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Las nuevas incretinas orales en desarrollo pueden ser la palanca que facilite el acceso al tratamiento farmacológico de la obesidad a los pacientes que lo necesitan.
Tras la alta eficacia que están demostrando los medicamentos para la obesidad basados en las incretinas, el siguiente gran hito puede ser el desarrollo de compuestos que exploran esta vía de las hormonas del aparato digestivo, pero son de administración oral. Este tipo de fármacos permitirían pasar del pinchazo subcutáneo semanal a la pastilla diaria.
La consultora Evaluate revela que hay una docena de medicamentos antiobesidad orales incretinomiméticos en desarrollo clínico para diabetes y/o obesidad, de compañías como Novo Nordisk, Lilly, Pfizer, AstraZeneca y Roche (tras la compra de Carmot), entre otras más pequeñas y apenas conocidas.
La mayoría de estos compuestos están en fase I y II y actúan como agonistas del GLP-1. Solo tres tienen un mecanismo de acción dual: dos son agonistas del GLP-1 y GIP (un candidato de Novo Nordisk y otro de Viking Therapeutics), y hay un tercer agonista dual de Novo Nordisk, del GLP-1 y amilina (la amicretina).
El péptido similar al glucagón-1, o GLP-1, es la hormona intestinal más explorada en el desarrollo de este tipo de medicamentos. Los análogos del GLP-1 llevan quince años comercializados en España para diabetes tipo 2, y han pasado en este tiempo de la administración dos veces al día, a la diaria y, sobre todo ahora, semanal. Junto con sus beneficios en el control glucémico y la pérdida de peso, también han demostrado beneficios cardiovasculares.
El primer agonista dual del GLP-1 y GIP, la tirzepatida, de Lilly, autorizado en diabetes tipo 2 y obesidad, se espera que llegue a España en 2024, anuncia Albert Lecube, vicepresidente de la Sociedad Española de Obesidad (Seedo) y jefe de Servicio de Endocrinología y Nutrición del Hospital Arnau de Vilanova (Lleida).
«La llegada de análogos del GLP-1 orales facilita la democratización del tratamiento a todos los pacientes que pueden beneficiarse de él. Sin duda, la administración por vía subcutánea ha frenado su prescripción, que habitualmente se ha limitado a los especialistas de Endocrinología y Nutrición», reflexiona el experto.
«La terapia oral ayuda a llegar al paciente de manera más temprana y sencilla», coincide Cristóbal Morales, endocrinólogo e investigador de los hospitales Virgen de la Macarena y Vithas Sevilla. «Para los clínicos tiene una gran importancia, porque permite que el paciente pueda elegir la terapia que mejor le convenga a su estilo de vida».
PRIMER GLP-1 ORAL
Novo Nordisk tiene la primera y única incretina oral comercializada. El antidiabético Rybelsus contiene el mismo principio activo (la semaglutida) que los medicamentos inyectables Ozempic, para diabetes, y Wegovy, para obesidad.
La semaglutida oral, disponible en España para diabetes tipo 2 desde enero de 2022, está ultimando su desarrollo clínico en obesidad, pero ya tiene resultados en fase III a 68 semanas que muestran que la dosis de 50 mg es capaz de reducir un 15,1% el peso corporal. Morales califica estos resultados de pérdida de peso de «muy importantes».
En diabetes tipo 2, «es un fármaco ideal», expone Lecube, «porque ayuda considerablemente a normalizar los niveles de glucemia al tiempo que permite un mejor control del peso, que es un factor fundamental para los pacientes».
Al ser un péptido, hay ciertas precauciones que hay que guardar en su administración: se debe tomar con el estómago vacío, con poca cantidad de agua, y hay que esperar al menos otros treinta minutos antes de comer, beber o tomar otros alimentos orales.
De esta manera se limita su degradación en el tubo digestivo o interferencias con su absorción, explica Andreea Ciudin, coordinadora de la Unidad de Tratamiento Integral de la Obesidad del Hospital Vall d’Hebron e investigadora principal del grupo de investigación en Diabetes y Metabolismo del Vall d’Hebron Instituto de Investigación (VHIR).
