Imagen: Archivo.El número de agentes antibacterianos en fase de desarrollo clínico se incrementó de 80 en 2021 a 97 en 2023, pero hoy se necesitan urgentemente otros nuevos e innovadores contra las infecciones graves, afirmó la OMS.

El nuevo informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) sobre la investigación de antibacterianos muestra que no se progresa a la velocidad necesaria para combatirlos y sustituir a los que han perdido eficacia debido a un uso generalizado.

Ante el imparable avance de las resistencias a los antimicrobianos (RAM) de bacterias, virus, hongos y parásitos, las que acarrean día a día un mayor número de infecciones difíciles de controlar, la propagación de enfermedades contagiosas y muertes anticipadas, es cada vez más acuciante el desarrollo de nuevos antibióticos que las detengan, precisa el texto.

De no ocurrir, y según el pronóstico de un estudio publicado en The Lancet en 2022, las superbacterias matarán en 2050 a 10 millones de seres humanos anualmente, una cifra que será superior a la pérdida de vidas ocasionadas por el sida, la malaria y algunos cánceres.

La resistencia a los antimicrobianos es una emergencia para la salud mundial que comprometerá gravemente el avance de la medicina moderna, por lo que es urgente aumentar la inversión en investigación y desarrollo (I+D) para luchar contra las infecciones resistentes a los antibióticos, entre ellas la tuberculosis.

De otro modo, volveremos a los tiempos en los que la gente temía contraer infecciones habituales y ponía en riesgo su vida si se sometía a intervenciones quirúrgicas sencillas, argumentó el director general de la OMS, Tedros Adhanom Ghebreyesus.

El informe asegura categóricamente: «No solo hay pocos antibacterianos en fase de desarrollo, teniendo en cuenta el tiempo que requiere la I+D y la probabilidad de fracaso, sino que no se innova lo suficiente».

De los 32 antibióticos en fase de desarrollo contra las infecciones de la Lista OMS de patógenos bacterianos prioritarios, solo 12 pueden considerarse innovadores, y de esos cuatro son eficaces contra al menos un patógeno considerado crítico por la OMS.

Hay lagunas en toda la fase de desarrollo, en particular en productos para niños, formulaciones orales más convenientes para pacientes ambulatorios y agentes contra el aumento de la farmacorresistencia, aseveración sumamente alarmante emitida por la agencia sanitaria de la ONU.

04 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Raúl Martínez/EFEEl mal uso y abuso de los antibióticos es una de las posibles causas de que las bacterias se adapten y sean cada vez «más resistentes y virulentas», una «pandemia silenciosa» que debería abordarse con un buen diagnóstico al paciente, para determinar si es necesario o no administrar ese fármaco, e impulsando la investigación para conseguir nuevos medicamentos antibacterianos.

«Puede llegar a ser un problema gravísimo pero a día de hoy no lo es. Todavía hay muchas cosas que no entendemos y es difícil poderlo manejar», asegura en una entrevista con EFE José Rafael Penadés, catedrático de Microbiología del Imperial College London y profesor investigador de la Universidad CEU Cardenal Herrera (CEU UCH) de Valencia, que acaba de ser nombrado miembro o «Fellow» de la Royal Society británica.

Uno de sus logros es el descubrimiento de una nueva vía de transferencia de información genética entre bacterias, la «transducción lateral», que ayuda a comprender cómo las bacterias más peligrosas por su resistencia a los antibióticos se adaptan y evolucionan rápidamente, se vuelven más virulentas y van a hospedadores a los que antes no podían infectar o se adaptan a sitios donde antes no podían vivir.

«Lo más llamativo es la parte en la que estos mecanismos pueden hacer que bacterias que no eran resistentes a los antibióticos lo hagan y se transformen en patógenas de una manera rápida», señala Penadés, que inició su trayectoria académica y científica en Valencia, en 2013 se incorporó al Institute of Infection, Inmmunity and Inflammation de la Univesity de Glasgow, y desde 2020 dirige el Centre for Bacterial Resistence Biology del Imperial College de Londres.

La bacteria Staphylococcus aureus

Penadés, que es veterinario de formación aunque la investigación básica que realiza se aplica tanto en humanos como en animales, centra su interés en Staphylococcus aureus, una bacteria que vive en la nariz sin producir ningún tipo de enfermedad pero puede llegar a ser una de las «mayores causas de muerte» en hospitales por ser uno de los principales agentes implicados en las infecciones nosocomiales.

