caminarCaminar es un ejercicio saludable, sencillo y económico, sin embargo, practicarlo incorrectamente ocasiona dolores y malestar físico, por lo que hay que evitar los errores, según un artículo publicado en National Geographic.

Tras consultar opiniones de varios expertos, el escrito destaca cinco aspectos a tener en cuenta al dar una caminata, pues hacerlo correctamente ayuda a prevenir desde enfermedades
cardíacas, diabetes e hipertensión arterial hasta el cáncer. Aunque se trata de un ejercicio sencillo, hay que evitar las lesiones y, para ello, conviene prestar mucha atención a la hora de elegir las mejores zapatillas de andar para no dañar los pies. Se sugiere elegir un calzado deportivo que ofrezca una suela que soporte el impacto de la marcha, sea cómodo y se ajuste
correctamente. Llevar un calzado mal ajustado puede provocar rozaduras, ampollas por fricción, llagas en los dedos y dolor general, y convertir una actividad placentera en una molestia. Los especialistas aseguran que al andar los brazos también desempeñan un papel importante, pues actúan como contrapeso de las piernas en un movimiento natural. Aconsejan mover cada brazo en oposición al movimiento de la pierna e intentar relajar las extremidades superiores y que se alternen con naturalidad, pues dejarlas a los lados o balancearlas fuertemente puede reducir la velocidad de la marcha. Aseguran también que mantener una postura erguida pero suave, con los hombros sueltos, reduce la tensión en el cuello, permite relajar las caderas y afloja los músculos de la zona lumbar. Añaden que no se debe caminar nunca con la cabeza gacha, ya que obliga al cuerpo a trabajar mucho más para mantener la alineación y puede provocar fuertes dolores en la columna cervical. Advierten, además, que no hay necesidad de dar grandes zancadas, pues son menos estables y el caminante puede sentirse un poco desequilibrado, más bien se debe intentar mantener los pasos relativamente cerca del torso, que sean cortos y rápidos, lo que ayudará a mantener la columna recta y evitará sobrecargar la espalda o la cadera. Por último, los especialistas aconsejan mantenerse hidratado durante la marcha, beber una pequeña cantidad de agua u otros líquidos a intervalos regulares. En este contexto sugieren evitar las bebidas con cafeína antes del paseo, porque su consumo provoca pérdida de líquidos y da más sed.

19 febrero 2024 | Fuente: Prensa Latina| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A

sal y hipertensionLas personas que siguieron una dieta baja en sal durante solo una semana experimentaron una reducción de la presión arterial sistólica de unos 6 mm Hg, según un nuevo estudio.

En el ensayo CARDIA-SSBP participaron 213 personas de 50 a 75 años, tanto hipertensas como no hipertensas, y se demostró que el descenso de la presión arterial producido por una dieta baja en sal era independiente del estado de hipertensión y del uso de fármacos antihipertensiva. También se observó una coherencia general entre los subgrupos y no se produjo un exceso de efectos adversos.

«La reducción de la presión arterial que observamos aquí es significativa y equivalente a la producida por un fármaco antihipertensivo», dijo a Medscape Noticias Médicas el investigador principal, Dr. Deepak Gupta, del Vanderbilt University Medical Center, en Nashville, Tennessee.

El Dr. Gupta presentó el estudio CARDIA-SSBP el 11 de noviembre en el congreso Sesiones Científicas 2023 de la American Heart Association (AHA), que tuvo lugar en Filadelfia, Estados Unidos. El estudio también fue publicado en versión electrónica el 11 de noviembre en JAMA. Los menús exactos utilizados en el estudio están disponibles en un suplemento del artículo de JAMA.

«Para llevar un estilo de vida sano, entender lo que comemos tiene importantes efectos sobre la salud. El aumento de la presión arterial contribuye a 1 de cada 8 muertes en todo el mundo», señaló el Dr. Gupta. «Si la gente quiere reducir su presión arterial, prestar atención al sodio de la dieta es una parte de ello. Si los individuos pueden seguir una dieta baja en sodio, podrán dejar de tomar uno de sus fármacos antihipertensivos, y los que son normotensos tendrán menos probabilidades de padecer hipertensión».

