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Italia ha reconocido oficialmente este miércoles la obesidad como una «enfermedad progresiva y recurrente» con una ley aprobada en el Senado, convirtiéndose así «en el primero en reconocerla» como crónica, según anunció el Gobierno.
«Con la aprobación del proyecto de ley para la prevención y el tratamiento de la obesidad, Italia da un importante paso adelante en la protección de la salud pública. Somos los primeros en reconocer la obesidad como una enfermedad crónica», declaró en un comunicado el ministro de Sanidad, Orazio Schillaci.
La ley, que ya había sido respaldada por la Cámara de Diputados, destinará más de 2,7 millones de euros a la prevención y tratamiento de esta patología que afecta a seis millones de personas en el país, según reconoce en su texto la nueva legislación.
Entre sus medidas, contempla campañas de concienciación y formación, así como acciones destinadas a garantizar la protección de la salud y la mejora de las condiciones de vida de los pacientes.
En concreto, autoriza un gasto de 700 000 euros en 2025, 800 000 en 2026 y 1,2 millones anuales a partir de 2027, distribuidos entre las distintas regiones.
El texto aprobado también impulsa el apoyo a la lactancia materna «como alimentación necesaria para prevenir la obesidad infantil» y establece medidas para «responsabilizar a los padres en la elección de una alimentación equilibrada para sus hijos y en la importancia de limitar el consumo diario de alimentos», además de promover la práctica deportiva.
Asimismo, prevé la creación de un observatorio para el estudio de la obesidad, que «verificará la aplicación de los objetivos y acciones previstos en dicho programa por parte de las regiones y provincias autónomas».
La iniciativa fue promovida por el diputado Roberto Pella, de la conservadora Forza Italia, socio en el Gobierno de Giorgia Meloni.
El ministro declaró que la obesidad supone “un problema de salud global que no solo afecta a adultos sino también a niños” y que “aumenta constantemente”.
«Con esta ley se refuerza el compromiso en la lucha contra la obesidad, apostando de manera decisiva por la prevención, así como por la formación específica del personal sanitario. Es una respuesta importante y concreta para la protección de la salud de los ciudadanos», sostuvo.
01 octubre 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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Se dice que el desayuno es la comida más importante del día, y un estudio reciente afirma que eso es absolutamente cierto en lo que respecta a la salud ósea.
Las personas que se saltan el desayuno tienen un riesgo más alto de fracturas de huesos por osteoporosis, reportaron los investigadores en la edición del 28 de agosto de la revista Journal of the Endocrine Society.
«Encontramos que saltarse el desayuno y cenar tarde se asoció con un mayor riesgo de osteoporosis», dijo el investigador principal, el Dr. Hiroki Nakajima, de la Universidad Médica de Nara, en Japón.
«Además, se encontró que estos hábitos alimentarios malsanos se vinculan con la acumulación de otros factores de riesgo del estilo de vida, como la inactividad física, el tabaquismo y la falta de sueño», añadió Nakajima en un comunicado de prensa.
En el estudio, los investigadores analizaron las afirmaciones de salud y los datos de chequeos de más de 927,000 personas en Japón a partir de los 20 años de edad.
El equipo buscó asociaciones entre el estilo de vida y el riesgo de las personas de una fractura de cadera, brazo o pierna debido a la osteoporosis.
Los resultados mostraron que saltarse el desayuno aumentó el riesgo de una persona de fracturarse un hueso por osteoporosis en un 18 %, fumar en un 11 % y cenar tarde en un 8 %.
Si una persona se saltaba el desayuno y cenaba tarde, su riesgo de osteoporosis y fractura ósea aumentaba al 23 %, encontraron los investigadores.
Otros hábitos malsanos que aumentaron el riesgo de fracturas de huesos incluyeron el consumo diario de alcohol, la falta de ejercicio y el mal sueño, dijeron los investigadores.
«Estos resultados sugieren que la prevención de la osteoporosis y las fracturas requiere no solo unos hábitos alimentarios saludables, sino también un esfuerzo más amplio por mejorar las conductas generales del estilo de vida» dijo Nakajima.
Las personas que se saltaban el desayuno tendían a tener una ingesta más baja de vitamina D y calcio, lo que indica que las deficiencias nutricionales podrían estar contribuyendo a su riesgo de osteoporosis, escribieron los investigadores.
«Estos resultados indicaron que la osteoporosis es una enfermedad relacionada con el estilo de vida», concluyeron los investigadores. «Se necesitan investigaciones futuras para investigar la relación entre las cenas nocturnas y el metabolismo óseo, así como estudios de intervención que se centren en la orientación sobre saltarse el desayuno y cenar tarde».
29 agosto 2025 | Fuente: HealthDay News | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
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Mantener una dieta saludable desde los 40 años puede aumentar hasta un 84 % las probabilidades de una vejez sana, demuestra un estudio difundido hoy aquí.
