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Científicos británicos identificaron un gen asociado a la obesidad en un estudio sobre la raza labradores de perros, el mismo que influye en esta condición en seres humanos, publicado hoy la revista Science.
Se trata del DENND1B, el más fuerte asociado con la obesidad en los labradores, que afecta directamente una vía cerebral responsable de regular el equilibrio energético en el cuerpo, la Leptina Melanocortina, detalla la investigación de la Universidad de Cambrige.
La investigación se centra en labradores Retriever británicos e identifica múltiples genes asociados con la patología canina, subraya el estudio.
Para Alyce McClellan, autora principal del trabajo, aunque estos genes no son objetivos inmediatos para medicamentos para perder peso debido a su participación en otros procesos biológicos clave, los resultados enfatizan la importancia de las vías cerebrales fundamentales en el control del apetito y el peso corporal.
Los autores también observaron que los perros con alto riesgo genético de obesidad muestran mayor interés en la comida, de ahí que midieron cuánto molestaban los perros a sus dueños por comida y si eran quisquillosos con la alimentación.
De ahí que los perros con alto riesgo genético de obesidad mostraron signos de tener mayor apetito, similar a lo observado en personas con el mismo alto riesgo de la enfermedad.
De hecho, los dueños que controlaban estrictamente la dieta y el ejercicio de sus canes lograban prevenir esta condición incluso en aquellos con gran peligro, aunque requería mucha más atención y esfuerzo.
De manera similar, las personas con alto riesgo genético de desarrollar obesidad no necesariamente se volverán obesas si siguen una dieta estricta y un régimen de ejercicios, pero son más propensas a ganar peso.
07 marzo 2025|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia agencia Prensa Latina
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En España solo uno de cada 100 niños lleva una dieta saludable que le asegure una buena salud cardiovascular y cerebral; ahora un nuevo estudio acaba de demostrar que la receta para lograrla es tan sencilla como barata: educar en buenos hábitos en los primeros años de la vida, sobre todo antes de los 9 años.
Así lo pone de manifiesto una investigación llevada a cabo en 48 colegios públicos de la Comunidad de Madrid entre 2014 y 2020 por parte de investigadores del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC) y la Fundación SHE (siglas en inglés de Ciencia, Salud y Educación), que recoge este lunes la revista Journal of the American College of Cardiology (JACC).
La intervención se llevó a cabo con 1 771 niñas y niños de Educación Primaria, con edades comprendidas entre los seis y los 12 años.
Los 48 colegios fueron divididos en cuatro grupos: 12 recibieron educación en buenos hábitos alimenticios y salud integral durante los seis cursos de Primaria; otros 12 la tuvieron solo durante los tres primeros (de los 6 a los 9 años); otros 12 solo durante los tres últimos cursos (de 9 a 12 años), y finalmente hubo un cuarto grupo de control de 12 colegios que no accedió a esta formación.
Los niños participantes tuvieron una revisión médica antes de comenzar el estudio, incluyendo una serie de marcadores de obesidad y acumulación de grasa corporal, cuando todos ellos comenzaban la Primaria, y otras dos más al final del tercer y sexto curso, ha detallado a EFE uno de los investigadores, Rodrigo Fernández-Jiménez, director del Laboratorio de Imagen y Salud Cardiovascular del CNIC.
Mejor formación, menos obesidad
Los resultados han arrojado una conclusión clave: los niños de los 24 colegios que recibieron educación en salud integral en los tres primeros años de Primaria (de los 6 a los 9 años) presentaron menores niveles de obesidad y grasa abdominal que los que no recibieron ninguna formación en la materia y que los que recibieron esa formación solo durante los tres últimos cursos de primaria.
Los doctores no apreciaron diferencias significativas entre los 12 grupos de niños que recibieron píldoras educativas de salud integral los seis años completos, y aquellos que solo la tuvieron en los tres primeros años de primaria, lo que demuestra, a juicio de los doctores, que esos tres primeros años son los absolutamente claves para fijar hábitos saludables.
Las píldoras educativas, trabajadas con profesores, padres y con el colegio en sí para controlar cuestiones como qué se vendía en las cafeterías o máquinas automáticas, entre otros, consistieron en formación sobre el cuerpo humano; información sobre la relación entre salud y dieta; se les inculcó también la importancia de la actividad física y del descanso, y la gestión emocional de la comida.
«Los resultados confirman que las intervenciones educativas desde edades muy tempranas, cuando los niños están en condición total de absorber, tienen un gran beneficio y repercuten en mejores hábitos de vida y mejor salud», ha subrayado Fernández-Jiménez.
El investigador añade, «que cuánto antes empiece esa educación infantil mejor», es más esa educación debería de comenzar ya a los 4 o 5 años», como lleva demostrando el programa de Salud Integral (SI) de la Fundación SHE durante diez años de intervenciones educativas en colegios de Estados Unidos, Colombia o España.
Su director, Valentín Fuster, es otro de los autores del presente estudio.
Uno de cada tres niños españoles tiene sobrepeso
La acumulación de grasa abdominal y la obesidad son los factores de riesgo muy importantes para el desarrollo de diabetes tipo II, hipertensión arterial, riesgo cardiovascular y de ictus cerebral.