Los comentaristas afirmaron que el estudio tenía importantes implicaciones para la salud pública, pero señalaron que mantener una dieta baja en sodio a largo plazo es difícil, dado el alto contenido en sal de los alimentos generalmente disponibles.

El Dr. Gupta agregó que en el estudio se utilizaron productos comerciales en las dietas bajas en sodio y que los menús están disponibles para que la gente los siga, lo que las hace más accesibles que algunas dietas utilizadas en estudios anteriores.

«Lo que también puede resultar atractivo para la gente es que no hay que esperar meses para ver un efecto. Si se empieza a consumir una dieta baja en sodio, se pueden ver resultados en la presión arterial rápidamente, en una semana», comentó.

La dieta de este estudio implicó una gran reducción de sodio, pero el Dr. Gupta enfatizó que cualquier reducción de sodio en la dieta es probablemente beneficiosa.

«Si se llega al nivel al que llegamos, se podría esperar una reducción de unos 6 mm Hg. Pero es como caminar: no es necesario dar 10 000 pasos al día. Cualquier caminata o actividad física es beneficiosa. Lo mismo puede decirse de la sal: Cualquier reducción es beneficiosa».

Para el estudio, se midió la presión arterial de los participantes mediante monitorización ambulatoria durante 24 horas mientras seguían su alimentación habitual. A continuación, se les aleatorizó a una dieta rica o baja en sodio durante una semana. Después, los participantes cambiaron a la dieta opuesta durante una semana y se les midió la presión arterial durante un periodo de 24 horas el último día.

Según la excreción urinaria de 24 horas, la dieta habitual de los participantes ya era rica en sodio (mediana: 4,45 g/d). Esta cifra aumentaba a una mediana de 5,00 g/d cuando seguían la dieta rica en sodio del estudio y disminuía a 1,27 g/d cuando seguían la dieta pobre en sodio.

Los resultados revelaron que los participantes tenían una mediana de presión arterial sistólica de 125 mm Hg con sus dietas habituales. Esta cifra aumentaba a 126 mm Hg con la dieta rica en sodio y bajaba a 119 mm Hg con la dieta baja en sodio.

Los investigadores también informaron que 75 % de los individuos mostraron una reducción de la presión arterial con la dieta baja en sodio y, por tanto, se definen como «sensibles a la sal». Es un porcentaje superior al hallado en estudios anteriores.

«Aquellos que no mostraron una reducción de la presión arterial con una dieta baja en sodio en este estudio al parecer no se apegaron tanto a la dieta como los que sí tuvieron una presión arterial más baja», apuntó el Dr. Gupta.

Subrayó que la hipertensión es la enfermedad crónica más común en todo el mundo, con unos 1 300 millones de personas afectadas, y aunque se sabe desde hace tiempo que el sodio de la dieta afecta la presión arterial, ha habido algunas lagunas en estudios anteriores.

Por ejemplo, en muchos estudios anteriores se ha excluido a las personas que ya tomaban antihipertensivos y a los pacientes con diabetes, y en general no han incluido a muchas personas mayores. En el estudio actual se observó que todos estos grupos también mostraban reducciones significativas de la presión arterial al disminuir el sodio de la dieta.

Gran efecto en personas con diabetes

Los análisis de subgrupos mostraron en gran medida resultados coherentes en toda la población, independientemente de la edad, el sexo, la raza y el índice de masa corporal y de si los participantes tomaban o no fármacos antihipertensivos, pero hubo un par de excepciones. Los individuos con una presión arterial más alta al inicio del estudio parecían experimentar un mayor efecto de la reducción del sodio en la dieta, aunque para los normotensos al inicio del estudio también hubo una reducción significativa de la presión arterial, informó el Dr. Gupta.

