En un experimento se les administró a ratones una dieta rica en inulina y se detectó en dichos animales una mayor proliferación de células madre intestinales que en otros alimentados con fibras insolubles

dieta soluble2La dieta rica en fibras ha venido siendo asociada a diversos beneficios para la salud en estudios que así lo indican, incluso en lo concerniente a la protección contra enfermedades tales como el cáncer y la diabetes. Así y todo, poco se sabía acerca de la interacción entre esas fibras, los microorganismos existentes en el intestino y dicho órgano en sí mismo.

Pero un estudio realizado por científicos brasileños y publicado en la revista Microbiome revela que una dieta rica en una fibra soluble llamada inulina, presente en altas concentraciones en las raíces de la achicoria, por ejemplo, puede influir incluso sobre las características macroscópicas del intestino: en su extensión, por ejemplo.

No obstante, esta acción beneficiosa solamente se plasma en presencia de bacterias que efectúan la digestión de las fibras y generan alteraciones positivas en la inmunidad. Estos resultados aportan nuevas evidencias al respecto de la importancia de las fibras en la alimentación y pueden ayudar en la comprensión de las enfermedades intestinales inflamatorias.

“En los ratones que ingirieron una dieta con un 10 % de inulina, el intestino era mayor que el de los roedores que consumieron únicamente fibras no solubles [celulosa]. Cuando analizamos ese tejido, observamos en los animales que se alimentaron con la dieta rica en inulina una mayor proliferación de células madre del epitelio, la capa que separa el contenido intestinal de los otros órganos”, comenta Renan Oliveira Corrêa, quien llevó a cabo la investigación con el apoyo de la FAPESP durante su doctorado, en el Instituto de Biología de la Universidad de Campinas (IB-Unicamp).

Una parte de los análisis se concretó durante una pasantía que Oliveira Corrêa realizó en el Massachusetts Institute of Technology (MIT), de Estados Unidos. Este estudio forma parte de un proyecto coordinado por Marco Aurelio Ramirez Vinolo, docente del IB-Unicamp y coautor del artículo ahora publicado.

La expresión génica

Al secuenciar el ARN del epitelio intestinal de los ratones, los investigadores detectaron 268 genes expresados de manera diferenciada entre los grupos de animales (con dietas con y sin inulina). En el grupo que ingirió fibras solubles se detectó una mayor expresión de genes relacionados con el ciclo celular, con la replicación y con la reparación del ADN, sumamente importantes en el epitelio intestinal debido al alto índice de renovación de las células que lo componen.

Por otra parte, los genes asociados al metabolismo de los lípidos y los ácidos grasos mostraron una expresión menor en ese grupo de animales que ingirió inulina. Esta modulación va al encuentro de ciertos efectos que ya habían descrito otros grupos de investigación. Según dichos estudios, la ingesta de inulina disminuye los niveles de lípidos circulantes y la esteatosis hepática, que es el exceso de grasa en el hígado.

La dieta rica en inulina incrementó también la expresión de genes asociados a la diferenciación de las células epiteliales, un proceso esencial para que el órgano crezca y reemplace las células muertas. Este resultado condice con las cifras elevadas de células productoras de mucina, que forman el moco que protege al intestino humano contra las bacterias presentes en su interior y que también indican que el órgano está concretando adecuadamente sus funciones.

“Este análisis se llevó a cabo mediante la secuenciación de células individuales, quizá la primera realizada enteramente en Brasil. Este método permite saber qué expresa cada célula de la capa epitelial por separado”, afirma Ramirez Vinolo, quien coordinó otros trabajos en los cuales se demostraron los beneficios del consumo de fibras (lea más en: agencia.fapesp.br/35537)

El rol de las bacterias

La comunidad bacteriana quedó drásticamente modificada en los animales que ingirieron inulina. Para cerciorarse si las alteraciones eran importantes en el efecto de esas fibras en el epitelio, los investigadores realizaron experimentos con otros dos grupos de ratones.

Antes de administrárseles la inulina, uno de los grupos tomó un antibiótico que disminuyó la microbiota intestinal. A su vez, el otro grupo estaba conformado por animales que no tenían ningún microorganismo en sus cuerpos. Los mismos corresponden a un tipo de ratones conocidos como germ free, que nacen en un ambiente totalmente estéril y no tienen contacto con nada que pueda suministrarles microorganismos hasta el momento del experimento.

Los animales alimentados con inulina tampoco desarrollaron el fenotipo intestinal ni se registraron en ellos las alteraciones moleculares que se detectaron en el grupo que comió fibras solubles, pero cuyos integrantes tenía una microbiota normal.

“Cuando ingirieron un poco de los excrementos [trasplante fecal] de los otros que tenían bacterias en el intestino e ingirieron inulina, aun cuando nunca habían comido inulina en sí misma, estos animales desarrollaron el fenotipo intestinal, lo cual muestra el papel clave de la microbiota en esos efectos”, explica Oliveira Corrêa, en la actualidad investigador del Institut Imagine, en Francia.

