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Los anticonceptivos hormonales pueden influir en la salud mental, tanto de forma positiva o negativa, de hasta un 10 % de las mujeres que los consumen, puntualiza una publicación difundida hoy en The Conversation.
De acuerdo con el estudio, estos medicamentos influyen en algo más que los ovarios y el útero y al cambiar los niveles de estrógeno y progesterona, pueden modular el estado de ánimo, para bien o para mal.
«El estrógeno y la progesterona también regulan la respuesta al estrés: la reacción de «lucha o huida» del cuerpo ante desafíos físicos o psicológicos», señaló Natalie Tronson, autora de la indagación.
La investigación indica que la principal hormona implicada en la respuesta al estrés (el cortisol en humanos y la corticosterona en roedores, abreviadas como CORT) es metabólica, lo que significa que el aumento de los niveles sanguíneos de dichos productos granulares durante condiciones estresantes provoca una mayor movilización de energía de las reservas de grasa.
«Entonces, cuando se exponen a un factor estresante leve, las mujeres que usan anticonceptivos hormonales muestran un aumento menor en CORT que las personas que no los utilizan», explica el texto.
Los investigadores observaron el mismo efecto en ratas y ratones: cuando se trataron diariamente con una combinación de hormonas que imitan la píldora, las ratas y ratones hembra también mostraron una supresión de la respuesta al estrés.
Por otro lado, aclara Tronson, es importante señalar que ni el aumento ni la disminución de las respuestas al estrés están directamente relacionados con el riesgo o la resiliencia contra la depresión, sin embargo, esa condición mental está estrechamente relacionada con el estado de ánimo y el estrés crónico aumenta sustancialmente el riesgo de depresión.
«Al modificar las respuestas al estrés, los anticonceptivos hormonales cambian el riesgo de depresión después del estrés, lo que genera «protección» contra la depresión para muchas personas y «mayor riesgo» para una minoría de personas», puntualiza el estudio.
Por otro lado, advierte la pesquisa que aún no ha sido posible identificar qué mujeres experimentará un mayor riesgo con estas hormonas anticonceptivas, pues en ello influyen factores genéticos.
«La exposición previa al estrés aumentan el riesgo de depresión, y factores similares contribuyen a los cambios de humor relacionados con la anticoncepción hormonal», concluye el texto.
En este sentido, el estudio demostró que nueve de cada 10 personas que usan anticonceptivos hormonales no experimentarán disminución del estado de ánimo ni síntomas de depresión, y muchas notarán una mejora.
16 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Un nuevo estudio interdisciplinario en India muestra hoy los beneficios de terapias de yoga para mejorar de manera significativa la salud de pacientes con artritis reumatoide (AR).
Según la investigación, liderada por el Laboratorio de Reproducción Molecular y Genética, el yoga contribuye a controlar el estrés un desencadenante conocido de la enfermedad autoinmune crónica que causa inflamación en las articulaciones y puede afectar otros sistemas de órganos, como los pulmones, el corazón y el cerebro.
El estudio publicado en la revista Scientific Reports proporciona evidencia del potencial de la práctica de la milenaria disciplina india como terapia complementaria para los afectados por la dolencia y sus síntomas como debilidad general o sensación de malestar, dificultad para dormir, dolor de pecho cuando respiras, pérdida de apetito, entre otros.
Luego de sesiones de yoga, los pacientes experimentaron una reducción de la percepción del dolor, una mejor movilidad de las articulaciones y una disminución de la discapacidad, de acuerdo con los expertos.
A diferencia de los medicamentos, el yoga no tiene efectos secundarios y ofrece una alternativa natural y rentable para controlar enfermedades autoinmunes graves, señala la pesquisa.
El yoga resulta un arte sincronizado de movimiento, respiración y meditación, que ayuda a expandir la conciencia, mejorar el equilibrio, aumentar el intelecto, reducir la ansiedad, así como ayudar a controlar el peso y una buena salud mental, física y emocional en general.
