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La aterosclerosis o enfermedad de las arterias coronarias está considerada un importante problema de salud pública y una de las principales causas de muerte en todo el mundo a nivel mundial, dado que puede desembocar en un ataque cardíaco o accidente cerebrovascular a medida que avanza la patología.
Relacionado con ello, un nuevo estudio de la Universidad del Este de Finlandia ha podido identificar hasta 12 tipos de células diferentes involucradas en la patogenia de la enfermedad de las arterias coronarias.
Los autores investigaron sobre la diversidad biológica de los estados celulares asociados con la aterosclerosis y analizaron su contribución al riesgo genético de enfermedad arterial mediante el uso de secuenciación de ARN unicelular y masivo (RNA-seq) de lesiones humanas y de ratón.
Estos expertos pudieron demostrar que los factores de riesgo genéticos en esta patología tienen su efecto, especialmente, a través de las células del músculo vascular liso, que cambian su fenotipo a medida que avanza la enfermedad.
Con base en los hallazgos, publicados en el ´American Journal of Human Genetics´, los investigadores idearon un sistema de puntaje de riesgo que podría ayudar a predecir el riesgo individual de patología arterial e identificar el curso de tratamiento más apropiado en el futuro.
Los tipos de células asociados con la enfermedad de las arterias coronarias se identificaron utilizando la última tecnología de células individuales.
Según el profesor Kaikkonen-Määttä, los hallazgos aumentan significativamente nuestra comprensión de la patogenia de la enfermedad de las arterias coronarias:
«La forma en que la enfermedad progresa en diferentes personas puede verse afectada, en parte, por diferentes factores de riesgo genéticos que están mediados por diferentes tipos y mecanismos de células. Esta comprensión puede ayudar a prevenir la enfermedad de manera más efectiva en el futuro, al mismo tiempo que permite el desarrollo de mejores tratamientos personalizados», concluyó.
Abril 19/2023 (IMmédico) – Tomado de Noticias Atención primaria. Copyright2023: Publimas Digital.
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19
Superar un cáncer puede incidir en el riesgo de enfermedad cardiovascular más allá del primer año desde el tratamiento oncológico, según concluye un estudio que aparece en la revista Heart, donde se corrobora el peso específico de este factor de riesgo que es independiente de otros “clásicos”, como el tabaquismo, la hipertensión arterial o el sobrepeso.
En estudios anteriores ya se había señalado la cardiotoxicidad de ciertos tratamientos oncológicos, pero no con el respaldo de una población tan extensa como la que incluye este estudio (18.714 participantes del Biobanco del Reino Unido, a los que se siguió durante doce años), ni con la ayuda de imágenes, que también aporta el trabajo.
Los participantes incluyeron a pacientes que habían superado alguno de los cánceres más frecuentes (pulmón, mama, próstata, sangre, útero o intestino) y que se emparejaron con un número similar de individuos sin la neoplasia, atendiendo a los factores de riesgo vascular.
El análisis muestra que el cáncer se asocia con más riesgo de presentar enfermedades cardiovasculares y mortalidad cardiovascular a lo largo de doce años de seguimiento prospectivo. Además, las imágenes de resonancia magnética (RM) indicaron que los antecedentes de cáncer se vinculaban con una remodelación cardiaca adversa.
Necesidad de estratificar el riesgo
Los firmantes del estudio, encabezados por Zahra Raisi-Estabragh, cardióloga del Instituto de Investigación William Harvey en la Universidad Queen Mary de Londres, concluyen que “en las personas que han padecido cáncer se intensifica el riesgo cardiovascular, un elemento que parece independiente de los factores de riesgo vascular y persiste varios años después del diagnóstico oncológico inicial. Este estudio pone de relieve las necesidades específicas de los pacientes con cáncer y respalda la consideración de la estratificación del riesgo cardiovascular” en aquellos expuestos a dicha enfermedad.
“Los pacientes con cáncer presentan una constelación de factores de riesgo demográficos y clínicos que los exponen a un mayor riesgo cardiovascular”, escriben. “Nuestros hallazgos subrayan la importancia de controlar los factores de riesgo modificables de todos los pacientes durante y después de su tratamiento oncológico, así como centrarse en la vigilancia y las estrategias preventivas de áreas específicas”.
Cáncer de mama y hematológico
Los investigadores explican que se sabe que cierta quimioterapia administrada para el cáncer oncohematológico resulta perjudicial para el tejido cardiaco, así como la radioterapia dirigida a la pared torácica que recubre el corazón.