Tal y como señala Fernández-Jiménez la tendencia al exceso de peso en los niños españoles ha empeorado en los últimos años, con datos similares a los de Estados Unidos: 1 de cada 3 niños tiene exceso de peso.
Un factor que el doctor ha achacado también a la vulnerabilidad familiar, por falta de acceso económico a la comida saludable, o por falta de apoyo legislativo a una buena alimentación, con medidas como limitar por ejemplo los anuncios de comida basura.
«Los colegios son un entorno ideal para la implementación de programas educativos de promoción de la salud. Cualquier mejora en este ámbito puede ser beneficiosa si se implementa a gran escala, especialmente sabiendo que este tipo de intervenciones carece de efectos secundarios o adversos», ha concluido.
Esta investigación ha recibido el apoyo de Fundación «la Caixa».
29 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Wegovy, el adelgazante de Novo Nordisk, obtuvo la aprobación del regulador británico para su uso dirigido a reducir el riesgo de problemas cardiacos graves o accidentes cerebrovasculares en adultos con sobrepeso u obesidad.
La aprobación de la Agencia Reguladora de Medicamentos y Productos Sanitarios del Reino Unido (MHRA) sigue a un visto bueno similar de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos en marzo.
La decisión de la MHRA convierte a Wegovy en el primer medicamento para adelgazar con GLP-1 que se prescribe para la prevención de episodios cardiovasculares en personas con obesidad, según la agencia.
«Esta opción terapéutica, que previene las cardiopatías y los accidentes cerebrovasculares, es un importante paso adelante en la lucha contra las graves consecuencias de la obesidad para la salud», declaró Shirley Hopper, subdirectora de medicamentos innovadores de la MHRA.
Más de 7,6 millones de personas padecen enfermedades cardiovasculares en el Reino Unido, según la Fundación Británica del Corazón, mientras que en Inglaterra alrededor de una de cada seis muertes por cardiopatías y enfermedades circulatorias está relacionada con un índice de masa corporal elevado.
La aprobación de la agencia se basó en un ensayo que demostró que Wegovy reducía el riesgo de eventos cardiovasculares graves, como infarto de miocardio e ictus, en un 20 % en comparación con el placebo.
En el estudio participaron más de 17 600 personas con sobrepeso u obesidad, a las que se administró una dosis semanal del fármaco o un placebo durante una media de 33 meses.
23 julio 2024|Fuente: Reuters |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Investigadores de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) han desarrollado un estudio que arroja nueva luz sobre los mecanismos moleculares y celulares que se activan en el cerebro cuando se bloquea la señalización de la leptina, la llamada hormona de la saciedad, clave en el desarrollo de enfermedades metabólicas, inmunológicas y neurodegenerativas asociadas a la obesidad, lo que permite avanzar en nuevas terapias.
En el estudio, publicado en la revista científica Life Sciences (Elsevier) y que ha sido dado a conocer este miércoles en nota de prensa por la UCLM, los investigadores aplicaron en ratas adultas sanas un tratamiento farmacológico con un antagonista del receptor de la leptina -SLA- y llevaron a cabo un estudio proteómico cuantitativo y un análisis bioinformático para conocer qué ocurre en el hipotálamo cuando esta región del cerebro, clave en la regulación del metabolismo, recibe una señal deficiente de leptina.
Los resultados del estudio, realizado por las investigadoras de la UCLM Sara Artigas y Lorena Mazuecos, y liderado por Nilda Gallardo y Margarita Villar, muestran que el impacto de una señalización deficiente de leptina en el hipotálamo «promueve un comportamiento anómalo que conduce al desequilibrio metabólico y al aumento del peso corporal».
Concretamente, se produce una remodelación del conjunto de proteínas en el hipotálamo, acompañado de cambios moleculares en procesos biológicos clave como el metabolismo del ARNm, la síntesis proteica, la inflamación y la neurogénesis.
Datos clave para el diseño de nuevas teparapias
Estos datos, han asegurado las investigadoras, «son claves en el diseño de nuevas terapias dirigidas para el tratamiento de la obesidad y otras enfermedades, donde la interrupción de la señalización de leptina podría ser crucial en determinados tipos de cáncer y enfermedades inmunológicas».
La leptina es una hormona secretada por el tejido graso que controla el peso corporal. La ausencia de leptina en humanos es extremadamente rara, pero la resistencia a las acciones de esta hormona es muy común, y con gran frecuencia está presente en la obesidad y la diabetes.
Ambas son importantes problemas de salud pública a nivel mundial, con un gran coste económico asociado a su tratamiento.
Por ello, es esencial entender los mecanismos moleculares que subyacen a estas patologías y descifrar nuevas vías de investigación orientadas al desarrollo de estrategias terapéuticas innovadoras dirigidas a equilibrar el metabolismo energético para combatir el desarrollo de obesidad y sus patologías asociados.
10 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Las personas que poseen una variante genética que desactiva el gen SMIM1 son más propensas hoy a la obesidad porque gastan menos energía en reposo, reveló un nuevo estudio de la Universidad de Exeter, en Reino Unido.
