Fuente: Archivo.Un estudio realizado en la Universidad Rush, Estados Unidos, concluyó que la exposición a la luz exterior por la noche puede ser un factor de riesgo para el Alzheimer en personas menores de 65 años.

Si bien la contaminación lumínica se asocia con un mayor riesgo de algunos trastornos y enfermedades, esta es la primera vez que se la vincula con la enfermedad de Alzheimer, según un artículo publicado en la revista Frontiers in Neuroscience.

Nuestra investigación muestra que en Estados Unidos existe una asociación entre la prevalencia de la enfermedad de Alzheimer y la exposición a la luz por la noche, particularmente en personas menores de 65 años, dijo la investigadora principal, profesora Robin Michelle Voigt.

«La contaminación lumínica nocturna, un factor ambiental modificable, puede influir en el riesgo de Alzheimer», apuntó.

El estudio destacó que aunque la legislación de algunos estados tiene como objetivo reducir la contaminación lumínica, los niveles de luz nocturna siguen siendo altos en muchas partes del país.

Al analizar los mapas de contaminación lumínica, los investigadores observaron los 48 estados contiguos e incorporaron datos médicos asociados con los factores de riesgo de la enfermedad de Alzheimer y dividieron los grupos según la intensidad de la luz.

En los cinco grupos, descubrieron que la intensidad lumínica estaba correlacionada con la prevalencia de este padecimiento.

Ciertos genes pueden influir en la aparición temprana del Alzheimer, y estos mismos genes pueden causar una mayor vulnerabilidad a los efectos de la exposición a la luz nocturna, explicó Voigt-Zuwala.

Además, dijo, las personas más jóvenes tienen más probabilidades de vivir en áreas urbanas y tener estilos de vida que pueden aumentar la exposición a la luz durante la noche.

Según los investigadores, esto puede alterar el ritmo circadiano de una persona, promover la inflamación y hacer que el individuo sea menos resistente y más propenso a las enfermedades.

12 septiembre 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

septiembre 14, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Enfermedades Neurológicas, Geriatría, Medicina Familiar y Comunitaria, Neurofisiología, Neurología | Etiquetas: , |

Imagen: Archivo.Una cuarta persona ha fallecido en medio de un brote de la enfermedad del legionario en un hogar para ancianos en el sector norte del estado del estado de Nueva York, informaron el martes autoridades.

Los funcionarios del condado Albany anunciaron la semana pasada que había tres muertos en medio de 10 personas que dieron positivo a la enfermedad en el hogar para ancianos Peregrine Senior Living, en Shaker.

Hubo otros dos casos positivos de legionela, la bacteria que causa la dolencia, y ahora son cuatro las muertes vinculadas al brote, dijo la comisionada de salud del condado Albany, Maribeth Miller, el martes en un comunicado.

La enfermedad del legionario (conocida también como legionelosis o legionela) es un tipo serio de neumonía causada al inhalar pequeñas partículas de agua que tienen la bacteria de la legionela. Las personas de edad avanzada, las que tienen sistemas inmunológicos debilitados o sufren de ciertas condiciones como atrofia pulmonar crónica están bajo un mayor riesgo de contraerla.

Los funcionarios del condado afirmaron la semana pasada que dos de los que murieron ya estaban hospitalizados por otras causas, por lo que no queda confirmado que la legionela es lo que los mató. En su comunicado del martes, Miller dijo que hubo «cuatro muertes por neumonía vinculadas a este brote». Los funcionarios del condado no dieron más detalles.

Como respuesta al brote, los funcionarios de salud han estado trabajando con Peregrine y con los hospitales del área para asegurarse de que las personas con síntomas se hagan la prueba y que sean tratadas, además de implementar un programa de tratamiento de aguas. Las autoridades han impuesto restricciones al uso de agua.

La administración del hogar de ancianos dijo la semana pasada que estaba coordinando con las autoridades de salud estatales y locales para proteger a los residentes, al personal y a los visitantes. Los administradores del hogar de ancianos no respondieron a un correo electrónico en el que se les pedía más información.

10 septiembre 2024|Fuente: AP |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Archivo.La detección precoz de la enfermedad de Alzheimer (EA), en sus etapas preclínicas, es importante para prevenir el daño neuronal irreversible y realizar una intervención eficaz, según ha subrayado una revisión de estudios publicada en Frontiers of Medicine que ha analizado de manera exhaustiva estudios de los últimos cinco a 10 años relacionados con la EA.