De igual forma, las supervivientes de cáncer de mama tenían mayor riesgo de desarrollar y morir de insuficiencia cardiaca y miocardiopatías no isquémicas, así como de ser diagnosticadas de pericarditis. Además, era más probable que sus escáneres mostraran alteraciones funcionales del corazón.
«Estas observaciones probablemente reflejen la cardiotoxicidad asociada a las terapias contra el cáncer de mama», señalan los autores del estudio, que añaden que estas personas también tenían ocho veces más probabilidades de morir por enfermedades asociadas a la hipertensión arterial.
De forma específica, los investigadores encuentran “asociaciones significativas” entre los antecedentes de cáncer de mama y hematológico y los hallazgos de RM cardiaca, incluso en ausencia de enfermedad cardiovascular prevalente. Los autores señalan que, independientemente de los factores de riesgo vascular subyacentes, los pacientes tratados por cáncer mostraron que tanto el tamaño como la función del corazón se habían alterado sustancialmente a peor. Las asociaciones más consistentes que se observaron mediante el escáner fueron con la FEVI [fracción de eyección del ventrículo izquierdo].
Enfermedades CV más frecuentes
La edad media de todos los participantes fue de 62 años; unos dos tercios eran mujeres. Casi un tercio de los supervivientes de cáncer desarrollaron una de las siguientes enfermedades durante el periodo de seguimiento del estudio: cardiopatía isquémica; ictus; ritmo cardiaco anormal (fibrilación auricular); insuficiencia cardiaca; alteración de la señalización eléctrica o problemas cardiacos mecánicos (miocardiopatías no isquémicas); coágulos sanguíneos en las venas, arterias o pulmones; inflamación del saco que rodea el corazón (pericarditis).
Las más frecuentes fueron la cardiopatía isquémica, la fibrilación auricular y la insuficiencia cardiaca.
Abril 19/2023 (Diario Médico) – Tomado de Cardiología – Antecedentes de neoplasia. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.
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18
Según un ensayo clínico dirigido por Yale, un medicamento que ha demostrado su eficacia en el tratamiento de la alopecia areata en adultos también es eficaz en el tratamiento de pacientes adolescentes.
La alopecia areata es una enfermedad autoinmune caracterizada por la pérdida repentina y a menudo desfigurante del cabello. Es la segunda causa más frecuente de caída del cabello y afecta aproximadamente a 7 millones de personas en Estados Unidos.
El nuevo medicamento oral estudiado en el ensayo clínico, un inhibidor de la Janus quinasa (JAK) conocido como ritlecitinib, fue desarrollado por Pfizer. Tras más de una década de investigaciones dirigidas por el Dr. Brett King, dermatólogo de Yale, se han aprobado otros inhibidores de la JAK, una clase de fármacos utilizados originalmente para tratar la artritis reumatoide y ciertos trastornos sanguíneos, para el tratamiento de una serie de enfermedades cutáneas intratables, entre ellas la alopecia areata.
El año pasado, la Administración de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. aprobó el uso del inhibidor de JAK baricitinib para tratar la alopecia areata grave, pero sólo en adultos. King, que fue el investigador principal en aquel trabajo, también dirigió el estudio actual con ritlecitinib.
«Este nuevo trabajo supone un gran avance en el tratamiento de la alopecia areata porque en el ensayo clínico participaron adolescentes además de adultos», afirma King, profesor asociado de Dermatología de la Facultad de Medicina de Yale y primer autor del nuevo estudio, publicado en The Lancet. «Dado que la alopecia areata afecta con frecuencia a niños y adolescentes, es pionero avanzar en un medicamento que muestra seguridad y eficacia en el tratamiento de pacientes más jóvenes».
El ensayo de fase 3 realizó un seguimiento de 718 pacientes -incluidos más de 100 adolescentes- en 118 hospitales y clínicas de 18 países. Todos los participantes, independientemente de su edad, presentaban una pérdida de cabello del cuero cabelludo de al menos el 50% debido a la alopecia areata.
Según el estudio, tras 24 semanas de uso de ritlecitinib, muchos pacientes experimentaron un crecimiento completo o casi completo del cabello. Con el uso continuado de ritlecitinib durante 24 semanas más, más pacientes consiguieron que el pelo volviera a crecer. La medicación fue bien tolerada por los pacientes a lo largo del estudio.
Según King, los resultados fueron significativos en todos los grupos de edad, incluidos los pacientes más jóvenes.
«La alopecia areata suele causar un enorme sufrimiento, tanto a adultos como a niños», afirma King. «Ser niño ya es bastante duro, así que imagínese lo que es ser un niño con grandes calvas, al que quizá le falte una ceja, o sin pelo en absoluto. Puede ser un castigo».