Señala que esta bacteria, con tres millones de bases genéticas, tiene la «habilidad» de infectar a muchos hospederos diferentes, tanto a humanos como a perros, ovejas, cabras, caballos, gallinas, conejos o delfines.

«Queremos entender qué mecanismos hacen que una cosa aparentemente tan insignificante tenga la habilidad de haber evolucionado para poder infectar a tantos hospederos diferentes», indica.

Según matiza, «pequeños cambios en las bacterias producen consecuencias importantes y hacen que tengan la capacidad de producir algún tipo de enfermedad», y pone como ejemplo que aunque la mayoría de las bacterias que tenemos en el intestino son benignas y solo unas pocas patogénicas, el consumo de antibióticos mata a las buenas y hace que las resistentes se expandan.

«Los antibióticos no han creado las resistencias, ha habido bacterias durante la evolución que utilizan esos fármacos para eliminar a sus competidores. Es un mecanismo muy antiguo, pero al estar seleccionando constantemente esas bacterias resistentes, estamos generando un problema», explica.

Aumento de muertes asociadas a bacterias resistentes

Ha crecido el número de muertes asociadas a bacterias que son resistentes a los fármacos y se prevé que siga aumentando, advierte Penadés, que indica que hay países preocupados porque en algunos pacientes los procedimientos quirúrgicos podrían estar comprometidos por la posibilidad de una infección en el hospital, «cuando debería ser el lugar más seguro».

Aunque de momento hay tratamientos para la mayor parte de las bacterias, advierte de que se debería disminuir el uso de antibióticos para evitar ese incremento de las resistencias, así como impulsar más investigación para conseguir nuevos medicamentos que permitan abordar esta «pandemia silenciosa».

En este último aspecto, señala que las empresas farmacéuticas han decidido, y «están en su derecho», que el desarrollo de nuevos antibióticos no es tan rentable como el de fármacos contra la diabetes o contra otras enfermedades crónicas de larga duración, ya que su comercialización sería limitada y al poco tiempo aparecerían resistencias. «No hay muchos nuevos antibióticos recientemente», lamenta.
El tercer mundo, origen de bacterias multirresistentes

Considera que el tercer mundo podría ser el origen de muchas bacterias multirresistentes por la «masificación» en la que viven y el «uso indiscriminado y sin control» de antibióticos, un problema que distintos organismos intentan paliar con diagnósticos rápidos y sencillos y controlando la administración de esos fármacos.

«Hay muchas cosas que no sabemos pero debemos estar preparados para intentar minimizar la parte negativa de lo que pueda ocurrir, tener mejores tratamientos, mejores diagnósticos para administrar los antibióticos a quien realmente los necesite y poder hacer frente a lo que pueda venir en mejores condiciones», asevera.

Preguntado por si esa resistencia de las bacterias a los antibióticos podría derivar en una zoonosis, un contagio de animal a humano, afirma que las pandemias «van en las dos direcciones» y tanto humanos como animales pueden ser el origen de una infección vírica o bacteriana.

«Todos esos procesos de salto de especies o de zoonosis vienen asociados a procesos de masificación, en granjas donde hay muchos animales o en ciudades donde vive mucha gente», indica para aclarar que el sistema inmune elimina la mayoría de esas bacterias o virus.

16 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: OMSA.Un nuevo informe de la Organización Mundial de Sanidad Animal (OMSA), confirma hoy que los progresos orientados a alcanzar el uso óptimo de los antimicrobianos muestran signos de desaceleración en el sector.

Tras varios años consecutivos de baja significativa, los últimos datos revelan un preocupante aumento del dos por ciento en el uso de antimicrobianos en los animales a nivel mundial entre 2019 y 2021.

Estos datos aparecen en el más reciente documento sobre el uso de antimicrobianos en animales publicado en la Novena Reunión del Grupo de Líderes Mundiales sobre Resistencia a los Antimicrobianos (RAM), celebrada en Suecia.

Dicho texto ratifica la necesidad de actuar de manera urgente, pues contar con sistemas de vigilancia sólidos es fundamental para respaldar una toma de decisiones informada que permita la implementación de intervenciones rentables contra la RAM en el marco del enfoque Una sola salud.

Los antimicrobianos son medicamentos esenciales y su eficacia debe preservarse para el tratamiento, el control y, cuando sea imprescindible, la prevención de enfermedades infecciosas en animales, seres humanos y plantas.