Basado en datos recogidos durante más de 30 años, el estudio liderado por académicos de la Universidad de Harvard, comprobó que mantener una dieta saludable a partir de los 40 ayuda a envejecer con salud y a mantener un buen estado físico, cognitivo y mental hasta los 70 años o más.
La investigación destaca la estrecha relación entre la dieta en la mediana edad y el envejecimiento saludable, a partir de datos de más de 100 000 personas a lo largo de 30 años, quienes seguían una alimentación sana a partir de los 40 tenían entre un 43 y un 84 % más de probabilidades de funcionar bien física y mentalmente al llegar a los 70 años.
Señala el estudio cómo las personas que seguían pautas dietéticas saludables en la mediana edad especialmente en frutas, verduras, cereales integrales y grasas saludables, tenían muchas más probabilidades de envejecer de forma sana.
Todo lo que sugiere que lo que se come en la mediana edad puede desempeñar un papel importante en cómo se envejece, destacó Anne-Julie Tessier, investigadora de la Escuela de Salud Pública de Harvard.
En cuanto a los alimentos, los investigadores descubrieron que un mayor consumo de fruta, verdura, cereales integrales, grasas insaturadas, frutos secos, legumbres y lácteos desnatados se asociaba a una mayor probabilidad de envejecer de forma saludable, mientras que un mayor consumo de grasas trans, sodio, carnes rojas y procesadas se asociaba a una menor probabilidad de envejecer de forma saludable.
La investigación fue presentada en Nutrition 2024, el congreso anual de la Sociedad Americana de Nutrición que se celebra en Chicago.
09 agosto 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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El pescado de forraje, como arenques, sardinas y anchoas, es una alternativa prometedora a la carne roja y su mayor consumo podría ofrecer importantes beneficios para la salud pública, evitando entre 500 000 y 750 000 muertes en 2050 en todo el mundo.
El estudio es un análisis de datos dirigido por el Instituto Nacional de Estudios Medioambientales de Tsukuba (Japón), el cual agrega que se podría reducir significativamente la prevalencia de discapacidad por enfermedades relacionadas con la dieta. Las posibles muertes evitadas estarían relacionadas, en particular, con cardiopatías coronarias y además ahorraría entre 8 y 15 millones de años de vida vividos con discapacidad, la mayoría concentrados en países de renta baja y media. El pescado de forraje sólo puede sustituir una fracción, aproximadamente el 8 %, de la carne roja mundial debido a su oferta limitada, pero podría aumentar el consumo mundial diario de pescado per cápita cerca del nivel recomendado, así como reducir en un 2 % las muertes por cardiopatías coronarias, accidentes cerebrovasculares, diabetes y cáncer de intestino en 2050.
Adoptar este tipo de dieta sería especialmente útil para los países con predominio de salarios bajos y medios, donde estos pescados son baratos y abundantes, y donde el número de víctimas de las enfermedades cardiacas, en particular, es elevado.
La investigación que publica BMH Global Health se basa en bancos de datos sobre las previsiones de carne roja para 2050 en 137 países y datos históricos sobre las capturas de peces forrajeros en hábitats marinos. Cada vez hay más pruebas que relacionan el consumo de carne roja y procesada con un mayor riesgo de enfermedades no transmisibles, que representaron alrededor del 70 % de todas las muertes en el mundo en 2019. De ellas, precisan en el estudio, las cardiopatías coronarias, los accidentes cerebrovasculares, la diabetes y el cáncer de intestino representaron casi la mitad (44 %) de esta cifra, y las enfermedades de las arterias coronarias se llevaron la mayor parte.
Los peces forrajeros marinos son ricos en ácidos grasos poliinsaturados de cadena larga omega-3, cuya ingesta puede prevenir cardiopatías coronarias y son abundantes en calcio y vitamina B12. Además, tienen la huella de carbono más baja de todas las fuentes alimentarias animales. En la actualidad, recuerdan los investigadores, tres cuartas partes de las capturas, incluida una cantidad significativa pescada frente a las costas de países que sufren inseguridad alimentaria y malnutrición, se trituran para obtener harina y aceite de pescado, que se utilizan, sobre todo, en piscicultura destinada a consumidores con ingresos elevados. Los investigadores crearon cuatro escenarios distintos, cada uno de los cuales representaba un patrón diferente de asignación de peces forrajeros a escala mundial. El análisis mostró que, si se adoptara de forma generalizada para el consumo humano directo, el pescado forrajero podría aportar importantes beneficios para la salud pública, sobre todo en términos de reducción de la incidencia de cardiopatías coronarias, resume BMJ. Para los países sin litoral, el estudio indica que habría que ampliar la comercialización y el comercio mundial de pescado forrajero.
10 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
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30
Las alergias alimentarias ocurren a menudo en la infancia y pueden ser graves o incluso mortales. Investigadores de Salud Judía Nacional están trabajando para desarrollar un programa para prevenir las alergias alimentarias y ahora han identificado los primeros predictores de la condición.
