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Para alivio de todos, y tras el fin de la emergencia sanitaria, ya se habla cada vez menos de la pandemia de covid-19. Sin embargo, queda un tema polémico: el de la covid persistente (o long covid en inglés).
Unos dicen que se trata de una invención y que sólo está en la cabeza de los pacientes. Otros que es una catástrofe en ciernes que volverá a colapsar el sistema sanitario. Para orientarnos en este asunto, en los últimos meses se ha generado información nueva que nos puede evitar caer en uno de esos dos extremos.
En primer lugar, ya tenemos números aproximados sobre la incidencia a nivel poblacional. Se estima que al menos un 10 % de los casos de covid resultan en covid persistente. Si hay contabilizados 650 millones de casos totales en el mundo, esto supone 65 millones de personas. Según la gravedad de la enfermedad el porcentaje varía: es menor (10-30 %) si el curso de la enfermedad fue leve, mientras que en los hospitalizados aumenta hasta un 50-70 %.
De acuerdo con una reciente revisión con datos de diversos estudios y encuestas, alrededor del 80 % son mujeres, el 50 % de los casos tienen edades comprendidas entre los 36 y 50 años (una media de 43 años) y el 30 % no tiene comorbilidades asociadas previas.
Nuestra misión es compartir el conocimiento y enriquecer el debate.
Además de estas estadísticas que nos ayudan a poner el problema en contexto, se ha avanzado mucho en la definición correcta de la covid persistente y sus similitudes con otros síndromes postvirales, lo que facilita el diagnóstico. Y, por último, ya se disciernen posibles métodos de prevención y tratamiento.
¿Qué es la covid persistente y por qué surge?
A pesar de llevar observándose desde el comienzo de la pandemia, el término “covid persistente” todavía genera confusión e incertidumbre. La razón es que no nos hallamos ante una afección limitada a un órgano concreto. En realidad, lo podríamos definir como un síndrome que aparece en ciertas personas tras haber enfermado de covid-19.
Y ¿cuándo se puede decir que alguien sufre de covid persistente? Según la OMS, cuando los síntomas persisten al menos durante 2 meses sin ninguna otra explicación, independientemente de la gravedad con la que hayamos pasado la enfermedad.
El meollo de la cuestión es que esos síntomas no están claramente identificados. Existen hasta 200 diferentes, que pueden requerir la intervención de diversos especialistas médicos.
Esquema de los síntomas de la covid persistente con sus patologías asociadas y los especialistas que las pueden tratar. Adaptado por Matilde Cañelles.
Con semejante lista de síntomas, no es de extrañar que hasta los mismos profesionales tengan dificultades diagnosticando los casos. Para complicar aún más las cosas, el comienzo y duración de los síntomas es variado. Por ejemplo, los síntomas neurológicos suelen aparecer con un retraso de semanas o incluso meses tras pasar la enfermedad. Este tipo de síntomas tiende a empeorar con el tiempo y durar más.
Por otro lado, los síntomas gastrointestinales y respiratorios aparecen antes y es más fácil que acaben desapareciendo. Hay otros síntomas, como dolor de articulaciones y espalda, pérdida de cabello, visión borrosa o hinchazón de las extremidades inferiores, que son más comunes tras un año que a los dos meses.
Por desgracia, muy pocas personas diagnosticadas con covid persistente se recuperan del todo. Es más, según un estudio de 2022, un 85 % de los pacientes que tenían síntomas a los dos meses de pasar la enfermedad, aún los conservaban después de un año.
¿Reservorios de virus, autoinmunidad o un sistema inmune alterado?
Aunque las causas de este síndrome no se conocen a ciencia cierta, se manejan varias hipótesis:
reservorios del virus que “persisten” en los tejidos; disregulación inmunológica;
reactivación de otros virus (Epstein Barr o Herpervirus 6, entre otros);
impacto del SARS-CoV-2 sobre la microbiota;
autoinmunidad;
trombos en los capilares con daño al endotelio;
señalización alterada en el tronco encefálico o el nervio vago.