King señaló que una niña con alopecia areata grave se quitó la vida recientemente porque la acosaban en el colegio. «No queremos que eso vuelva a ocurrir», dijo. Tenemos que hacer todo lo posible para que no ocurra, y una parte de ello es avanzar en los medicamentos para revertir la enfermedad». Este estudio sobre ritlecitinib es un gran paso en esa dirección».
Se está realizando un estudio a más largo plazo del ritlecitinib para tratar la alopecia areata.
Este artículo se publicó originalmente en MedicalXpress Breaking News-and-Events.
Abril 18/2023 (MDLinx) – Tomado de Especialidades y Enfermedades – Dermatología. Copyright 2023 M3 USA Corporation.
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18
La ecografía nutricional es una técnica emergente, económica, portátil y no invasiva que emplea los ultrasonidos para evaluar la composición corporal del organismo. El Dr. José Manuel García Almeida, miembro del Área de Nutrición de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), resalta la evolución que ha experimentado la ecografía nutricional, junto con la bioimpedancia, en todos los ámbitos de la Endocrinología y la Nutrición: «ya que no había ninguna técnica de uso clínico para valorar la composición corporal y otras técnicas de referencia, como el TAC o el DEXA, están muy alejadas de la práctica clínica habitual».
La ecografía nutricional desempeña una función importante en el ámbito de la Endocrinología y la Nutrición: «los especialistas nos encargamos de atender la patología metabólica desde el punto de vista de la desnutrición, obesidad, diabetes, etc., y en todas estas áreas es necesario disponer de datos de composición y función», explica el especialista, que agrega: «Esta técnica comprende la evaluación de los compartimentos corporales, como tejido adiposo, muscular, conectivo, vascular, óseo, etc., con el ángulo de visión de los ultrasonidos».
El endocrinólogo remarca la utilidad de la ecografía nutricional ya que está indicada para un espectro muy amplio de pacientes con enfermedades metabólicas como la diabetes, la obesidad, aunque principalmente se ha desarrollado en pacientes con desnutrición. Se puede aplicar también a otras patologías como la insuficiencia cardíaca, la insuficiencia renal, así como diferentes enfermedades. El endocrinólogo apunta que es una prueba específica y complementaria de la Endocrinología y Nutrición que ha requerido una estandarización y se está validando a través de estudios a nivel nacional.
«El endocrino es el especialista que está liderando este campo de desarrollo y está estableciendo los patrones de normalidad y su aplicación en diferentes patologías», indica el doctor García Almeida.
Este especialista asevera que es fundamental establecer planes de formación de capacitación estandarizados en ecografía nutricional de alta calidad «para aumentar el uso de estas técnicas por los especialistas en Endocrinología y Nutrición, con el fin de mejorar el diagnóstico y el tratamiento de los pacientes». El doctor especifica que la evidencia científica es limitada y los futuros proyectos de este ámbito deben incluir el diseño de estudios poblacionales sobre diferentes patologías que permitan obtener valores de referencia y puntos de corte para poder interpretar de manera individual los resultados de cada paciente. «Se necesitan más estudios prospectivos para evaluar los tiempos de respuesta y describir cualquier cambio clínicamente significativo en todos estos parámetros», puntualiza el endocrinólogo.
En este sentido, el doctor García Almeida insiste en que la ecografía nutricional «nos permite evaluar la composición corporal desde un punto de vista clínico en cuanto a la masa muscular centrado en la valoración del recto femoral del cuádriceps, que es un músculo que se relaciona con las actividades de la vida diaria, y por otro lado, de la evaluación de la grasa, de su distribución cintura-cadera y del tejido celular subcutáneo con sus capas superficial y profunda, así como la evaluación de la grasa preperitoneal abdominal, omental, etc.».
Cabe destacar que la ecografía nutricional es una técnica complementaria que forma parte de un conjunto de técnicas llamadas valoración morfofuncional, que se dirigen a la evaluación de la composición y de la función corporal y profundizan en el análisis cuantitativo y cualitativo para aportar valor diagnóstico y pronóstico en las situaciones clínicas de sobre e infranutrición como la obesidad, la enfermedad metabólica y la desnutrición. Por otra parte, «la valoración morfofuncional es más compleja porque también engloba registros de ingesta, análisis de la calidad de vida, adherencia al tratamiento y datos analíticos, por lo que es una visión global, holística, que incorpora toda la valoración desde el punto de vista morfológico y funcional de la desnutrición», destaca el endocrinólogo.
Abril 17/2023 (IMmedico) – Tomado de Endocrinología y Nutrición. Copyright 2023: Publimas Digital.
