ago
29
La calidad del sueño y algunos hábitos de vida saludable como comer fruta y verdura o hacer deporte, constituyen beneficios psicológicos en los jóvenes, asegura una investigación publicada hoy en la revista Plos One.
Científicos de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, demostraron que estos hábitos son independientes y acumulativos, por lo que su adopción escalonada podría aumentar el bienestar psicológico.
Esta generación de jóvenes se enfrenta a tensiones únicas como el estrés financiero, presiones educativas y otros factores sociales que pueden reducir la felicidad, advirtió el líder de la investigación y profesor en la Universidad neozelandesa, Tamlin Conner.
Por ello, comprender cuáles son los desencadenantes conductuales que mejoran dicho confort emocional puede ayudarlos no solo a sobrevivir, sino a prosperar durante esta etapa tan difícil de sus vidas, señaló.
Para los autores, aunque el estudio no demuestre ningún vínculo causal entre estos hábitos y la salud mental, los resultados puedan ser de ayuda para mejorar la calidad de vida de estos adultos.
Investigaciones anteriores vinculaban los hábitos de vida con una mejora en el estado de salud. Sin embargo, la evidencia de que también influía en la mente era muy reducida.
Por aquel entonces, los estudios solían describir siempre enfermedades mentales y obviaban cómo el comportamiento humano podría interactuar con nuestra psicología.
La evidencia de que los hábitos saludables también influyen en nuestra psicología era muy reducida
Para abordar este enfoque, el equipo científico comparó tres hábitos saludables –el sueño, la alimentación y la actividad física– con el bienestar emocional que generaba su implementación en adultos entre 17 y 25 años.
Usaron datos de una encuesta de más de mil personas de países anglosajones, otra investigación cualitativa de 13 días en la que pidieron a los participantes que llevaran un diario; y finalmente, un estudio de ocho días para monitorizar la actividad física.
Los resultados demostraron que todas estas rutinas se asociaban a sensaciones de plenitud, aunque el sueño prevalecía sobre todas las demás. Comer frutas y verduras o hacer deporte, por otro lado, se asociaron a un mayor confort psicológico en tiempo real. Aumentar la ingesta de alimentos basados en plantas podría mitigar los efectos de una mala noche de sueño, sugirieron.
28 agosto 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
jul
15
Una de cada seis personas en el mundo está afectada por la soledad, un problema que impacta en la salud mental y contribuye a unas 871 000 muertes anuales, advierte el primer informe de la comisión creada por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para intentar combatir este creciente fenómeno contemporáneo.
El estudio de la Comisión sobre Conexión Social, publicado este lunes, desvela que la soledad y el aislamiento afectan a personas de todas las edades, incluyendo un tercio de las personas mayores y la cuarta parte de los adolescentes.
También desvela que no es ni mucho menos un problema exclusivo de países desarrollados: un 24 % de las personas en economías de renta baja la sufren, frente al 11 % en los de renta alta.
«En una era en la que las posibilidades de conectar son incontables, cada vez más personas se sienten aisladas y solitarias», alertó al presentarse el estudio el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.
El máximo responsable de la OMS subrayó que la soledad y el aislamiento social no sólo tienen negativos efectos para individuos, familias y comunidades, sino que provocan pérdidas de miles de millones de dólares por sus costes sanitarios, educativos y laborales.
Según el informe, los jóvenes que sufren soledad tienen un 22 % más de posibilidades de tener bajas notas, y los adultos con este problema pueden sufrir para mantener su empleo.
Factor de riesgo físico y mental
La soledad y el aislamiento, según destaca el estudio, incrementan el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes, declive cognitivo y muerte prematura, además de afectar a la salud mental, duplicando las probabilidades de sufrir depresión.
El informe de la comisión presidida por el excirujano general del Gobierno estadounidense Vivek Murthy y la enviada especial de la Unión Africana para la juventud, Chido Mpemba (Zimbabue), subraya que el mejor medicamento para combatir estos problemas es la conexión social.
Además de reducir el riesgo de dolencias graves, mejorar la salud mental o limitar los riesgos de muerte prematura, a nivel social puede crear «comunidades más sanas y resilientes, también en respuesta a desastres», señala el informe.
Para fomentar esa cohesión social, el documento presenta distintas recomendaciones, que incluyen campañas de concienciación, el fortalecimiento de infraestructura para el contacto social (parques, bibliotecas, cafés) o un mayor acceso a atención psicológica.