En resumen, cuando hablamos de covid persistente no hablamos sólo de “cansancio”, sino de una confluencia de patologías que se pueden alargar temporalmente y devenir en enfermedades crónicas –como diabetes, enfermedad coronaria o demencia– de no tratarse a tiempo. Por eso es importante un diagnóstico certero.
Avances en diagnóstico y tratamiento
El diagnóstico se basa principalmente en la duración y persistencia de los síntomas relacionados con la covid-19 (fatiga, dificultad para respirar, dolor en el pecho y confusión mental, entre otros). La valoración suele ser clínica y se basa en la historia médica del paciente y en una evaluación física. Hasta la actualidad, no hay una prueba específica para diagnosticar la covid persistente, aunque un estudio reciente muestra que hay ciertos marcadores específicos en la sangre que se podrían utilizar para su diagnóstico.
Según la Guía Clínica para la atención al paciente con covid persistente (2022), se pueden realizar pruebas adicionales para descartar otras afecciones médicas que podrían estar contribuyendo a estos síntomas. Estas pruebas pueden incluir análisis de sangre específicos en función de los síntomas, estudios de imagen como la resonancia magnética, y pruebas de función pulmonar (espirometría).
En una revisión más actualizada (marzo del 2023), los autores explican que las herramientas de diagnóstico están en su mayoría en desarrollo. Una línea importante son las investigaciones sobre la identificación de biomarcadores que sugieren que los niveles de vesículas extracelulares (orgánulos que se liberan naturalmente de las células), y/o marcadores inmunológicos que indicarían una alta citotoxicidad, podrían ser indicativos de covid persistente.
En cuanto al tratamiento, actualmente no existe uno específico para la covid persistente. Hay diferentes terapias, que son efectivas en función de los síntomas a tratar. Muchos de los métodos curativos utilizados para las personas afectadas con encefalomielitis miálgica/síndrome de fatiga crónica o EM/CFS son efectivos para personas con covid persistente. Algunos suplementos han mostrado buenos resultados en el tratamiento tanto de covid persistente como de EM/SFC, incluyendo coenzima Q10 y d-ribosa, y pueden merecer un estudio adicional.
Resumen de tratamientos en función de los síntomas. Tabla modificada por Nuria E. Campillo del articulo de Davis et al. Nat. Rev. Microbiology 2023, 21, 133-146.
Hacer deporte con covid persistente puede ser contraproducente
Algunos expertos opinan que el ejercicio es perjudicial para los pacientes con covid persistente que tienen EM/SFC o malestar posesfuerzo y que no debe utilizarse como tratamiento. Se basan en un estudio en personas con covid persistente mostrando que la actividad física empeoró la condición del 75 % de los pacientes y menos del 1 % experimentó mejoría. Sin embargo, se necesitan más estudios en esta dirección, ya que en el caso de EM/SFC la terapia de ejercicio aeróbico gradual produce un efecto beneficioso.
En resumen, las opciones de tratamiento actuales se basan en estudios piloto a pequeña escala en covid persistente, o en lo que ha sido efectivo para otras enfermedades.
Todo esto nos muestra que el SARS-CoV-2 pasa por nuestro organismo dejando su huella, a veces mucho más duradera de lo que quisiéramos (no olvidemos que la ME/SFC suele ser un diagnóstico de por vida). Por suerte, gracias a muchos investigadores que han decidido no correr un tupido velo sobre la pandemia, sabemos mucho más sobre las secuelas del virus y cómo hacerlas desaparecer. Pero aún llevará un tiempo el tener una visión completa, tanto a nivel clínico como poblacional.
Referencia
Davis HE, McCorkell L, Moore Vogel JM,Topol EJ. Long COVID: major findings, mechanisms and recommendations. Nat Rev Microbiol[Internet].2023[citado 11 oct 2023]; 21: 133–146. https://doi.org/10.1038/s41579-022-00846-2
11 octubre 2023|Fuente: theconversation| Tomado de Noticias médicas
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7
HAMBURGO, DEU. Iniciar el tratamiento con metformina en el momento del diagnóstico de diabetes gestacional se asoció con un mejor control glucémico y una reducción del aumento de peso gestacional, según los resultados de un ensayo aleatorizado controlado con placebo.[1]
En general, el desenlace primario del ensayo, una combinación de la indicación de insulina o un nivel de glucosa en ayunas ≥5,1 mmol/l (92 mg/dl) en las semanas 32 o 38 de gestación, no difirió entre las mujeres con diabetes gestacional asignadas al azar a placebo o metformina. Sin embargo, aquellas que tomaban metformina tenían significativamente menos probabilidades de necesitar insulina y tenían niveles de glucosa en sangre en ayunas significativamente más bajos en las semanas 32 y 38.