Por último, con este estudio quedó demostrado que el consumo de inulina inducía una mayor producción de la molécula interleuquina 22 (IL-22), una citoquina elaborada por el sistema inmunitario importante para la salud del intestino. En los ratones que no producían IL-22 (porque se silenció en ellos el gen codificador de esta proteína), la dieta rica en inulina no indujo los efectos que se observaron en los otros animales.

La misma ausencia de efectos se observó en los animales que no expresaban linfocitos T tipo gamma-delta, un subgrupo de los linfocitos T que se ubican cerca del epitelio intestinal, lo que revela una importante función que cumplen las células inmunitarias específicas en ese contexto.

“Observamos efectos similares con otras fibras solubles como la pectina, contenida en las frutas. Es necesario realizar nuevos estudios a los efectos de entender exactamente qué hace cada fibra. Pero podemos afirmar que una dieta balanceada genera efectos cada vez más evidentes y que comprenden una compleja interacción entre los componentes de la dieta, la microbiota y las células de nuestro organismo”, informa Ramirez Vinolo.

“Es fundamental entender cómo esto funciona y cómo podemos actuar en este sistema con miras a prevenir e incluso a tratar las enfermedades inflamatorias intestinales y otras, tales como la diabetes y el asma”, culmina diciendo Ramirez Vinolo.

Fuente: Dicyt.com

Referencia: Corrêa, R.O., Castro, P.R., Fachi, J.L. et al. Inulin diet uncovers complex diet-microbiota-immune cell interactions remodeling the gut epithelium. Microbiome 11, 90 (2023). https://doi.org/10.1186/s40168-023-01520-2

dieta-mediterraneaLas personas mayores hospitalizadas que no siguen una dieta mediterránea son las que más podrían beneficiarse de un programa de ejercicio físico para prevenir la discapacidad asociada a la hospitalización, es decir, la pérdida de habilidades en actividades de la vida diaria. Por tanto, si se incluye el factor de seguir una alimentación basada en una dieta mediterránea entre las variables evaluadas al ingreso de pacientes mayores, se podrían diseñar estrategias más precisas y personalizadas para prevenir la discapacidad asociada a la hospitalización, que suele ser frecuente en personas de edad avanzada.

Esta es una de las conclusiones de un estudio publicado en la revista Journal of Nutrition and Healthy Aging y dirigido por los expertos Mireia Urpí-Sardà, de la Facultad de Farmacia y Ciencias de la Salud, el Instituto de Investigación en Nutrición y Seguridad Alimentaria (INSA-UB) y el Campus de la Alimentación de Torribera de la Universidad de Barcelona, y José Antonio Serra-Rexach, del Grupo de Investigación en Biopatología del Envejecimiento del Instituto de Investigación Sanitaria Gregorio Marañón (IISGM), ambos miembros del CIBER de Fragilidad y Envejecimiento Saludable (CIBERFES).

El estudio apunta que las personas mayores hospitalizadas que más siguen una dieta mediterránea también mejoran su estado global si siguen unas pautas de ejercicio y educación en la salud. Cabe destacar que, en una editorial, la revista ha destacado el hecho de que los pacientes con peor estado físico presenten mejoras más significativas en respuesta a un programa de ejercicio físico, y anima a realizar más estudios sobre la influencia de los patrones dietéticos en los efectos de ejercicio para evitar la discapacidad asociada a la hospitalización.

Un programa básico de ejercicio para pacientes mayores

La discapacidad asociada a la hospitalización es un fenómeno que afecta incluso a pacientes de edad avanzada que, durante el ingreso al centro médico, son tratados con éxito. Además, la discapacidad puede acarrear más gastos económicos, reingresos e incluso más mortalidad en algunos casos. En este contexto, las intervenciones con ejercicio físico durante la hospitalización se han revelado como estrategias seguras y efectivas para prevenir este deterioro funcional en las personas mayores hospitalizadas.

Este trabajo se basa en el proyecto AGECAR-Plus, un estudio clínico aleatorizado sobre 260 pacientes de 75 o más años en el Hospital General Universitario Gregorio Marañón. En el marco del estudio, a un grupo de 109 voluntarios —aproximadamente de 87 años; el 46 % mujeres— se les evaluó el grado de adherencia a un patrón dietético mediterráneo, los niveles de polifenoles en orina, estado funcional, y otros parámetros de salud en el momento del ingreso y el alta hospitalaria.

José Antonio Serra-Rexach explica: «Observamos que los pacientes que realizaron la intervención de ejercicio físico y educación sanitaria durante la hospitalización aumentaron significativamente su estado funcional en el alta, en comparación con su ingreso y con los pacientes que no realizaron la intervención. Sin embargo, hasta ahora no existía ninguna evidencia del efecto de una dieta saludable sobre el estado funcional en personas mayores hospitalizadas».