En la revisión se analizan diversos signos no cognitivos que pueden indicar la aparición de la enfermedad de Alzheimer, como síntomas conductuales y psicológicos, trastornos del sueño, deterioro sensorial y cambios físicos. Se sugiere que estos signos, aunque no son definitivos, podrían servir como predictores tempranos del deterioro cognitivo. También destaca el papel del microbioma intestinal y el potencial de los biomarcadores sanguíneos en el diagnóstico temprano de la enfermedad de Alzheimer.

Además, detalla los cambios históricos en los enfoques de diagnóstico, que muestran el paso de la dependencia de la evidencia clínica a la incorporación de indicadores biológicos. La revisión describe la evolución de los criterios de diagnóstico, la introducción de biomarcadores y el impacto potencial de la inteligencia artificial en el descubrimiento de nuevos biomarcadores mínimamente invasivos.

A su vez, analiza en profundidad signos no cognitivos específicos, incluidos los síntomas conductuales de la demencia, las alteraciones del ritmo circadiano, las alteraciones sensoriales y la influencia del microbioma intestinal en la enfermedad de Alzheimer. La revisión señala la correlación entre estos síntomas y los cambios patológicos en la enfermedad, lo que sugiere una interacción compleja entre los signos tempranos y la progresión de la enfermedad.

Asimismo, resalta los avances en la investigación de biomarcadores, con especial atención a la neuroimagen, los marcadores sanguíneos, la metabolómica, el microARN exosomal y el papel potencial de los patógenos y la desregulación endocrina. A este respecto, sugiere que estos biomarcadores, cuando se integran, podrían mejorar significativamente la detección temprana y el manejo de enfermedades.

La correlación entre los síntomas no cognitivos y los cambios patológicos es un punto clave de discusión, y la revisión llama la atención sobre la relación bidireccional entre los trastornos del sueño y la EA, y la asociación entre los deterioros sensoriales y las regiones cerebrales afectadas en las primeras etapas de la enfermedad.

El artículo concluye con una serie de preguntas que resaltan la necesidad de más investigaciones sobre el uso de manifestaciones no cognitivas como indicadores tempranos, la relación entre estos síntomas y la patología subyacente de la EA, y el potencial de integrar estos indicadores con biomarcadores de biofluidos para mejorar la precisión diagnóstica.

27 agosto 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Evan Vucci / APUn equipo internacional de científicos ha descubierto que un tipo de fármaco desarrollado para tratar el cáncer podría ser útil para tratar afecciones neurodegenerativas como el Alzheimer, una enfermedad que influye sobre el metabolismo del cerebro y provoca afectaciones en el pensamiento, la memoria y el lenguaje.

El equipo, dirigido por la Universidad de Stanford, se ha centrado en un regulador crítico para el metabolismo cerebral conocido como la vía de la cinurenina, que regula la producción del lactato, que nutre a las neuronas del cerebro y mantiene sanas las sinapsis.

En el cerebro de los pacientes con Alzheimer la cinurenina está sobreactivada. Buscando el efecto contrario, en un ensayo con ratones con Alzheimer, los investigadores bloquearon la enzima IDO1 que genera la cinurenina, lo que permitió restablecer el metabolismo cerebral de los animales y mejorar, incluso restaurar, la función cognitiva.

A la vista de estos resultados, sugieren que los inhibidores de la IDO1 que se están desarrollando actualmente como tratamiento para muchos tipos de cáncer, como el melanoma, la leucemia y el cáncer de mama, podrían servir también para tratar las primeras fases de las enfermedades neurodegenerativas, dolencias crónicas que carecen de tratamientos preventivos.

Los detalles del estudio, que se hizo en colaboración con el Instituto Salk de Estudios Biológicos y la Universidad Estatal de Pensilvania, entre otros, se han publicado este jueves en la revista Science.

Solo en España, el alzheimer afecta a más de 700 000 personas mayores de 40 años, y se prevé que para 2050 la cifra llegue a los dos millones (13 millones en el caso de los Estados Unidos).

Falta de lactato

La enfermedad de Alzheimer afecta a las zonas del cerebro que controlan el pensamiento, la memoria y el lenguaje, como resultado de la pérdida progresiva e irreversible de sinapsis y circuitos neuronales.

A medida que la enfermedad avanza, los síntomas pueden ir aumentando, desde una leve pérdida de memoria hasta la pérdida de la capacidad de comunicarse y responder al entorno.