Los investigadores también observaron que la presión arterial de los pacientes con diabetes (21 % de la cohorte total) bajaba de manera importante al disminuir su ingesta de sodio. Su reducción media de la presión arterial sistólica entre la dieta alta y la baja en sodio fue de casi 17 mm Hg, en lugar de los 7-8 mm Hg de toda la cohorte.

El Dr. Gupta aseguró que los resultados son aplicables a la mayoría de la población.

«Las personas que estarán más motivadas a seguir una dieta baja en sodio son las hipertensas, pero incluso los individuos normotensos es probable que obtengan beneficios».

Para ayudar a la gente a seguir una dieta baja en sodio, el Dr. Gupta enfatizó que se necesitan campañas educativas «para demostrar a la gente que puede hacerlo y que funciona». Pero hay cuestiones estructurales más grandes que deben abordarse a nivel político y gubernamental.

«La mayoría de los alimentos disponibles en tiendas y restaurantes tienen un alto contenido en sal. Ahora tenemos evidencia preponderante de que hay que cambiar lo que se ofrece en el suministro de alimentos», dijo. España, México, Uruguay, Chile y Brasil se incluyen en una lista de apenas 9 países del mundo que poseen un conjunto integral de políticas para reducir la ingesta de sodio, calificadas con la mejor evaluación (puntaje de 4) por la Organización Mundial de la Salud (OMS); el organismo recomienda un consumo menor de 2.000 mg/día (equivalente a una cucharadita).

Difícil de mantener a largo plazo

El Dr. Paul Whelton, catedrático de salud pública mundial de la Tulane University School of Medicine, comentó a Medscape Noticias Médicas que se sabe que la reducción del sodio disminuye la presión arterial, y que una mayor reducción del sodio lleva a un mayor descenso de la presión arterial, y que algunas personas son más sensibles a los efectos del sodio que otras.

Describió CARDIA-SSBP como un «estudio bien hecho»: «Consiguieron una ingesta de sodio muy baja y una gran diferencia entre los dos grupos, lo que se tradujo en una gran reducción de la presión arterial sistólica», destacó el Dr. Whelton. «Sin embargo, el problema de este tipo de ensayos en los que se proporcionan las dietas a los participantes es que, aunque muestran una prueba preliminar, es difícil generalizar porque normalmente no podemos proporcionar a los pacientes sus comidas. En este tipo de estudio de ‘alimentación’ nos resulta difícil mantener a las personas en su intervención conductual a largo plazo».

El Dr. Whelton dijo que le entusiasmaba más este ensayo sabiendo que los alimentos que se daban estaban disponibles comercialmente. «Eso lo hace más práctico, pero aun así hay que estar bastante motivado para seguir una dieta como esta. Comprar productos bajos en sodio en el supermercado requiere bastante trabajo para leer las etiquetas y a veces los alimentos bajos en sodio son productos especiales y resultan más caros».

Señaló que las personas mayores de clases socioeconómicas más altas tienen más probabilidades de intentarlo y obtienen mejores resultados de las intervenciones conductuales en general. «Por desgracia, las personas a las que no les van bien las intervenciones conductuales de este tipo son las de grupos socioeconómicos más bajos, que son las que tienen más riesgo de sufrir enfermedades cardiovasculares».

El Dr. Whelton agregó que la industria alimentaria se ha mostrado reacia a reducir el contenido de sodio porque los alimentos ricos en sal se venden mejor. «Lamentablemente, los alimentos ricos en grasas saturadas y sal saben bien a la mayoría de la gente. En general, estamos acostumbrados a un consumo elevado de sal. Pero cuando la gente lleva un tiempo siguiendo una dieta baja en sal, por lo general ya no le gustan los alimentos ricos en sal. Se acostumbran a una dieta baja en sodio», añadió.

La sal está omnipresente en los alimentos

Cheryl Anderson, Ph. D., maestra en salud pública, de la University of California en San Diego, Estados Unidos, y ponente del estudio CARDIA-SSBP en el congreso, afirmó que los resultados eran importantes y coherentes con estudios anteriores.