En la actualidad, la resistencia a estos medicamentos es un tema de gran preocupación, ya que pone en peligro la salud de todos.

Debido a la RAM, los informes económicos prevén una pérdida potencial de 1,8 años de esperanza de vida en todo el mundo para 2035.

De acuerdo con la OMSA, si bien la RAM representa un fenómeno natural, puede acelerarse debido al uso indebido y excesivo de antimicrobianos en todos los sectores, por lo que es esencial contar con sistemas de seguimiento eficaces que permitan fundamentar las decisiones relativas al uso responsable de los antibióticos.

Para abordar ese rechazo con eficacia en los animales, las medidas preventivas son la prioridad. Si bien las vacunas constituyen sólidas aliadas para prevenir enfermedades que, de otro modo, implicarían el uso de antimicrobianos, entre 2017 y 2024 sólo se destinaron seis centavos de cada 10 dólares a la investigación y el desarrollo de vacunas zoosanitarias.

Esto pone de manifiesto la necesidad de fomentar la investigación, el desarrollo y la implementación de herramientas innovadoras en sanidad animal.

08 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

mayo 9, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Farmacología, farmacovigilancia | Etiquetas: , , |

Imagen: Archivo.En los últimos nueve años, desde la puesta en marcha del Plan Nacional frente a la Resistencia de los Antibióticos (PRAN) de la Agencia Española de Medicamentos y Productos Sanitarios (AEMPS) hace nueve años, se ha experimentado un «descenso paulatino» de la resistencia a los antibióticos, «llegando a reducir un 27 %», pero, en los últimos tres años se está experimentando una subida del uso de antimicrobianos, según ha señalado el coordinador del PRAN, Antonio López.

«Estamos viendo a ver cuáles son las causas de este aumento, hay que incidir en ciertos mensajes, pero bueno, la realidad es esa. A pesar del enorme éxito de las medidas que se van implementando y de la colaboración de todo el mundo se ve que no es suficiente», ha apuntado López durante los Desayunos POP sobre ‘Estrategias de salud pública contra infecciones y resistencias antimicrobianas’ organizado por Servimedia este jueves.

Asi, ha resaltado las diferencias palpables entre los países del norte de Europa, que «llevan más de 20-30 años trabajando en la resistencia antimicrobiana», y los países del sur de Europa, principalmente del Mediterráneo, que «no han empezado a darle importancia a este problema hasta hace 10 años».

«Reducir el uso de antimicrobianos cuesta tiempo, pero no solo cuesta tiempo, reducir el uso de antimicrobios y que se vea un impacto en la incidencia de infecciones y bacterias resistentes cuesta que la gente, e incluso todas las personas, profesionales y pacientes, entiendan la importancia de esto», ha advertido el coordinador del PRAN.

En este sentido, el experto ha incidido en la necesidad de abordar la resistencia antimicrobiana desde un enfoque multidisciplinario que incluya a los especialistas y a los pacientes porque «no se puede entender abordar este problema sin que exista la multidisciplinaridad y colaboración poniendo el paciente en el centro».

Así lo ha apuntado también el presidente de la Sociedad Española de Enfermedades Infecciosas y Microbiología Clínica (SEIMC), Federico García, señalando que el cambio «tiene que partir absolutamente de cambios culturales en los que se consiga entender que la forma de avanzar es coordinarse, y no trabajar individualmente».

«El aumento en la resistencia de antimicrobianos es algo que está sucediendo a nivel mundial, se tiene que considerar una pandemia existente en este momento, algunos lo denominan una ‘pandemia silenciosa’.

Todas las medidas que se están poniendo para poder frenar el incremento de la bacteria multirresistente, aunque están siendo eficaces porque no estamos asistiendo a un incremento, tienen margen de mejora, está claro», ha apuntado Federico García.

En este aspecto, el especialista ha apuntado que «en países en los que llevan 25 años educando en prevención y en salud pública», se han conseguido en el campo de la resistencia a los antimicrobianos resultados totalmente diferentes a los de España».

Asimismo, el miembro del Grupo de Trabajo de Enfermedades Infecciosas de la semFYC, José María Molero García, ha resaltado que «España es un país de los que más consume antibióticos en Europa» y que, «comparado con un país como Holanda, que es el que menos consume en Europa, en España se consume tres veces más antibióticos».

