mar
19
La bacteria Streptococcus anginosus podría desempeñar un papel importante entre las causas del cáncer de estómago, el quinto cáncer más común en el mundo, según constatan recientes investigaciones.
La bacteria Streptococcus anginosus existe junto con otros gérmenes en la boca, la garganta, los intestinos y la vagina. Dicha bacteria puede causar, ocasionalmente, infecciones leves como dolor de garganta e infecciones de la piel, y, normalmente, no plantea problemas a las personas sanas. Sin embargo, para los pacientes con problemas de salud subyacentes o sistemas inmunológicos comprometidos, dicha bacteria puede provocar infecciones más graves, dañando el corazón e, inclusol, el cerebro.
En este contexto, una investigación codirigida por NTU Singapur y la Universidad China de Hong Kong sugiere que, además, la bacteria Streptococcus anginosus podría desempeñar un papel importante entre las causas del cáncer de estómago, el quinto cáncer más común en el mundo.
Los investigadores encontraron en ratones que la bacteria S. anginosus está involucrada en infecciones estomacales que causan daño celular y cambios que se sabe estimulan el cáncer gástrico. Esto incluye la inflamación gástrica, que da lugar a una irritación del revestimiento del estómago, pudiendo causar daño en las células del revestimiento gástrico y hacer que algunas de ellas se transformen gradualmente en células cancerosas.
Principales hallazgos
Los experimentos con ratones también revelaron que las bacterias estimulaban el crecimiento de células cancerosas de estómago, duplicando el tamaño y el peso de los tumores en algunos casos.
Asimismo, los autores de este trabajo encontraron que la alteración de una proteína en la superficie de la bacteria, que necesitan para interactuar con las células del revestimiento del estómago, reducía la capacidad de S. anginosus de contribuir al cáncer de estómago.
«Nuestros resultados sugieren que la infección prolongada por S. anginosus causa gastritis crónica intensiva que es comparable a la infección por H. pylori. De hecho, estos dos patógenos podrían actuar en colaboración para promover la inflamación gástrica y, eventualmente, el cáncer gástrico. Esto podría cambiar la forma en que abordamos la prevención y el tratamiento de la enfermedad», indicó el prof. Joseph Sung , vicepresidente senior (Salud y Ciencias de la Vida) de NTU y decano de la Facultad de Medicina Lee Kong Chian, y codirector del estudio.
Los hallazgos se suman al número de especies de bacterias que se sabe que causan cáncer gástrico. Si bien se sabe que la infección por otra bacteria, Helicobacter pylori , aumenta el riesgo de cáncer gástrico, hasta ahora no estaba claro si otras bacterias están involucradas.
«Los resultados sientan una base importante para futuros estudios en humanos y que pueden contribuir a una mejor atención a los pacientes afectados», concluyó el prof. Sung.
18 marzo 2024|Fuente: IMMédico| Tomado de |Noticia
mar
15
Los factores de riesgo son el sexo femenino y la gravedad de la infección aguda por COVID-19. La variabilidad de los síntomas obliga a plantear diagnósticos diferenciales.
Desde hace mucho tiempo se conocen síndromes postinfecciosos caracterizados por fatiga y debilidad. En 2020 se vincularon manifestaciones similares a la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19), como astenia, intolerancia al esfuerzo, disnea, pérdida de memoria, dolor generalizado y ortostasis.
Este grupo de síntomas persistentes, comúnmente denominado COVID prolongado, síndrome post-COVID o condición post-COVID (PCC), es común y tiene una prevalencia estimada del 10 % al 30 % de los pacientes post-COVID. El impacto médico, psicosocial y económico del PCC es inmenso. En Estados Unidos, el PCC ha provocado entre 2 y 4 millones de desempleados y 170 mil millones de dólares en salarios perdidos anualmente.
Los riesgos para el desarrollo de condición post-COVID (PCC) incluyen el sexo femenino y la infección aguda grave por COVID.
Además, los pacientes con PCC pueden tener un metabolismo de la glucosa único en la tomografía por emisión de positrones cerebral, incluso en ausencia de trastornos estructurales. Esto indica una causa neuroinflamatoria del PCC en el sistema nervioso central, incluida la disfunción límbica y talámica que conduce a la hipervigilancia; sensibilidad sensorial y desregulación del lóbulo frontal/prefrontal que conduce a deterioro de la cognición y sueño no reparador; e hiperactividad simpática que conduce a un aumento del tono simpático y una disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca.
