mar
20
Un estudio genético evidencia que Maria Branyas, que murió hace un año siendo la persona más vieja del mundo, con una edad de 117 años, «tenía una microbiota como la de un niña», y «un genoma privilegiado» que hacía que tuviera una edad biológica inferior en diecisiete años a la cronológica.
Maria Branyas murió con 117 años en la residencia de Olot (Girona) donde vivía desde hacía dos décadas, siendo entonces la persona más longeva del mundo, y tuvo la suerte de heredar «un genoma privilegiado», según indica un estudio liderado por Manel Esteller, investigador del Instituto Josep Carreras y catedrático de genética de la Universidad de Barcelona (UB).
El estudio hecho a Maria Branyas, que vivió hasta los 117 años en buen estado de salud, demuestra que la vejez no va necesariamente asociada a la enfermedad, ya que, según los investigadores, su genoma hacía que sus células «se sintieran» y «se comportaran» como células más jóvenes, «con una edad biológica de unos diecisiete años menos».
Según ha indicado Manel Esteller en unas declaraciones a EFE, el genoma privilegiado de Maria Branyas heredado de su padre y de su madre «le concedía una gran protección frente a enfermedades cardiovasculares y de otros tipos, y su microbiota hacía que tuviera una baja inflamación intestinal».
Una microbiota propia de una niña
De hecho, ha precisado Esteller, Maria Branyas «tenía una microbiota intestinal como la de una niña», por lo que ambos factores, el genoma privilegiado y una microbiota muy sana, hacían que hubiera un decalaje entre su edad cronológica y la biológica.
Manel Esteller, que está considerado como una de las máximas autoridades en epigenética y en el estudio del envejecimiento y el cáncer, considera que el estudio genético a Maria Branyas supone la investigación «más exhaustiva y completa» que se ha hecho a una persona supercentenaria.
«Hay bastantes personas centenarias en el mundo pero pocas supercentenarias, que son las que sobrepasan los 110 años», ha aclarado Esteller.
En el estudio, participaron equipos de investigadores de prestigio internacional, y se llevó a cabo porque estaban convencidos del interés que podía tener el análisis de los genes de la abuela supercentenaria.
Unos análisis que, junto a los genéticos, también estudiaron otros parámetros de su organismo, como los tejidos y la microbiota intestinal y que, en su conjunto, han aportado datos muy valiosos para los científicos para ayudar a explicar los mecanismos del envejecimiento.
En concreto, la analítica incluyó su genoma, pero también análisis transcriptómico, metabolómico, proteómico, microbiómico y epigenómico de diferentes tejidos. Variantes genéticas raras
Los investigadores identificaron variantes genéticas raras a través de la secuenciación completa del genoma, y constataron su excepcional perfil lipídico en sangre, con niveles de colesterol bueno (HDL) muy elevados y de colesterol malo (LDL) muy bajos.
Maria Branyas no tenía exceso de azúcar en sangre, lo que evitaba el riesgo de diabetes u obesidad, y observaron que sus genes mantenían bajo control las infecciones y la regulación autoinmune, además de presentar bajas concentraciones de glicoproteínas A y B, lo que indica un perfil inflamatorio saludable que evita la presencia de enfermedades inflamatorias sistémicas.
Esto ayuda a comprender su buen estado de salud, ya que al final de su vida tan solo sufrió sordera y dolor articular, mientras que su lucidez se mantuvo hasta casi al final, con un bajón que tuvo lugar solo en los últimos meses.
Un estilo de vida saludable
Los investigadores comprobaron que Maria Branyas seguía una dieta mediterránea que incluía la ingesta de tres yogures al día, y están convencidos de que esto contribuyó a mantener sanas sus bacterias intestinales.
«Le gustaba andar, no bebía alcohol ni fumaba y estaba acompañada muy a menudo por su familia, con lo cual no se sentía aislada y esto evitaba la demencia», ha explicado Manel Esteller.
Según los autores de este estudio, los resultados servirán para tratar de elaborar «tipos de patrones prebióticos asociados a la longevidad», y además, trabajarán para conseguir «fármacos útiles en la lucha contra el envejecimiento, junto a la definición de dietas adecuadas».
El estudio refuerza, asimismo la idea de que el envejecimiento y la enfermedad pueden, bajo determinadas condiciones, desvincularse, lo que «desafía la percepción general de que están inexorablemente ligados», explican.
