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La esperanza de vida de los hombres está más próxima a la de las mujeres, debido al descenso del tabaquismo y de las muertes relacionadas con el alcohol, indicó hoy el portal NewScientist Un nuevo estudio, publicado por ese medio digital, señaló que históricamente las féminas han vivido más que los varones, pero los cambios en los estilos de vida están ayudando a disminuir esa diferencia.
El estudio concuerda con las tendencias epidemiológicas que sugieren un aumento de la esperanza de vida en el mundo y una reducción de las diferencias entre hombres y mujeres a lo largo del tiempo, afirmó Brandon Yan, de la Universidad de California en San Francisco. Para esa conclusión fueron analizados los datos de mortalidad de 194 países desde 1990 hasta 2020, con los cuales se comprobó que, en líneas generales, la longevidad aumenta en prácticamente todos los países mientras la brecha que existe entre la esperanza de vida entre ambos sexos se estrecha, aunque las diferencias entre países y continentes continúa siendo abismal.
Entre las naciones con una mayor longevidad (Europa, Japón y Norteamérica), la esperanza de vida supera ya los 80 años, mientras que donde esa expectativa es más exigua (Guinea Bissau, la República Centroafricana o Uganda) apenas alcanza los 60 años. No obstante, en esos lugares también se registran mejorías en sus indicadores durante las últimas décadas y continuarán durante los próximos 10 años, confían los investigadores.
Los expertos hicieron además una prospección para 2030, a partir de ese aumento de la longevidad, a pesar de algunos fenómenos concretos, como la crisis del sida en el África subsahariana o las sucesivas epidemias y pandemias. En tal sentido, advirtieron tomar con cautela los resultados, pues acontecimientos inesperados podrían cambiar drásticamente las proyecciones. Y aunque la brecha entre hombres y mujeres en cuanto a esperanza de vida se reduce, ese indicador nunca llegará a igualarse, porque la ciencia ha demostrado las diferencias físicas y fisiológicas entre ellos y ellas, que hacen que el varón sea más propenso a padecer algunas enfermedades, aseguraron.
Enero 18|2024 (Prensa Latina) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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Un nuevo estudio sugiere que la esperanza de vida de los hombres está cada vez más próxima a la de las mujeres. Entre las causas, un descenso del tabaquismo y de las muertes relacionadas con el alcohol.
Históricamente, las mujeres han vivido más que los hombres, pero los cambios en los estilos de vida pueden estar ayudando a los hombres a alcanzarlas. Ahora, un estudio publicado este miércoles (17.01.2024) en la revista Plos ONE, desgrana los países con mayor y menor longevidad, así como el aumento de la esperanza de vida tanto para mujeres y hombres.
«Este estudio concuerda con las tendencias epidemiológicas que sugieren un aumento de la esperanza de vida en el mundo y una reducción de las diferencias entre hombres y mujeres a lo largo del tiempo», afirma Brandon Yan, de la Universidad de California en San Francisco, en declaraciones recogidas por el portal NewScientist.
El estudio analizó los datos de mortalidad de 194 países desde 1990 hasta 2020. Los investigadores constataron que, en líneas generales, la longevidad aumenta en prácticamente todos los países del mundo mientras la brecha que existe entre la esperanza de vida de los hombres y las mujeres (siempre mayor) se va estrechando, aunque las diferencias entre países y continentes continúa siendo abismal.
La longevidad, tendencia al alza
Así, entre los países con una mayor longevidad (Europa, Japón o Norteamérica), la esperanza de vida supera ya los 80 años, mientras que en los lugares donde esa esperanza es más exigua (Guinea-Bisáu, la República Centroafricana o Uganda) apenas alcanza los 60 años, aunque también estos han registrado mejorías en sus indicadores durante las últimas décadas y continuarán haciéndolo durante los próximos diez años, confían los investigadores.
El estudio fue realizado por un equipo internacional de economistas y demógrafos en el que han participado investigadores de España y Reino Unido, concretamente de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), de la Universidad de Barcelona, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres o de la Universidad de Oxford.
