jun
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Especialistas ticos reportan un aumento hoy de los casos de maltrato, abandono y otros daños contra los adultos mayores.
Ciudadanos afectados de ese sector etario realizaron en los últimos meses cerca de 700 llamadas en demanda de auxilio, 339 de las cuales (49,5 %) fueron sobre situaciones específicas de violencia, añadió la Asociación Gerontológica (Ageco) del país centroamericano.
El Servicio de Orientación Socio Legal de esa institución especializada precisó que solo durante los primeros cinco meses de 2024 registró 92 denuncias sobre agresiones contra adultos mayores.
La violencia sobre ese sector nacional asume expresiones de distinto sello, sobre todo de la física, patrimonial, por abandono, negligencia, psicológica, sexual y de género, precisa la Ageco.
Los reportes sobre esas afectaciones contra personas de la tercera edad preceden a la conmemoración en Costa Rica el próximo 15 de junio del Día contra el abuso, maltrato, marginación y negligencia contra las personas adultas mayores, establecido en 2006 mediante un Decreto ejecutivo.
La Asamblea General de las Naciones Unidas también reconoce esa fecha, bajo el nombre de Día de Toma de Conciencia del Abuso y Maltrato a la Vejez.
13 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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La soledad que a menudo experimentan las personas mayores en nuestra sociedad tiene un efecto negativo en su salud física, según investigadores de la UMC de Ámsterdam y la Universidad de Glasgow. Emiel Hoogendijk, epidemiólogo de Salud Pública de Ámsterdam, analizó los resultados de la investigación de más de 130 estudios y descubrió que la soledad conducía a un aumento de la fragilidad física, lo que a su vez aumenta el riesgo de resultados adversos para la salud como depresión, caídas y deterioro cognitivo. Estos resultados se publican hoy en The Lancet Healthy Longevity.
Recientemente, y especialmente durante la pandemia de COVID-19, se ha prestado más atención a los posibles efectos nocivos de la soledad y el aislamiento social en la salud de las personas mayores. Queríamos ver hasta dónde llegaban estos efectos y vimos que todo tipo de reducción del funcionamiento social, como la soledad, el aislamiento social y la falta de apoyo social, se asociaban con el deterioro físico en los adultos mayores», dice Hoogendijk.
Dirigidos por Peter Hanlon, investigador clínico de la Universidad de Glasgow, junto con investigadores de la UMC de Ámsterdam, Canadá, Australia y Suecia, los investigadores analizaron la relación entre el funcionamiento social y la fragilidad física en adultos mayores. «La fragilidad se refiere a muchas formas diferentes de deterioro físico, como la pérdida de peso, la reducción de la velocidad al caminar y la disminución de la fuerza muscular. Todo esto puede tener un efecto, por ejemplo, en la probabilidad de que te caigas», dice Hanlon.
Investigaciones anteriores ya han indicado que la fragilidad puede conducir a una disminución del contacto social: «En algunos casos, la vulnerabilidad física también puede hacer que las personas pierdan contactos sociales o se sientan más solas, por ejemplo, porque se vuelven menos móviles», dice Hoogendijk. Esta investigación muestra que esta relación también se puede revertir, con una disminución en el contacto social que conduce a la fragilidad.
El deterioro del funcionamiento social puede tener efectos nocivos para la salud, y el Cirujano General de EE.UU. afirmó el año pasado que la soledad es tan dañina como fumar 15 cigarrillos al día. «Sabemos que las personas con sentimientos de soledad o con falta de contactos sociales tienen un mayor riesgo de, entre otras, depresión y diversas enfermedades crónicas. Por ejemplo, la falta de contacto social puede tener un efecto directo en el sistema inmunológico, pero también puede tener un efecto indirecto en la salud, por ejemplo, a través de un estilo de vida poco saludable. Queremos hacer más investigaciones sobre esto en el próximo período», dice Hoogendijk.
El deterioro del funcionamiento social y físico a menudo ocurre al mismo tiempo. «Las personas mayores que son físicamente vulnerables a menudo también tienen que lidiar con un deterioro en el funcionamiento social y mental. Como estamos cuidando a los adultos mayores, debemos prestar atención a todos estos aspectos», dice Hanlon. Y concluye: «La soledad, por ejemplo, no es un problema fácil de resolver. Sin embargo, cada vez hay más conocimiento disponible sobre posibles intervenciones efectivas, incluidas actividades que apoyen a las personas mayores para aumentar sus conexiones sociales».