«Estos estudios tienen implicaciones globales porque la sal está omnipresente en el suministro de alimentos en gran parte del mundo», apuntó, y añadió que «los estadounidenses consumen casi 50 % más de sodio de lo recomendado, y ha habido una persistente falta de adhesión a las recomendaciones de dietas saludables para reducir la sal, el azúcar y las grasas».

Anderson señaló que en 2021, la Administración de Alimentos y Medicamentos (FDA) de los Estados Unidos emitió una guía para la reducción voluntaria de sodio, que utiliza un enfoque gradual, con objetivos para alcanzar una meta poblacional de 3.000 mg/d de sodio para 2023 y 2.300 mg/d para 2031.

«Estos objetivos se aplican a 150 categorías de alimentos ponderados por ventas para centrarse en los vendedores dominantes de cada categoría. Se aplican a los fabricantes de alimentos, los restaurantes y los servicios alimentarios», concluyó. «Estos objetivos sirven de base para continuar el diálogo. La comunidad investigadora espera con impaciencia la revisión de los datos basados en la población para ayudar a perfeccionar este enfoque y los objetivos».

 

Ver más información:  Gupta DK, Lewis CE, Varady KA, Ru Su Y, Mdhur MS, Lackland DT, et al. Effect of Dietary Sodium on Blood Pressure: A Crossover Trial. JAMA[Internet].2023[citado 30 nov 2023].  doi:10.1001/jama.2023.23651

2 diciembre 2023 | Fuente: Medscape | Tomado de | Noticias y Perspectivas

caminarUn aumento moderado de las caminatas disminuyó en forma significativa la presión arterial en adultos mayores sedentarios hipertensos.

Alrededor del 80 % de los adultos mayores de 65 años en EE.UU. son hipertensos.  La modificación del estilo de vida a menudo es la primera línea de tratamiento para el manejo de la hipertensión; pero, a pesar de los beneficios conocidos del aumento de la actividad física, son frecuentes las barreras para realizar una actividad regular estructurada.

Elizabeth Lefferts, del Departamento de Kinesiología de la Universidad Estatal de Iowa y sus colaboradores, llevaron a cabo el estudio publicado en el Journal of Cardiovascular Development and Disease para evaluar el impacto de una intervención sencilla sobre el estilo de vida de las personas mayores sedentarias y determinar si podían mantener la intensificación de sus caminatas a lo largo del tiempo.

La actividad física más frecuente en las personas mayores es la caminata porque es accesible, de bajo costo y fácil de implementar. Sin embargo, no se ha definido con exactitud la cantidad de pasos que se deben caminar para obtener un beneficio claro para la salud. Algunos proponen caminar 10 000 pasos por día como objetivo general para la salud pública, pero es difícil de alcanzar en las personas mayores, quienes en promedio caminan unos 4 200 pasos diarios.

Las pautas actuales en Estados Unidos recomiendan que los adultos en general deben realizar al menos 150 minutos semanales de actividad física aeróbica moderada a vigorosa para obtener beneficios sustanciales para su salud. Las autoras plantean que en adultos mayores sedentarios alcanzar una cantidad absoluta de pasos diarios podría ser menos crítico para mejorar su salud que el aumento de la cantidad de tiempo que dedican a caminar en comparación con los niveles basales.

Métodos y población estudiada

Para evaluar su hipótesis, estudiaron a un grupo de adultos mayores de 65 años con hipertensión o en tratamiento con agentes antihipertensivos en dosis estables, con sobrepeso u obesos y con un nivel de actividad física menor de 8000 pasos diarios. Cabe señalar que la investigación se realizó en plena pandemia de COVID-19, por lo que todas las entrevistas y evaluaciones se hicieron a distancia.