«Con un desenlace compuesto es más difícil encontrar un resultado positivo… Entonces, aunque el objetivo primario compuesto no fue positivo, los componentes del desenlace primario, que son clínicamente significativos, fueron positivos», dijo a Medscape Noticias Médicas la autora principal del estudio, Dra. Fidelma Dunne, Ph. D., endocrinóloga y profesora.
No hubo diferencias en la morbilidad materna o neonatal, pero hubo un aumento no significativo en ser pequeño para la edad gestacional, un hallazgo que se ha observado en algunos, pero no en todos los estudios previos sobre el uso de metformina en la diabetes gestacional.
La Dra. Dunne presentó los hallazgos el 3 de octubre en el Congreso Anual de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2023, y se publicaron simultáneamente en Journal of the American Medical Association.[1]
Las recomendaciones actuales del National Institute for Health and Care Excellence del Reino Unido indican que la metformina es una terapia de primera línea adecuada para la diabetes gestacional. Sin embargo, ni la American Diabetes Association ni la Society of Maternal-Fetal Medicine lo creen así, particularmente en el caso de embarazos con hipertensión o preeclampsia o en personas que corren riesgo de sufrir restricción del crecimiento intrauterino.
«La diabetes gestacional está alcanzando proporciones epidémicas y, por supuesto, la gran mayoría de estas mujeres se encuentran en países de ingresos bajos y medios donde la insulina podría no estar disponible, o el almacenamiento podría no permitir su uso eficaz. Si tenemos un fármaco que para la mayoría de las mujeres es seguro y eficaz, eso en verdad puede ayudar a muchas mujeres en esas regiones», afirmó la Dra. Dunne.
Además, anotó, «las mujeres con diabetes gestacional están midiendo su nivel de azúcar con pinchazos en el dedo de cuatro a siete veces al día y les pedimos que se administren insulina de una a cuatro veces al día. Entonces, si se puede aliviar algo de ese dolor relacionado con el tratamiento de su condición es un beneficio también para ellas».
Cuando se solicitaron sus comentarios, la Dra. Katrien Benhalima, Ph. D., del University Hospital Gasthuisberg, en Leuven, Bélgica, dijo a Medscape Noticias Médicas: «Creo que es un estudio interesante porque investigaron algo novedoso, iniciar inmediatamente metformina o placebo. Normalmente lo que hacemos es que una vez que recibimos el diagnóstico, las tratamos con medidas de estilo de vida y, si eso es insuficiente, comenzamos con el tratamiento médico. Así que este es un enfoque novedoso».
ambién estuvo de acuerdo con la Dra. Dunne en que la falta de significancia para el desenlace primario «no es por una cuestión de poder, sino porque es un resultado compuesto. Si se analizan los resultados individuales, como se puede esperar, las mujeres que tomaron metformina tuvieron menos necesidad de tratamiento con insulina».
Pero la Dra. Benhalima agregó que el estudio aún deja abierta la cuestión del tamaño pequeño para la edad gestacional. «No fue significativo, pero todavía es algo que nos preocupa en el sentido de que sentimos que necesitamos más datos, especialmente a largo plazo para la salud de los lactantes… Realmente necesitas seguirlos durante diez años o más para ver un efecto».
Por ahora, la Dra. Benhalima externó que no usaría metformina como tratamiento de primera línea para la diabetes gestacional. «Normalmente, si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, comenzaremos con la insulina… Otra cuestión es ¿por qué ofrecer a todo el mundo tratamiento médico cuando los resultados del embarazo se pueden lograr solo con el estilo de vida?».