16 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La microbiota intestinal produce enzimas que inactivan las hormonas responsables del control de glucosa en sangre, según ha revelado un estudio liderado por el Instituto de Agroquímica y Tecnología de Alimentos (IATA), del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) en España.
La investigación, publicada en Genome Biology, presenta un hallazgo clave para mejorar el tratamiento frente a la diabetes tipo 2, ya que abre la puerta a desarrollar fármacos frente a enzimas de origen bacteriano y mejorar los tratamientos, según ha informado este martes el CSIC.
La microbiota intestinal, el conjunto de microorganismos que habita el intestino, controla varios aspectos relacionados con el metabolismo humano y el comportamiento alimentario, y también tiene estrecha vinculación con el desarrollo de afecciones metabólicas como la diabetes o la obesidad.
Según este estudio, algunas bacterias intestinales producen unas sustancias con una función idéntica a la enzima humana DPP-4, responsable de la degradación de las incretinas, las hormonas que controlan la glucosa en sangre ya que son las causantes de la secreción de insulina por parte del páncreas cuando se ingiere comida.
Las dos incretinas principales son el polipéptido inhibidor gástrico (GIP) y el péptido similar al glucagón tipo 1 (GLP-1), hormonas con las que la DPP-4 interacciona directamente. La investigación del IATA-CSIC evidencia que las enzimas producidas por las bacterias, con un comportamiento idéntico a la DPP-4, también interactúan con estas hormonas.
«Hasta ahora sabíamos que la actividad de la dipeptidil peptidasa-4 o DPP-4 producida por las células humanas empeoraba la respuesta a la glucosa, porque rompe e inactiva las incretinas, responsables de que se libere la insulina tras la ingesta de comida. Ahora hemos detectado que algunas bacterias intestinales producen un homólogo del DPP-4. Se trata de un mecanismo a través del cual la microbiota puede empeorar nuestra salud metabólica», explica Marta Olivares, investigadora del CSIC en el IATA y una de las autoras del estudio.
La investigación farmacéutica para el tratamiento de la diabetes tipo 2 ha puesto el foco en la interacción entre DPP-4 y las incretinas, intentando aumentar la vida útil de estas inhibiendo a la actividad de la enzima DPP-4.
«Estos fármacos se han diseñado para actuar sobre la DPP-4 humana, pero no sabíamos que algunas bacterias intestinales producen enzimas que actúan de manera idéntica», afirma Alfonso Benítez, científico del CSIC en el IATA y autor del estudio.
Los resultados del trabajo muestran que, si bien algunos fármacos son efectivos para impedir la acción de las enzimas homólogas a DPP-4 de las bacterias del género Parabacteroides merdae, otros medicamentos no tienen ningún efecto sobre su comportamiento. Es decir, los inhibidores utilizados habitualmente las terapias antidiabéticas varían en su capacidad de acción frente a las enzimas bacterianas.
El equipo de investigación destaca la importancia de desarrollar tratamientos que actúen frente a las enzimas de origen bacteriano. «Nuestro hallazgo muestra la necesidad de incorporar este factor para conseguir unas terapias más efectivas frente a la diabetes tipo 2″, afirma Benítez.
Los autores señalan que su estudio «aporta evidencias científicas sobre el posible papel causal de la microbiota en el desarrollo de la diabetes tipo 2, y destaca la necesidad de abordar no sólo los factores dietéticos, sino también la composición y la funcionalidad de las bacterias intestinales en dicha enfermedad».
16 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El Ministerio de Salud (Minsal) de El Salvador informó que hasta hoy hay unos 313 casos activos de dengue, de ellos 272 hospitalizados.
Según la información hasta ahora solo se registran tres personas fallecidas por dicho padecimiento, niños que fueron las primeras víctimas de la enfermedad.
Un gráfico del Minsal muestra un aumento exponencial en los contagios desde junio de 2024.
«Actualmente nosotros tenemos registrados 313 enfermos de dengue con PCR positivos» expresó el ministro de Salud, Francisco Alabi.