Esta situación sucede «por múltiples razones» pero, según el miembro de semFYC, la principal es «la costumbre, la presión que hace la misma sociedad por las creencias de que el antibiótico cura una enfermedad viral cuando eso no es verdad». «Todo ello conlleva que estamos en un problema importante y que tenemos que tratar nosotros en nuestras consultas día a día», ha añadido.

LA PREVENCIÓN A TRAVÉS DE LA VACUNACIÓN: CLAVE PARA NO USAR TANTOS ANTIBIÓTICOS

En paralelo al aumento del uso de antibióticos, los expertos han destacado el incremento de enfermedades infecciosas y enfermedades emergentes que, debido a las condiciones climáticas, ya se consideran en algunos territorios enfermedades endémicas como el dengue. Ante esta situación los expertos apuntan a la prevención a través de la vacunación como una de las claves para reducir el uso de los antibióticos.

«Se están haciendo endémicas enfermedades emergentes como el dengue, ya las tenemos aquí y son endémicas en algunos países y, si no lo son ya, pronto lo van a ser en España. También estamos experimentando un aumento de enfermedades de transmisión sexual», ha advertido el presidente de SEIMC.

En este sentido, el coordinador del PRAN, Antonio López, ha indicado que la prevención es un «pilar fundamental», es una «medida clara para evitar las infecciones y, por tanto, el uso de antimicrobianos». «Tenemos medidas para luchar contra algunas de esas infecciones, como las vacunas contra la difteria o el meningococo. Se tienen vacunas para infecciones víricas, muchas de las cuales tienen complicaciones bacterianas y esas vacunas van a ayudar.

«Los virus respiratorios también tienen vacunas. Pero no solo necesitamos vacunas sino poner esas vacunas, introducir esas vacunas en los calendarios de vacunación», ha indicado por su parte la Vocal de Relaciones con Sociedades Científicas de la Asociación Española de Vacunología (AEV), Victoria Nartallo.
Así, ha apostillado que es necesario «hacer un abordaje integral del paciente» vacunando no solo a él, sino a sus convivientes, sobre todo cuando se trata de personas de riesgo.

«Además, en la vacunación adulta tenemos todavía muchísimo margen de mejora. Así como la vacunación infantil en España es maravillosa y tenemos altísimas coberturas, la vacunación en los adultos es un campo donde tenemos mucho margen de mejora», ha apuntado.

Otro aspecto clave que se ha abordado durante la jornada es la atención del paciente crónico ya que «es un tipo de paciente específico que tiene más infecciones por su propia patología» y que, por ello, necesitan «un abordaje integral», y un enfoque diferente en la vacunación.

Por ello, la presidenta de la Plataforma de Organizaciones de Pacientes (POP), Carina Escobar, ha apuntado a la necesidad de que los calendarios vacunales tengan una indicación específica para pacientes crónicos. «Muchas veces vamos a los carteles o lo que se dice y ponen mayores, embarazadas, pero el crónico no lo sabe. Tendemos a decir las personas frágiles o las personas vulnerables, pero la gente que está en su casa no sabe si es frágil o vulnerable. Esto hay que explicarlo mejor, porque pedimos que la gente se vacune, pero no lo tenemos. Tenemos que mejorar el canal de comunicación, que haya coberturas suficientes y que se priorice a los crónicos», ha señalado Carina Escobar.

25 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Maja Hitij / EFE

Imagen: Maja Hitij / EFE

Perros y gatos domésticos pueden desempeñar una papel importante en la propagación de bacterias multirresistentes a antibióticos, según sugiere un estudio que ha encontrado evidencias de transmisión entre mascotas domésticas enfermas y sus dueños sanos en Portugal y el Reino Unido.

La investigación señala la inquietud ante la posibilidad de que esas mascotas puedan actuar como reservorios de resistencia y contribuir a ella.

Además, subraya la importancia de incluir los hogares con animales en los programas de vigilancia de la resistencia a los antibióticos.

Las infecciones farmacorresistentes matan a más de 1,2 millones de personas al año en el mundo. Según las previsiones, la cifra aumentará a 10 millones en 2050 si no se toman medidas.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera que la resistencia es una de las mayores amenazas para la salud pública a las que se enfrenta la humanidad.

La investigadora principal del estudio, Juliana Menezes, de la Universidad de Lisboa, destaca en un comunicado que comprender y abordar la transmisión de bacterias resistentes de animales de compañía a humanos «es esencial para combatir eficazmente la resistencia a los antimicrobianos tanto en la población humana como en la animal».