Tareas para todos
«Muchos saben lo que es sentirse solo, y todos pueden contribuir a paliarlo con gestos simples y cotidianos, desde ayudar a un amigo en problemas a estar presente de verdad en una conversación y dejar a un lado el móvil, saludar a un vecino, unirse a un grupo local o hacer labores de voluntariado», propone la agencia sanitaria de la ONU.
El informe apunta como principales factores de la soledad una mala salud, bajos ingresos y niveles de educación, insuficiente infraestructura comunitaria o también las tecnologías digitales.
En este último punto, la comisión de la OMS urge a vigilar los efectos que un excesivo tiempo mirando pantallas o interactuando de forma negativa por internet pueden tener en la salud mental, especialmente en jóvenes.
«Mientras la tecnología reconfigura nuestras vidas, debemos estar vigilantes para asegurarnos de que fortalece, en vez de debilitar, la conexión humana», agregó la copresidenta de la comisión Mpemba.
En 2023, cuando la OMS creó la comisión, advirtió que la soledad era ya un factor de mortalidad tan elevado como el consumo de tabaco y alcohol, la inactividad física, la obesidad o la contaminación atmosférica.
«Con este informe, hemos levantado el velo de la soledad y el aislamiento, que son el desafío que mejor define nuestro tiempo», subrayó el copresidente Murthy.
30 junio 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
jul
15
Francia aplica a partir de este día la prohibición de fumar en playas, parques, jardines públicos, instalaciones deportivas, paradas de bus y en las inmediaciones de las escuelas, medida que algunas organizaciones proponen llevar más lejos. A propósito de la decisión, la ministra de Salud, Catherine Vautrin, saludó el nuevo paso del país para proteger a los niños y estimular una generación futura libre de la nicotina.
Cada año mueren en Francia por el tabaco 75 000 personas, con el 90 % de los fumadores que comienza antes de los 18 años, escribió en su cuenta en X.
Hace un mes, Vautrin había anunciado la medida, en el contexto de las celebraciones del Día Mundial Sin Tabaco.
«Donde quiera que esté un niño, el tabaco debe desaparecer», subrayó entonces la titular, quien advirtió que fumar en los sitios prohibidos podría representar una infracción de cuarta clase, sancionada con multas de hasta 135 euros.
Las zonas libres de cigarrillos no incluyen las terrazas a cielo abierto de cafés y restaurantes, una decisión que complace a algunos, aunque varias asociaciones contra el tabaquismo instaron al gobierno a extenderla a esos lugares.
29 junio 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
may
6
Experimentar catástrofes relacionadas con el clima está asociado con un deterioro acumulativo de la salud mental, según un estudio australiano con datos de 5 000 personas que constata que los efectos se agravan con los sucesivos eventos.
Los detalles se publican en la revista The Lancet Public Health, en un artículo en el que los autores subrayan la urgencia de considerar estas exposiciones múltiples a desastres en los servicios de salud pública y bienestar social.
El trabajo se basa en datos longitudinales entre 2009 y 2019 de 5 000 personas que sufrieron daños en su vivienda después de al menos una catástrofe (inundación, incendio forestal o ciclón), a las que se realizó un seguimiento desde los años previos al desastre hasta los posteriores a cada exposición.
Según los autores, adscritos entre otros a la Universidad de Melbourne, experimentar sucesivas catástrofes relacionadas con el clima se asocia a una mayor gravedad del deterioro de la salud mental.
Así, la recuperación a la situación inicial previa al desastre se retrasó más con las repetidas exposiciones. Se observaron mayores deterioros en la salud mental cuando los desastres ocurrieron más cerca de la exposición previa (con una diferencia de uno a dos años) que cuando se produjeron más lejos (con tres o más años de diferencia).
Asimismo, se descubrió que las mujeres, los individuos más jóvenes, las poblaciones indígenas y los habitantes de zonas rurales tenían más probabilidades de experimentar un deterioro de la salud mental después de desastres repetidos.
También que las personas con enfermedades, deficiencias o discapacidades de larga duración, aquellas con escaso apoyo social, así como los propietarios de viviendas con hipotecas y los inquilinos, experimentaron un mayor deterioro de la salud mental entre la primera y las siguientes catástrofes.