Los tratamientos actuales de la enfermedad se centran en controlar los síntomas y ralentizar la progresión, actuando sobre la acumulación de placas amiloides y tau en el cerebro, pero no existen tratamientos aprobados para combatir el inicio de la enfermedad.

«Los científicos se han centrado en los efectos secundarios de lo que identificamos como un problema en la forma en que el cerebro se autoalimenta», explica Praveena Prasad, investigadora en Penn State y coautora del artículo.

«Las terapias disponibles en la actualidad eliminan péptidos que son probablemente el resultado de un problema mayor que podemos tratar antes de que esos péptidos empiecen a formar placas porque si actuamos sobre el metabolismo del cerebro, no sólo podemos ralentizar la progresión de la enfermedad, sino invertirla», apunta.

Para ello, los investigadores estudiaron la cinurenina, que regula la producción del lactato en el cerebro -lo que nutre las neuronas cerebrales y ayuda a mantener sanas las sinapsis- y en la enzima IDO1.

«Inhibir esta enzima, sobre todo con compuestos que ya se han investigado en ensayos clínicos contra el cáncer en humanos, podría suponer un gran paso adelante en la búsqueda de formas de proteger nuestros cerebros de los daños causados por el envejecimiento y la neurodegeneración», explica Katrin Andreasson, catedrática en Stanford y autora principal del estudio.

Y como la IDO1 es bien conocida en oncología y ya hay fármacos en fase de ensayo clínico para suprimir su actividad y la producción de cinurenina, el equipo pudo eludir el largo trabajo de identificación de nuevos fármacos y comenzar las pruebas en ratones de laboratorio casi de inmediato.

En ellas comprobaron que los fármacos mejoraban el metabolismo de la glucosa en el hipocampo, corregían el rendimiento astrocítico deficiente y mejoraban la memoria espacial de los ratones.

Ensayos con pacientes

Andreasson cree que la conexión entre neurociencia, oncología y farmacología podría ayudar a acelerar la comercialización de fármacos si se demuestra su eficacia en los ensayos clínicos en humanos en curso contra el cáncer.

«Tenemos la esperanza de que los inhibidores de IDO1 desarrollados para el cáncer puedan reutilizarse en el tratamiento del alzheimer”, subraya.

El siguiente paso es probar los inhibidores de IDO1 en pacientes humanos con Alzheimer para ver si muestran mejoras similares en la cognición y la memoria.

22 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

agosto 24, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Enfermedad de Alzheimer, Enfermedades Neurológicas, Farmacología, Geriatría, Oncología | Etiquetas: , , |

Imagen: Prensa Latina.En medio de una gran ola de calor, la Agencia Meteorológica Japonesa (JMA) advirtió hoy que las temperaturas serán mayores de lo habitual en todo el país entre septiembre y noviembre.

Al exponer su pronóstico para los próximos tres meses, la entidad vaticinó más calor y lluvias de lo normal en la costa del Pacífico del este y el oeste del archipiélago.

Los científicos consideran muy probable la presencia de aire cálido en esta etapa y que durante el invierno se desarrolle un patrón climático de La Niña (enfriamiento anormal de las aguas ecuatoriales del Océano Pacífico Tropical).

De suceder esto, aumenta la probabilidad de formación de nubes cumulonimbus (caracterizadas por desarrollo alto, denso, con tormenta y mal tiempo) sobre las aguas al este de Filipinas.

Japón podría verse amenazado por nuevas tormentas tropicales y la temporada de tifones igual podría extenderse más tiempo del usual.

Los resultados de temperatura del mes pasado en Japón lo convirtieron en el julio más caluroso desde el inicio de la serie estadística hace 126 años.

En estos momentos, debido al peligro para la salud que representa la exposición a altas temperaturas, el gobierno japonés recomienda evitar salidas y ejercicios innecesarios, ingerir líquidos y sal con frecuencia, así como no dudar en utilizar aires acondicionados.

A la vez, se alertó de que las personas mayores y los bebés requieren una atención especial, pues corren un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor.

21 agosto 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Archivo. Un nuevo estudio dirigido por investigadores del Hospital Brigham and Women’s (Estados Unidos) ha descubierto que un brote de herpes zóster se asocia a un riesgo a largo plazo de un 20 % mayor de deterioro cognitivo subjetivo.

Según los investigadores, las conclusiones del estudio respaldan la idea de vacunarse contra el herpes zóster para reducir el riesgo de padecerlo. Los resultados se publican en Alzheimer’s Research & Therapy.