Por otra parte, añadió, «por supuesto, la metformina es más fácil que una inyección. La satisfacción con el tratamiento mejora y el costo es menor».
El desenlace primario no fue diferente, pero los hallazgos del estudio apuntan hacia el beneficio de la metformina
El ensayo doble enmascarado controlado con placebo se realizó en dos sitios de Irlanda, con 510 personas (535 embarazos con diabetes gestacional) inscritas entre junio de 2017 y septiembre de 2022. Además de la atención habitual, fueron asignadas aleatoriamente 1:1 a cualquiera de los dos grupos de placebo o metformina (máximo 2.500 mg) en el momento del diagnóstico de diabetes gestacional y continuaron hasta el parto.
El desenlace primario, una combinación de inicio de insulina o una glucosa en ayunas ≥5,1 mmol/L en las semanas 32 o 38 de gestación no difirió significativamente entre los dos grupos, con un risk ratio (RR) de 0,89 (p = 0,13).
La indicación de la insulina se produjo en 38,4% de los grupos de metformina y en 51,1% de los de placebo (RR: 0,75, p = 0,004). La cantidad de insulina requerida en la última evaluación antes del parto no difirió entre los dos grupos (p = 0,17).
La glucosa media en ayunas fue significativamente menor con metformina frente a placebo en la semana gestacional 32 (4,9 frente a 5,0 mmol/L; p = 0,03) y en la semana gestacional 38 (4,5 frente a 4,7 mmol/L; p < 0,001).
En promedio, los del grupo de metformina ganaron menos peso entre la aleatorización y el parto (0,8 kg frente a 2,0 kg; p = 0,003).
La semana de gestación en el momento del parto no difirió entre los grupos, ambos con 39,1 semanas, ni tampoco los partos prematuros antes de las 37 semanas de gestación (9,2% metformina frente a 6,5% placebo; p = 0,33) ni ninguna otra complicación relacionada con el embarazo.
Más participantes en el grupo de metformina respondieron que elegirían el fármaco en comparación con el placebo (76,2% frente a 67,1%, p = 0,04).
El peso medio al nacer fue menor en el grupo de metformina en comparación con el de placebo, 3.393 g frente a 3.506 g (p = 0,005), con menos pesos >4.000 g (7,6% frente a 14,8%; p = 0,02) o tallas grandes para la edad gestacional, es decir, por encima del percentil 90 (6,5% frente a 14,9%; p = 0,003).
Las proporciones de descendientes pequeños para la edad gestacional (menos del percentil 10) fueron de 5,7% en el grupo de metformina frente a 2,7% con placebo (p = 0,13).
No hubo otras diferencias significativas en las variables neonatales.
La Dra. Dunne comentó a Medscape Noticias Médicas que su grupo recibió recientemente financiación para el seguimiento a largo plazo de los hijos pequeños para la edad gestacional. «Como han señalado otros artículos, si hay algún indicio de crecimiento pequeño para la edad gestacional, es realmente importante dar seguimiento. Así que ahora estamos comenzando nuestro seguimiento longitudinal de la madre y los lactantes para ver si el reducido número que eran pequeños para la edad gestacional sí tendrán un aumento en el índice de masa corporal y el peso en su niñez y adolescencia».
El ensayo fue financiado por Health Review Board (HRB) de Irlanda, coordinado por HRB-Clinical Research Facility Galway y patrocinado por la University of Galway, Irlanda. Merck Healthcare KGaA, Darmstadt, Alemania (que opera como Merck Serono en Estados Unidos) proporcionó metformina y un placebo equivalente, y Ascensia proporcionó tiras de control de glucosa en sangre.
Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.
Dunne F, Newman C, Alvarez-Iglesias A, Ferguson J, Smyth A, Brownw M, et al. Early Metformin in Gestational Diabetes: A Randomized Clinical Trial. JAMA[Internet]. 2023[citado 6 oct 2023]. doi: 10.1001/jama.2023.19869. PMID: 37786390. https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37786390/
7 octubre 2023| Fuente: Medscape|Tomado de | Noticias y Perspectivas | Medscape Noticias Médicas
sep
29
Investigadores analizaron a más de 400 pacientes y detectaron una asociación entre una alteración endocrina y la presencia de anomalías en el gen MECP2, que codifica una proteína importante para el desarrollo neuronal.