09 marzo 2025|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El Consejo General de Colegios Farmacéuticos (CGCOF) ha lanzado este viernes la campaña «Cuidados del verano 2024″ en la que recuerdan a la población los riesgos de las radiaciones solares para la salud, en general, y la piel y los ojos, en particular, además del peligro de deshidratación en caso de calor excesivo.
Según ha informado el Consejo General de Colegios Farmacéuticos en nota de prensa, esta campaña de sensibilización aprovechará el potencial en educación para la salud de la red en más de 22 000 farmacias y los más 56 000 farmacéuticos que desarrollan su labor asistencial en estos centros sanitarios.
La campaña ofrece recomendaciones sobre fotoprotección, tanto de la piel como ocular, la importancia de mantener en verano una buena hidratación y sugerencias sobre el uso de determinadas plantas medicinales en el periodo estival con propósitos terapéuticos para complementar el cuidado de la piel frente al sol y la hidratación ayudando a restaurar el equilibrio de electrolitos en el cuerpo.
Los consejos farmacéuticos, disponibles en la página del CGCOF y compartidos en redes con la etiqueta #TuFarmacéuticoInforma y #CuidadosDelVerano, pasan por recomendar fotoprotectores solares de amplio espectro, aumentado las precauciones en niños, embarazadas y mayores.
Además, recuerdan que la radiación acelera el envejecimiento e instan a mantener los cuidados en los entornos urbanos, aunque la polución pueda reducir la intensidad de la radiación solar.
Y en caso de utilizar medicamentos fotosensibilizantes se debe tener especial precaución, revisar el prospecto y consultar con el médico o farmacéutico ante cualquier duda.
Se insiste en la protección ocular y se desmontan bulos como que en días nublados no hay que llevar gafas de sol o que los niños no tienen que usarlas. De hecho sus ojos son seis veces más sensibles a la radiación ultravioleta que los de los adultos.
La campaña subraya que el cuidado de la piel también comienza desde el interior por lo que una correcta hidratación juega un papel crucial en el cuidado de la piel y de la salud en el verano.
Entre ellos, los farmacéuticos citan las vitaminas E y C y los ácidos grasos Omega-3, que se pueden encontrar en frutas, verduras, hortalizas, frutos secos o pescados.
Finalmente, recuerdan que en verano es importante mantener una buena hidratación y beber entre 2 y 2,5 litros de agua al día, junto a la ingesta de frutas y verduras y aconseja evitar el consumo de bebidas alcohólicas y con cafeína, ya que aumenta la eliminación de agua a través de la orina y la sudoración.
28 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un reciente estudio sobre longevidad humana, publicado en GeroScience, demostró que aquellas personas con bajos niveles de glucosa, creatinina y ácido úrico llegaron a vivir hasta 100 años.
Esta investigación tuvo como muestra a 44 000 suecos con edades que oscilaban de 64 a 99 años, sometidos a diferentes estudios médicos.
Durante la investigación, que duró 35 años, se compararon los perfiles de esas personas en la búsqueda de patrones y de las cuales 2,7 % vivió hasta los 100 años y entre ellas 85 % eran mujeres.
Al comparar los perfiles se incluyeron 12 biomarcadores sanguíneos relacionados con la inflamación, el metabolismo, la función hepática y renal, así como con la posible desnutrición y anemia.
Los resultados de los exámenes en la sangre revelaron los individuos con bajos niveles de glucosa, creatinina y ácido úrico llegaron a vivir hasta 100 años.
Cabe destacar que la glucosa es la principal fuente de energía para las células, por lo que su regulación adecuada es crucial para mantener la salud y prevenir enfermedades metabólicas como la diabetes.
Por otro lado, la creatinina y el ácido úrico son desechos que el cuerpo genera, los niveles de la primera son un indicador sobre el funcionamiento de los riñones, mientras el segundo es muestra de la función renal, por lo que el estado normal de ambas sustancias significan un buen proceso metabólico y un estándar saludable.
Cuando se compararon los resultados de las personas investigadas de 90 y 100 años, resultaban equivalentes al promedio de la población joven y saludable.
Aunque no fue posible sacar conclusiones sobre qué factores determinan la esperanza de vida de una persona, es razonable pensar que una dieta balanceada y la actividad física necesaria son variables que regulan el metabolismo y funcionamiento del cuerpo humano.
Si bien, hoy parece común encontrar personas de 70 u 80 años, lo cierto es que es una tendencia reciente, ya que a inicios del siglo XX la esperanza de vida no superaba los 40 años debido a la hambruna, epidemias y guerras.
Ello se debe a que desde mediados del siglo pasado la esperanza de vida ha aumentado 2,5 años por cada década.
27 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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La soledad que a menudo experimentan las personas mayores en nuestra sociedad tiene un efecto negativo en su salud física, según investigadores de la UMC de Ámsterdam y la Universidad de Glasgow. Emiel Hoogendijk, epidemiólogo de Salud Pública de Ámsterdam, analizó los resultados de la investigación de más de 130 estudios y descubrió que la soledad conducía a un aumento de la fragilidad física, lo que a su vez aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud como depresión, caídas y deterioro cognitivo. Estos resultados se publican hoy en The Lancet Healthy Longevity.
Recientemente, y especialmente durante la pandemia de COVID-19, se ha prestado más atención a los posibles efectos nocivos de la soledad y el aislamiento social en la salud de las personas mayores. Queríamos ver hasta dónde llegaban estos efectos y vimos que todo tipo de reducción del funcionamiento social, como la soledad, el aislamiento social y la falta de apoyo social, se asociaban con el deterioro físico en los adultos mayores», dice Hoogendijk.
Dirigidos por Peter Hanlon, investigador clínico de la Universidad de Glasgow, junto con investigadores de la UMC de Ámsterdam, Canadá, Australia y Suecia, los investigadores analizaron la relación entre el funcionamiento social y la fragilidad física en adultos mayores. «La fragilidad se refiere a muchas formas diferentes de deterioro físico, como la pérdida de peso, la reducción de la velocidad al caminar y la disminución de la fuerza muscular. Todo esto puede tener un efecto, por ejemplo, en la probabilidad de que te caigas», dice Hanlon.
Investigaciones anteriores ya han indicado que la fragilidad puede conducir a una disminución del contacto social: «En algunos casos, la vulnerabilidad física también puede hacer que las personas pierdan contactos sociales o se sientan más solas, por ejemplo, porque se vuelven menos móviles», dice Hoogendijk. Esta investigación muestra que esta relación también se puede revertir, con una disminución en el contacto social que conduce a la fragilidad.
El deterioro del funcionamiento social puede tener efectos nocivos para la salud, y el Cirujano General de EE.UU. afirmó el año pasado que la soledad es tan dañina como fumar 15 cigarrillos al día. «Sabemos que las personas con sentimientos de soledad o con falta de contactos sociales tienen un mayor riesgo de, entre otras, depresión y diversas enfermedades crónicas. Por ejemplo, la falta de contacto social puede tener un efecto directo en el sistema inmunológico, pero también puede tener un efecto indirecto en la salud, por ejemplo, a través de un estilo de vida poco saludable. Queremos hacer más investigaciones sobre esto en el próximo período», dice Hoogendijk.
El deterioro del funcionamiento social y físico a menudo ocurre al mismo tiempo. «Las personas mayores que son físicamente vulnerables a menudo también tienen que lidiar con un deterioro en el funcionamiento social y mental. Como estamos cuidando a los adultos mayores, debemos prestar atención a todos estos aspectos», dice Hanlon. Y concluye: «La soledad, por ejemplo, no es un problema fácil de resolver. Sin embargo, cada vez hay más conocimiento disponible sobre posibles intervenciones efectivas, incluidas actividades que apoyen a las personas mayores para aumentar sus conexiones sociales».
Ver artículo: Hanlon P, Wighman H, Politis M, Kirkpatric S, Jones C, Andrew M, et al. The relationship between frailty and social vulnerability: a systematic review. The Lancent Healthy Longevity[Internet]. 2024[citado 03 mar 2024]; 5(3): e 214-E226. DOI:https://doi.org/10.1016/S2666-7568(23)00263-5
29 febrero 2024| Fuente: EureKalert| Tomado de | Comunicado de prensa
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Un nuevo estudio sugiere que la esperanza de vida de los hombres está cada vez más próxima a la de las mujeres. Entre las causas, un descenso del tabaquismo y de las muertes relacionadas con el alcohol.
Históricamente, las mujeres han vivido más que los hombres, pero los cambios en los estilos de vida pueden estar ayudando a los hombres a alcanzarlas. Ahora, un estudio publicado este miércoles (17.01.2024) en la revista Plos ONE, desgrana los países con mayor y menor longevidad, así como el aumento de la esperanza de vida tanto para mujeres y hombres.
«Este estudio concuerda con las tendencias epidemiológicas que sugieren un aumento de la esperanza de vida en el mundo y una reducción de las diferencias entre hombres y mujeres a lo largo del tiempo», afirma Brandon Yan, de la Universidad de California en San Francisco, en declaraciones recogidas por el portal NewScientist.
El estudio analizó los datos de mortalidad de 194 países desde 1990 hasta 2020. Los investigadores constataron que, en líneas generales, la longevidad aumenta en prácticamente todos los países del mundo mientras la brecha que existe entre la esperanza de vida de los hombres y las mujeres (siempre mayor) se va estrechando, aunque las diferencias entre países y continentes continúa siendo abismal.
La longevidad, tendencia al alza
Así, entre los países con una mayor longevidad (Europa, Japón o Norteamérica), la esperanza de vida supera ya los 80 años, mientras que en los lugares donde esa esperanza es más exigua (Guinea-Bisáu, la República Centroafricana o Uganda) apenas alcanza los 60 años, aunque también estos han registrado mejorías en sus indicadores durante las últimas décadas y continuarán haciéndolo durante los próximos diez años, confían los investigadores.
El estudio fue realizado por un equipo internacional de economistas y demógrafos en el que han participado investigadores de España y Reino Unido, concretamente de la Universidad de Alcalá de Henares (Madrid), de la Universidad de Barcelona, de la Escuela de Higiene y Medicina Tropical de Londres o de la Universidad de Oxford.
Los investigadores también hicieron una prospección para 2030, corroborado ese aumento de la longevidad en todo el mundo, a pesar de algunos fenómenos concretos, como la crisis del sida en el África subsahariana o las sucesivas epidemias y pandemias. En este sentido, han advertido de tomar con cautela los resultados, pues acontecimientos inesperados podrían cambiar drásticamente las proyecciones.
Un grupo de hombres de avanzada edad en Millesimo, Italia.Un grupo de hombres de avanzada edad en Millesimo, Italia.
Cinco grandes grupos de países
El estudió clasificó 194 países en cinco grandes grupos en función de esa longevidad; a la cabeza se sitúan los países desarrollados, entre ellos Europa, Norteamérica, Japón, Australia o Nueva Zelanda.
En el segundo grupo están los países en vías de desarrollo, como Rusia, China, algunos de los países más ricos de América Latina y el norte de África.
En un tercero han incluido a la mayoría de los países latinoamericanos, Siria o los países del sudeste asiático.
En el cuarto conjunto han incorporado a la mayoría de los países africanos. Y al final un grupo de países donde la esperanza de vida es muy corta en comparación con el primer grupo, entre los cuales está Ruanda, Guinea-Bisáu, la República Centroafricana, Uganda o Lesoto.
Hombres y mujeres, más cerca
En declaraciones a la agencia Efe, el investigador principal del estudio, David Atance, economista y profesor en la Universidad de Alcalá de Henares (España), ha subrayado que todos los indicadores mejoran en todos los grupos, aunque entre el 2000 y 2020 se ha observado un estrechamiento de la brecha entre hombres y mujeres.
Principalmente, porque ambos se han beneficiado de los avances sanitarios y de una mayor concienciación sobre enfermedades como el sida, dice Atance. También han disminuido las muertes relacionadas con el tabaquismo y el alcohol, que afectan desproporcionadamente más a los hombres, lo que puede haber contribuido a reducir la diferencia de esperanza de vida entre hombres y mujeres, añade.
Los datos muestran una evidencia
En el primer grupo (los países más desarrollados), la longevidad se situaba en el año 1990 en 72 años para los hombres y 77 para las mujeres; en el año 2010 se avanzó hasta 78 años para los hombres y 83 las mujeres; y la prospección que hacen los investigadores es que en 2030 esa esperanza de vida se sitúe en 83 y 86 años, respectivamente. Y dos países (España y Japón) se sitúan siempre por encima de la media en este grupo.
En el lado opuesto de la tabla, el de los países con una longevidad más corta, la esperanza de vida en el año 1990 era de 44 años para los hombres y 50 para las mujeres; en el 2010 avanzaron hasta 57 y 61, respectivamente. Los investigadores han calculado que en el año 2030 los hombres vivirán en esos países una media de 61 años y las mujeres 62.
Atance ha explicado que el proceso que siguen todos los países para mejorar sus cifras es casi siempre el mismo: primero se reduce la mortalidad infantil; después se mejora la calidad de vida en la edad adulta gracias sobre todo a los avances médicos, y finalmente se introducen medidas que mejoran y alargan el envejecimiento.