Definición y criterios diagnósticos Post-Covid
Un desafío con el diagnóstico de PCC es la terminología, lo que genera estimaciones imprecisas de la prevalencia y dificulta la estandarización de la atención. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, las secuelas posagudas de la infección por SARS-CoV-2, abarcan a todos los pacientes con síntomas persistentes más allá de 28 días.
Según el Servicio Nacional de Salud y el Instituto Nacional para la Excelencia en Salud y Atención, el COVID-19 persistente dura entre 4 y 12 semanas después de la aparición de los síntomas. y el PCC ocurre más de 12 semanas después del inicio de los síntomas. Estos criterios de diagnóstico incluyen casos limitados a un sistema, como tos posviral y anosmia posviral, y casos que involucran manifestaciones más complejas de COVID-19.
En consecuencia, los autores de este trabajo y más tarde la Organización Mundial de la Salud han propuesto pautas concisas para definir el PCC. que incluyen pacientes con síntomas persistentes que no pueden explicarse mediante un diagnóstico alternativo.
Evolución y Examen físico
Distinguir la condición post-COVID (PCC) de otras afecciones puede ser un desafío porque los pacientes a menudo informan numerosos síntomas sistémicos. El curso se puede dividir en 3 épocas: historia médica premórbida, curso agudo de la enfermedad COVID-19 y síntomas persistentes post-COVID.
La historia premórbida de COVID debe ser integral, incluyendo el nivel funcional preexistente junto con la tolerancia a la actividad física y ocupacional. El curso agudo de COVID-19 enfatiza la ubicación de los síntomas, la duración y la gravedad de la enfermedad, lo que puede revelar una lesión orgánica secundaria a la infección por COVID, como edema pulmonar o miocardiopatía.
El síntoma persistente post-COVID se centra en la mayor preocupación del paciente, entendiendo que los mismos pueden clasificarse en 2 categorías amplias y potencialmente superpuestas: PCC con predominio de fatiga, que puede involucrar intolerancia ortostática; y PCC con predominio de dolor.
Al igual que la historia clínica, un examen físico completo debe excluir diagnósticos alternativos, como, por ejemplo, anemia, endocrinopatías, trastornos inflamatorios del tejido conectivo, apnea obstructiva del sueño, neuropatías y enfermedades malignas. Los examinadores deben evaluar la hipotensión ortostática haciendo que el paciente permanezca acostado durante 10 minutos antes de tomar el pulso y la presión arterial y luego repetir esas medidas después de que el paciente haya estado de pie durante varios minutos.
Diagnósticos diferenciales y Pruebas
Las pruebas de laboratorio de rutina, como el panel metabólico completo, el hemograma completo, el nivel de dímero D, las pruebas de función tiroidea, la velocidad de sedimentación globular y la concentración de proteína C reactiva, generalmente no revelan daño orgánico debido al COVID-19, a pesar de la persistencia de síntomas limitantes de la función.
Aunque el daño orgánico es poco común en la condición post-COVID (PCC), los ejemplos incluyen secuelas de la infección por COVID como neumonía, síndrome de dificultad respiratoria aguda, embolia pulmonar, miocarditis, miocardiopatía, artritis inflamatoria y lesión hepática o renal aguda.
En general, un panel metabólico completo para excluir anomalías electrolíticas y un hemograma completo y tasa de sedimentación eritrocítica para excluir anomalías inflamatorias son razonables en todos los pacientes que presentan síntomas post-covid persistente.
Considerando las complicaciones tromboembólicas de la COVID-19, la prueba del dímero D puede ser útil ya que valores inferiores a 0,5 mg/L tienen un buen valor predictivo negativo.
Para los pacientes que luchan contra una fatiga significativa, se descartaría la insuficiencia suprarrenal con pruebas de estimulación con corticotropina, el hipotiroidismo con estudios de función tiroidea, la apnea obstructiva del sueño con oximetría o polisomnografía nocturna y las deficiencias de micronutrientes con vitamina D y tal vez vitamina B 12.
Para los pacientes con un PCC con predominio del dolor, se debe evaluar la miopatía sustancial con determinaciones de creatina quinasa y aldolasa, y la artropatía inflamatoria se puede evaluar con anticuerpos antinucleares y factor reumatoide cuando existe una sospecha previa adecuada de trastornos autoinmunes del tejido conectivo.