Si bien aún se la considera un trastorno raro, la pubertad precoz central (PPC) ha venido aumentando durante las últimas décadas en todo el mundo, tanto debido a factores ambientales producto de la exposición a compuestos químicos que interfieren en el sistema endócrino (bisfenol A, fitoestrógenos, ftalatos y mercurio, por ejemplo) como por la mejora en el diagnóstico y en la accesibilidad del tratamiento.
Este problema está relacionado con la activación anticipada del “reloj biológico” causada por la secreción de la hormona liberadora de gonadotrofina (GnRH). Su tratamiento se lleva a cabo con compuestos análogos a la GnRH, es decir, sustancias similares a la hormona natural producida en el hipotálamo, que se unen a los receptores e impiden su acción. Uno de los pocos estudios poblacionales sobre este tema se realizó en Dinamarca en 2005 y apuntó una incidencia de cinco casos cada 10 mil niños y de 20 a 23 casos cada 10 mil niñas.
Investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de São Paulo (FM-USP), en Brasil, y colaboradores de otros cuatro países (España, Estados Unidos, Francia y el Reino Unido) revelaron una causa genética de este trastorno en un estudio publicado en la revista The Lancet Diabetes & Endocrinology. En el referido artículo, los autores describen la presencia de mutaciones en el gen MECP2 –que codifica una proteína de igual nombre, importante para el desarrollo neuronal– en niños con pubertad precoz central con o sin anormalidades neurológicas consideradas leves, como el autismo y la microcefalia. Hasta ahora, este tipo de alteración genética se había observado únicamente en personas con el denominado síndrome de Rett, un trastorno neurológico grave que impide el habla y la locomoción.
Con el apoyo de la FAPESP, el equipo de científicos analizó a un grupo de 404 niños (niñas con menos de 8 años y niños con menos de 9 años con signos puberales progresivos) y halló mutaciones en el gen MECP2 en siete niñas que no tenían anormalidades neurocognitivas significativas o exhibían cuadros considerados leves, muy distintos al síndrome de Rett. Adicionalmente, un estudio con ratones mostró que este gen aparece bien expresado en las neuronas encargadas de producir la GnRH en el hipotálamo, que regulan el comienzo de la pubertad.
Asesoría genética y nuevos tratamientos
“Se considera esporádico –es decir, no familiar– a alrededor del 75 % de los casos de pubertad precoz central, y en ellos nosotros hemos encontrado una causa genética”, comenta Ana Pinheiro Machado Canton, autora del estudio e investigadora de la FM-USP. “Por ende, este trabajo apunta un factor causal más que debe estudiarse y evaluarse, incluso con asesoramiento genético y seguimiento del desarrollo metabólico, psicológico y reproductivo en beneficio de los niños y sus familias.”
La científica pone de relieve también la importancia de los resultados para el estudio de nuevos abordajes terapéuticos. “Pese a que el tratamiento ya existe y es muy efectivo, dado que identificamos factores de esa magnitud abrimos también un nuevo foco de estudio e investigación”, dice. El grupo pretende evaluar a una mayor cantidad de pacientes e investigar mediante qué mecanismos la proteína MECP2 regula el comienzo de la pubertad.
El trabajo publicado recientemente se concretó en colaboración con investigadores de cuatro universidades británicas (Queen Mary, Oxford, Imperial College London y Cambridge), una estadounidense (Universidad Harvard), una francesa (Universidad de París) y dos españolas (Autónoma de Madrid, de Sevilla y Virgen de la Arrixaca).