Los investigadores también hicieron una prospección para 2030, corroborado ese aumento de la longevidad en todo el mundo, a pesar de algunos fenómenos concretos, como la crisis del sida en el África subsahariana o las sucesivas epidemias y pandemias. En este sentido, han advertido de tomar con cautela los resultados, pues acontecimientos inesperados podrían cambiar drásticamente las proyecciones.
Un grupo de hombres de avanzada edad en Millesimo, Italia.Un grupo de hombres de avanzada edad en Millesimo, Italia.
Cinco grandes grupos de países
El estudió clasificó 194 países en cinco grandes grupos en función de esa longevidad; a la cabeza se sitúan los países desarrollados, entre ellos Europa, Norteamérica, Japón, Australia o Nueva Zelanda.
En el segundo grupo están los países en vías de desarrollo, como Rusia, China, algunos de los países más ricos de América Latina y el norte de África.
En un tercero han incluido a la mayoría de los países latinoamericanos, Siria o los países del sudeste asiático.
En el cuarto conjunto han incorporado a la mayoría de los países africanos. Y al final un grupo de países donde la esperanza de vida es muy corta en comparación con el primer grupo, entre los cuales está Ruanda, Guinea-Bisáu, la República Centroafricana, Uganda o Lesoto.
Hombres y mujeres, más cerca
En declaraciones a la agencia Efe, el investigador principal del estudio, David Atance, economista y profesor en la Universidad de Alcalá de Henares (España), ha subrayado que todos los indicadores mejoran en todos los grupos, aunque entre el 2000 y 2020 se ha observado un estrechamiento de la brecha entre hombres y mujeres.
Principalmente, porque ambos se han beneficiado de los avances sanitarios y de una mayor concienciación sobre enfermedades como el sida, dice Atance. También han disminuido las muertes relacionadas con el tabaquismo y el alcohol, que afectan desproporcionadamente más a los hombres, lo que puede haber contribuido a reducir la diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres, añade.
Los datos muestran una evidencia
En el primer grupo (los países más desarrollados), la longevidad se situaba en el año 1990 en 72 años para los hombres y 77 para las mujeres; en el año 2010 se avanzó hasta 78 años para los hombres y 83 las mujeres; y la prospección que hacen los investigadores es que en 2030 esa esperanza de vida se sitúe en 83 y 86 años, respectivamente. Y dos países (España y Japón) se sitúan siempre por encima de la media en este grupo.
En el lado opuesto de la tabla, el de los países con una longevidad más corta, la esperanza de vida en el año 1990 era de 44 años para los hombres y 50 para las mujeres; en el 2010 avanzaron hasta 57 y 61, respectivamente. Los investigadores han calculado que en el año 2030 los hombres vivirán en esos países una media de 61 años y las mujeres 62.
Atance ha explicado que el proceso que siguen todos los países para mejorar sus cifras es casi siempre el mismo: primero se reduce la mortalidad infantil; después se mejora la calidad de vida en la edad adulta gracias sobre todo a los avances médicos, y finalmente se introducen medidas que mejoran y alargan el envejecimiento.
Y aunque la brecha entre hombres y mujeres en cuanto a esperanza de vida se va reduciendo, Atance ha observado que ese indicador «nunca llegará a igualarse, porque la ciencia ha demostrado ya las diferencias físicas y fisiológicas entre ellos y algunas de esas diferencias hacen que el hombre sea más propenso a padecer algunas enfermedades», subraya.
No obstante, los investigadores reconocen que el covid-19 puede haber afectado a la esperanza de vida de los seres humanos en general y de los hombres en particular.