Si los pacientes entienden y respetan cómo se debe tomar la semaglutida oral, «la experiencia global y la tolerancia son buenas», comprende Ciudin. «Aunque», alerta, «como sucede con los inyectables, hay personas que no responden al tratamiento o tienen reacciones adversas, la mayoría del tracto gastrointestinal, como náuseas, vómitos, diarrea o estreñimiento, por lo general autolimitadas, pero cada persona es un mundo».
ORFORGLIPRON
La nueva generación de incretinas orales, al no ser péptidos, no precisan guardar precauciones especiales en su administración; pueden tomarse en cualquier momento del día sin necesidad de ayuno. Dentro de nuevo grupo de agonistas orales no peptídicos del GLP-1 el candidato más avanzado en el desarrollo clínico es orforglipron, de Lilly.
Esta molécula se investiga en tres ensayos de fase III en obesidad y cinco en diabetes, cuyos resultados se espera que se vayan publicando a lo largo de 2025. En fase II, este compuesto, dependiendo de la dosis, alcanzó una disminución media en el peso de entre el 8,6% y el 12,6% a las 26 semanas de tratamiento. «Son también resultados de pérdida de peso muy importantes, y ya hemos empezado en España los estudios de fase III», resalta Morales.
En diciembre se comunicaron resultados de fase I/II del candidato de Structure Therapeutics GSBR-1290. Los datos en pacientes obesos o con sobrepeso, considerados decepcionantes por los analistas en contraposición con el orforglipron, muestran pérdidas del peso corporal de entre 3,3 % y 3,5 % después de 12 semanas de tratamiento.
INYECTABLES ‘VS’ ORALES
Disponer de versiones orales de los incretinomiméticos presenta ventajas más allá de las obvias para aquellos pacientes que prefieren evitar las agujas. «Es mucho más fácil convencer a un paciente que opte por una administración oral frente a la inyectada, lo que sin duda tiene consecuencias en su adherencia», señala Lecube.
Por contra, para quienes el pinchazo no es una barrera, la administración de los inyectables «una vez a la semana, a cualquier hora», puede resultar «cómoda», apunta Ciudin.
A dosis equivalentes, la biodisponibilidad con el inyectable es mucho mayor que con los orales. «La potencia es mayor por la vía subcutánea, aunque este es un problema que podrá compensarse con la comercialización de dosis orales mayores», observa Lecube.
De la misma manera que el efecto se mantiene durante más tiempo con los inyectables, también los efectos adversos, agrega Ciudin. La pastilla diaria permite evitarlos de forma mucho más fácil (basta con no tomarse el tratamiento al día siguiente), que la inyección semanal.
Ver más información: Pratt E, Ma X, Liu R, Robins D, Haupt A, Coskun T, et al. Orforglipron (LY3502970), a novel, oral non-peptide glucagon-like peptide-1 receptor agonist: A Phase 1a, blinded, placebo-controlled, randomized, single- and multiple-ascending-dose study in healthy participants. Diabetes Obes Metab[Internet]. 2023[citado 3 ene 2024];25(9):2634-2641. doi: 10.1111/dom.15184. Epub 2023 Jun 21. PMID: 37344954.
4 ene 2024|Fuente: Diario Médico| Tomado de |Endocrinología
nov
28
El éxito del abordaje de la obesidad no reside solo en alcanzar un número en una báscula ya que el tratamiento adecuado de esta enfermedad y sus buenos resultados a largo plazo solo pueden conseguirse si se produce una mejoría de la composición corporal, caracterizada por la pérdida de grasa corporal y el mantenimiento de la masa y la función musculares, según han destacado diferentes expertos durante el simposio de PronoKal Group celebrado en el marco del XIX Congreso de la Sociedad Española de Obesidad (SEEDO), que se ha llevado a cabo en Sevilla.
En esta ponencia científica se ha subrayado la relevancia de la preservación de la masa muscular en cualquiera de las intervenciones actualmente existentes para abordar la obesidad; y, entre otros aspectos, se ha llamado la atención sobre la necesidad de evitar trastornos tales como la sarcopenia
(disminución de la masa y función muscular), situación que puede ocurrir tras la pérdida de peso con distintas intervenciones.