El titular también confirmó que hay al menos seis pacientes graves, pero no todos están intubados. «Se mantiene la situación de la alerta, principalmente porque todos sabemos que en un período lluvioso hay una proliferación excesiva de zancudos», afirmó el funcionario.
Alabi alertó que el país se encuentra en un ascenso de casos y nos encontramos en «una zona de seguridad» que podría convertirse en «una zona de alarma», esto como consecuencia de los contagios reportados, lo cual llevó a decretar la alerta epidemiológica y alerta roja.
15 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Recientes estudios científicos muestran que un niño pasa como promedio más de 3,5 horas al día frente a las pantallas de los dispositivos y supera así el tiempo máximo recomendado por expertos, que es de menos de dos horas.
Quienes están mucho tiempo en esa situación desarrollan una mayor tendencia a la obesidad, irritabilidad, ansiedad y depresión, alteraciones en el ritmo sueño-vigilia y trastornos oculares aún más frecuentes.
Según los especialistas las pantallas de computadoras, tabletas, teléfonos inteligentes y dispositivos electrónicos se iluminan mediante el uso de LED blancos, cuya composición de la emisión de luz tiene un fuerte componente de luz azul.
Esta última se difunde en el ojo mucho más que otras radiaciones de luz y puede contribuir al malestar ocular, típico de quienes permanecen largos periodos frente a las pantallas, en los que se registró mayor fatiga visual, ojos secos, doble imagen, deslumbramiento, enrojecimiento y visión borrosa.
Investigaciones internacionales apuntan que después de 20 minutos de uso continuo del teléfono inteligente, los niños pueden experimentar síntomas oculares importantes, en particular, irritación y ardor, especialmente si hay un fuerte contraste de luz entre el entorno y el equipo.
Además, vinculan el uso de pantallas con el desarrollo de la miopía, al dedicarse mucho tiempo a actividades que requieren una visión de cerca (40 centímetros), lo cual es un factor de riesgo para esa dolencia ocular.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud, los jugadores de videojuegos pueden estar en peligro de sufrir una pérdida auditiva irreversible y/o tinnitus (zumbidos persistentes).
La evidencia existente sugiere que los niveles de sonido informados en estudios de más de 50 000 personas, a menudo se aproximan o superan los límites de seguridad permitidos, destacan los expertos.
Si bien se ha reconocido que los audífonos y los locales de música son fuentes de niveles de sonido potencialmente peligrosos, los científicos alertan que se ha prestado relativamente poca atención a los efectos de los videojuegos, incluidos los deportes electrónicos, sobre la pérdida auditiva.
CAMBIOS EN EL CEREBRO
Un estudio realizado por investigadores de University College London mostró que los adolescentes con adicción a Internet experimentan cambios en el cerebro que podrían conducir a comportamientos adictivos adicionales.
La adicción a Internet se ha definido como la incapacidad de una persona para resistir el impulso de usar este medio, lo que afecta negativamente su bienestar psicológico, así como su vida social, académica y profesional.
Las pesquisas, que involucraron a 237 jóvenes de 10 a 19 años de edad con un diagnóstico formal del padecimiento entre 2013 y 2023, utilizaron imágenes por resonancia magnética para inspeccionar la conectividad funcional (cómo las regiones del cerebro interactúan entre sí) de los participantes.
Los efectos de la adicción se observaron en múltiples redes neuronales en los cerebros de los adolescentes.
Se apreció una combinación de aumento y disminución de la actividad en las partes del cerebro que se activan en reposo (la red neuronal por defecto).
Mientras tanto, se observó una disminución general de la conectividad funcional en las partes del cerebro involucradas en el pensamiento activo (la red de control ejecutivo).
Se descubrió, además, que estos cambios conducían a conductas y tendencias adictivas en los adolescentes, así como a cambios de conducta asociados con la capacidad intelectual, la coordinación física, la salud mental y el desarrollo.
«Los hallazgos de nuestro estudio muestran que esto puede conducir a cambios conductuales y de desarrollo potencialmente negativos que podrían afectar las vidas de los adolescentes», dijo el autor principal, el estudiante de maestría Max Chang.