Referencia: Atance D, Mercè Claramunt M, Varea X, Aburto JM. Convergence and divergence in mortality: A global study from 1990 to 2030. PLOS ONE[Internet].2024[citado 17 enero 2024]. doi.org/10.1371/journal.pone.0295842
17 enero 2024| Fuente: DW.com| tomado de Ciencia
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Una nueva investigación podría eventualmente ayudar a resolver un misterio relevante para los bebedores durante las fiestas. Los científicos de la Universidad de California Davis y de otros lugares creen que han descubierto por qué algunas personas desarrollan rápidamente dolores de cabeza después de beber vino tinto, pero no otras bebidas alcohólicas: demasiado de un flavonoide particular que se mezcla mal con el alcohol. El equipo ya está listo para realizar un pequeño ensayo clínico para probar más a fondo su teoría.
El alcohol puede desencadenar un dolor de cabeza específico. Para algunas personas, mientras que el consumo excesivo de alcohol en general también puede inducirlos. Pero los dolores de cabeza por vino tinto parecen ser propios. Un fenómeno distinto—uno que no tiene una explicación fácil. Algunos expertos teorizan que podría deberse a un exceso de histamina en las pieles de uva utilizadas para hacer vino tinto; otros especulan que las grandes cantidades de taninos o un tipo de conservante llamado sulfitos en el vino tinto son los culpables. Pero los autores detrás de este estudio actual, publicado el pasado lunes en Scientific Reports, hablan de un culpable diferente: el flavonoide quercetina.
Los flavonoides son nutrientes que se encuentran en muchos alimentos de origen vegetal, incluidos los chocolates y las uvas. Pueden tener posibles beneficios para la salud, como antioxidantes y antimicrobianos también ayudan a explicar el color del vino tinto. El equipo teorizó que los flavonoides también podrían causar dolores de cabeza por el vino tinto, sobre otra peculiaridad biológica relacionada con el alcohol.
Algunas personas, especialmente aquellas de ascendencia asiática, están predispuestas a tener la piel enrojecida y otros síntomas después de beber relativamente poco alcohol. Esto suele ser causado al tener una variante de ciertos genes que nos ayudan a metabolizar el alcohol. Uno de estos genes es responsable de la enzima ALDH2, que descompone el acetaldehído, un subproducto tóxico del alcohol. Sin esta enzima, o una versión menos funcional, el acetaldehído se acumula en el cuerpo y enferma a las personas.
El equipo planteó la hipótesis de que los flavonoides podrían causar un problema similar con ALDH2 y acetaldehído. En el laboratorio, encontraron que un subproducto de la quercetina, de hecho, fue capaz de inhibir la producción de ALDH2. Según la cantidad de quercetina que se encuentra en un vino tinto típico y cómo se descompone. En nuestra sangre, el equipo estima que un vaso estándar debería contener suficiente quercetina para inhibir la producción de ALDH2 en aproximadamente un 37 % de los estudiados.
“Postulamos que cuando las personas susceptibles consumen vino incluso con cantidades modestas de quercetina, desarrollan dolores de cabeza, particularmente si tienen una migraña preexistente. u otra condición primaria de dolor de cabeza”, dijo el coautor Morris Levin, profesor de neurología y director del Centro de Dolor de Cabeza en la UC San Francisco, en una declaración de UC Davis.
Estos hallazgos están lejos de ser una prueba definitiva de que la quercetina es la causa de los dolores de cabeza por el vino tinto. Y es probable que esta no sea la única prueba importante, señala el equipo. Algunas personas podrían tener una vulnerabilidad añadida a esta afección, posiblemente debido a cómo responden al acetaldehído o cómo descomponen la quercetina. Los investigadores también señalan que algunos vinos tintos contienen mucha más quercetina que otros, debido a diferencias en el proceso de elaboración del vino, como ser elaborado con uvas que pasan más tiempo bajo el sol.
El equipo ahora planea poner su teoría a prueba en el mundo real. Con una subvención de financiación de la Wine Spectator Scholarship Foundation, los investigadores llevarán a cabo un pequeño ensayo que comparará cómo responden las personas a los vinos tintos con alto y bajo contenido de quercetina.