Bacterias en heces y orina de perros y gatos

El equipo analizó muestras de heces y orina e hisopos de piel de perros y gatos y sus dueños para detectar enterobacterias resistentes a antibióticos comunes.

En el estudio participaron cinco gatos, 38 perros y 78 humanos de 43 hogares de Portugal. Además de 22 perros y 56 humanos de 22 hogares del Reino Unido.

Entre los datos del estudio se indica que, en cinco hogares de Portugal, uno con un gato y cuatro con perros, tanto la mascota como el propietario eran portadores de bacterias productoras de b-lactamasas de espectro-extendido y plásmido-ampc  (ESBL/AmpC por sus siglas en inglés). La producción por algunos gérmenes de ESBL/AmpC forma parte de la resistencia bacteriana.

Los análisis genéticos mostraron que las cepas eran las mismas, lo que indicaba que las bacterias se transmitían entre la mascota y el propietario. En uno de estos hogares, un perro y su dueño también tenían la misma cepa de Klebsiella pneumoniae resistente a los antibióticos.

Perros y propietarios, portadores de la misma bacteria

Las enterobacterias productores de ESBL/AmpC en el Reino Unido se aislaron de ocho perros (36,4 %) y tres propietarios (12,5 %). En dos hogares, tanto el perro como el propietario eran portadores de la misma bacteria productora de ESBL/AmpC.

En uno de los hogares de Portugal, el momento en que se produjeron los resultados positivos de la bacteria «sugiere claramente» que la bacteria se transmitió de un animal de compañía (dos perros y un gato) a un ser humano, agrega el comunicado.

Las bacterias pueden transmitirse entre animales de compañía y humanos al acariciarlos, tocarlos o besarlos y al manipular las heces.

Para prevenir la transmisión, los investigadores recomiendan una buena higiene, como lavarse las manos después de acariciar al perro o gato y de manipular sus heces fecales.

12 abril 2024|Fuente: EFE|Tomado de|Noticia

resistencia antimicrobianaEn el ámbito de la salud pública, la comunicación veraz y simplificada de los riesgos derivados de la resistencia a los antimicrobianos, mejoraría la conciencia de la población respecto al problema farmacológico cuyas consecuencias fatales trasciende las fronteras.

Los autores proponen la utilización de términos concretos, familiares, fáciles de procesar y pronunciar que faciliten las percepciones de riesgo en la población no profesional.

El estudio que publica la revista Communications Medicine evalúa las palabras eficaces que en las comunicaciones públicas incidirían en la comprensión masiva del riesgo que significan las «infecciones resistentes a los medicamentos» y «resistencias a los antibióticos».

Incluye una muestra de EE. UU. obtenida en 2020 y otra del Reino Unido de 2021. El seguimiento se realizó para mejorar la generalización de los resultados iniciales en diferentes contextos y momentos de recolección de datos. Además, el estudio del Reino Unido abordó deficiencias específicas del enfoque correspondiente al primer muestreo con la utilización de tomas abarcativas de todo el país y el aumento de participantes.

Escala del problema

La comunicación transmitida en términos de salud pública, reveló que el término de uso frecuente para describir la resistencia bacteriana a medicamentos o antibióticos actuales (resistencia a los antimicrobianos o RAM) carece de claridad y, por lo tanto, no es recordado por las personas.

La RAM es una amenaza mundial de dimensiones sin precedentes para la atención sanitaria. Al asociarse con aproximadamente 4,95 millones de muertes en 2019, superala cifra de 3,3 millones atribuibles a la COVID-19 en 2020.

En el proceso biológico que se define RAM, microorganismos como bacterias, virus y hongos mutan, adquieren la capacidad de resistir el tratamiento con medicamentos como los antibióticos. Pese a que la mutación de microorganismos es un proceso natural, cada uso de antibióticos, al promover su aparición, acelera el problema.

Una barrera clave para abordar la RAM es la notable falta de conocimiento y conciencia sobre el tema, especialmente en los legos sin conocimientos médicos especializados.

La cobertura mediática anterior sobre la resistencia a los antimicrobianos no logró comunicar la urgencia y gravedad del problema. Las razones incluyeron riesgos para la salud competitivos, como la sepsis, que dominó indebidamente los medios de comunicación debido a narrativas de enfermedades fácilmente comprensibles.