Los autores admiten que la investigación tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, la medida de exposición al desastre se basó en los daños a las viviendas causados por un desastre reportados por los propios participantes.
Además, el modesto tamaño de la muestra para tres desastres (o más) introduce incertidumbre y limita la capacidad para extraer inferencias sólidas sobre el efecto.
No obstante, defienden sus conclusiones y afirman que los hallazgos ponen de relieve los efectos acumulativos en la salud mental de la exposición a múltiples catástrofes relacionadas con el clima, lo que debe tenerse en cuenta y abordarse urgentemente en los servicios de salud pública.
Los investigadores afirman que por primera vez han demostrado estadísticamente que la acumulación de dos o tres catástrofes naturales, especialmente entre personas vulnerables, provoca con más frecuencia trastorno de estrés postraumático, ansiedad y depresión que la ocurrencia de una sola catástrofe o ninguna, explica el psiquiatra Paul Valent.
Con el cambio climático produciendo más catástrofes naturales, advierten de que la salud mental de la población empeorará. «Su lógica, respaldada por abundantes estadísticas, parece inatacable», señala el investigador que no participa en el estudio.
Sin embargo, este se limita a «un pequeño puñado» de síntomas medibles que -dicen- representan la salud mental, describe Valent, presidente jubilado de la Sociedad para estudios sobre el estrés traumático de Australasia, en declaraciones recogidas por la plataforma de recursos científicos Science Media Centre.
«Este supuesto es cuestionable». Los síntomas no incluyen una amplia gama de otros síntomas psicológicos como el duelo, la ira, la culpa, la vergüenza e injusticia. Y no dicen nada de las consecuencias psicosomáticas de las catástrofes, como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y una gran variedad de síntomas físicos.
30 abril 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
abr
21
Al menos 56 niños y adolescentes murieron o resultaron heridos tras participar en desafíos en Internet en los últimos 11 años en Brasil, según datos conocidos hoy de una encuesta no oficial realizada por el Instituto DimiCuida.
Tales estadísticas afloraron a partir de informaciones de prensa e informes de los padres, y después de conocerse que la niña Sarah Raissa, de ocho años, murió al participar en el llamado Desafío del desodorante, en Brasilia.
Raissa fue encontrada el jueves sin signos vitales por su abuelo junto a un frasco del cosmético. De inmediato se trasladó a un hospital y tuvo un paro cardiorrespiratorio. Se intentó reanimarla durante unos 60 minutos, pero no mostró reflejos neurológicos. Su muerte cerebral fue confirmada el domingo.
La encuesta de DimiCuida revela, asimismo, que otros ocho pequeños murieron después de participar en la misma provocación que Raissa. En redes sociales, especialmente en TikTok, son habituales las propuestas peligrosas, como la no oxigenación.
De acuerdo con el instituto, las víctimas suelen tener entre cuatro y 17 años. Los retos también están presentes en todas las clases sociales, en las escuelas privadas y públicas.
También DimiCuida advierte que los infantes, que son víctimas de acoso escolar, son más propensos a aceptar participar en actividades peligrosas. El mes pasado, otra chiquilla de 11 años fue víctima de similar desafío. Brenda Sophia sufrió un paro cardiorrespiratorio luego de inhalar desodorante en Bom Jardim, región de Agreste, estado de Pernambuco (nordeste).
Un estudio del Centro Médico Infantil Cohen analizó 109 vídeos sobre la práctica de inhalar sustancias químicas como desodorantes y esmaltes de uñas. Los audiovisuales tuvieron, en conjunto, 25 millones de visitas. Según los investigadores, la práctica provoca un breve estado de euforia que crea un alto potencial de consumo repetido y dependencia.
El abuso de inhalantes puede provocar mareos, daño cerebral e incluso la muerte. «La naturaleza encubierta de estos elementos significa que los padres y maestros tienen menos probabilidades de detectar el comportamiento, lo cual aumenta significativamente el riesgo de uso repetido y adicción entre los adolescentes», alerta el estudio.
Los padres deben estar atentos a algunas señales que indican que el niño puede estar participando en desafíos de no oxigenación.
DimiCuida enumera, entre otros, signos físicos, dolores de cabeza violentos, alteraciones visuales transitorias (moscas en vuelo), rayas rojas alrededor del cuello o en el costado, cansancio, falta de concentración y olvidos.