Ver más información: Devi A, Levin M, Waterhouse AL. Inhibition of ALDH2 by quercetin glucuronide suggests a new hypothesis to explain red wine headaches. Sci Rep[Internet].2023[citado 26 nov 2023;]13(19503). https://doi.org/10.1038/s41598-023-46203-y
27 noviembre 2023 |Fuente: Gizmodo | Tomado de |Ciencia
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La Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH) ha alertado de que la cirrosis hepática y la hepatitis asociadas al alcohol -tradicionalmente enfermedades masculinas- están aumentando de ‘forma alarmante en mujeres’ y serán una epidemia en la próxima década.
En un comunicado con motivo de la conmemoración este miércoles del Día Mundial sin Alcohol, los expertos aseguran que se trata de una tendencia que se inició en el mundo anglosajón, que comienza a manifestarse ya en los países mediterráneos y a la que hay que poner freno con sensibilización y prevención.
Según los hepatólogos, se debe al cambio en el patrón de consumo -cada vez más jóvenes y más mujeres-, similar al del tabaquismo, y a los ‘atracones’ de los fines de semana.
El consumo de alcohol debe ser ocasional y moderado, asegura Ramón Bataller, jefe de Hepatología del Clínica de Barcelona, al advertir de que tanto la ingesta diaria como el patrón de bebida tipo ‘atracón’ puede tener efectos perjudiciales no solo para el hígado sino para otros órganos, con un mayor riesgo para mujeres y jóvenes.
El experto subraya que cuanto antes se empieza a beber, más posibilidades hay de generar adicción y acabar en cirrosis, aunque precisa que el alcohol no afecta a todas las personas por igual y hay factores como la predisposición genética o la obesidad que aumentan su efecto nocivo. Por su parte, el presidente de la Asociación Española para el Estudio del Hígado (AEEH), Manuel Romero Gómez, insiste en desmentir la falsa creencia extendida entre la juventud de que ‘los fines de semana, me pongo hasta arriba, pero entre semana no pruebo ni gota, así que no pasa nada’. ‘No hay consumo seguro de alcohol’, destacan los hepatólogos, y advierten de que ‘por cada niño que bebe alcohol hay un adulto que lo ha hecho posible’.
17 noviembre 2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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Los universitarios latinoamericanos que consumieron más alcohol tuvieron mayor probabilidad de tener exceso de peso, con probable asociación a pobre desempeño académico y problemas de salud mental.
Las consecuencias nocivas posicionarían el consumo excesivo de alcohol como factor de riesgo importante en la población estudiantil.
El artículo Asociación entre consumo de alcohol y exceso de peso entre estudiantes universitarios de América Latina publicado por la Revista Chilena de Nutrición se propuso determinar la asociación entre el consumo de alcohol y el exceso de peso en estudiantes universitarios de 10 países de América Latina ** durante la pandemia por COVID-19.
Efectos nocivos del alcohol en exceso
El sobrepeso y la obesidad es causado por un desbalance energético positivo entre la energía requerida y la gastada. En este sentido, una de las causas del desequilibrio esta determinada por el mayor consumo de alimentos y bebidas de alta densidad energética, entre las que destacan las bebidas alcohólicas. El etanol como componente principal, aporta 7 kcal por gramo, aumenta el consumo energético total e incrementa la probabilidad de aumento en el peso corporal. Además, es sabido que el consumo excesivo de alcohol como factor de riesgo de mortalidad prematura ocasiona alrededor de 3 millones de muertes anuales en todo el mundo.
El aumento del consumo de alcohol se observa en los estudiantes universitarios que ingresan a la educación superior, con elevación proporcional en sus niveles de sobrepeso y obesidad. Estos datos se verifican tanto en países desarrollados y en vías de desarrollo.
El artículo señala que estas manifestaciones físicas de los estudiantes podrían explicarse en parte por la etapa en tránsito de profundas transiciones de asentamiento de la personalidad, sexo y autonomía, acompañados de períodos de estrés y angustia elevados. La situación novedosa motivaría una mayor vulnerabilidad y exposición a hábitos de vida riesgosos expresados en el consumo excesivo de alcohol y dietas poco saludables.