Referencia
Canton AP, Tinano FR, Guasti L, Montenegro LR, Ryan F, Shears D, et al. Rare variants in the MECP2 gene in girls with central precocious puberty: a translational cohort study. Lancet Diabetes Endocrinol [Internet]. 2023[citado 28 sep 2023]; 11(8): 545-554. DOI:https://doi.org/10.1016/S2213-8587(23)00131-6
29 septiembre 2023 Fuente: Dicyt Tomado de Ciencias Sociales
sep
29
El Director de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), doctor Jarbas Barbosa, lanzó hoy una nueva iniciativa denominada “Mejor Atención para las ENT: Acelerar Acciones en la atención Primaria de Salud”, a fin de ampliar el acceso a los servicios de enfermedades no transmisibles (ENT) en los sistemas de atención primaria de salud. El lanzamiento tuvo lugar durante un acto paralelo al 60º Consejo Directivo de la OPS, que se celebra esta semana.
“Garantizar unos servicios de atención primaria de salud para hacer frente a las ENT que sean de alta calidad, seguros, completos, integrados, accesibles, disponibles y asequibles para todos debe ser nuestro principio rector», afirmó el doctor Barbosa.
«Esta iniciativa pretende acelerar la integración de la gestión de las ENT en los servicios de atención primaria de salud, partiendo de los esfuerzos existentes y centrándose firmemente en llegar a los desatendidos, guiados por los principios de equidad, para que nadie se quede atrás», añadió.
Las ENT, principalmente las enfermedades cardiovasculares, el cáncer, las enfermedades respiratorias y la diabetes, son las principales causas de muerte en la región de las Américas, representando el 81 % de las vidas perdidas. Se estima que 240 millones de adultos en la región viven con al menos una ENT, lo que requiere acceso a una atención continua, prestada a través de la atención primaria de salud.
Aunque las Américas ha logrado «progresos encomiables en la lucha contra las ENT», persisten importantes lagunas en el acceso, la cobertura y la calidad de los servicios de salud para el diagnóstico y el tratamiento de las ENT, que se agravaron aún más con la pandemia de COVID-19, destacó el doctor Barbosa.
En la actualidad, ningún país de la región está en vías de alcanzar los nueve objetivos mundiales de la Organización Mundial de la Salud en materia de ENT para 2025, ya que sólo el 57 % de los países declaran disponer de directrices para el tratamiento de las cuatro ENT comunes. Solo el 26 % declara ofrecer tratamiento farmacológico, incluido para el control de la diabetes, y asesoramiento a las personas de alto riesgo que reúnan los requisitos, con el fin de prevenir los infartos de miocardio y los accidentes cerebrovasculares.
Para afrontar esta situación, la iniciativa «Mejor Atención para las ENT» tiene como objetivo garantizar las siguientes acciones:
Reforzar las capacidades de las autoridades sanitarias para planificar y poner en marcha servicios integrales de ENT en la atención primaria;
Aumentar la capacidad de los servicios de atención primaria para prestar servicios integrales de calidad de detección, diagnóstico, tratamiento y seguimiento de las ENT;
Reforzar la recopilación de datos y el seguimiento del diagnóstico, el tratamiento y los resultados de la atención a las ENT.
Como parte de la iniciativa, los Fondos Rotatorios Regionales de la OPS ofrecerán a los Estados Miembros un paquete de medicamentos contra las ENT que les permitirá acceder a medicamentos asequibles y de alta calidad para tratar la diabetes, el cáncer, las enfermedades cardiovasculares y las enfermedades respiratorias crónicas, así como pruebas diagnósticas y equipos vitales como dispositivos de control de la glucosa en sangre y de la presión arterial.
El acceso a la atención de las ENT dentro de los sistemas de atención primaria es vital, no sólo para prevenir enfermedades en las generaciones futuras, sino también para evitar complicaciones y muertes prematuras en quienes viven actualmente con una o más ENT, explicó el Director de la OPS.
Durante la presentación, Chile, El Salvador y Jamaica expusieron sus avances en la incorporación de las ENT a la atención primaria de salud y en la ampliación de los servicios para llegar a más personas.
29 septiembre 2023 Fuente: OPS Tomado de Noticias
sep
26
Una nueva investigación muestra que el tratamiento promovió el crecimiento óseo en ratones que vivieron en la Estación Espacial Internacional y en la Tierra sin ningún adverso aparentes efectos.