El hallazgo, publicado en la revista Med, señala que SMIM1 fue identificado hace 10 años mientras se buscaba el gen que codifica un grupo sanguíneo específico, conocido como Vel; y puntualiza que los individuos sin ambas copias tienen otras medidas relacionadas con la obesidad, incluidos altos niveles de grasa en la sangre.
«Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de investigar la causa genética de la obesidad, para seleccionar el tratamiento más adecuado y eficaz, pero también para reducir el estigma social asociado a ella», dijo el autor principal de la investigación, Mattia Frontini.
Para hacer el descubrimiento, el equipo analizó la genética de casi 500 000 participantes en la cohorte del Biobanco del Reino Unido e identificaron a 104 personas con la variante que conduce a la pérdida de función en el gen SMIM1, 46 mujeres y 44 hombres.
Además, estudiaron los efectos en cuatro cohortes adicionales de personas con la variante del gen SMIM1 y descubrieron que tener la variante tenía un impacto en el peso, lo que equivale a un promedio de 4,6 kilogramos adicionales en las mujeres y 2,4 en los hombres.
Datos internacionales reflejan que las tasas de obesidad casi se han triplicado en los últimos 50 años, y para 2030, más de mil millones de personas en todo el mundo tendrán esa condición.
La obesidad se debe a un desequilibrio entre la ingesta y el gasto de energía; así como a una interacción compleja de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida.
«En una pequeña minoría de personas, la obesidad es causada por variantes genéticas y cuando este es el caso, a veces se pueden encontrar nuevos tratamientos. Nuestros hallazgos resaltan la necesidad de investigar la causa genética de la enfermedad», concluyó Frontini.
21 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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La microbiota intestinal está formada por una comunidad de microorganismos, desde bacterias y virus a hongos. Un desequilibrio en los distintos grupos bacterianos influye en la aparición y el desarrollo de la obesidad, con diferencias considerables entre hombres y mujeres.
Esa es la conclusión de una investigación realizada por científicos españoles y que será presentada en el Congreso Europeo sobre Obesidad (ECO), que se celebrará del 12 al 15 de mayo en Venecia (Italia).
El equipo encabezado por la Universidad de Navarra realizó un estudio combinado de datos fisiológicos, de metagenómica y metabolómica en una población española para entender los mecanismos por los que esos microorganismos están implicados en el desarrollo de la obesidad.
El estudio señala que la microbiota intestinal que predice el índice de masa corporal (IMC), el perímetro de la cintura y la masa grasa es diferente en hombres y mujeres, por ello sugiere que las intervenciones para ayudar a prevenir una microbiota favorable a la obesidad pueden tener que ser diferente para ambos.
La investigación incluyó 361 voluntarios adultos (251 mujeres y 110 hombres, con una media de edad de 44 años) del estudio español Obekit, un ensayo aleatorizado que examina la relación entre las variantes genéticas y la respuesta a una dieta hipocalórica.
Los participantes (65 con peso normal, 110 con sobrepeso y 186 con obesidad) fueron clasificados según un índice de obesidad (OB) que tenía en cuenta parámetros como el porcentaje de grasa o el perímetro de cintura.
Además, se aseguraron de que los participantes de ambos grupos coincidieran en sexo y edad. El siguiente paso fue hacer un perfil genético de la microbiota para identificar los distintos tipos, composición, diversidad y abundancia relativa de las bacterias presentes en las muestras de heces de los participantes.
El análisis reveló que los individuos con un índice OB alto se caracterizaban por niveles significativamente más bajos de Christensenella minuta, una bacteria que se ha relacionado sistemáticamente con la delgadez y la salud.
En los hombres, la mayor abundancia de las especies Parabacteroides helcogenes y Campylobacter canadensis se ‘asoció fuertemente’ con un mayor IMC, masa grasa y perímetro de cintura.
En el caso de las mujeres, la mayor abundancia de tres especies de Prevotella (micans, brevis y sacharolitica) fue ‘altamente predictiva’ de un mayor IMC, masa grasa y perímetro de cintura, pero no en los hombres.
Nuestros hallazgos revelan cómo un desequilibrio en distintos grupos bacterianos puede desempeñar un papel importante en la aparición y el desarrollo de la obesidad, con diferencias considerables entre sexos’, señala Paula Aranaz, de la Universidad de Navarra y primera firmante de la investigación.
La investigadora, citada por la Asociación Europea para el Estudio de la Obesidad, cree que es necesario seguir investigando para comprender mejor cuándo puede producirse el cambio a una microbiota intestinal favorable a la obesidad y, por tanto, el momento adecuado para posibles intervenciones.
Los autores señalan algunas limitaciones en su estudio, como el pequeño tamaño de la muestra (especialmente en el caso de los hombres) y que se realizara solo en una zona de España.
Dado que se sabe que el clima, la geografía, la dieta y la cultura influyen en el microbioma intestinal, los resultados podrían no ser generalizables a otras poblaciones.
Madrid, 3 abril 2024|Fuente: EFE| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.