«Nuestros resultados muestran las implicaciones a largo plazo del herpes zóster y ponen de relieve la importancia de los esfuerzos de salud pública para prevenir y promover la adopción de la vacuna contra el herpes zóster», ha señalado la autora, Sharon Curhan.

«Dado el creciente número de estadounidenses en riesgo de esta enfermedad dolorosa y a menudo incapacitante y la disponibilidad de una vacuna muy eficaz, la vacunación contra el herpes zóster podría proporcionar una valiosa oportunidad para reducir la carga del herpes zóster y posiblemente reducir la carga del deterioro cognitivo posterior», ha añadido.

La culebrilla, conocida médicamente como herpes zóster, es una infección vírica que suele causar una erupción dolorosa. El herpes zóster está causado por el virus de la varicela zóster (VVZ), el mismo que causa la varicela. Después de que una persona tenga varicela, el virus permanece en su cuerpo durante el resto de su vida. La mayor parte del tiempo, el sistema inmunitario mantiene el virus a raya. Años e incluso décadas después, el virus puede reactivarse en forma de herpes zóster.

Casi todos los estadounidenses mayores de 50 años han sido infectados por el VVZ y, por tanto, corren el riesgo de contraer herpes zóster. Cada vez hay más pruebas de que los virus del herpes, incluido el VVZ, pueden influir en el deterioro cognitivo. El deterioro cognitivo subjetivo es la experiencia autopercibida por un individuo de empeoramiento o mayor frecuencia de confusión o pérdida de memoria. Es una forma de deterioro cognitivo y uno de los primeros síntomas perceptibles de la enfermedad de Alzheimer y otras demencias relacionadas.

Los estudios previos sobre el herpes zóster y la demencia han sido contradictorios. Algunas investigaciones indican que el herpes zóster aumenta el riesgo de demencia, mientras que otras indican que no hay asociación o que es negativa. En estudios recientes, la vacuna contra el herpes zóster se asoció a una reducción del riesgo de demencia.

Para saber más sobre la relación entre el herpes zóster y el deterioro cognitivo, Curhan y su equipo utilizaron datos de tres grandes estudios bien caracterizados de hombres y mujeres durante largos periodos: El ‘Nurses’ Health Study’, el ‘Nurses’ Health Study 2′ y el ‘Health Professionals Follow-Up Study’.

El estudio incluyó a 149 327 participantes que completaron encuestas sobre el estado de salud cada dos años, incluyendo preguntas sobre episodios de herpes zóster y deterioro cognitivo. Se comparó a los que habían padecido herpes zóster con los que no.

Curhan diseñó el estudio junto con el primer autor, Tian-Shin Yeh, antiguo miembro de la Escuela de Salud Pública TH Chan de Harvard. Los investigadores descubrieron que los antecedentes de herpes zóster se asociaban de forma significativa e independiente con un mayor riesgo –aproximadamente un 20 % más– de deterioro cognitivo subjetivo, tanto en mujeres como en hombres. Ese riesgo era mayor entre los hombres portadores del gen APOE4, relacionado con el deterioro cognitivo y la demencia. Esa misma asociación no se daba en las mujeres.

Los investigadores desconocen los mecanismos que relacionan el virus con la salud cognitiva, pero hay varias formas posibles en las que puede contribuir al deterioro cognitivo. Cada vez hay más pruebas que relacionan el VVZ con la enfermedad vascular, denominada vasculopatía por VVZ, en la que el virus provoca daños en los vasos sanguíneos del cerebro o del organismo. El grupo de Curhan descubrió anteriormente que el herpes zóster se asociaba a un mayor riesgo a largo plazo de ictus o cardiopatía.

Otros mecanismos que pueden explicar cómo el virus puede provocar deterioro cognitivo son la inflamación del cerebro, el daño directo a las células nerviosas y cerebrales y la activación de otros herpesvirus.

Las limitaciones de esta investigación son que se trata de un estudio observacional, que la información se basa en autoinformes y que incluyó a una población mayoritariamente blanca y con un alto nivel educativo. En futuros estudios, los investigadores esperan obtener más información sobre la prevención del herpes zóster y sus complicaciones.

«Estamos evaluando si podemos identificar factores de riesgo que podrían modificarse para ayudar a reducir el riesgo de que las personas desarrollen herpes zóster», ha apuntado Curhan. «También queremos estudiar si la vacuna contra el herpes zóster puede ayudar a reducir el riesgo de resultados adversos para la salud derivados del herpes zóster, como las enfermedades cardiovasculares y el deterioro cognitivo», ha apuntado.

20 agosto 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

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