La masa muscular es necesaria para la movilidad, la fuerza y el equilibrio, factores determinantes para la calidad de vida. Además, posee un rol metabólico activo necesario para un metabolismo saludable, algo fundamental para prevenir la recuperación de peso. ‘Mejorar la composición corporal es esencial para lograr un cambio de peso saludable y sostenible.
Esto puede lograrse mediante una intervención multidisciplinar basada en una dieta cetogénica muy baja en calorías (very low-calorie ketogenic diet, VLCKD)’, ha señalado el profesor Emérito de Medicina en la Facultad de Medicina de la Universidad de Santiago de Compostela (USC), el doctor Felipe Casanueva. En este sentido, los expertos han destacado que los beneficios de la intervención nutricional cetogénica baja en grasas van más allá, logrando incluso en algunas personas con diabetes mellitus tipo 2 revertir esta enfermedad. La endocrinóloga y diabetóloga, investigadora y asesora científica en PronoKal Group, Daniela Sofrà, ha mostrado los resultados de un estudio preliminar en el que se determina que ‘la VLCKD es una estrategia médica nutricional eficaz en el tratamiento de pacientes con sobrepeso u obesidad y diabetes mellitus tipo 2, mejorando el control glucémico, lo que permite la retirada de medicamentos hipoglucemiantes en un entorno de la vida real, logrando la remisión de la DM2′. Este hallazgo se explica por la fuerte y clara correlación entre la obesidad y la diabetes (ambas en claro aumento en nuestro país), evidenciando la importancia de la pérdida de grasa corporal y la eficacia conseguida con esta intervención basada en VLCKD.
‘El exceso de tejido adiposo está asociado con el desarrollo y progresión de la DM2, y la pérdida de grasa corporal mejora el control glucémico en la mayoría de los pacientes’, ha subrayado la doctora Sofrà. La obesidad es actualmente considerada como una enfermedad multifactorial, crónica y
recidivante, ‘que es especialmente compleja debido a la variedad de factores que contribuyen a su desarrollo y mantenimiento’, según ha indicado el presidente del Instituto de Endocrinología y Metabolismo de la Cleveland Clinic (EUA), el doctor Barto Burguera, quien defiende ‘el empleo de un
tratamiento holístico e integral de la obesidad’.
‘El enfoque multidisciplinar es parte imprescindible del tratamiento integral del paciente que vive con obesidad para obtener resultados positivos en la prevención y el abordaje de la enfermedad y sus comorbilidades asociadas, mediante cambios en el estilo de vida, como la educación nutricional, la incorporación de actividad física y el cuidado de los aspectos psico-emocionales’, ha señalado el doctor Barto.
28 noviembre 2023 (Europa Press) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
nov
23
La obesidad podría no ser el único factor que vincula el consumo de alimentos ultraprocesados y un mayor riesgo de cáncer de boca, garganta y esófago, según un estudio que publica European Journal of Nutrition.
Investigadores de la Universidad de Bristol (Reino Unido) y de la Agencia Internacional para la Investigación sobre el Cáncer (IARC) quisieron profundizar en los estudios que asocian el consumo de ultraprocesados y los resultados adversos para la salud, en concreto los cánceres del tracto aerodigestivo superior.
El equipo trató de establecer si la asociación entre el consumo de ese tipo de comida y el cáncer de cabeza y cuello y el adenocarcinoma esofágico (un cáncer de esófago) en EPIC podía explicarse por un aumento de la grasa corporal. Para ello, analizaron datos sobre dieta y estilo de vida de 450.111 personas durante 14 años, entre ellos los procedentes del estudio de cohorte Investigación Prospectiva Europea sobre Cáncer y Nutrición (EPIC), el más grande de Europa.
Los resultados de los análisis del equipo mostraron que consumir un 10 % más de ultraprocesados se asocia con un 23 % más de riesgo de cáncer de cabeza y cuello y un 24 % más de adenocarcinoma de esófago.