Para síntomas neuropáticos como parestesias, alodinia y disestesias, se podría considerar la electromiografía. Para los pacientes con intolerancia ortostática o PCC con predominio de fatiga, a menudo se realiza electrocardiografía, ecocardiografía transtorácica y monitorización Holter con un diario de síntomas.
Ver artículo: Mueller MR, Ganesh R, Hurt RT, Berckman TJ. Post-COVID Conditions. May Clin Proc[Internet].2023[citado 14 mar 2024];98(7): 1071 8.DOI:https://doi.org/10.1016/j.mayocp.2023.04.007
12 marzo 2024| Fuent: IntraMed| Tomado de | Artículos
mar
2
Descubren que un metabolito microbiano intestinal induce hiperreactividad plaquetaria conduciendo así a la formación de trombosis en covid-19.
Desde el inicio de la pandemia por covid-19, la comunidad científica observó una relación entre el desarrollo de trombosis -principal causa de muerte y discapacidad después sufrir eventos cardiovasculares graves como infarto de miocardio, accidente cerebrovascular isquémico y embolia pulmonar-, y la infección originada por el virus SARS-CoV-2; una asociación que en los últimos años ha sido objeto de numerosas investigaciones.
El descubrimiento, publicado en la revista Cell Metabolism y llevada a cabo por investigadores de la Universidad de Guangdong, en China. Uno de los mecanismos de la propensión a la trombosis en covid-19. Este se originaría a través de un metabolito bacteriano del microbioma intestinal, denominado 2-metilbutirilcarnitina (2MBC) que al acumularse induce hiperreactividad plaquetaria y formación de trombos.
Como conclusiones, el equipo, dirigido por Kang Huang, del Centro de Innovación Traslacional de Inmunología de Precisión de Nanhai, de la Universidad de Guangdong, China, señala que 2MBC es un cometabolito que une la disbiosis y la trombosis de la microbiota intestinal. «La acumulación de 2MBC conduce a un mayor riesgo trombótico. 2MBC se une directamente a la integrina α2β1 y potencia la hiperreactividad plaquetaria, por lo que la inhibición de la integrina α2β1 mejoraría el mayor riesgo trombótico inducido por 2MBC».
Hiperreactividad plaquetaria, en el centro de la acción
La hiperreactividad plaquetaria es uno de los factores más importantes que contribuyen a la formación de trombos y a la isquemia diseminada. La evidencia acumulada de datos de numerosos trabajos ha documentado una respuesta funcional hiperreactiva en las plaquetas en numerosas patologías como diabetes, obesidad, hiperlipidemia, hipertensión o infección viral.
Otro ejemplo claro ha sido la covid-19, enfermedad que ha producido un fuerte aumento de los eventos trombóticos. «En particular, la hiperreactividad de las plaquetas y su carga trombótica aumentada asociada no sólo estuvieron presentes durante la fase aguda de la infección, sino que también permanecieron en los pacientes incluso después de la eliminación del virus, destacando que las vías no clásicas y no reveladas, que son distintas del ataque viral o reacción inflamatoria aguda, podrían estar implicadas en la regulación de la actividad plaquetaria. Así, los estudios en pacientes con coviv-19 parecen útiles para identificar nuevos mecanismos que contribuyen a la trombosis».
La investigación partió del hecho de que los mecanismos subyacentes siguen siendo poco conocidos, pero el estudio indica que la 2-metilbutirilcarnitina (2MBC), una acilcarnitina de cadena ramificada, se acumula en pacientes con covid-19 y en pacientes con eventos cardiovasculares graves. «2MBC mejora la hiperreactividad plaquetaria y la formación de trombos en ratones. Mecánicamente, 2MBC se une a la integrina α2β1 en las plaquetas, potenciando la activación de la fosfolipasa A2 citosólica (cPLA2) y la hiperreactividad plaquetaria».
En el trabajo, el equipo también sugiere que el agotamiento genético o la inhibición farmacológica de la integrina α2β1 revierte, en gran medida, los efectos protrombóticos de 2MBC. «En particular, 2MBC se puede generar de una manera dependiente del microbiota intestinal, mientras que la acumulación de 2MBC en plasma y su efecto agravante de la trombosis mejoran en gran medida después del agotamiento microbiano inducido por antibióticos», explica Sifan Chen, investigador de la citada universidad y firmante del trabajo.