Por ejemplo, dijo, pueden tener dificultades para mantener relaciones y actividades sociales, experimentar una alimentación irregular y trastornos del sueño.
De ahí que recomiende imponer a los jóvenes límites de tiempo razonables para el uso diario de Internet y asegurarse que son conscientes de las implicaciones psicológicas y sociales de pasar demasiado tiempo en línea.
Etiquetas disuasorias en redes sociales
Tal como sucede con los productos del tabaco, ya hay quienes piden incluir etiquetas disuasorias en las redes sociales, teniendo en cuenta que la salud física y mental de niños y adolescentes están en riesgo.
Recientemente el doctor Vivek Murthy, cirujano general en el Cuerpo Comisionado del Servicio de Salud Pública de Estados Unidos, instó al Congreso a imponer una etiqueta en las redes sociales con avisos similares a los que llevan las cajetillas de tabaco.
Su propuesta pretende que se obligue a las redes a incluir un mensaje que advierta a padres y adolescentes de que estos hábitos se asocian con «daños significativos para la salud mental».
Aunque reconoce que la etiqueta por sí sola no bastará para hacer las redes seguras para los jóvenes, lo considera «un paso crítico» y argumenta que, como demuestran los estudios sobre el tabaquismo, estos mensajes aumentan la conciencia sobre los riesgos y cambian comportamientos.
También pide prohibir el móvil en las aulas y anima a los padres a limitar el uso en casa, sobre todo durante las comidas y antes de dormir.
Sin desconocer que todavía se carece de un consenso científico sobre los posibles perjuicios de los videojuegos y el uso de internet en la salud física y mental de niños y jóvenes, las investigaciones suenan las alarmas en un mundo cada vez más poseído por las tecnologías digitales.
15 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La cobertura mundial de inmunización infantil se estancó en 2023, por lo que habrá 2,7 millones más de niños sin vacunar o sin recibir la totalidad de las dosis en comparación con 2019, se divulgó hoy.
Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef sobre la cobertura nacional de inmunización –que proporcionan el conjunto de datos más amplio y completo del mundo sobre las tendencias de inmunización contra 14 enfermedades– resaltan la necesidad de esfuerzos continuos para actualizar, recuperar y fortalecer los sistemas.
«Las últimas tendencias demuestran que en muchos países hay demasiados niños sin vacunar», afirmó Catherine Russell, Directora Ejecutiva de Unicef.
Según las conclusiones, el número de niños y niñas que recibieron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP) en 2023 –un marcador clave de la cobertura mundial de inmunización– se mantuvo estable en el 84 % (108 millones). Sin embargo, el número de pequeños que no recibieron una sola dosis de la vacuna aumentó de 13,9 millones en 2022 a 14,5 millones en 2023.
Más de la mitad de los menores sin vacunar viven en los 31 países con contextos frágiles, afectados por conflictos y vulnerables, donde los pequeños son especialmente vulnerables a enfermedades prevenibles debido a las perturbaciones y la falta de acceso a la seguridad, la nutrición y los servicios de salud.
Otros 6,5 millones de infantes no completaron su tercera dosis de la vacuna DTP, necesaria para lograr la protección frente a la enfermedad durante la lactancia y en los primeros años de vida.
Los datos muestran además un estancamiento de las tasas de vacunación contra el sarampión, una enfermedad mortal, lo que dejó a casi 35 millones de niños sin protección o solo con protección parcial.
En 2023, solo el 83 % de los pequeños de todo el mundo recibieron su primera dosis de la vacuna contra el sarampión por medio de los servicios sanitarios sistemáticos, mientras el número de infantes que recibieron la segunda dosis aumentó solo modestamente con respecto al año pasado, que alcanzó el 74 %.
Estas cifras no llegan al 95 % de cobertura necesario para prevenir brotes, evitar muertes innecesarias por la enfermedad y alcanzar los objetivos de eliminación del sarampión, que en los últimos cinco años sus brotes afectan a 103 países, donde viven aproximadamente tres cuartas partes de los lactantes del mundo.
15 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia