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Desde inicios de enero hasta fines de agosto de 2024 se confirmaron 38 casos de fiebre amarilla y 19 defunciones en la región de las Américas, informó hoy la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según la última actualización epidemiológica publicada este viernes por el organismo sanitario, esto representa cinco casos y dos decesos adicionales desde el anterior informe de la OMS emitido el pasado 29 de julio.
Los 38 casos fueron registrados en cinco países de la región: Bolivia (siete casos, incluidas tres defunciones), Brasil (tres y dos, respectivamente), Colombia (ocho y cinco), Guyana (dos) y Perú (18 y nueve).
Los casos fueron notificados principalmente a lo largo de la región amazónica de Bolivia, Perú, Brasil, Colombia y Guyana.
De acuerdo con los expertos, en las Américas el riesgo de ocurrencia de brotes de fiebre amarilla es alto.
Si bien la inmunización es una de las intervenciones de salud pública más exitosas para prevenir esta enfermedad, la mayoría de los casos registrados durante el 2024 no tienen antecedentes de vacunación.
Ante este panorama la OPS/OMS alienta a los Estados Miembros con áreas de riesgo para fiebre amarilla a que continúen con sus esfuerzos para fortalecer la vigilancia y la vacunación en zonas endémicas.
Advierten de la necesidad de que los países garanticen coberturas de vacunación mayores o iguales al 95 % en las poblaciones de áreas de riesgo de forma homogénea y que las autoridades sanitarias aseguren contar con un inventario de reserva estratégico que les permita mantener la vacunación de rutina y al mismo tiempo responder a eventuales brotes.
La fiebre amarilla es una grave enfermedad viral hemorrágica que representa un desafío para el profesional de la salud, pues requiere un reconocimiento temprano de signos y síntomas, que a menudo son inespecíficos y pueden simular otros síndromes febriles agudos.
Estudios clásicos sobre la historia natural de la enfermedad muestran que esta se caracteriza clínicamente por tres fases: de infección, con temperatura corporal elevada; de remisión, con la presencia de albuminuria; y tóxica, con manifestaciones hemorrágicas y signos y síntomas de insuficiencia hepática aguda, como ictericia y encefalopatía hepática.
Aún no existe un tratamiento específico para la fiebre amarilla, por lo tanto, la detección temprana de casos sospechosos o confirmados, el monitoreo de signos vitales, las medidas de soporte vital y el manejo de la insuficiencia hepática aguda continúan siendo las estrategias recomendadas para el manejo de casos.
20 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Desde inicios de enero y mediados de julio de 2024 fueron reportados en la región de las Américas 33 casos confirmados de fiebre amarilla y 17 defunciones por esta causa, informó hoy la Organización Panamericana de la Salud y la Organización Mundial de la Salud (OPS/OMS).
Los registros ocurrieron en cinco países: Bolivia (cuatros casos y tres muertes), Brasil (tres y dos, respectivamente), Colombia (ocho y cinco), Guyana (dos casos, sin fallecidos) y Perú (16 y siete).
Según la actualización epidemiológica emitida por la OPS y la OMS, los casos se reportaron a lo largo de la zona amazónica de Perú, Ecuador y Colombia, siguiendo una trayectoria de sur a norte.
De acuerdo con los expertos, en la región de las Américas el riesgo de ocurrencia de brotes de fiebre amarilla es alto.
Se trata de una grave enfermedad viral hemorrágica que representa un desafío para el profesional de la salud, pues requiere un reconocimiento temprano de signos y síntomas, que a menudo son inespecíficos y pueden simular otros síndromes febriles agudos.
Estudios clásicos sobre la historia natural de la enfermedad muestran que esta se caracteriza clínicamente por tres fases: infección, con temperatura corporal elevada; remisión, con la presencia de albuminuria; y tóxica, con manifestaciones hemorrágicas y signos y síntomas de insuficiencia hepática aguda, como ictericia y encefalopatía hepática.
Todavía no existe un tratamiento específico para la fiebre amarilla, por lo tanto, la detección temprana de casos sospechosos o confirmados, el monitoreo de signos vitales, las medidas de soporte vital y el manejo de la insuficiencia hepática aguda continúan siendo las estrategias recomendadas para el manejo de casos.
La vacuna contra la fiebre amarilla es segura, asequible y una sola dosis es suficiente para conferir inmunidad y protección de por vida, sin necesidad de dosis de refuerzo.
Si bien la inmunización es una de las intervenciones de salud pública más exitosas para prevenir esta enfermedad, la mayoría de los casos notificados durante 2024 no tienen antecedentes de vacunación contra la fiebre amarilla.
Por ello la OPS y la OMS instan a los estados miembros con áreas de riesgo para fiebre amarilla a que continúen con sus esfuerzos para fortalecer la vigilancia y la vacunación en zonas endémicas.
Destacan la necesidad de que los países garanticen coberturas de vacunación mayores o iguales al 95 % de forma homogénea y que las autoridades sanitarias aseguren contar con un inventario de reserva estratégico que les permita mantener la vacunación de rutina y al mismo tiempo responder a eventuales brotes.
31 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La inmunización mundial disminuyó durante la pandemia de Covid-19, lo cual aumentó la carga de morbilidad y el riesgo de brotes, según un nuevo artículo publicado en la revista The Lancet Global Health.
La encuesta midió las consecuencias de interrumpir varias vacunas como parte de los servicios de inmunización de rutina y de campaña en 112 países entre 2020 y 2030 para 14 patógenos. Los investigadores del Imperial College de Londres estimaron la carga excesiva de la fiebre amarilla, el virus del papiloma humano (VPH), la rubéola, el sarampión y la hepatitis B en 49 mil muertes adicionales, siendo el sarampión la causa de la mayoría de ellas.
Esta última afección representó la mayor parte del exceso de muertes como resultado de las interrupciones en la vacunación relacionadas con la Covid-19. La carga del sarampión y la fiebre amarilla aumentó inmediatamente después de la pandemia, encontraron los investigadores. En el caso del sarampión, el potencial era alto en las regiones de África y el Sudeste Asiático, de acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS).
La pandemia afectó la cobertura de vacunas contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP). Un análisis de la OMS y el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) encontró que 25 millones de niños en todo el mundo no recibieron la vacuna DTP. África necesita inmunizar a 33 millones de niños en dos años para estar en el camino de la inmunización mundial, dijo la OMS.
Recientemente, se informó un resurgimiento de casos de sarampión en varios países, incluso naciones como el Reino Unido y Estados Unidos, donde se consideraba erradicado. En 2021, la OMS afirmó que casi 61 millones de dosis de vacunas contra el sarampión se pospusieron o se omitieron debido a retrasos relacionados con la Covid-19 en las campañas de inmunización de 18 países.
Asimismo, en 2022 la OMS informó de un aumento de los casos de sarampión del 18 por ciento y un alza de las muertes del 43 por ciento a nivel mundial en relación con los niveles de 2021. También ese año, al menos 22 millones de niños omitieron su primera dosis de la vacuna y 11 millones de niños perdieron la segunda. Más de la mitad de esos 22 millones de pequeños viven en Nigeria, Pakistán, Filipinas, la República del Congo, Etiopía, India, Indonesia, Angola, Brasil y Madagascar.
Londres, 19 marzo 2024|Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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Científicos en EE.UU. encontraron que el Aedes aegypti, conocido como el mosquito de la fiebre amarilla, es capaz de adaptarse a las temperaturas en su ‘entorno local’ en medio del cambio climático, y optimizar así su desempeño a la hora de transmitir enfermedades.
La conclusión de nuestro estudio es que, si queremos comprender completamente la transmisión en un lugar y cómo esto podría cambiar en el futuro, debemos estudiar los mosquitos a nivel local y no asumir que la forma en que la temperatura afecta la transmisión en un sitio necesariamente se puede extrapolar a todos los demás sitios’, subrayó en declaraciones a EFE el entomólogo Matthew Thomas. El Aedes aegypti es una de las especies invasoras más importantes a nivel global, responsable de infectar cada año a más de 400 millones de personas en todo el mundo con virus como el dengue, la fiebre amarilla, la chikunguña y el Zika.
El estudio, en el que participó la Universidad de Florida (UF), examinó la adaptación térmica de los mosquitos, un aspecto crítico que a menudo se pasa por alto en los modelos que evalúan el impacto del cambio climático en las enfermedades transmitidas por estos insectos.