Dado que la alteración del microbiota intestinal puede contribuir a las complicaciones agudas y a largo plazo de la covid-19, los investigadores plantearon la hipótesis de que el microbiota intestinal puede afectar el riesgo trombótico en la infección por coronavirus del síndrome respiratorio agudo grave (SARS-CoV-2).
Para probar esto, se pretrató a ratones transgénicos ACE2 (hACE2) humanizados (con reemplazo de ACE2 endógeno de ratón) con un cóctel de antibióticos, ofreciendo los resultados que se detallan en el trabajo. «Nuestro estudio implica al 2MBC como un metabolito que vincula la disbiosis de la microbiota intestinal con un riesgo trombótico elevado, proporcionando información mecanicista y una posible estrategia terapéutica para la trombosis», concluye Huang.
Ver artículo: Huang K, Li Z, He X, Dai J, Huang B, Shi Y, et al. Gut microbial co-metabolite 2-methylbutyrylcarnitine exacerbates thrombosis via binding to and activating integrin α2β1. Cell Metabolism[Internet].2024[citado 1 mar 2024]. https://doi.org/10.1016/j.cmet.2024.01.014
01 marzo 2024| Fuente: Diario Médico| Tomado de | Especialidades| Microbiología y Enfermedades Infecciosas
feb
12
Una investigación de científicos brasileños demuestra que la infección previa causada por el virus del Zika aumenta el riesgo de surgimiento de casos graves y de internaciones a causa del dengue. Este descubrimiento se erige como una importante pieza en los estudios que apuntan hacia el desarrollo de una vacuna contra el zika.
La investigación, publicado en PLOS Neglected Tropical Diseases, muestra que el mecanismo que exacerba la infección con dengue después del zika es distinto. En un segundo episodio de dengue, se registra un aumento de la carga viral, con concentraciones elevadas de citoquinas inflamatorias, cosa que no sucedió con el zika.
Los científicos detectaron otros marcadores que sugieren que el incremento de la gravedad sucede debido a la activación de los linfocitos T (que cumplen una función de auxiliares en la producción de anticuerpos). Es el llamado “pecado antigénico original”, que es cuando los linfocitos T producidos durante una infección anterior estimulan la producción de más linfocitos en el momento en que se produce una nueva infección.
Para más detalle, consulte el artículo completo: Estofolete CF, Versiani AF, Dourado FS, Milhim BHGA, Pacca CC, Silva GCD, et al. Influence of previous Zika virus infection on acute dengue episode. PLoS Negl Trop Dis[Internet].2023[citado 11 feb 2024]; 17(11): e0011710. https://doi.org/10.1371/journal.pntd.0011710 https://journals.plos.org/plosntds/article?id=10.1371/journal.pntd.0011710
7 de febrero 2024| Fuente: Diario Médico| Tomado de| Especialidades| Neumología
ene
18
Un estudio observacional realizado por investigadores de la Universidad Pompeu Fabra y del Hospital del Mar determina que la administración intradérmica de la vacuna JYNNEOS contra la viruela induce una respuesta inmunitaria eficiente que debería prote
Investigadores del Laboratorio de Biología de la Infección del Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida (MELIS) de la Universidad Pompeu Fabra y de la Unidad de VIH del Instituto de Investigación Hospital del Mar, han demostrado que la vacunación intradérmica con la vacuna JYNNEOS contra la viruela es la mejor opción para proteger a las personas con VIH de contraer el virus de la viruela del mono. Esta pauta de administración de la vacuna requiere menos material para inyectar a cada paciente, lo que multiplica por 5 las dosis de vacuna disponibles. Los resultados de este estudio observacional también indican que aquellos individuos con un nivel bajo de células T CD4 -un tipo de glóbulo blanco esencial para combatir adecuadamente nuevas infecciones- necesitan una dosis de refuerzo 28 días después de la primera dosis para compensar su estado de inmunodepresión.
El virus de la viruela del mono (monkeypox, en inglés) es un virus zoonótico de la familia del virus variólico que causa la viruela. La viruela del mono causa una enfermedad infecciosa que puede propagarse de forma autóctona entre humanos por contacto directo y por vía respiratoria. Los síntomas más comunes de la infección por viruela símica son fiebre, dolor de cabeza, dolor muscular, inflamación de los ganglios linfáticos, erupción cutánea, síntomas respiratorios y rectales, y agotamiento. Su gravedad depende de la edad y de la respuesta del sistema inmunitario para resistir a patógenos y parásitos.