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Se manifiesta como episodios de dolor ardiente asociado con pies rojos y calientes que ocasionalmente involucran las manos.
La eritromelalgia (EM) es una enfermedad debilitante rara caracterizada por episodios de dolor ardiente asociado con pies rojos y calientes y ocasionalmente las manos.
Durante los síntomas, los pies y las manos pueden estar hinchados aunque el edema no está universalmente presente o reportado.
El control endógeno de la temperatura, probablemente a través de la vasodilatación de las anastomosis arteriovenosas termorreguladoras, puede ser un factor clave en el mecanismo fisiopatológico de la eritromelalgia (EM). A menudo, se desencadenan episodios a partir de la actividad física y la exposición a temperaturas cálidas mientras que el dolor se alivia en forma característica por el enfriamiento de las zonas afectadas.
Debido a que los síntomas son intermitentes y los pies y las manos pueden parecer normales en la consulta, el diagnóstico puede ser omitido. Los pacientes suelen solicitar la atención médica de diversas especialidades, como atención primaria, dermatología, medicina vascular, neurología y medicina del dolor. Los pacientes tienen menor calidad de vida, aumento de la morbilidad y la mortalidad así como mayor riesgo de suicidio en comparación con la población general de EE. UU.
El tratamiento efectivo para el alivio de los síntomas es fundamental para evitar las complicaciones graves y mejorar los resultados. Para denominar la afección existen términos como EM primaria y EM secundaria pero su uso es variado y pueden dar lugar a confusión.
Convencionalmente, la denominación eritromelalgia secundaria se utiliza para la EM que tiene una causa subyacente identificable. El término EM primaria se utiliza para la EM sin una causa subyacente identificable (EM idiopática). También se ha utilizado el término EM primaria como sinónimo de EM heredada, para describir la EM en pacientes con antecedentes familiares de la enfermedad. Sin embargo, etiquetar la EM como primaria o secundaria no afecta mucho su manejo.
Tratamientos farmacológicos
La EM es una condición difícil de tratar. Se pueden utilizar tratamientos tópicos y sistémicos. El resultado de los tratamientos es muy variable. Muchos informes de tratamientos fueron descritos hace varios años (esta revisión bibliográfica abarca los años 1985-2021); hay pocos datos publicados que discutan la durabilidad de los tratamientos reportados.
Como tratamiento de primera línea se pueden usar medicamentos tópicos para alivio del eritema y el dolor, y quizás sea todo lo que se necesita para manejar esta condición. Para pacientes con EM secundaria por enfermedad mieloproliferativa, el tratamiento debe centrarse en abordar la causa subyacente.
La aspirina es el tratamiento sistémico de primera línea para pacientes con EM, particularmente aquellos que tienen enfermedades mieloproliferativas subyacentes. Entonces pueden considerarse otros medicamentos sistémicos.
La aplicación de un enfoque de equipo multidisciplinario es beneficioso para el cuidado de los pacientes con EM. Para pacientes que tienen EM severa, refractaria o con discapacidad, es necesaria la derivación a un centro de rehabilitación completa del dolor.
Los medicamentos tópicos pueden ser utilizados como tratamiento de primera línea para aliviar el eritema y el dolor y puede ser todo lo que se necesita para manejar esta condición. Muchos tratamientos tópicos se han utilizado para la EM, con varios niveles de eficacia. Algunos tratamientos pueden usarse para abordar principalmente el dolor asociado con la EM, mientras que otros pueden disminuir el enrojecimiento con la consiguiente disminución del dolor. Para evaluar la eficacia del medicamento tópico, debe ser utilizado durante al menos 4 semanas antes de cambiarlo por otro tratamiento.
Abril 17/2023 (IntraMed) – Tomado de Artículos. Copyright 1997-2023
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Las estatinas podrían prevenir ACV e ictus isquémico transitorio en fibrilación auricular de inicio reciente; más aún si se administra en largos periodos de tiempo
«La administración de estatinas durante un largo periodo de tiempo fue aún más protector contra los accidentes cerebrovasculares (ACV) que su uso a corto plazo», según Jiayi Huang, de la Universidad de Hong Kong, China, y autora principal de un informe en el que se ha estudiado a más de 50.000 pacientes con fibrilación auricular (FA) en ese país.
Los primeros resultados se presentan este fin de semana en el congreso de la Asociación Europea del Ritmo Cardiaco (EHRA 2023), dentro del congreso científico de la Sociedad Europea de Cardiología (ESC), que se celebra en Barcelona.