Diseño del estudio
Se realizó un estudio transversal y multicéntrico con 4.539 estudiantes universitarios mayores de 18 años, matriculados en diez países de América Latina (Argentina, Chile, Colombia, Costa Rica, Ecuador, Guatemala, México, Panamá, Paraguay y Perú).
Los estudiantes universitarios fueron invitados a participar del estudio (entre noviembre y diciembre de 2020) a través de las redes sociales institucionales donde completaron una encuesta digital en línea, voluntaria y autoadministrada.
La mayoría fueron mujeres (73,6%), con edad promedio de 22,5 años, estrato socioeconómico C (47.7 %) y en proceso de cuarentena (60.2 %).
En comparación con el grupo que consumía alcohol, el 58% de la muestra que no lo hacía eran estudiantes más jóvenes (22,2 ± 4,45 años), principalmente del sexo femenino (75,8 %), la mayoría de primer y segundo año de estudio, no fumadores (96,9 %).
Consumo e índice de masa corporal
El consumo de alcohol fue 46 % en hombres y 40% en mujeres, mientras el no consumo de alcohol fue elegido por 59,8 % y 53,2 % de mujeres y hombres, respectivamente.
Un 37,4 % de las mujeres consumía menos de una porción al día, mientras que entre los hombres un 42,3 % consumía alcohol con esa frecuencia. Un 4,5 % de los hombres consumía 1 o más porciones al día, mientras que entre las mujeres no alcanzaba el 3 %.
La asociación con el IMC, también fue significativa, entre los estudiantes con estado nutricional normal. Un 59,6 % no consumía alcohol, mientras entre los que presentaban un IMC≥25 kg/m2 era un 55,1 %. Por otro lado, entre los estudiantes con un estado nutricional normal el 40% consumía alcohol, versus un 45 % o más entre los estudiantes con un IMC ≥25 kg/m2
La observación del consumo de alcohol por país, indicó que los estudiantes de México presentaron mayor posibilidad de asociación entre consumo y exceso de peso, mientras los de Chile la menor.
Antecedentes de la literatura
Un estudio realizado en Brasil comprobó que las mujeres lideraron el no consumo alcohol con un 70,6%. En Chile, desde hace más de 10 años se observa un alto consumo de alcohol en jóvenes, con mayor incidencia en mujeres, asociado al nivel socioeconómico y años de aprendizaje. Respecto al último punto, los autores destacan que durante la pandemia los alumnos de los primeros años de estudio, pudieron no haber experimentado la “vida universitaria”, lo que podría explicar las diferencias observadas en los años de estudio.
En concordancia con los resultados obtenidos, las investigaciones internacionales muestran que los universitarios con mayor consumo de alcohol tuvieron mayor prevalencia de obesidad.
Un trabajo llevado a cabo en adultos españoles indicó que el mayor consumo de bebidas azucaradas y alcohólicas se mostró como uno de los factores más importantes del aumento de peso durante la cuarentena por la Covid-19.
Los resultados del presente estudio podrían atribuirse al etanol como componente principal de las bebidas alcohólicas; su aporte calórico se suma a los efectos metabólicos, entre ellos la generación de resistencia a la insulina, la acumulación de grasas a nivel intrahepático, provocado por el consumo excesivo y prolongado de alcohol.
Fuente: SIIC Salud
Referencia: Parra-Soto Solange, Araya Carolina, Morales Gladys, Araneda Flores Jacqueline, Landaeta-Díaz Leslie, Murillo Ana Gabriela et al . Asociación entre consumo de alcohol y exceso de peso entre estudiantes universitarios de América Latina. Rev. chil. nutr. [Internet]. 2023 Abr [citado 2023 Ago 21] ; 50( 2 ): 186-193. Disponible en: http://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182023000200186&lng=es. http://dx.doi.org/10.4067/s0717-75182023000200186.
https://www.scielo.cl/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0717-75182023000200186
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El ingerir bebidas alcohólicas en el embarazo pone en riesgo la salud del bebé, por la posibilidad de afecciones a nivel fetal, alertó el especialista del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Arturo Hernández. Read more