Ver artículo: Hanlon P, Wighman H, Politis M, Kirkpatric S, Jones C, Andrew M, et al. The relationship between frailty and social vulnerability: a systematic review. The Lancent Healthy Longevity[Internet]. 2024[citado 03 mar 2024]; 5(3): e 214-E226. DOI:https://doi.org/10.1016/S2666-7568(23)00263-5
29 febrero 2024| Fuente: EureKalert| Tomado de | Comunicado de prensa
feb
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Un grupo de expertos de la Sección de Oncogeriatría de la SEOM, del Grupo Cooperativo Español para el Tratamiento de Tumores Digestivos, (TTD) y del Grupo Español Multidisciplinar de Cáncer Digestivo (GEMCAD) han revisado la evidencia científica disponible en pacientes mayores con cáncer colorrectal para emitir recomendaciones en su manejo.
Valoración geriátrica
Los expertos abogan por la realización de una valoración geriátrica en el manejo inicial de estos pacientes antes de iniciar tratamiento. Esta herramienta permite, a partir de escalas y cuestionarios, una evaluación multidimensional del estado de salud de los pacientes mayores. El objetivo es identificar el estado funcional de un individuo, su estado anímico, su situación social y económica, su estado nutricional, la presencia de politratamiento, la movilidad, la cognición y la presencia de síndromes geriátricos, entre otros aspectos.
La valoración geriátrica ayuda a clasificar a los pacientes según su estado basal para poder predecir así el riesgo de toxicidad y sobrevida y ayuda a individualizar el tratamiento.
Las directrices internacionales, como las de la European Society for Medical Oncology (ESMO), recomiendan establecer el estado del paciente durante la toma de decisiones. Se pueden definir 3 subgrupos de pacientes: aptos, vulnerables o prefrágiles y frágiles.
Tratamiento de la enfermedad localizada
Generalmente a los pacientes mayores con cáncer colorrectal se les practica cirugía electiva con menor frecuencia, siendo más habitual un tratamiento paliativo.
Los expertos recomiendan resección oncológica estándar, preferiblemente mediante vía laparoscópica, en los pacientes de edad avanzada con cáncer colorrectal localizado e indicación quirúrgica y buen estado funcional. En los casos con prefragilidad, se recomienda la rehabilitación multimodal perioperatoria para reducir la morbilidad.
Quimioterapia adyuvante
El uso de quimioterapia adyuvante debe considerarse en función del beneficio potencial, el riesgo de recurrencia, la esperanza de vida y las comorbilidades del paciente.
Se recomienda que los pacientes de edad avanzada con cáncer colorrectal en estadio III resecado o estadio II con mal pronóstico y buen estado funcional reciban quimioterapia adyuvante con fluoropirimidinas durante 6 meses o capecitabina y oxaliplatino (XELOX) durante 3 meses.
Enfermedad avanzada
En pacientes con enfermedad avanzada y metástasis, se debe evaluar y discutir la situación de cada paciente en comité multidisciplinar de expertos para establecer la mejor opción terapéutica individualizada. Además, es importante definir si la enfermedad metastásica es resecable, potencialmente resecable tras el tratamiento de inducción o irresecable.
En la enfermedad metastásica debe considerarse el tratamiento radical con cirugía o radiofrecuencia o radioterapia corporal estereotáctica.
Los pacientes aptos deberían recibir el mismo tratamiento quimioterápico que los pacientes jóvenes. En los vulnerables y prefrágiles el beneficio de administrar fluoropirimidinas en lugar de un tratamiento paliativo ha quedado claramente demostrado en las últimas décadas. Sin embargo, en los pacientes frágiles se recomienda tratamiento paliativo sin quimioterapia.
Intervenciones geriátricas
Los expertos destacan varios aspectos a tener en cuenta en el paciente adulto mayor tras la valoración geriátrica:
- Estado nutricional.
- Estado físico: se recomienda la realización de ejercicio físico.
- Prehabilitación y rehabilitación posterior.
- Salud mental.
- Atención a los cuidadores.
Como conclusión los autores recalcan la necesidad de incluir a población adulta mayor en los ensayos clínicos, así como la valoración geriátrica y planes de tratamiento específicos.
Ver artículo completo: Soler-González G, Sastre-Valera J, Viana-Alonso A, Aparicio-Urtasun J, y cols. Update on the management of elderly patients with colorectal cancer. Clin Transl Oncol[Internet]. 2024[citado 11 feb 2024];26(1):69-84. doi: 10.1007/s12094-023-03243-0. Epub 27 Jul 2023. Erratum in: Clin Transl Oncol. 19 Nov 2023;: PMID: 37498507; PMCID: PMC10761480.
7 de febrero 2024| Fuente: Medscape | Tomado de | Noticias y Perspectivas
ago
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Las personas con enfermedad de Alzheimer y otras demencias relacionadas pueden perder la capacidad de conducir de manera segura a medida que avanza la enfermedad.
El estudio transversal de cohorte Driving predictors in a cohort of cognitively impaired Mexican American and non-Hispanic White individuals publicado por la revista Journal of the American Geriatrics Society investiga la prevalencia del estado de conducción entre personas con deterioro cognitivo en una comunidad del estado de Texas, EE.UU.
La mayoría de los adultos mayores con deterioro cognitivo aún conducen vehículos, a pesar de las preocupaciones planteadas por quienes desinteresadamente o de manera profesional cuidan a los enfermos y otras personas allegadas.
Los investigadores evaluaron 635 adultos mayores de 65 años con puntajes de evaluación cognitiva indicativos de probables deterioros. Las personas con deterioro cognitivo, el 61,4% eran conductores actuales, mientras alrededor de un tercio de todos los cuidadores expresaban preocupaciones respecto las personas a cargo autorizadas con licencias para manejar.
El artículo señala que algunas personas con deterioro cognitivo leve es probable que puedan seguir conduciendo pero otras no. Los pacientes y cuidadores deben discutir estos temas con los profesionales e instituciones proveedoras de atención médica para evaluar las condiciones de manejo seguro y garantizado en las carreteras.
Se estima que aproximadamente uno de cada nueve estadounidenses de 65 años o más, o 6,7 millones de personas, vive con la enfermedad de Alzheimer y millones más tienen demencias relacionadas.
Estas condiciones pueden afectar las habilidades neuropsicológicas y visuales que reducen la capacidad de conducir con seguridad. Un artículo de revisión publicado en 2017 al abordar el riesgo de los accidentes automovilísticos encontró deterioros medianos a grandes provocados por la demencia en la conducción y especificó que estas personas tenían mayor probabilidad de reprobar una evaluación de manejo en comparación con las que no padecían la enfermedad.
Al comenzar su estudio, los investigadores analizaron la prevalencia de conducción de adultos mayores latinos y blancos no latinos, pero la segmentación no permitió hallar encontrar diferencias significativas entre ambas poblaciones. Sin embargo, pudieron definir que a mayor deterioro cognitivo se reducen las probabilidades de conducir con normalidad.
Un poco más del 35 % de los cuidadores manifestaron inquietudes sobre la capacidad de las personas a cargo para conducir de manera segura, pese a que muchos participantes del estudio acotaron el tiempo total de conducción y evitaron hacerlo de noche o bajo la lluvia.
Implicancias del cambio de hábitos
Los autores reconocen la dificultad que acarrean las discusiones entre los cuidadores y las personas con deterioro cognitivo sobre la conducción, por sus consecuencias en la pérdida de autonomía y la posible vergüenza personal y social a que se exponen.
Cuando una persona con deterioro cognitivo deja de conducir, la decisión también puede aumentar la carga de trabajo del cuidador.
Los investigadores recomiendan comenzar las conversaciones sobre la conducción antes de toparse con los límites objetivos, es decir, mientras la persona que recibe el cuidado entienda y participe activamente en la conversación.
La familia cercana puede jugar un papel clave en la conversación con su ser querido para que deje de conducir.
Fuente: SIIC Salud
Referencia: Malvitz, M, Zahuranec, DB, Chang, W, et al. Driving predictors in a cohort of cognitively impaired Mexican American and non-Hispanic White individuals. J Am Geriatr Soc. 2023; 1-10. doi:10.1111/jgs.18493
https://agsjournals.onlinelibrary.wiley.com/doi/10.1111/jgs.18493
jun
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Una investigación alerta sobre la débil cobertura y acceso al sistema de salud, así como la falta de apoyos económicos y emocionales de las personas mayores. Read more
may
8
El Centro de Neurociencias de Cuba (Cneuro) adelanta el sistema NeuroGer, dirigido al tratamiento de los adultos mayores con trastornos cognitivos. Read more