Hasta la fecha, la investigación busca identificar quién envió o compartió el video del desafío con Raissa. La sospecha es que el material estaba funcionando en su teléfono celular en el momento del fatal incidente.
15 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
abr
21
Uno de cada tres portugueses tuvo el año pasado síntomas de ansiedad generalizada, un fenómeno que afecta más al país ibérico que a otros por motivos que los expertos no logran identificar.
Es una de las conclusiones de un informe anual sobre la salud que publicó en los últimos días el Instituto Nacional de Estadística (INE) portugués, que alerta de que el 32 % de la población dio muestras de ansiedad generalizada y el 10,4 % lo hizo de forma «más grave».
Este último dato se corresponde con un análisis del portal estadístico Our World in Data elaborado con cifras del Institute for Health Metrics (IHME), dependiente de la Universidad de Washington, que revela que Portugal fue el país más ansioso del mundo en 2021.
Ese año uno de cada diez de portugueses (9,7 %) sufrieron desórdenes de este tipo, un porcentaje superior a los registrados en Brasil (segundo con el 9 %) y Paraguay (8,4 %) y también en países europeos como los Países Bajos y Francia, ambos con el 7,9 %, y España (6 %).
Especialistas contactados por EFE afirmaron que es difícil explicar los niveles de ansiedad de Portugal a partir de una sola causa y pusieron el foco en una combinación de factores individuales, ambientales y sociales.
Para Maria José Chembal, psicóloga y profesora en la Universidad de Lisboa, existen «dos grandes grupos» de detonantes.
«Por un lado, aspectos específicos como el escaso desarrollo de competencias de inteligencia emocional. Por el otro, aspectos contextuales como la sensación de aislamiento social respecto a nuestros ‘iguales’ o las dificultades económicas», indicó.
Joana Almeida, estudiante universitaria de último año, atribuye la ansiedad crónica que siente «desde niña» al «panorama de la Unión Europea y el mundo en general».
«Luego está la cuestión del medio ambiente ¿Tendremos suficientes recursos en el futuro para seguir existiendo?», se preguntó, en declaraciones a EFE, esta joven de 21 años, preocupada también por su futuro académico, la crisis de la vivienda o la precariedad laboral.
El exceso de trabajo fue precisamente el desencadenante de la ansiedad para Hugo Soares, profesor de 42 años cuya experiencia con este trastorno estuvo marcada por síntomas físicos.
«Sufría taquicardias, sudores y temblores que −detalló− se complementaron con una confusión mental hasta tener el peor episodio ansioso de mi vida».
La terapeuta Jaoana Valério, con dos décadas de experiencia y directora de la clínica Claramente en Lisboa, explicó a EFE que la ansiedad generalizada provoca «una respuesta emocional de aprensión persistente en el tiempo» e «interfiere significativamente» en la vida de quienes la padecen.
Preguntada por los elevados índices de ansiedad en Portugal, la especialista dijo que un historial familiar de enfermedad mental «puede tener un papel relevante» en su aparición, pero que su agravamiento resulta de una «interacción compleja» entre las características, el contexto y las experiencias de cada persona.
El psiquiatra Gustavo Jesus, miembro del centro de investigación Partners In Neuroscience y autor del libro 300 Mil Anos de Ansiedade (300 Mil Años de Ansiedad), mantiene que el factor genético es más importante de lo que se cree.
En una conversación con el youtuber y escritor de libros de autoayuda, el estadounidense Mark Manson, el experto habló de selección artificial para tratar de explicar los altos índices de ansiedad de los portugueses.
Según su tesis, las emigraciones durante períodos prolongados de la historia lusa −como la «era de los Descubrimientos» o la primera mitad del siglo XX− habrían favorecido la salida del país de las personas más dispuestas a asumir riesgos.
«Algunos genes y rasgos de la personalidad, como el neuroticismo, se podrían haber convertido en algo más prevalente que en la población general, lo que probablemente aumenta la predisposición de los portugueses a tener ansiedad», opinó sin aportar pruebas que respalden esta posibilidad.
Valério aseguró «no tener datos» sobre esta idea e insistió en la importancia de adoptar un enfoque más amplio.
Y recordó que «la combinación entre las características personales del individuo, su contexto y sus experiencias vitales tienen una influencia determinante en el desarrollo de síntomas ansiosos».
15 abril 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