Un equipo de científicos dice que pueden haber encontrado una nueva forma de mitigar una de las complicaciones más peligrosas de los viajes espaciales: la constante e inevitable pérdida de masa ósea. En una nueva investigación publicada esta semana, el tratamiento experimental del equipo pudo promover el crecimiento óseo en ratones vivir a bordo de la Estación Espacial Internacional durante al menos nueve semanas, aparentemente sin efectos adversos. Se necesitarán más estudios para validar esto tratamiento antes de que pueda ser usado en humanos, sin embargo.
Por divertido que pueda parecer estar casi ingrávido, el entorno de microgravedad del espacio puede tener efectos profundamente negativos en nuestros cuerpos si nos quedamos allí arriba. demasiado tiempo. Nuestros huesos, en particular, en realidad dependen del estrés mecánico regular para mantenerse sanos, gran parte del cual proviene de la lucha contra la gravedad de la Tierra. . Sin este estrés, la producción corporal de células formadoras de hueso (llamadas osteoblastos) comienza a disminuir. con el desgaste constante de nuestros huesos, esto lleva a pérdida ósea progresiva, lo que puede aumentar el riesgo de fracturas durante la misión y posiblemente incluso más adelante en la vida. Los astronautas pueden perder hasta 1 % de su masa ósea por cada mes que pasan en el espacio, mientras que la recuperación en la Tierra puede llevar años después de un largo viaje.
Los astronautas harán ejercicio durante horas al día en el espacio para evitar la pérdida ósea, pero es una medida provisional imperfecta y que requiere mucho tiempo. Es casi seguro que una solución alternativa segura y altamente efectiva a este problema es esencial para hacer de los viajes espaciales de largo plazo una realidad práctica para la humanidad en grande. Investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) y el Instituto Forsyth en Cambridge, Massachusetts, creen que ahora son uno paso más importante hacia ese objetivo.
Su trabajo anterior había demostrado que una molécula particular llamada molécula tipo NELL-1 (NELL-1) juega un papel crucial para ayudarnos a desarrollar y mantener la densidad ósea. Luego crearon una versión de NELL-1 que podría permanecer en el cuerpo por más tiempo sin perder su efecto, una una consideración importante para los viajes espaciales dado lo ocupados que pueden estar los astronautas durante una misión. Por último, combinaron su NELL-1 con bisfosfonato, una clase de fármaco que ya se utiliza para prevenir la pérdida ósea, con el fin de atacar mejor el tejido óseo y, con suerte, evitar los efectos secundarios observados. con el uso típico de bisfosfonatos.
Luego probaron su tratamiento en ambos con destino al espacio. y ratones terrestres, comparándolos con controles. Algunos de los ratones espaciales sólo subieron a la ISS durante cuatro horas y media semanas y regresaron a la Tierra, mientras el resto permaneció y fueron observados durante nueve semanas. Centro Espacial Kennedy. Al final del experimento, todos los ratones tratados mostraron signos de crecimiento óseo “sin efectos adversos evidentes para la salud”. efectos”, según los autores.
Los resultados del equipo, publicado Monday en la revista Microgravity, son sólo el comienzo de mostrar que este tratamiento puede funcionar según se previsto. Y requerirá más datos para confirmar verdaderamente la seguridad y eficacia a largo plazo del medicamento. Sin embargo, Los autores están entusiasmados con las implicaciones de su investigación y lo que podría significar para los viajes espaciales.
“Nuestros hallazgos son tremendamente prometedores para el futuro de la exploración espacial, particularmente para misiones que involucran estancias prolongadas en microgravedad”, dijo el autor principal para correspondencia. Chia Soo in a declaración from UCLA.
Idealmente, este tratamiento podría incluso tener otros usos prácticos, señalan los autores. Hay muchas afecciones médicas en la Tierra que agotan nuestra fuerza ósea, como la osteoporosis grave. Y no es descabellado esperar que la molécula del equipo pudiera ayudar a prevenir el deterioro musculoesquelético de manera más general.
Por ahora, el equipo todavía está analizando los datos de los ratones que regresaron a la Tierra, una hazaña en mismo, ya que fue el primer retorno de animales vivos (“Vuelo LAR”) de ratones realizado por científicos estadounidenses.