«Un patrón de dieta saludable como la dieta mediterránea está asociado a un menor riesgo de deterioro físico y fragilidad en personas mayores. Considerando que la dieta mediterránea es rica en polifenoles, hemos evaluado el seguimiento de este patrón dietético a través de un cuestionario validado, así como analizando el nivel de polifenoles en orina», detalla la profesora Mireia Urpi-Sarda, del Grupo de Investigación de Biomarcadores y Metabolómica Nutricional de los Alimentos de la UB. La investigadora Alba Tor-Roca, del Departamento de Nutrición, Ciencias de la Alimentación y Gastronomía de la UB, detalla que «en el estudio se observó que en los individuos que presentaban una baja adherencia a la dieta mediterránea en el ingreso, la intervención con ejercicio físico tenía un mayor efecto y clínicamente relevante en sus capacidades funcionales».

«Estos resultados sugieren que el seguimiento de la dieta mediterránea podría representar un indicador de aquellos pacientes mayores con una respuesta aparentemente mejor a las intervenciones de ejercicio», concluyen los investigadores del estudio.

Fuente: Dicyt.com

     Referencia: A. Tor-Roca, J. Mayordomo-Cava, C. Andres-Lacueva, J. A. Serra-Rexach, Mireia Urpi-Sarda. Adherence to Mediterranean Diet and Response to an Exercise Program to Prevent Hospitalization-Associated Disability in Older Adults: A Secondary Analysis from a Randomized Controlled Trial. The journal of nutrition, health & aging, 2023; 27 (7): 500 DOI: 10.1007/s12603-023-1929-6

https://link.springer.com/article/10.1007/s12603-023-1929-6

celulas trasplanteAlrededor de 55 millones de personas en todo el mundo tienen la enfermedad de Alzheimer y otras demencias.

Dado que los científicos esperan que ese número siga creciendo cada año, se ha prestado mucha atención al desarrollo de nuevos tratamientos para la afección.  Read more

La OMS califica como «bajo» el riesgo para la salud pública que plantea EG.5, un linaje descendiente de XBB.1.9.2 que se notificó por primera vez el 17 de febrero y lanza el mensaje de que no requiere de un incremento de hospitalizaciones.

COVID-19 mundoLa Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que la nueva variante EG.5 de la COVID-19 puede aumentar los casos a nivel mundial, aunque no hay evidencia científica de que por el momento esté produciendo un incremento de las hospitalizaciones.

A través de un informe, el organismo sanitario internacional de Naciones Unidas ha calificado como «bajo» el riesgo para la salud pública que plantea EG.5, un linaje descendiente de XBB.1.9.2 que se notificó por primera vez el 17 de febrero. Se designó como variante bajo vigilancia el 19 de julio y la OMS la ha calificado como variante de interés.

«Aunque EG.5 ha mostrado una mayor prevalencia, ventaja de crecimiento y propiedades de escape inmunitario, no se han registrado cambios en la gravedad de la enfermedad hasta la fecha. Aunque se han observado aumentos concurrentes en la proporción de hospitalizaciones por EG.5 y la COVID-19 (menores que en oleadas anteriores) en países como Japón y Corea del Sur, no se han establecido asociaciones entre estas hospitalizaciones y la EG.5″, ha resaltado el organismo.

Sin embargo, la OMS también puntualiza que, debido a su ventaja de crecimiento y a sus características de escape inmunitario, EG.5 «puede provocar un aumento de la incidencia de casos y convertirse en dominante en algunos países o incluso a nivel mundial».

EG.5 porta una mutación adicional F456L en la proteína espiga en comparación con las subvariantes de las que procede, XBB.1.9.2 y XBB.1.5. Dentro del linaje EG.5, la subvariante EG.5.1 tiene una mutación adicional Q52H en la espiga y representa el 88 por ciento de las secuencias disponibles para EG.5 y sus linajes descendientes.

A nivel mundial, se ha producido un aumento constante de EG.5. Durante la semana del 17 al 23 de julio, su prevalencia global fue del 17,4 por ciento, lo que supone «un aumento notable» con respecto a los datos notificados cuatro semanas antes (del 19 al 25 de junio), cuando fue del 7,6 por ciento.

Hasta el 7 de agosto, se han recopilado para su estudio 7.354 secuencias de EG.5 procedentes de 51 países. La mayor parte proceden de China (30,6%, 2.247 secuencias). Los demás países con al menos 100 secuencias son Estados Unidos (18,4%, 1.356), Corea del Sur (14,1 %, 1.040), Japón (11,1 %, 814), Canadá (5,3 %, 392), Australia (2,1 %, 158), Singapur (2,1 %, 154), Reino Unido (2,0 %, 150), Francia (1,6 %, 119), Portugal (1,6 %, 115) y España (1,5 %, 107).

Fuente: IMMedico

Referencia: WHO.  EG.5 Initial Risk Evaluation, 9 August 2023.

https://www.who.int/docs/default-source/coronaviruse/09082023eg.5_ire_final.pdf?sfvrsn=2aa2daee_1

 

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