La investigación, de una sola rama, completó evaluaciones en la entrevista basal, a las 10 semanas y a las 20 semanas durante el período de intervención. Después de la selección se entregó a cada participante una tableta para interactuar con un entrenador asignado para realizar las evaluaciones y responder las dudas, un podómetro, un tensiómetro, una balanza, cuestionarios para realizar autoevaluaciones y folletos impresos con instrucciones. Los participantes registraron su presión arterial y frecuencia cardíaca, en lo posible a la misma hora cada día durante ambas fases del estudio. También midieron y registraron sus pesos y completaron cuestionarios sobre los alimentos ingeridos, los determinantes cognitivos sociales de la actividad física para investigar su percepción del riesgo, expectativas de resultados, motivaciones e intenciones antes de comenzar la intervención. Se promediaron las respuestas a cada cuestionario para crear una puntuación global de motivación y acción.

La intervención consistió en dos fases: durante la primera, activa (semanas 1-10) se brindó asistencia para el cambio de conducta con el fin de ayudar a alcanzar los objetivos de los pasos y durante la segunda, de automantenimiento (semanas 11-20) se proporcionó una asistencia mínima. Los participantes no debían alcanzar un recuento de pasos diarios según un requisito estricto de tiempo o intensidad de la marcha, sino que debían acumular pasos durante el día de cualquier manera acorde con su estilo de vida. Se les solicitó que el aumento de la cantidad de pasos fuera gradual para disminuir el riesgo de lesiones. Se obtuvieron promedios de la actividad realizada durante todos los días, con 10 horas de uso del podómetro electrónico, como mínimo.

Resultados

El 91 % de los participantes completó todas las evaluaciones y utilizaron el podómetro durante más de 10 horas el 97 % de los días durante el período de intervención. En ese lapso, la cantidad de pasos fue significativamente mayor que en la evaluación basal. Al cabo de 20 semanas habían mejorado tanto la presión sistólica (137 ± 10 a 130 ± 11 mm Hg) como la diastólica (81 ± 6 a 77 ± 6 mm Hg). Durante el período de estudio, no se registraron cambios en el uso de medicación antihipertensiva ni en la dieta.

Discusión y conclusiones

En esta intervención en adultos mayores sedentarios, el aumento de la cantidad de pasos diarios a 3 000 aproximadamente disminuyó en forma significativa la presión arterial sistólica y diastólica a las 20 semanas en 7 y 4 mm Hg, respectivamente. El aumento de los pasos diarios se mantuvo incluso durante el período de contacto mínimo con el personal durante la fase de automantenimiento, con un descenso adicional de otros 2 mm Hg en los registros de presión.

Las autoras afirman que la medición de los pasos diarios es una métrica fácil de interpretar y comprender, por lo que es un objetivo ideal para promover la actividad física en esta población. Investigaciones sugirieron que disminuciones similares a las magnitudes informadas corresponden a una reducción del riesgo relativo de mortalidad por todas las causas del 11 %, y del 16 % en el caso de la mortalidad cardiovascular, del 18 % del riesgo de cardiopatía y del 36% del riesgo de accidente cerebrovascular.

Los resultados podrían tener importantes repercusiones entre los profesionales que intentan desarrollar una estrategia simple, efectiva y de aplicación generalizada para disminuir la presión arterial.

Lefferts EC, Saavedra JM, Song BK, Brellenthin AG, Pescatello LS, Lee D.  Increasing Lifestyle Walking by 3000 Steps per Day Reduces Blood Pressure in Sedentary Older Adults with Hypertension: Results from an e-Health Pilot Study. J Cardiovasc Dev Dis[Internet]. 2023[citado 7 oct 2023]; 10(8): 317. https://doi.org/10.3390/jcdd10080317

9 octubre 2023 |Fuente: siicsalud| Tomado de Noticias biomédicas 

hipertension arterialLos mecanismos fundamentales de la generación de sonidos de Korotkoff.

Desmintiendo un mito. Usted conoce los «sonidos de Korotkoff» de la presión arterial, descritos por primera vez en 1905 para medir la presión arterial. Se pensaba que provenían de la arteria braquial, pero no es así: provienen de vibraciones del tejido circundante.

Resumen

La medición de la presión arterial es el examen clínico más utilizado para predecir el riesgo de mortalidad. El estándar de oro para su evaluación no invasiva es el método auscultatorio, que se basa en escuchar los llamados «sonidos de Korotkoff» en un estetoscopio colocado en la salida de un brazalete neumático. Sin embargo, más de un siglo después de su descubrimiento, el origen de estos sonidos aún es objeto de debate, lo que implica una serie de limitaciones clínicas.

Tomamos imágenes de la generación de sonido de Korotkoff (SK) in vivo a miles de imágenes por segundo utilizando ultrasonido ultrarrápido. Demostramos tanto con la experiencia como con la teoría que los sonidos de Korotkoff (SK), paradójicamente, no son ondas sonoras que emergen de la arteria braquial, sino vibraciones de corte transmitidas a los tejidos circundantes mediante la propagación no lineal de la onda del pulso. Cuando estas vibraciones de corte alcanzaron el estetoscopio, eran sincrónicos, correlacionados y comparables en intensidad con los sonidos de Korotkoff (SK).

Comprender este mecanismo podría, en última instancia, mejorar la medición de la presión arterial y proporcionar una comprensión adicional de las propiedades mecánicas arteriales.

Discusión

A partir de estos resultados, proponemos la siguiente teoría para el origen de los sonidos de Korotkoff (SK):

(I) Al disminuir la presión transmural y, por tanto, la rigidez de la arteria braquial, el manguito de presión ralentiza la onda del pulso y amplifica los desplazamientos locales de la pared arterial.

(II) La alta velocidad resultante de la pared arterial en comparación con la velocidad de propagación de la onda del pulso da como resultado un régimen de propagación altamente no lineal bajo el manguito que transfiere la energía de la onda desde frecuencias muy bajas, apenas audibles, a un contenido audible de frecuencia más alta.

(III) Estas vibraciones no lineales se irradian hacia los tejidos circundantes, donde forman desplazamientos cortantes con una amplitud que decae exponencialmente con la distancia a la pared arterial. Estas vibraciones tisulares se propagan conjuntamente con la onda del pulso arterial.

Perspectivas para las mediciones de presión.

Responder a la pregunta sobre los orígenes del SK podría tener importantes consecuencias clínicas. Incluso si el método de auscultación tiende a ser reemplazado por la evaluación oscilométrica automática, esta última tiene limitaciones bien conocidas que pueden conducir a una subestimación o sobreestimación de la PA. Los KS siguen siendo la referencia de calibración para estos dispositivos comerciales con algoritmos no revelados, por lo que comprender su mecanismo es esencial para las mediciones de PA. En particular, estimar con precisión la PAD es un desafío.

Esencialmente, nuestros hallazgos muestran que la desaparición del SK al disminuir la presión del manguito es un fenómeno gradual. No solo la intensidad del KS disminuye cuando la presión del manguito alcanza la presión arterial diastólica (PAD), sino que también demostramos que el contenido de frecuencia del KS está impulsado por la propagación no lineal de la onda del pulso.

Por lo tanto, alrededor de la PAD, donde el comportamiento no lineal es menos pronunciado, la velocidad de la pared arterial tiene un contenido espectral de tono muy bajo, en un rango donde el oído humano tiene una sensibilidad muy baja. Esta dependencia del contenido de frecuencia con la distancia de propagación explica también por qué la posición del estetoscopio también puede influir en la percepción de los KS. En general, los KS se vuelven más débiles y profundos alrededor del valor de la PAD, lo que puede explicar por qué con frecuencia se sobreestima, especialmente en los participantes hipertensos.

Referencia

Baranger J, Villemain O, Goudot G, Dizeux A, Le Blay H, Messas E, et al. The fundamental mechanisms of the Korotkoff sounds generation. Science advances [Internet].2023[citado 6 oct 2023]; 9(40). DOI: 10.1126/sciadv.adi4252

7 0ctubre 2023 | Fuente: Intramed| Tomado de Noticias Médicas

octubre 7, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Medicina | Etiquetas: , , , , , , |

hipertension-y-embarazo-236975_w767h767c1cx65cy65La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado su primer informe sobre los efectos devastadores a escala mundial de la hipertensión arterial, que incluye además recomendaciones sobre cómo vencer a este asesino silencioso. Según el informe, aproximadamente cuatro de cada cinco personas con hipertensión arterial no reciben un tratamiento adecuado; con todo, si los países logran ampliar la cobertura, podrían evitarse 76 millones de muertes entre 2023 y 2050.

La hipertensión arterial afecta a uno de cada tres adultos en todo el mundo. Esta afección, frecuente y mortal, causa accidentes cerebrovasculares, infartos de miocardio, insuficiencia cardiaca, daños renales y muchos otros problemas de salud.

El número de personas con hipertensión arterial (una presión arterial de 140/90 mmHg o superior o que toman medicamentos para la hipertensión arterial) se duplicó entre 1990 y 2019, pasando de 650 millones a 1 300 millones. Casi la mitad de las personas con hipertensión arterial en todo el mundo desconocen actualmente que sufren esta afección. Más de tres cuartas partes de los adultos con hipertensión arterial viven en países de ingreso mediano y bajo.

Aunque la edad avanzada y la genética pueden aumentar el riesgo de sufrir hipertensión arterial, factores de riesgo modificables, como una dieta elevada en sal, la falta de actividad física o un consumo excesivo de alcohol, también pueden aumentar este riesgo.

Introducir cambios en el modo de vida, por ejemplo, adoptar una dieta más saludable, dejar de fumar y practicar más actividad física, pueden ayudar a reducir la tensión arterial. Algunas personas tal vez necesiten medicamentos para controlar de manera eficaz la hipertensión arterial y prevenir complicaciones conexas.

La prevención, la detección precoz y el manejo eficaz de la hipertensión arterial son algunas de las intervenciones más eficaces en relación con los costos en materia de atención de la salud, y los países deben priorizarlas como parte del conjunto nacional de prestaciones de salud que ofrecen a nivel de la atención primaria. Los beneficios económicos de unos programas de tratamiento de la hipertensión arterial mejorados superan los costos en una proporción aproximada de 18 a 1.

«Aunque la hipertensión puede controlarse de manera efectiva mediante unos medicamentos simples y de bajo costo, solamente una de cada cinco personas con hipertensión arterial la tiene bajo control», declaró el Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS «Los programas de control de la hipertensión arterial siguen sin recibir la atención que merecen, apenas se les da prioridad y su financiación está muy por debajo de lo necesario. Fortalecer el control de la hipertensión arterial debe formar parte de las actuaciones que todos los países han de implementar en pro de la cobertura sanitaria universal, sobre la base de unos sistemas de salud que funcionen adecuadamente, sean equitativos y resilientes y estén fundamentados en la atención primaria de la salud».

El informe se presentará durante el septuagésimo octavo periodo de sesiones de la Asamblea General de las Naciones Unidas, en el que se abordarán los avances realizados en la consecución de los Objetivos de Desarrollo Sostenible, incluidos los objetivos de salud relacionados con la preparación y respuesta frente a pandemias, el fin de la tuberculosis y la cobertura sanitaria universal. Una mejor prevención y control de la hipertensión arterial será clave para avanzar en todos ellos.

Un aumento en el número de pacientes tratados eficazmente contra la hipertensión arterial hasta llegar a los niveles observados en países con un elevado nivel de resultados podría prevenir, entre ahora y 2050, 76 millones de fallecimientos, 120 millones de accidentes cerebrovasculares, 79 millones de infartos de miocardio y 17 millones de casos de insuficiencia cardiaca.

«La mayoría de los infartos de miocardio y de los accidentes cerebrovasculares que se producen en la actualidad pueden prevenirse mediante medicamentos asequibles, seguros y accesibles y otras intervenciones, como la reducción del sodio», señaló Michael R. Bloomberg, Embajador Mundial de la OMS para las Enfermedades No Transmisibles y los Traumatismos. «Tratar la hipertensión arterial en la atención primaria de salud salvará vidas, y permitirá además ahorrar miles de millones de dólares al año».