Sin embargo, el aumento de la grasa corporal solo explicaba ‘una pequeña proporción de la asociación estadística’ entre el consumo de ultraprocesados y el riesgo de padecer estos cánceres del tracto aerodigestivo superior. En concreto, la relación entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer del tracto aerodigestivo superior ‘no parecía explicarse en gran medida por el índice de masa corporal y la relación cintura-cadera’, según la autora principal de la investigación, Fernanda Morales-Berstein, de la Universidad de Bristol. Por ello, los autores sugieren que otros mecanismos podrían explicar esa asociación, por ejemplo, los aditivos, incluidos los emulsionantes y edulcorantes artificiales, que ya se habían vinculado previamente con el riesgo de enfermedades.
De igual manera, los contaminantes de los envases de alimentos y el proceso de fabricación, podrían explicar, en parte, el vínculo entre el consumo de ultraprocesados y el cáncer del tracto aerodigestivo superior.
El equipo advirtió además de que las asociaciones entre el consumo de ultraprocesados y los cánceres del tracto aerodigestivo superior halladas en el estudio podrían verse afectadas por ciertos tipos de sesgo, indicó la Universidad de Bristol.
Esto explicaría por qué encontraron pruebas de una asociación entre un mayor consumo de ultraprocesados y un mayor riesgo de muertes accidentales, algo que es muy poco probable que sea causal.
Los alientos ultraprocesados ‘están claramente asociados con muchos resultados adversos para la salud, pero aún no está claro si realmente los causan o si factores subyacentes como los comportamientos generales relacionados con la salud y la posición socioeconómica son responsables del vínculo’, destacó George Davey Smith, del mismo centro educativo.
Por ello, son necesarios estudios de cohortes con evaluaciones de la ingesta de seguimiento dietético a largo plazo, que tengan en cuenta también los hábitos de consumo contemporáneos, para replicar los resultados de este estudio, ya que los datos dietéticos del EPIC se recogieron en la década de 1990, cuando el uso de ultraprocesados era todavía relativamente bajo. Además, hay que seguir investigando para identificar otros mecanismos, como los aditivos alimentarios y los contaminantes, que puedan explicar los vínculos observados, agrega el estudio.
ver más información:
Morales Berstein F, Biessy C, Viallon V, Goncalves Soares A, Casagrande C, Hémon B, et al. Ultra-processed foods, adiposity and risk of head and neck cancer and oesophageal adenocarcinoma in the European Prospective Investigation into Cancer and Nutrition study: a mediation analysis. Eur Nutr[Internet].2023[citado 22 nov 2023]. https://doi.org/10.1007/s00394-023-03270-1
23 noviembre 2023 (EFE) – Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.
nov
17
Los médicos internistas han incidido en que considerar la obesidad como una enfermedad crónica facilitará un proceso asistencial alrededor y el abordaje de sus comorbilidades.
Es imprescindible en nuestro país catalogar y evaluar a la obesidad como una “enfermedad crónica” -en la UE lo es desde 2021- y considerar que todas las comorbilidades asociadas son una “consecuencia”, ha señalado a DM Juana Carretero, presidenta de la Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI) y moderadora de la mesa redonda “La Obesidad en Medicina Interna en el siglo XXI. Construyendo el Decálogo de las comorbilidades asociadas a la obesidad en Medicina Interna. El experto eres tú”. La mesa se ha celebrado durante el 44º Congreso Nacional de la SEMI, que tiene lugar en el Palacio de Congresos de Valencia esta semana.
La prevalencia de la obesidad en la población adulta española es del 23%, pero se estima que para el año 2030 será del 30% y para 2035, del 37%. Y en niños y adolescentes, la prevalencia de la obesidad aumenta un 2,5% interanual, según diversas sociedades científicas y estamentos dedicados a su manejo.
A ello se suma que las personas con obesidad pueden desarrollar enfermedades metabólicas, como la diabetes y la enfermedad metabólica hepática, enfermedades cardiovasculares (cardiopatía isquémica, insuficiencia cardiaca con fracción de eyección deprimida, IC con fracción de eyección preservada, o ictus), apnea del sueño, la enfermedad renal crónica, hasta 32 tipos distintos de cáncer, infertilidad y esterilidad, y problemas articulares -artrosis- y tienen mayor riesgo de necesitar prótesis y su recambio para alguna de las articulaciones deterioradas.