La atención a la resistencia a los antimicrobianos disminuyó aún más durante la reciente pandemia de COVID-19, a pesar de que los académicos definen la resistencia a los antimicrobianos como una “pandemia silenciosa” y sugieren que la propagación de bacterias multirresistentes e infecciones intratables podrían conducir a una próxima pandemia internacional.

La tarea de investigación fue precedida por la Dra. Eva Krockow de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Visión, Universidad de Leicester, Reino Unido.

El trabajo, basado en opiniones de participantes voluntarios de EE.UU. y el Reino Unido, advierte que las campañas de atención sanitaria deben aumentar con urgencia la concientización del público sobre este importante problema; sobre ellas asegura que en la actualidad son inconsistentes, abstractas y con un lenguaje técnico de difícil reproducción.

Al centrarse en la capacidad de memorización de las palabras  y la asociación al riesgo para los términos usados de manera más frecuente en la descripción de la RAM, destaca: “resistencia a los antimicrobianos” y cinco variantes usadas comúnmente, incluidas “RAM”, “resistencia a los antibióticos”, “resistencia bacteriana”, “infecciones farmacorresistentes” y “superbacterias”.  Además, el artículo hace referencia  a otros 34 términos de riesgo para la salud como cáncer y enfermedad cardíaca.

Detalles del estudio

La investigación evaluó en 237 participantes de Estados Unidos y 924 del Reino Unido la memoria y el riesgo asociado a cada término; utilizó para ello una escala que abarcaba la comprensión de las definiciones con calificaciones de ´muy seguro´ a ´perjudicial o muy riesgoso´. Además se les pidió que consideraran la pronunciabilidad y la familiaridad, entre otros atributos lingüísticos.

Los resultados mostraron que “RAM” y “resistencia antimicrobiana” se encontraron entre los términos con menor puntuación de los 40, tanto por asociación al riesgo como para la capacidad de memorización y, por lo tanto, inadecuados para la comunicación de la salud pública. Por el contrario, los términos “resistencia a los antibióticos” y, en menor medida, “infecciones farmacorresistentes”, obtuvieron mejores resultados.

Los investigadores afirman que para poder proteger la medicina y conservar los medicamentos existentes para generaciones futuras, es imperativo reducir el uso de antibióticos a nivel global. Con tal fin, consideran necesarias las campañas de salud pública que fomenten un cambio en el comportamiento.

El estudio resalta la importancia de renombrar la RAM por un término memorizable y comprensible para el público general y no solo para los profesionales de comunidades médicas o científicas.

La percepción del riesgo es una medida importante para determinar la efectividad de un término puesto que las personas a menudo proyectan los efectos de gravedad y riesgo a la vulneración de su salud. Por lo tanto, la terminología que tiene mayores probabilidades de ser efectiva será aquella que la población general alerte con claridad sobre una amenaza inminente.

Los resultados del estudio determinaron que entre las mayores amenazas a la salud los participantes juzgaron de manera correcta las enfermedades cardíacas y el cáncer, sobreestimaron la gravedad de los riesgos que acarrean las enfermedades tropicales y, de manera simultánea, subestimaron la amenaza de la RAM.

El artículo resalta que la resistencia a los antimicrobianos ocupó el sexto lugar como factor de muerte a nivel mundial con la previsión de superar al cáncer para transformarse en causa principal para el 2050.

Las comparaciones estadísticas de los seis términos sanitarios relacionados a la RAM indicaron que “infecciones farmacorresistentes” era significativamente más efectivo en inducir las percepciones del riesgo que los demás términos de RAM existentes. Sin embargo, los resultados también mostraron que éste mismo término ocupó un lugar bastante bajo respecto de la capacidad de memorización, mientras que “resistencia a los antibióticos” se recordó con mayor facilidad.

Dada la limitada eficacia de toda la terminología existente relacionada a la RAM, los investigadores instan a futuras investigaciones de manera urgente para poder identificar un nombre fácil de recordar y tenga éxito en evocar percepciones de riesgo proporcionales. A modo de ejemplo, citan el cambio de nombre del nuevo coronavirus de Wuhan por Covid-19, éxito reciente del cual es posible aprender.

Referencia

Krockow EM, Cheng KO, Maltby J, McElroy E.  Existing terminology related to antimicrobial resistance fails to evoke risk perceptions and be remembered. Commun Med [Internet].2023[citado 11 nov 2023; 3(1):149. https://doi.org/10.1038/s43856-023-00379-6

13 noviembre 2023 | Fuente: SIICSALUD| Tomado de Noticias biomédicas

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