La hipertensión arterial se puede tratar fácilmente con medicamentos genéricos seguros, ampliamente disponibles y de bajo costo, por medio de programas como el programa HEARTS. Este paquete técnico de la OMS para el manejo de las enfermedades cardiovasculares en la atención primaria de salud y la Directriz para el tratamiento farmacológico de la hipertensión en adultos proporcionan una serie de medidas prácticas de eficacia probada para prestar unos cuidados eficaces para la hipertensión arterial en entornos de atención primaria de salud.

Controlar eficazmente la presión arterial tanto a nivel comunitario como nacional en países de ingreso de todo tipo es posible. Más de 40 países de ingreso mediano y bajo, incluidos Bangladesh, Cuba, la India y Sri Lanka, han fortalecido sus cuidados para la hipertensión arterial gracias al paquete HEARTS, y han inscrito a más de 17 millones de personas en programas de tratamiento. Países como el Canadá y Corea del Sur ofrecieron programas nacionales integrales para el tratamiento de la hipertensión arterial y, en ambos casos, se sobrepasó el índice del 50% para el control de la presión arterial en adultos con hipertensión arterial. Unos programas nacionales sostenidos y sistemáticos de control de la hipertensión arterial pueden tener éxito, y un mayor nivel de control de la presión arterial conlleva menos accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio, y una vida más larga y saludable.

El informe subraya la importancia de implementar las medidas recomendadas por la OMS para una atención eficaz de la hipertensión arterial que permita salvar vidas, y que incluyen los siguientes cinco componentes:

Protocolo: unos protocolos prácticos de tratamiento en los que se especifiquen las dosis y los medicamentos, acompañados de medidas específicas para manejar la presión arterial no controlada, pueden agilizar la atención y mejorar el cumplimiento terapéutico.

Suministro de medicamentos y equipos: el acceso periódico e ininterrumpido a medicamentos asequibles es necesario para un tratamiento eficaz de la hipertensión; actualmente, la variación de un país a otro en el precio de los medicamentos esenciales contra la hipertensión arterial es de más de diez veces.

Atención en equipo: los resultados para el paciente mejoran cuando se trabaja en equipo para ajustar e intensificar las pautas de los medicamentos contra la presión arterial, de acuerdo con las instrucciones y los protocolos del facultativo.

Servicios centrados en el paciente: proporcionar unas pautas terapéuticas que sean fáciles de cumplir, la gratuidad de los medicamentos, programar visitas de seguimiento cerca del hogar y facilitar el acceso a sistemas de monitoreo de la presión arterial reduce los obstáculos a la atención.

Sistemas de información: unos sistemas de información sencillos y centrados en el usuario facilitan el registro rápido de datos esenciales del paciente, reducen la carga para los trabajadores de la salud a la hora de introducir los datos y ayudan a ampliar rápidamente las actuaciones, manteniendo o mejorando al mismo tiempo la calidad de la atención.

«Cada hora, más de 1000 personas mueren de accidentes cerebrovasculares e infartos de miocardio. Muchas de estas muertes se deben a la hipertensión arterial, y la mayoría podrían haberse evitado», declaró el Dr. Tom Frieden, Presidente y Director Ejecutivo de Resolve to Save Lives. «Unos buenos cuidados contra la hipertensión arterial son asequibles, están a nuestro alcance y fortalecen la atención primaria de salud. El desafío al que nos enfrentamos hoy es que estos cuidados dejen simplemente de estar a nuestro alcance para poder decir que ya los ofrecemos, para lo cual será necesario el compromiso de los gobiernos de todo el mundo».

Referencia

World    Health Organization. Global report on hypertension. The race against a silent killer.

19/09/2023

Fuente: OMS. Comunicados de prensa     © 2023 OMS

 

 

Un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona (ISGlobal), centro impulsado por ”la Caixa”, y que se ha publicado recientemente en el International Journal of Hygiene and Environmental Health, analiza los trastornos de hipertensión durante el embarazo, que son una de las principales causas de mortalidad y morbilidad materna y fetal. Read more

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