El trabajo ha observado un riesgo reducido de accidente cerebrovascular e ictus isquémico transitorio en aquellas personas que comenzaron a tomar estatinas dentro del año posterior al diagnóstico en comparación con aquellos que no lo hicieron.
La fibrilación auricular (FA) es el trastorno del ritmo cardíaco más común y, en estos momentos, afecta a más de 40 millones de personas en todo el mundo, según los últimos datos de la American Heart Association (AHA).
Los pacientes con esta alteración cardíaca tienen un riesgo cinco veces mayor de accidente cerebrovascular que sus pares. A pesar de que las guías clínicas recomiendan la administración de terapia anticoagulante para prevenir accidentes cerebrovasculares en personas con fibrilación auricular, el riesgo no se elimina completamente.
Por su parte, el tratamiento con estatinas se prescribe ampliamente para reducir el colesterol en sangre y disminuir así la probabilidad de infarto e miocardio y accidente cerebrovascular.
A pesar de estas evidencias científicas en ambas situaciones clínicas, el beneficio de las estatinas para la prevenir accidentes cerebrovasculares en pacientes con fibrilación auricular no es aún totalmente claro.
Riesgo significativamente menor
El nuevo estudio que se presenta en (EHRA 2023) evaluó la asociación entre el uso de estatinas y la incidencia de accidente cerebrovascular e ictus isquémico transitorio en pacientes con fibrilación auricular.
Los investigadores utilizaron el Sistema de Informes y Análisis de Datos Clínicos de Hong Kong para identificar a todos los pacientes con un nuevo diagnóstico de fibrilación auricular entre los años 2010 y 2018.
Los participantes se dividieron en dos grupos: usuarios de estatinas y no usuarios. Los usuarios habían recibido estatinas durante al menos 90 días consecutivos durante el año posterior al diagnóstico de fibrilación auricular.
Los resultados primarios fueron el punto final combinado de accidente cerebrovascular isquémico o embolia sistémica; accidente cerebrovascular hemorrágico; e ictus isquémico transitorio. Los pacientes tuvieron un seguimiento hasta la aparición de los resultados primarios, el fallecimiento o el final del estudio, datado el 31 de octubre de 2022.
Los 51.472 pacientes del estudio, el 48% mujeres, contaban con un nuevo diagnóstico de fibrilación auricular. De ellos, 11.866 se clasificaron como usuarios de estatinas y 39.606 como no usuarios, con una mediana de edad de 75 años.
Durante una mediana de seguimiento de cinco años, los pacientes que tomaban estatinas «tenían un riesgo significativamente menor en todos los resultados primarios en comparación con los no usuarios», indica Huang.
Según los datos, el uso de estatinas se asoció con una reducción del 17% en el riesgo de accidente cerebrovascular isquémico o embolia sistémica (hazard ratio [HR] 0,83; intervalo de confianza [IC] del 95 %: 0,78–0,89); una reducción del 7% en el riesgo de accidente cerebrovascular hemorrágico (HR 0,93; 95 % IC 0,89–0,98), y un 15% menos de riesgo de ataque isquémico transitorio (HR 0,85; IC 95 % 0,8 0–0,90).
Para Huang, estos datos respaldan el uso de estatinas para prevenir el accidente cerebrovascular y el ictus isquémico transitorio en pacientes con fibrilación auricular de inicio reciente. «Los hallazgos tienen implicaciones clínicas importantes, y muy particularmente en los pacientes con fibrilación auricular en los que los accidentes cerebrovasculares isquémicos suelen ser fatales o incapacitantes, además de presentar un alto riesgo de recurrencia».
Más tiempo, más beneficio
La investigación también ha encontrado que el uso de estatinas a largo plazo se asoció con una mayor protección frente al uso a corto plazo de estos fármacos.
Así, en comparación con los pacientes que tomaron estatinas entre tres meses y dos años, los que tomaron estatinas durante seis años o más tuvieron un 43% menos de riesgo de accidente cerebrovascular isquémico o embolia sistémica (HR 0,57; IC 95 % 0,54–0,61), una probabilidad 44% menor de accidente cerebrovascular hemorrágico (HR 0,56; IC 95 % 0,53–0,60) y un 42% menos de riesgo de accidente isquémico transitorio (HR 0,58; IC 95 % 0,52–0,64). Estas asociaciones fueron consistentes independientemente de si los pacientes usaban o no medicación anticoagulante y del tipo de anticoagulante.
Abril 16/2023 (Diario Médico) – Tomado de Cardiología – Nuevos datos en el Congreso Europeo de Cardiología. Copyright Junio 2018 Unidad Editorial Revistas, S.L.U.