Y aunque la brecha entre hombres y mujeres en cuanto a esperanza de vida se va reduciendo, Atance ha observado que ese indicador «nunca llegará a igualarse, porque la ciencia ha demostrado ya las diferencias físicas y fisiológicas entre ellos y algunas de esas diferencias hacen que el hombre sea más propenso a padecer algunas enfermedades», subraya.
No obstante, los investigadores reconocen que el covid-19 puede haber afectado a la esperanza de vida de los seres humanos en general y de los hombres en particular.
Referencia: Atance D, Mercè Claramunt M, Varea X, Aburto JM. Convergence and divergence in mortality: A global study from 1990 to 2030. PLOS ONE[Internet].2024[citado 17 enero 2024]. doi.org/10.1371/journal.pone.0295842
17 enero 2024| Fuente: DW.com| tomado de Ciencia
dic
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Un estudio publicado en ‘Science‘ y realizado por el descubridor del primer gen del reloj biológico en mamíferos, Joseph Takahashi, ha probado un método experimental usado para prolongar la vida en animales modelo y ha demostrado que la hora a la que se come puede influir en la longevidad.
La investigación de Takahashi muestra que el reloj biológico influye más de lo que se creía en numerosas funciones del organismo, en particular en el metabolismo. Según ha afirmado en una conferencia en el Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), ‘hay una relación directa entre el reloj biológico y la salud y entenderla a escala molecular permitirá abrir nuevas vías contra el cáncer y otras enfermedades’.
Con respecto a la nueva investigación sobre la relación entre el reloj biológico y la longevidad, Takahashi ha demostrado que la restricción calórica (ingerir menos calorías de manera controlada) es más efectiva si se aplica teniendo en cuenta los ritmos biológicos. En la investigación varios grupos de ratones comieron toda su vida un 30 por ciento menos de lo habitual, pero algunos lo hicieron con restricciones horarias. Los que podían comer en cualquier momento del día fueron un 10 por ciento más longevos; los que comían solo de día vivieron un 20 por ciento más; y los que comían solo de noche, cuando los ratones son más activos, un 35 por ciento más. ‘Esto sorprendió mucho a toda la comunidad de longevidad, porque muestra que la hora en que se come es quizás el factor más importante’, ha afirmado Takahashi.
‘El poder de este experimento es que los animales comen exactamente lo mismo cada día, la única diferencia es el patrón temporal que siguen al hacerlo. Estamos muy emocionados con este resultado’, ha añadido. Así, el investigador ha asegurado que ‘el reloj biológico está en la base de todos los mecanismos del organismo que están relacionados con la longevidad’.
El primer gen relacionado con ritmos circadianos se identificó en la mosca de la fruta -la ‘Drosophila melanogaster’- en los años setenta. Los años siguientes empezó una carrera por encontrar más bases genéticas de relojes circadianos. Takahashi encontró el gen CLOCK en 1997, y poco después BMAl1. Son genes que activan la lectura de otros implicados en ritmos circadianos, de los que se conoce ya una decena. Estos genes interactúan formando un sistema que se sincroniza con el entorno, y su acción influye en miles de otros genes.
Takahashi ha descubierto que alrededor del 10 por ciento de los genes que se expresan en cualquier tejido están sometidos a control circadiano. Muchos son genes implicados en rutas metabólicas y del ciclo celular.
En su investigación con restricción calórica, Takahashi observó que, en el hígado, los patrones de lectura (transcripción) de unos 2 500 genes variaban según los animales comieran de día o de noche. El grupo en que esta lectura de las instrucciones genéticas se desviaba menos de la habitual era el de los ratones más longevos -los que comían solo por la noche, coincidiendo con su periodo natural de actividad.
Los investigadores registraron también una mayor pérdida de peso en este grupo. El grupo de Takahashi quiere ahora investigar si alterar el gen CLOCK tiene efectos sobre la longevidad, y también buscan modular la actividad de este gen mediante un fármaco.
Ver más información: Acosta-Rodríguez V, Rijo Ferreira F, Izumo M, Xu P, Wight Carter M, Takahashi J. Circadian alignment of early onset caloric restriction promotes longevity in male C57BL/6J mice. Science[Internet]. 2023[citado 4 dic 2023]; 376(6598): 1192-1202. DOI: 10.1126/science.abk0297
6 diciembre 2023|Fuente: Europa Press| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.