Durante un estudio publicado en línea en la revista Journal of Allergy & Clinical Immunology, se recogieron tiras de cintas de piel de los antebrazos de los recién nacidos a la edad de dos meses, una edad antes de que haya signos de alergia alimentaria. Investigadores de la Salud Judía Nacional desarrollaron la técnica de muestreo de cintas de piel, que no es invasiva y suave para estos pacientes muy jóvenes. Las proteínas superficiales en la piel y los lípidos se unen a la cinta, y luego se extrae la cinta para estudiar los detalles de lo que se encuentra en la piel. Los niños fueron monitoreados clínicamente hasta que llegaron a los dos años de edad para ver si se desarrollarían las alergias.
Ver artículo: Berdyshev E, Kim J, Eui Kim B, Young S, Ahn K, Leung DY. Skin biomarkers predict the development of food allergy in early life. Journalof Allergy &Clinical Immunology[Intenet].2024[citado 29 mar 2024]. DOI:https://doi.org/10.1016/j.jaci.2024.02.014
29 marzo 2024|Fuente: EurekAlert| Tomado de| Comunicado prensa
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20
El ayuno intermitente consiste en restringir la alimentación diaria a una ventana de 4 a 12 horas y no tomar nada más el resto del día. La mayoría de los que siguen este régimen comen en 8 horas y ayunan 16. Ahora, un estudio realizado con más de 20.000 adultos ha revelado que las personas que limitan su alimentación a menos de 8 horas tienen un 91% más probabilidades de morir de enfermedad cardiovascular en comparación con las que comen entre 12 y 16 horas al día.
Los resultados de esta investigación preliminar han sido presentados este lunes en las Sesiones Científicas 2024 sobre Estilo de Vida y Cardiometabolismo de Epidemiología y Prevención de la Asociación Americana del Corazón, una reunión anual que se celebra esta semana en Chicago y en la que se van a presentar los últimos estudios sobre salud, bienestar y estilo de vida.
Restringir el tiempo diario de comida a un periodo corto, como 8 horas al día, se ha popularizado en los últimos años como una forma de perder peso y mejorar la salud del corazón’ pero lo cierto es que ‘no se conocen los efectos a largo plazo’, advierte Victor Wenze Zhong, autor principal del estudio y jefe de epidemiología de la Escuela de Medicina de la Universidad Jiao Tong de Shanghai, China. Para averiguarlo, los autores hicieron un estudio con 20.000 adultos, revisaron la información sobre los patrones dietéticos de los participantes en las Encuestas Nacionales de Examen de Salud y Nutrición (NHANES) anuales de 2003 a 2018 y los compararon con los datos sobre las personas fallecidas en los Estados Unidos entre 2003 y 2019.
El análisis encontró que los que se alimentaban en menos de 8 horas al día tenían un 91% más de riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular y también observó un mayor riesgo de muerte cardiovascular en las personas que padecían una enfermedad cardíaca o cáncer. Entre las personas con enfermedades cardiovasculares, una duración de la alimentación inferior a 10 horas al día se asoció con un 66% más de riesgo de muerte por enfermedad cardíaca o ictus.
Por el contrario, la restricción horaria no redujo el riesgo global de muerte por ninguna causa, mientras que la alimentación superior a 16 horas diarias se asoció a un menor riesgo de mortalidad en las personas con cáncer.
Nos sorprendió descubrir que los que seguían un horario de alimentación restringido a 8 horas tenían más probabilidades de morir de enfermedades cardiovasculares’, reconoce Zhong.
Aunque este tipo de dieta ha sido popular debido a sus posibles beneficios a corto plazo, nuestra investigación muestra claramente que, en comparación con un horario de comidas típico de 12-16 horas al día, una menor duración de las comidas no se asoció con vivir más tiempo’, subraya. A la vista de estos resultados, para Zhong, ‘es esencial que los pacientes, sobre todo los que padecen cardiopatías o cáncer, sean conscientes de la relación entre un intervalo alimentario de 8 horas y un mayor riesgo de muerte cardiovascular’ y que las recomendaciones dietéticas tengan en cuenta la salud de cada individuo.
Detalles del estudio En el estudio participaron aproximadamente 20.000 adultos con una edad media de 49 años (la mitad hombres y la otra mitad mujeres) a los que se les hizo un seguimiento de entre 8 y 17 años. El 73,3% de los participantes eran blancos, el 11% hispanos, el 8% negros y el 6,9% de otra raza, incluidos mestizos.
En general, este estudio sugiere que la restricción horaria puede tener beneficios a corto plazo, pero efectos adversos a largo plazo’, concluye Christopher D. Gardner, profesor de Medicina en la Universidad de Stanford (California). No obstante, los autores reconocen limitaciones al estudio que en el futuro deberían completarse con información adicional sobre la calidad nutricional de las dietas de los distintos subconjuntos de participantes y más información para comparar los datos demográficos y las características basales de los grupos clasificados en los distintos intervalos de restricción alimentaria. Además, los autores advierten de que al incluir información dietética autodeclarada, los participantes del estudio pueden haber cometido errores u omisiones provocados por la memoria.
Redacción Ciencia, 18 marzo 2024|Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