A modo de ejemplo, ha explicado la presidenta de la SEMI, “uno de los principales ítems es la IC y, sobre todo en el caso de con fracción de eyección preservada, el principal problema es el exceso de grasa alrededor del corazón, que impide que se expanda y además infiltra en el miocardio”.
Además, otro ejemplo es el impacto en la enfermedad renal crónica: “Dentro de pocos años la obesidad será la principal causa. La grasa se deposita por fuera del riñón y además hace que el órgano filtre más”. ¿Y qué se puede hacer? Carretero ha reiterado que desde Medicina Interna “estamos convencidos de que la obesidad es la causa de todas las comorbilidades asociadas”. Por ello, debe ser el primer punto del decálogo para estudiarla y abordarla de forma completa. Otro aspecto clave, ha reiterado Carretero, es “dibujar cuál es el perfil principal del paciente” y valorar si necesita perder o no peso, ya que “existen pacientes muy mayores y frágiles donde pérdida es contraproducente”.
Interacción con otros tratamientos
Otro aspecto a analizar y estudiar es ver cómo influye el exceso de adiposidad, que es la forma correcta de medir la obesidad, “sobre los tratamientos que ponemos los internistas habitualmente”. En palabras de Carretero, “estamos habituados a tratar con anticoagulantes a personas que tienen un tromboembolismo pulmonar. Es un miligramo de heparina por kg de peso, ¿pero ¿cuánto se administra a alguien con sobrepeso?”.
En esta línea, también se debe analizar cómo interacciona la obesidad con estos tratamientos. Sobre la financiación de los fármacos antiobesidad, la presidenta de la SEMI ha apuntado que no es sostenible que sea a todo, sino que “se debe priorizar para esos pacientes que tienen una enfermedad asociada a la obesidad». También ha hecho hincapié en el estudio de los estilos de vida y su influencia en la salud de estos pacientes, y si todos, sean mayores o jóvenes, deben recibir el mismo tratamiento. En este sentido, ha recordado que las personas mayores necesitan un abordaje diferente “sobre todo para no perder masa muscular”.
No hay “obesos sanos”
En esta línea, Carretero ha insistido en que no hay obesos “sanos”. Hasta ahora, se había postulado que la obesidad es un factor de riesgo para otras enfermedades y que existe el fenotipo obeso metabólicamente sano (FOMS), según el cual hay personas obesas sanas que no tienen más riesgo de desarrollar otras enfermedades. Ahora, se empieza a postular que este fenotipo no existe y que la grasa acumulada en el cuerpo siempre es disfuncional; está formada por moléculas muy grandes y, por tanto, el organismo está inflamado y enfermo. “No podemos hablar del obeso metabólicamente sano. Debemos considerar la obesidad como una enfermedad crónica, recidivante y multifactorial. La obesidad no es un factor de riesgo para la diabetes y otras enfermedades cardiacas, sino que la obesidad en sí misma es una enfermedad metabólica, de la que derivan otras enfermedades metabólicas”, ha precisado Carretero.
Novedades terapéuticas
Las novedades terapéuticas más destacables para el manejo de la obesidad son los fármacos agonistas del receptor de GLP-1, tratamiento ya en uso, Está pendiente de aprobación para un perfil de paciente obeso la semaglutida a dosis de 2,4 mg. Otros fármacos en investigación son los agonistas del GLP-1 y agonistas del GIP (otra hormona intestinal), la tianeptina, de la que se ha visto en ensayos clínicos que a dosis altas produce pérdidas de peso superiores al 30%, pero también mucha pérdida de masa muscular.
Más adelante podrían añadirse fármacos combinados como los coagonistas del glucagón y GLP-1 o coagonistas del glucagón, GIP y GLP-1. Estos fármacos aumentan la masa muscular y a la par disminuyen la pérdida de peso excesiva. Asimismo, se han ampliado las indicaciones de la cirugía bariátrica de IFSO (guías americanas), que ahora también puede ofrecerse a pacientes con un IMC > 35, independientemente de que se tenga otra comorbilidad asociada, IMC > 30 si se tiene diabetes u otras comorbilidades asociadas (cuando antes era para pacientes con un IMC > 40), también por encima de los 65 años, y en niños y adolescentes.