Antes de la primavera de 2022, la viruela símica solía aparecer como brotes aislados en zonas endémicas de África Central y Occidental, pero en ese momento se produjo un brote mundial que facilitó la transmisión de persona a persona. Transmisión que se produjo, principalmente, entre hombres que mantenían relaciones sexuales con hombres. Un grupo de población con muchos individuos infectados por el VIH y que son especialmente susceptibles a la infección por el virus de la viruela del mono y a su patogenicidad.
Aunque no existe una vacuna específica contra la viruela del mono, la vacuna contra la viruela protege a 8 de cada 10 personas de contraer la infección, debido al parentesco antigénico entre ambos virus.
Combatir la viruela del mono cuando se vive con el VIH
Los resultados del estudio publicado hoy en la revista Journal of Medical Virology indican que la actividad de las células T -responsables de la respuesta contra los patógenos, la homeostasis y la memoria del sistema immune- de los individuos infectados por el VIH-1, cuya carga viral estaba controlada por la terapia antirretroviral, aumentó tras la vacunación con la vacuna contra la viruela JYNNEOS. Y que la respuesta de las células T fue equivalente a la de los individuos sanos de control.
Entre las personas que viven con una infección por VIH, existe un grupo de riesgo que merece especial atención. Se trata de los llamados no respondedores inmunológicos (INR por sus siglas en inglés), individuos que controlan su carga viral con la terapia antirretroviral, pero sólo recuperan parcialmente su recuento de linfocitos T CD4.
«Nuestro estudio muestra que estos INR pueden necesitar una dosis de refuerzo 28 días después de la primera vacunación para generar una respuesta eficiente de células T y estar, así, protegidos frente a la viruela del mono», explica Robert Güerri, clínico del Hospital del Mar y profesor asociado de la UPF, que ha coordinado el estudio de vacunación. En conjunto, los nuevos hallazgos subrayan la importancia de realizar estudios específicos sobre la respuesta inmunitaria en personas con VIH, especialmente en aquellas con un número más bajo de glóbulos blancos CD4.
Las vías de administración de la vacuna modulan la respuesta inmunitaria
Antes del brote de viruela del mono de la primavera de 2022, la vacuna JYNNEOS se administraba por vía subcutánea para proteger a la población. Pero debido al aumento de la demanda de vacunas, en agosto de 2022, las autoridades sanitarias estadounidenses y europeas propusieron administrar la vacuna JYNNEOS por vía intradérmica. Por esta vía, la vacuna se libera en la capa superior de la piel, donde se encuentran muchas células inmunitarias. Aunque, lo más importante de este nuevo procedimiento es que multiplica por 5 las dosis de vacuna disponibles, aumentando la disponibilidad de la vacuna sin comprometer su eficacia.
En contraste con la respuesta de las células T de los individuos infectados por el VIH-1 que recibieron la vacuna JYNNEOS por vía subcutánea, todos los individuos que recibieron la vacuna por vía intradérmica generaron una respuesta significativa de las células T. Por lo tanto, la vacunación intradérmica fue más eficaz para activar la inmunidad antivírica específica.
«Nuestros resultados apoyan claramente la propuesta de una vía de vacunación que ahorre dosis también para la protección de los individuos inmunodeprimidos, que son los que más necesitan la vacuna», añade Andreas Meyerhans, investigador ICREA y catedrático de la UPF, que coordinó la parte experimental del estudio.
Este estudio proporciona una indicación temprana de cómo mejor proceder con la vacunación preventiva contra la viruela del mono en un grupo de individuos con alto riesgo de infección. Sin embargo, otros estudios deberán confirmar y ampliar las observaciones derivadas de este estudio que cuenta con un número pequeño de individuos vacunados.
Referencia: Sisteré-Oró M, Du J, Wortmann DDJ, Filippi MD, Cañas Ruano E, Arrieta Aldea I, et al. Pan-pox-specific T-cell responses in HIV-1-infected individuals after JYNNEOS vaccination. J Med Virol[Internet]. 2023[citado 17 ene 2024]; 96:e29317. doi:10.1002/jmv.29317
12 enero 2024| Fuente: Eureka Alert| Tomado de Comunicado de prensa
ene
4
Las infecciones representan casi la mitad de todas las muertes no causadas por una recaída de la enfermedad entre pacientes con cánceres sanguíneos avanzados después del tratamiento con terapia de células T con receptor de antígeno quimérico (CAR), según muestra un nuevo metanálisis de ensayos clínicos y estudios del mundo real. Read more