Referencia
Ha P, Kwak JH, Zhang Y, Shi J, Tran L, Pan Liu T, et al. Bisphosphonate conjugation enhances the bone-specificity of NELL-1-based systemic therapy for spaceflight-induced bone loss in mice. npj microgravity. 2023; 75. https://doi.org/10.1038/s41526-023-00319-7
Fuente:( Gizmodo) Tomado de Ciencia
sep
25
Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Orebro (Suecia) sugiere la necesidad de una mejor orientación internacional sobre el tratamiento del trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH) en personas mayores de 50 años.
Publicado en la revista ´Expert Review of Neurotherapeutics´, los hallazgos de dicho estudio resaltan una brecha «sorprendente» en el conocimiento del TDAH sobre las personas mayores, ya que las pautas existentes se centran en niños y adultos jóvenes. «Nuestro análisis concluye que se necesitan urgentemente mejores enfoques para detectar y diagnosticar a las personas de entre 50 y 55 años», según afirma la autora principal, la Dra. Maja Dobrosavljevic, de la Universidad de Orebro.
El equipo de autores también incluye al presidente del Grupo Europeo de Directrices sobre el TDAH, Samuele Cortese, profesor de psiquiatría infantil y adolescente en la Universidad de Southampton, y a Henrik Larsson, profesor de epidemiología psiquiátrica en la Universidad de Orebro.
Escasez de estudios en adultos
Partiendo de que este trastorno es hereditario, los síntomas incluyen ser impulsivo, hiperactivo y tener poca concentración, atención y habilidades organizativas. Se estima que afecta a alrededor del 2,5% de los adultos. El trastorno del desarrollo neurológico puede persistir durante toda la vida y tener un impacto negativo en la educación, las perspectivas laborales y la interacción social.Los investigadores revisaron casi 100 estudios.
De estos, 44 eran artículos sobre prevalencia, resultados de salud, diagnóstico y eficacia/seguridad del tratamiento, así como directrices clínicas/declaraciones de consenso que proporcionaban recomendaciones sobre el diagnóstico clínico y el tratamiento del TDAH en adultos mayores.Posteriormente, el equipo evaluó los criterios de diagnóstico actuales de acuerdo con el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM) y la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud. También se evaluaron otros aspectos como la utilidad de los criterios actuales para el diagnóstico de adultos mayores.
«Nuestros resultados muestran que ningún estudio ha observado a las personas durante un largo período de tiempo hasta una edad avanzada. En cambio, la investigación se ha centrado en la evaluación retrospectiva de los síntomas infantiles, y esto puede ser poco fiable debido a problemas de memoria relacionados con la edad», apuntó el prof.
Larsson, cuya experiencia radica en cómo los genes y el entorno influyen en los problemas de salud mental a lo largo de la vida. «Los médicos deberían evaluar la salud física de una persona mayor con TDAH antes de prescribir un tratamiento farmacológico», agregó.
Y es que el equipo investigador considera que se necesitan más ensayos sobre la seguridad y eficacia de los medicamentos actuales para el TDAH, incluidas las dosis máximas recomendadas, utilizados para tratar a este grupo de edad, que tiene un mayor riesgo de padecer otras afecciones de salud, como problemas cardíacos.
Los expertos recomiendan que los médicos tengan en cuenta pistas distintivas para distinguir el TDAH del deterioro cognitivo leve (DCL) relacionado con la edad. Las personas con TDAH suelen informar síntomas infantiles, mientras que el deterioro cognitivo leve tiene un inicio más abrupto. «La clasificación para los adultos mayores debería incluir diagnósticos que diferencien entre el TDAH y afecciones con síntomas similares», concluyeron.
Referencia
Dobrosavljevic M, Larsson H, Cortese S. The diagnosis and treatment of attention-deficit hyperactivity disorder (ADHD) in older adults. Expert Rev Neurother. 2023; 23(10): 883-893. DOI: 10.1080/14737175.2023.2250913
22/09/2023
Fuente: (Psiquiatría.com) Tomado de Noticia Actualidad | Psiquiatría general