17 noviembre 2023 | Fuente: Diario Médico| Tomado de Medicina Interna|44 Congreso Nacional de Sociedad Española de Medicina Interna (SEMI)
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26
AGENCIA FAPESP/DICYT – Las personas ancianas obesas que duermen mal poseen menos fuerza y menor masa muscular en los brazos y en las piernas, aparte exhibir un mayor porcentaje de grasa corporal y padecer más síntomas de ansiedad y depresión que aquellas que tienen un sueño de buena calidad. Estos datos surgen de un estudio realizado en la Universidad de São Paulo (USP), en Brasil, y publicado en la revista Scientific Reports.
La cantidad de ancianos obesos ha venido aumentando durante las últimas décadas en todo el mundo. En Brasil, entre los años 2006 y 2019, la prevalencia de sobrepeso entre personas de 60 años o más trepó del 53,7 % al 60,4 % (un 1,16 % al año), y la de obesidad del 16,1 % al 20,8 % (un 2,34 % al año), de acuerdo con un estudio en el cual se analizaron datos del Sistema de Vigilancia de Factores de Riesgo y Protección para Enfermedades Crónicas por Sondeo Telefónico (Vigitel), del Ministerio de Salud nacional. El aumento de ambos factores fue mayor entre los varones y entre las personas de 80 años o más para el exceso de peso, y de entre 70 y 79 años para la obesidad.
Estamos ante la tormenta perfecta, que combina el envejecimiento de la población y el aumento de la obesidad en ese público, que históricamente se sabe que padece trastornos del sueño con mayor frecuencia, aparte de experimentar una mengua de la fuerza muscular, de la masa magra y de la salud mental”, comenta el nutricionista y fisiólogo clínico del ejercicio Hamilton Roschel, quien coordinó este trabajo con el apoyo de la FAPESP. “También es importante recordar que incluso en la población en general se considera que la calidad del sueño constituye un determinante crítico de la salud.”
También suscriben el referido artículo Rafael Genário, Saulo Gil, Gersiel Oliveira-Júnior, Alice Erwig Leitão, Tathiane Franco, Ruan Célio dos Santos Sales y Bruno Gualano, del Grupo de Investigaciones en Fisiología Aplicada y Nutrición de la Escuela de Educación Física y Deportes de la USP (EEFE-USP); Alexandre Leopold Busse y Wilson Jacob Filho, de la Facultad de Medicina de la USP (FM-USP), y Eduardo Ferriolli, de la Asignatura de Geriatría de la FM-USP.
Para investigar la asociación entre la calidad del sueño y los parámetros cuantitativos y cualitativos de salud mental y física en ancianos obesos, los investigadores formatearon el estudio de la siguiente manera: les aplicaron cuestionarios validados para diferentes aspectos de la salud a dos grupos de 95 individuos ancianos obesos (varones y mujeres), divididos entre buenos (46) y malos (49) dormidores. También se evaluaron la composición corporal y la funcionalidad de los participantes.
“Descubrimos que los participantes que dormían mal mostraban una salud física y mental en peores condiciones, con menor vitalidad, más dolores musculares y con sus funciones físicas y mentales comprometidas”, comenta Roschel. “Esas personas presentaban también un mayor porcentaje de grasa corporal, menor masa magra y menor fuerza muscular relativa, aparte de peores marcadores de depresión, ansiedad y calidad de vida.”
Reducción de impacto
A juicio de los autores, los resultados de este trabajo sirven como una advertencia acerca de la importancia de cuidar la salud del sueño de esos ancianos, con el fin de revertir o minimizar los impactos que la obesidad y el envejecimiento causan sobre diversos aspectos de su fisiología (tales como la respuesta anabólica y el metabolismo de la glucosa) y su calidad de vida.
La constatación de que la población de ancianos obesos se encuentra sujeta a un mayor riesgo de llegar a peores desenlaces puede ayudarnos a detectar y derivar adecuadamente a los pacientes que utilizan un servicio público tan amplio y abarcador como es el SUS [las siglas con las cuales se la conoce a la red nacional de salud pública brasileña], evitando así un mayor deterioro de su salud en general”, estima Roschel.
Durante los próximos meses, el grupo de la USP publicará un estudio longitudinal complementario referente a terapias de estilo de vida enfocadas en tratar los desenlaces negativos con relación a la composición corporal (la pérdida de masa muscular y la disminución de la adiposidad, por ejemplo) y los trastornos metabólicos (el control de la glucemia y el perfil lipídico, entre otros).
Más información:
Genario R, Gil S , Oliveira-Júnior G, Erwig Leitão A, Franco T dos Santos Sales RC , et al. Sleep quality is a predictor of muscle mass, strength, quality of life, anxiety and depression in older adults with obesity. Scientific Reports[ Internet]. 2023[citado 24 oct 2023]; 11256. Disponible en: https://www.nature.com/articles/s41598-023-37921-4
26 octubre 2023| Fuente: DICYT| Tomado Salud Brasil
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22
La obesidad y el sobrepeso en niños, adolescentes y mujeres en periodo de gestación aumentó en Colombia más de un 20 % en menos de una década, según el informe presentado este jueves por Unicef Colombia y la Fundación Alzak.
‘Tenemos que hablar del exceso de peso en Colombia (…). Seis de cada 100 niños y niñas menores de 5 años tienen exceso de peso en el país’, señaló en una presentación en Bogotá la directora científica de Alzak, Josefina Zakzuk. Estos datos se agravan en otras franjas de edad: 24 de cada 100 niños entre 6 y 11 años tienen obesidad o sobrepeso y 18 de cada 100 adolescentes.
Además, una de cada cuatro embarazadas padece sobrepeso, según el estudio presentado por el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y Alzak. La obesidad y el sobrepeso, que genera enfermedades crónicas como diabetes e hipertensión, provoca por un lado una esperanza de vida menor por muerte prematura, y por otro una serie de años vividos con estas enfermedades.
‘De cada 100 000 niños, niñas y adolescentes se perdieron anualmente 643 años de vida saludable (entre 2015 y 2020), siendo el grupo más afectado el de seis a once años. En el caso de las mujeres embarazadas, de cada 100 000 hubo una pérdida de 115 años de vida saludable’, señaló el analista y líder de datos de Alzak, Fernando Salcedo.
Por otro lado, estas enfermedades también generan un aumento de los costos económicos en las familias, ya que el sector público colombiano no se hace cargos de todos los pagos y provoca gastos extra en los hogares colombianos. ‘Las familias asumen la mayor parte de la carga económica por las enfermedades, ya que solo el 33 % de la carga económica para combatir el sobrepeso y la obesidad en los niños y adolescentes es asumido por el sistema de salud’, señaló Salcedo, una cifra menor que en el caso de las mujeres gestantes, en las que ‘casi la mitad de los gastos (46 %) están cubiertos por el sistema de salud’.
Los medicamentos, las consultas no incluidas en el plan obligatorio de salud, así como transporte para citas médicas, pago a cuidadores o alojamientos provoca que las familias que sufren de estas enfermedades deben gastar cada año un promedio de 2,5 millones de pesos (unos 588 dólares) de sus propios ingresos.
La publicidad incide en la obesidad Estas organizadores recordaron una investigación de la Universidad EAFIT que reveló que el 80 % de los líderes de ventas en alimentos y bebidas participan en el sector de alimentos hipercalóricos.
Claudia Patricia Moreno, representante del Ministerio de Salud, explicó que su ‘responsabilidad’ se circunscribe a las etiquetas en los productos, que en Colombia deben llevar advertencias por excesos de grasas o azúcares, entre otros, gracias a una ley aprobada el año pasado. Sin embargo, advirtió, ‘los sistemas de publicidad no son competencia de nosotros’. La publicidad de productos comestibles altos en grasa, sodio y azúcar es muy alta en los entornos digitales, donde los niños y las niñas están expuestas a esa influencia, de forma que desde Unicef Colombia piden revisar la legislación de estos productos y promover su control y vigilancia.
Referencia
Unicef, Fundación ALZAK. Carga de enfermedad y económica del sobrepeso y la obesidad en mujeres gestantes, niñas, niños y adolescentes en Colombia [Internet]. Colombia [ citado 21 oct 2023].
Fuente: Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.