Según el Instituto de Investigación Científica de Especies Invasoras (ISRI, en inglés) de la UF, muchos modelos no consideran la influencia potencial de la adaptación térmica en los mosquitos y por consiguiente su mejor rendimiento, es decir la aptitud física o potencial para transmitir enfermedades como el dengue o el Zika. Para Thomas, director del ISRI, lo que el estudio sugiere es que ‘los mosquitos sí pueden optimizar su desempeño en el entorno local inmediato en medio de los cambios climáticos’. ‘Esto es potencialmente importante porque sugiere que, si deseamos hacer predicciones precisas del riesgo actual o futuro de distribución de enfermedades como el dengue o el Zika, podríamos necesitar examinar la biología de los mosquitos a nivel local y no simplemente asumir que podemos tomar un modelo de transmisión y extrapolarlo en el tiempo y el espacio’, precisó. ‘Cómo esta adaptación local podría conducir a diferentes patrones de riesgo de transmisión es ahora el tema de un estudio de seguimiento que recién estamos completando’, indicó. El Aedes aegypti -explicó Thomas- generalmente se limita a los trópicos y subtrópicos. La temperatura óptima probablemente esté entre los 25 y 30 grados centígrados.
Explicó que su potencial para transmitir enfermedades se verá ‘gravemente’ afectado por debajo de los 20 grados centígrados o por encima de 35 grados centígrados aproximadamente.
‘En promedio, a medida que el clima calienta, esperamos que las condiciones adecuadas se desplacen más hacia el norte, lo que potencialmente permitirá que los mosquitos amplíen su distribución y que también aumente potencialmente el número de meses aptos para la transmisión de nfermedades’, señaló. Sin embargo, las condiciones también podrían volverse
demasiado calurosas, lo que provocaría reducciones en su distribución en otros lugares. Sobre si hay ciudades que están experimentando un aumento de las enfermedades transmitidas por los mosquitos Aedes aegypti debido a sus mayores niveles de comodidad como resultado de los cambios de temperatura atribuidos al cambio climático, Thomas dijo que se requieren más estudios.
Sin embargo, señaló que los resultados de la investigación actual, que fue publicada en la revista Global Change Biology, ‘sugerirían que las poblaciones pueden adaptarse para maximizar su aptitud en sus entornos locales y esperaríamos que esto influyera en el riesgo de transmisión.
De ciudades como Miami, que fue afectada gravemente por el Zica, Thomas señaló que esta jurisdicción es muy adecuado para esta especie de mosquito y también para permitir la transmisión de esa enfermedad. ‘Actualmente no se conoce si los mosquitos se han adaptado a las condiciones específicas de Miami y cómo esta adaptación ha ocurrido, pero nuestros resultados sugieren que esto es probable y que podría determinar el riesgo de transmisión local’, agregó.
11 marzo 2024 | Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A
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Un estudio muestra por primera vez el sustrato anatómico de las arritmias que ocurren en quienes padecen esta enfermedad. El virus de la fiebre amarilla afecta especialmente al hígado, pero otros órganos también son acometidos. Read more
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El calentamiento global, caracterizado por el aumento de las temperaturas medias, las precipitaciones y la prolongación de los periodos de sequía, podría provocar un número récord de infecciones por dengue en todo el mundo, advierte la agencia sanitaria de la ONU.
El cambio climático está llevando el dengue hacia zonas donde antes no existía. La Organización Mundial de la Salud ha pedido a los países del continente americano y de Europa que se preparen ante posibles brotes.
«Aproximadamente la mitad de la población mundial corre el riesgo de contraer dengue, que afecta a unos 129 países», declaró el director del Programa Mundial de Control de Enfermedades Tropicales de la agencia.
Raman Velayudhan explicó que los países europeos también están en alerta porque ya había registrado una transmisión por Aedes de dengue o chikungunya desde 2010. “Hemos tenido más brotes desde entonces y se calcula que el mosquito está presente en unos 22 países europeos», declaró.
Además del cambio climático, otros factores han impulsado la propagación del dengue, como el aumento de la circulación de personas y mercancías, la urbanización y la presión sobre el agua y el saneamiento. Read more