sobrepeso y la obesidad entre los alumnos chinos, para garantizar su bienestar físico y mental.
22 julio 2024|Fuente: Xinhua |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La microbiota intestinal produce enzimas que inactivan las hormonas responsables del control de glucosa en sangre, según ha revelado un estudio liderado por el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España.
La investigación, publicada en Genome Biology, presenta un hallazgo clave para mejorar el tratamiento frente a la diabetes tipo 2, ya que abre la puerta a desarrollar fármacos frente a enzimas de origen bacteriano y mejorar los tratamientos, según ha informado este martes el CSIC.
La microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que habita el intestino, controla varios aspectos relacionados con el metabolismo humano y el comportamiento alimentario, y también tiene estrecha vinculación con el desarrollo de afecciones metabólicas como la diabetes o la obesidad.
Según este estudio, algunas bacterias intestinales producen unas sustancias con una función idéntica a la enzima humana DPP-4, responsable de la degradación de las incretinas, las hormonas que controlan la glucosa en sangre ya que son las causantes de la secreción de insulina por parte del páncreas cuando se ingiere comida.
Las dos incretinas principales son el polipéptido inhibidor gástrico (GIP) y el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), hormonas con las que la DPP-4 interacciona directamente. La investigación del IATA-CSIC evidencia que las enzimas producidas por las bacterias, con un comportamiento idéntico a la DPP-4, también interactúan con estas hormonas.
«Hasta ahora sabíamos que la actividad de la dipeptidil peptidasa-4 o DPP-4 producida por las células humanas empeoraba la respuesta a la glucosa, porque rompe e inactiva las incretinas, responsables de que se libere la insulina tras la ingesta de comida. Ahora hemos detectado que algunas bacterias intestinales producen un homólogo del DPP-4. Se trata de un mecanismo a través del cual la microbiota puede empeorar nuestra salud metabólica», explica Marta Olivares, investigadora del CSIC en el IATA y una de las autoras del estudio.
La investigación farmacéutica para el tratamiento de la diabetes tipo 2 ha puesto el foco en la interacción entre DPP-4 y las incretinas, intentando aumentar la vida útil de estas inhibiendo a la actividad de la enzima DPP-4.
«Estos fármacos se han diseñado para actuar sobre la DPP-4 humana, pero no sabíamos que algunas bacterias intestinales producen enzimas que actúan de manera idéntica», afirma Alfonso Benítez, científico del CSIC en el IATA y autor del estudio.
Los resultados del trabajo muestran que, si bien algunos fármacos son efectivos para impedir la acción de las enzimas homólogas a DPP-4 de las bacterias del género Parabacteroides merdae, otros medicamentos no tienen ningún efecto sobre su comportamiento. Es decir, los inhibidores utilizados habitualmente las terapias antidiabéticas varían en su capacidad de acción frente a las enzimas bacterianas.
El equipo de investigación destaca la importancia de desarrollar tratamientos que actúen frente a las enzimas de origen bacteriano. «Nuestro hallazgo muestra la necesidad de incorporar este factor para conseguir unas terapias más efectivas frente a la diabetes tipo 2″, afirma Benítez.
Los autores señalan que su estudio «aporta evidencias científicas sobre el posible papel causal de la microbiota en el desarrollo de la diabetes tipo 2, y destaca la necesidad de abordar no sólo los factores dietéticos, sino también la composición y la funcionalidad de las bacterias intestinales en dicha enfermedad».
16 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han desarrollado un estudio que arroja nueva luz sobre los mecanismos moleculares y celulares que se activan en el cerebro cuando se bloquea la señalización de la leptina, la llamada hormona de la saciedad, clave en el desarrollo de enfermedades metabólicas, inmunológicas y neurodegenerativas asociadas a la obesidad, lo que permite avanzar en nuevas terapias.
En el estudio, publicado en la revista científica Life Sciences (Elsevier) y que ha sido dado a conocer este miércoles en nota de prensa por la UCLM, los investigadores aplicaron en ratas adultas sanas un tratamiento farmacológico con un antagonista del receptor de la leptina -SLA- y llevaron a cabo un estudio proteómico cuantitativo y un análisis bioinformático para conocer qué ocurre en el hipotálamo cuando esta región del cerebro, clave en la regulación del metabolismo, recibe una señal deficiente de leptina.
Los resultados del estudio, realizado por las investigadoras de la UCLM Sara Artigas y Lorena Mazuecos, y liderado por Nilda Gallardo y Margarita Villar, muestran que el impacto de una señalización deficiente de leptina en el hipotálamo «promueve un comportamiento anómalo que conduce al desequilibrio metabólico y al aumento del peso corporal».
Concretamente, se produce una remodelación del conjunto de proteínas en el hipotálamo, acompañado de cambios moleculares en procesos biológicos clave como el metabolismo del ARNm, la síntesis proteica, la inflamación y la neurogénesis.
Datos clave para el diseño de nuevas teparapias
Estos datos, han asegurado las investigadoras, «son claves en el diseño de nuevas terapias dirigidas para el tratamiento de la obesidad y otras enfermedades, donde la interrupción de la señalización de leptina podría ser crucial en determinados tipos de cáncer y enfermedades inmunológicas».
La leptina es una hormona secretada por el tejido graso que controla el peso corporal. La ausencia de leptina en humanos es extremadamente rara, pero la resistencia a las acciones de esta hormona es muy común, y con gran frecuencia está presente en la obesidad y la diabetes.
Ambas son importantes problemas de salud pública a nivel mundial, con un gran coste económico asociado a su tratamiento.
Por ello, es esencial entender los mecanismos moleculares que subyacen a estas patologías y descifrar nuevas vías de investigación orientadas al desarrollo de estrategias terapéuticas innovadoras dirigidas a equilibrar el metabolismo energético para combatir el desarrollo de obesidad y sus patologías asociados.
10 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un estudio constata que las personas a las que se receta semaglutida, comercializada como Ozempic y Wegovy -fármacos para la diabetes y la pérdida de peso-, tienen un mayor riesgo de desarrollar una forma de ceguera poco frecuente.
Detrás estaría una enfermedad del nervio óptico conocida como neuropatía óptica isquémica anterior no arterítica (Noiana), potencialmente cegadora. El trabajo está dirigido por Joseph Rizzo, del hospital Mass Eye and Ear y catedrático de la Facultad de Medicina de Harvard; y los resultados se publican en la revista JAMA Ophthalmology.
En concreto, el estudio observacional -no causal- halló que las personas con diabetes de tipo 2 a las que su médico había recetado semaglutida tenían cuatro veces más probabilidades de que se les diagnosticara Noiana; las personas con sobrepeso u obesidad tenían más de siete veces.
«El uso de estos fármacos se ha disparado en todos los países industrializados y han proporcionado beneficios muy significativos en muchos aspectos, pero las futuras conversaciones entre un paciente y su médico deben incluir la Noiana como un riesgo potencial», afirma Rizzo, más si los pacientes tienen otros problemas conocidos del nervio óptico, como glaucoma.
No obstante, es importante tener en cuenta que el aumento del riesgo está relacionado con un trastorno relativamente infrecuente, advierte el investigador en un comunicado del Mass Eye and Ear, hospital universitario de la Facultad de Medicina de Harvard.
La Noiana es relativamente infrecuente y se da hasta en 10 de cada 100 000 personas de la población general; es la segunda causa de ceguera del nervio óptico (sólo superada por el glaucoma).
El estudio se inició a finales del verano de 2023. Los neurooftalmólogos del Mass Eye and Ear observaron que tres pacientes de su consulta habían sido diagnosticados de pérdida de visión por esta enfermedad relativamente infrecuente en tan solo una semana; los médicos observaron que los tres estaban tomando semaglutida.
Esto llevó al equipo a realizar un análisis retrospectivo de su población de pacientes para ver si podían identificar una relación.
Los investigadores analizaron los registros de 16 827 pacientes tratados durante seis años y los dividieron en aquellos que fueron diagnosticados con diabetes o sobrepeso/obesidad.
Los investigadores compararon a los que se había recetado semaglutida con los que tomaban otros fármacos para la diabetes o la pérdida de peso. A continuación, analizaron la tasa de diagnósticos de Noiana en los dos grupos, lo que reveló el aumento del riesgo.
En lo que respecta a las personas con diabetes de tipo 2 (194 tratados con semaglutida frente a 516 con otro tipo de medicamentos), se diagnosticaron 17 casos de Noiana en los pacientes que tomaban semaglutida, frente a 6 en el otro grupo. En tres años la incidencia acumulada fue de 8,9 % y 1,8 %, respectivamente.
En las personas con sobrepeso y obesidad (361 con semaglutida y 618 con otro tratamiento), se constaron 20 eventos de Noiana frente a 3. En tres años la incidencia acumulada fue de 6,7 % y 0,8 %, respectivamente.
Limitaciones del estudio
El Mass Eye and Ear atiende a un número inusualmente elevado de personas con enfermedades oculares raras, la población del estudio es mayoritariamente blanca y el número de casos de Noiana observados durante el período de seis años del estudio es relativamente pequeño.
Los investigadores tampoco pudieron determinar si los pacientes tomaron realmente semaglutida o dejaron de hacerlo en algún momento, ni cómo podría haber influido esto en su riesgo.
Es importante destacar que el estudio no prueba la causalidad y los investigadores no saben por qué o cómo existe esta asociación, y por qué se registró una diferencia en los grupos de diabéticos y de personas con sobrepeso.
«Nuestros hallazgos deben considerarse significativos pero provisionales, ya que se necesitan estudios futuros para examinar estas cuestiones en una población mucho más amplia y diversa», subraya Rizzo.
03 julio 2024|Fuente: EFE|Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un nuevo estudio realizado en la Universidad de Monash, en Australia, sugirió que la exposición a la luz artificial después de la medianoche puede aumentar el riesgo de desarrollar diabetes tipo 2, trascendió hoy.
La investigación se llevó a cabo entre casi 85 000 personas, de entre 40 y 69 años, que llevaron dispositivos en sus muñecas, día y noche durante una semana, para hacer un seguimiento de su exposición a diferentes niveles de luz.
Como parte del experimento del Biobanco del Reino Unido, se hizo un seguimiento de la salud de la cohorte durante nueve años.
Los voluntarios que más tarde desarrollaron diabetes tipo 2 tenían más probabilidades de haber estado expuestos a la luz entre las 12:30 a.m. y las 6:00 a.m., durante el período de estudio de una semana.
Los resultados revelan una relación dependiente de la dosis entre la luz más brillante en mitad de la noche y el riesgo de un trastorno metabólico, lo que refuerza la asociación, de acuerdo con el artículo publicado en The Lancet Regional Health – Europe.
Las investigaciones sugieren que la exposición a la luz artificial durante la noche, ya sea la luz amarilla de la lámpara de lectura o la luz azul del teléfono inteligente o la televisión, puede dificultar el sueño.
Pero incluso cuando los expertos tuvieron en cuenta los patrones y la duración del sueño en el estudio actual, los resultados se mantuvieron, lo que sugiere que hay otro mecanismo en juego.
Otros posibles factores contribuyentes, como el sexo de una persona, su riesgo genético de diabetes, su dieta, la actividad física, la exposición a la luz diurna, el tabaquismo o el consumo de alcohol, tampoco tuvieron ningún impacto en los resultados.
Recomendar a la gente que evite la luz nocturna es una recomendación sencilla y rentable que puede aliviar la carga de salud global de la diabetes tipo 2, concluyeron los autores del estudio.
Evidencias emergentes en animales y humanos sugieren que la exposición a la luz artificial puede alterar los ritmos circadianos, lo que lleva a una menor tolerancia a la glucosa, secreción alterada de insulina y aumento de peso, todo lo cual está vinculado a un mayor riesgo de trastornos metabólicos como la diabetes tipo 2.
02 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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29
La creciente popularidad y disponibilidad de alternativas vegetales a fuentes clave de yodo, como la leche, los productos lácteos y el pescado, está contribuyendo a que la ingesta de yodo sea insuficiente y cada vez menor en los países de la región europea de la Organización Mundial de la Salud (OMS), según un informe publicado este viernes por la OMS Europa y la Red Mundial del Yodo (IGN).
La leche y los productos lácteos son fuentes importantes de yodo en muchos países de Europa occidental y central, especialmente para los niños. Muchos piensos y suplementos para animales están enriquecidos con yodo para mejorar la salud de los animales de granja y la producción de leche. Sin embargo, el consumo de productos lácteos está disminuyendo entre los adolescentes y los adultos, lo que aumenta el riesgo de que sufran deficiencia de yodo.
La ingesta de yodo es especialmente importante para el desarrollo cerebral del feto antes y durante el embarazo. «El cambio hacia alternativas lácteas de origen vegetal, en particular entre las mujeres, que ya tienen un mayor riesgo de deficiencia de yodo y enfermedades tiroideas que los hombres, es preocupante para su nutrición en yodo, especialmente en los países que dependen de la leche como fuente de yodo, ya que la mayoría de las alternativas lácteas no lo contienen», ha señalado el director regional de la OMS para Europa, Hans Henri P. Kluge, quien ha destacado que el informe ha sido «crucial» para poner de relieve un problema que «está resurgiendo en los países de la región».
La yodación de la sal sigue siendo la principal estrategia para garantizar una ingesta adecuada de yodo en el continente, pero también se ve afectada por los cambios en la dieta y el estilo de vida. En este sentido, los alimentos producidos o cocinados fuera del hogar, como el pan, las carnes procesadas o las comidas listas para comer, son hoy en día las principales fuentes de sal en la dieta occidental, representando entre el 70 y el 80 % del total de consumo.
Sin embargo, estudios de mercado recientes han revelado que solo el 9 % de la sal de los productos alimenticios procesados en Alemania y el 34 % en Suiza estaba yodada. En 24 países con yodación voluntaria o sin yodación, los alimentos de consumo habitual suelen producirse con sal no yodada.
Por ello, tanto la OMS Europa como la Red Mundial de Yodo han pedido que se fortifique urgentemente con yodo la sal y las alternativas lácteas de origen vegetal. El dirigente de la Iniciativa Especial sobre Enfermedades No Transmisibles (ENT) e Innovación, Gauden Galea, ha añadido a este respecto que los países «necesitan estrategias políticas más flexibles para proteger a las personas de la deficiencia de yodo», como pueden ser políticas obligatorias para el uso de sal yodada de calidad alimentaria en los alimentos procesados y la integración de medidas de reducción de sal y de yodación de la sal.
Estas recomendaciones reflejan la campaña ‘Race to The Finish‘ de la OMS Europa, que promueve prácticas basadas en evidencia que ayudan a los países a cumplir sus compromisos de salud global, incluidos los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. También apoyan las políticas de la OMS para reducir la ingesta de sodio y prevenir la deficiencia de yodo, aconsejando utilizar menos sal, pero siempre yodada.
Por otra parte, el director ejecutivo del IGN, Werner Schultink, ha destacado que «falta conocimiento» sobre las consecuencias que tiene la deficiencia de yodo entre la población general, autoridades sanitarias, profesionales sanitarios y productores de alimentos. Como consecuencia, «los avances pueden estar estancados o incluso en declive en algunos países».
Más allá del signo visible del bocio, que es un bulto o hinchazón en la parte frontal del cuello causado por una tiroides inflamada, la deficiencia de yodo también aumenta la frecuencia de trastornos tiroideos prevenibles, como nódulos tiroideos, bocio multinodular e hipertiroidismo, particularmente en adultos y personas mayores. El hipertiroidismo no tratado aumenta el riesgo de arritmia cardíaca, insuficiencia cardíaca, osteoporosis, resultados adversos del embarazo y deterioro cognitivo en las personas mayores.
28 junio 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia