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13
Los efectos beneficiosos del ejercicio físico moderado son buenos para quienes lo practican, pero los investigadores han comprobado que sus beneficios redundan en los hijos y que se transmiten como herencia incluso hasta la segunda generación, los nietos.
Lo ha comprobado un equipo del Instituto Cajal del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) liderado por el investigador José Luis Trejo, que dirige el grupo «Estilo de Vida y cognición», y los resultados del trabajo se han publicado en el Journal of Neuroscience de la Sociedad Americana de Neurociencia.
Y al igual que los beneficios, los autores del trabajo han comprobado que los efectos adversos de un estilo de vida sedentario también repercuten sobre la descendencia a través de los mismos mecanismos.
Los investigadores han comprobado en ratones cómo el entrenamiento con ejercicio moderado tiene un efecto más duradero de lo que se pensaba, beneficiando hasta la segunda generación, y que muy probablemente está mediado por un pequeño grupo de «micro RNAs» que actúan transmitiéndose de padres a hijos a lo largo de las generaciones.
Esos «micro ARNs» (miRNAS), ha explicado el Instituto Cajal en una nota de prensa difundida hoy, son ARN (ácido ribonucleico) de pequeño tamaño que están involucrados en procesos fisiológicos que gobiernan la función cerebral normal y que son capaces de controlar la expresión génica, y constituyen un mecanismo epigenético de herencia que se transfieren a las siguientes generaciones a través de las células sexuales.
La herencia epigenética consiste en cambios en la función de los genes, inducidos por diversos mecanismos; esos cambios activan o inactivan genes sin modificar la secuencia del ADN, en respuesta a factores ambientales, como la alimentación o el ejercicio.
Ya se sabía que los «micro RNAs», que se descubrieron en 1993, están involucrados en procesos fisiológicos que gobiernan la función cerebral normal y los perfiles de «micro ARNs» desregulados se asocian con el desarrollo y la progresión de enfermedades neurodegenerativas como el alzhéimer.
Aunque no han estudiado este mecanismo en ratones hembra por la mayor dificultad para distinguir los efectos epigéneticos del ejercicio, los investigadores sí creen que un mecanismo similar funcionaría en las madres que hacen ejercicio, en las que los «micro RNAs» pasarían a sus óvulos.
Este hallazgo es relevante por la actual falta de pruebas que respalden la transmisión transgeneracional de los resultados positivos derivados de las intervenciones sobre el estilo de vida dirigidas al cerebro y la cognición, ha destacado el Instituto Cajal.
«Abordar esta cuestión es crucial, ya que podría proporcionar información valiosa para diseñar políticas de salud pública más impactantes ante el preocupante incremento del sedentarismo», ha manifestado José Luis Trejo Trejo.
Los investigadores encontraron también que no todos los efectos beneficiosos heredados por los hijos de los ratones físicamente activos se mantenían en los nietos, si sus padres eran sedentarios, lo que apunta a un desvanecimiento parcial de la influencia beneficiosa del ejercicio heredado de los abuelos cuando las siguientes generaciones abandonan la práctica de actividad física.
Los resultados de este trabajo, cuyas primeras autoras son Elisa Cintado y Patricia Tezanos, también podrían interpretarse como una prueba de que el efecto adverso del estilo de vida sedentario para la salud corporal y cerebral puede transmitirse a las siguientes generaciones.
Los investigadores han destacado que los hallazgos conseguidos en este trabajo pueden ser valiosos para respaldar políticas sanitarias basadas en la evidencia en contextos como el desarrollo, las enfermedades y el envejecimiento.
12 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Realizar ejercicios físicos sencillos junto con el tratamiento del cáncer puede prevenir en muchos casos los daños nerviosos que ocasiona la quimioterapia, para los cuales los medicamentos demuestran ser ineficaces, publicó hoy una revista especializada.
Así lo demostró un estudio realizado por un grupo de investigadores de la Universidad de Basilea (Suiza), junto con un equipo interdisciplinario de Alemania, cuyos hallazgos aparecen divulgados en JAMA Internal Medicine.
En la pesquisa participaron 158 pacientes de cáncer, de ambos sexos, que recibían tratamiento con oxaliplatino o con alcaloides de la vinca, y fueron divididos al azar en tres grupos.
El primero fue un grupo de control, cuyos miembros recibieron la atención estándar, en tanto los otros dos completaron sesiones de ejercicio dos veces por semana, entre 15 y 30 minutos, en el periodo que duró su quimioterapia.
Uno de estos grupos realizó ejercicios que se centraron principalmente en el equilibrio sobre una superficie cada vez más inestable, mientras el otro entrenó en una plataforma vibratoria.
Los exámenes periódicos realizados durante los siguientes cinco años mostraron que en el grupo de control, aproximadamente el doble de participantes desarrollaron neuropatía periférica inducida por la quimioterapia que en cualquiera de los conjuntos que practicaron ejercicios.
Mientras, los ejercicios realizados junto con la quimioterapia pudieron reducir la incidencia de daño a los nervios entre un 50 y un 70 por ciento.
A la par aumentaron la calidad de vida percibida subjetivamente por los pacientes, hicieron menos necesario disminuir la dosis de medicamentos contra el cáncer y redujeron la mortalidad en los cinco años posteriores a la quimioterapia.
Los expertos detallaron que los participantes que recibieron alcaloides de la vinca y realizaron entrenamiento sensoriomotor tuvieron el mayor beneficio.
04 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Caminar por lo menos 7 500 pasos al día puede ayudar a controlar el asma moderada o grave en adultos, de acuerdo con un estudio realizado por investigadores de la Facultad de Medicina de la Universidad de Sao Paulo, Brasil, divulgado hoy martes.
Para los especialistas, mantener el cuerpo físicamente activo favorece el control de enfermedades, incluso entre personas con una rutina sedentaria.
«Por otro lado, la inactividad física y los síntomas de ansiedad y depresión se asocian con el efecto contrario», según el análisis realizado por los expertos brasileños, retomado por la estatal Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Sao Paulo (FAPESP, por sus siglas en portugués), que financió el proyecto.
La literatura científica ya indicaba que tanto la actividad física como el sedentarismo pueden modular los síntomas del asma -incluyendo dificultad para respirar, respiraciones rápidas y cortas y tos seca-, pero aún faltaban estudios en profundidad sobre su impacto real, por lo que el tratamiento de la enfermedad, que afecta a alrededor de 6,4 millones de brasileños, sigue siendo mayoritariamente asistido con medicamentos, señaló el comunicado de la FAPESP.
«La mayoría de las veces, las personas mezclan las dos situaciones: realizan actividad física tres veces por semana, durante una hora, pero trabajan todo el día sentados en una oficina. Esto significa que son activos pero también sedentarios. Muestran ambos comportamientos al mismo tiempo», señaló uno de los participantes del estudio, Celso Fernandes de Carvalho, profesor de Fisioterapia y Fisiología Respiratoria de la Universidad de Sao Paulo (USP).
Los estudios realizados entre 426 personas de las ciudades de Sao Paulo y Londrina (estado sureño de Paraná) indicaron que cuanto más actividad física, mejor controlan los asmáticos su enfermedad, comentó por su parte el investigador Fabiano de Lima.
«Aquellos que caminaban al menos 7 500 pasos durante el día mostraron mejores puntuaciones en la evaluación del control clínico de la enfermedad, independientemente de mostrar también un comportamiento sedentario», agregó el comunicado.
Aunque la práctica de actividad física por parte de personas con asma ya es recomendada por los profesionales de la salud, el tema aún es visto con temor por la población debido a que las personas con asma sufren una contracción de los músculos de las vías respiratorias durante los ataques.
«Es necesario empezar a romper con la costumbre de impedir que niños y adultos hagan ejercicio debido a una enfermedad», dijo Lima.
25 junio 2024|Fuente: Xinhua |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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25
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Aarhus, Dinamarca, concluyó que el ejercicio físico debería ser un factor importante en el tratamiento de los pacientes con Parkinson. Esto aparece en un comentario de hoy en la revista Neurología que se refiere a un artículo de investigación publicado en febrero de este año en Journal of Neurology, Neurosurgery & Psychiatry.
Basándose en las pruebas actuales, los expertos proponen un cambio de paradigma: el ejercicio debería prescribirse como medicina para las personas con Parkinson en fase inicial junto con el tratamiento médico convencional.
Para ello parten de la base de que el ejercicio puede ayudar a prevenir el desarrollo de la enfermedad, retrasar potencialmente su progresión y ser un tratamiento eficaz para varios de los síntomas más pronunciados.
El estudio recordó que la enfermedad de Parkinson es un trastorno neurológico incurable y progresivo que conlleva consecuencias deletéreas motoras y no motoras.
En este contexto, señaló que actualmente ningún agente farmacológico puede prevenir su evolución o progresión, mientras que los tratamientos sintomáticos farmacológicos tienen efectos limitados en ciertos dominios y causan efectos secundarios.
Por lo tanto, destacó que es fundamental identificar intervenciones que prevengan, ralenticen, detengan o mitiguen la enfermedad.
En ese sentido, los autores apuntaron que el ejercicio es seguro y representa una piedra angular en la rehabilitación de la enfermedad de Parkinson, y que puede tener beneficios aún más fundamentales que podrían cambiar la práctica clínica.
En esta línea, los investigadores afirmaron que la base de conocimientos existente apoya el ejercicio como un factor protector del estilo de vida que previene la enfermedad, supone una terapia potencial modificadora del padecimiento, y se muestra como un tratamiento sintomático eficaz.
24 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
mar
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Madrugador o noctámbulo, todo el mundo aprecia una buena noche de sueño. Pero a pesar de las mejores intenciones, el sueño de calidad puede eludirnos, a veces hasta el punto en que puede contribuir a graves problemas de salud.
Un estudio pionero en el mundo de la Universidad de Australia del Sur muestra que dormir bien por la noche está relacionado con la forma en que estructura su día, con el ejercicio en el centro de la calidad del sueño. El estudio examinó diferentes componentes del uso del tiempo y diferentes aspectos del sueño entre 1168 niños (edad promedio de 12 años) y 1360 adultos (sus padres, edad promedio de 44 años, principalmente madres) el estudio encontró que los niños y adultos con niveles más altos de actividad física moderada a vigorosa tenían menos problemas de sueño, menos cansancio y mejor calidad de sueño.
Las pautas australianas indican que la mayoría de los adultos necesitan alrededor de ocho horas de sueño por noche, mientras que los niños y adolescentes requieren de 8 a 11 horas.
La Dra. Lisa Matricciani, investigadora de la Universidad de Australia del Sur, enfatiza que comprender los factores que afectan la calidad del sueño es vital para la buena salud y el bienestar. A pesar de lo que sabemos sobre el sueño, muchas personas todavía luchan por lograr una buena noche de sueño, según el Dr. Matricciani.
Cuando las personas piensan en la calidad del sueño, tienden a centrarse en los ajustes inmediatamente antes de acostarse, por ejemplo, evitar las pantallas, no comer demasiado y evitar el alcohol, pero nuestra investigación mira más allá de esto a la gama de actividades que realizamos durante el día.
Lo que encontramos es que nuestras actividades diurnas están vinculadas a diferentes aspectos de nuestro sueño, desde la calidad del sueño, la eficiencia del sueño (cuánto tiempos pasas en la cama cuando realmente estás dormido) y la cantidad total de sueño que tenemos, hasta los niveles de cansancio durante el día y cuándo elegimos irnos a la cama.
A veces, las actividades que elegimos pueden desplazar directamente el sueño, piense en los niños que juegan videojuegos hasta altas horas de la noche, pero otras veces, es la forma en que pasamos nuestras horas diurnas.
En este estudio creamos diferentes simulaciones para ver cómo los aspectos de extensión y restricción del tiempo se relacionaban con diferentes aspectos del sueño.
Descubrimos que, si los niños y los adultos aumentaban la actividad física de moderada a vigorosa, se sentirían menos cansados, tendrían menos problemas de sueño y un sueño de mejor calidad.
Curiosamente, el simple hecho de dedicar más tiempo al sueño predijo un sueño más inquieto.
Todo el mundo quiere dormir bien por la noche. Si se trata simplemente de ser más activo durante el día, entonces puede ser un objetivo relativamente alcanzable para la mayoría de nosotros».
Ver artículo: Matricciani L, Dumuid D, Stanford T, Maher C, Bennett P, Bobrovskaya L, et al. Time use and dimensions of healthy sleep: A cross-sectional study of Australian children and adults. The Lancet Healthy Longevity [Internet].2024[citado 03 mar 2024]. https://doi.org/10.1016/j.sleh.2023.10.012
29 febrero 2024| Fuente: EureKalert| Tomado de | Comunicado de prensa
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4
Un suplemento de zumo de remolacha reduce la presión arterial y mejora la capacidad de ejercicio en personas con EPOC.
Un tratamiento de 12 semanas con un suplemento diario de zumo de remolacha para personas con enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC) redujo la presión arterial y mejoró la distancia que los pacientes podían caminar en seis minutos, según un estudio publicado en el ´European Respiratory Journal´.
La EPOC, que incluye la bronquitis crónica y el enfisema, es una enfermedad pulmonar grave que afecta a unos 400 millones de personas en todo el mundo. Provoca dificultades respiratorias y limita gravemente la capacidad de actividad física de las personas. También aumenta el riesgo de infartos de miocardio y accidentes cerebrovasculares.
La nueva investigación comparó un suplemento de zumo de remolacha concentrado con alto contenido en nitratos con un placebo de zumo de remolacha con el mismo aspecto y sabor, pero sin nitratos.
El estudio fue realizado por investigadores del Imperial College de Londres (Reino Unido), dirigidos por el profesor Nicholas Hopkinson. «Existen algunas pruebas de que el zumo de remolacha como fuente de suplementos de nitrato podría ser utilizado por los atletas para mejorar su rendimiento, así como algunos estudios a corto plazo sobre la presión arterial», explica.
«Unos niveles más altos de nitrato en la sangre pueden aumentar la disponibilidad de óxido nítrico, una sustancia química que ayuda a relajar los vasos sanguíneos –prosigue–. También aumenta la eficacia de los músculos, lo que significa que necesitan menos oxígeno para realizar el mismo trabajo».
En el nuevo estudio participaron 81 personas con EPOC que recibían tratamiento en el Hospital Royal Brompton de Londres (Reino Unido) y cuya presión arterial sistólica era superior a 130 milímetros de mercurio (mmHg). La presión arterial sistólica es el nivel más alto que alcanza la tensión arterial cuando late el corazón, y el intervalo ideal oscila entre 90 y 120 mmHg. Además de controlar la tensión arterial de los pacientes, los investigadores evaluaron la distancia que podían caminar en seis minutos al principio y al final del estudio.
Los participantes fueron asignados aleatoriamente a recibir durante 12 meses el suplemento de remolacha rico en nitratos (70 mililitros de zumo de remolacha concentrado que contenían 400 miligramos de nitrato una vez al día) o el placebo.
Los investigadores descubrieron que los que tomaron el suplemento rico en nitratos experimentaron una reducción media de la presión arterial sistólica de 4,5 mmHg en comparación con los que tomaron el placebo. También se observó un aumento medio de unos 30 metros en la distancia que los pacientes podían caminar en seis minutos en el caso de los que tomaban el zumo de remolacha rico en nitratos.
Según el profesor Hopkinson, «al final del estudio, comprobamos que la presión arterial de las personas que tomaban la bebida de zumo de remolacha rica en nitratos era más baja y sus vasos sanguíneos se volvían menos rígidos. El zumo también aumentó la distancia que las personas con EPOC podían caminar en seis minutos en comparación con el placebo».
«Se trata de uno de los estudios de mayor duración realizados hasta ahora en este campo –resalta–. Los resultados son muy prometedores, pero deberán confirmarse en estudios más amplios y a más largo plazo.»
El profesor Apostolos Bossios, del Instituto Karolinska y el Hospital Universitario Karolinska de Estocolmo (Suecia), que dirige la asamblea de enfermedades de las vías respiratorias de la Sociedad Respiratoria Europea y no participó en la investigación, recuerda que «la EPOC no tiene cura, por lo que existe una necesidad acuciante de ayudar a los pacientes a vivir lo mejor posible con esta enfermedad y reducir su riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares».
«En general, los pacientes que participaron en este ensayo consideraron aceptable el suplemento de zumo de remolacha y observaron beneficios en la presión arterial y la movilidad –indica–. Esto sugiere que pueden notar mejoras en la vida cotidiana y que deberían tener un menor riesgo de cardiopatía e ictus, pero tendremos que estudiar a los pacientes durante más tiempo para confirmar si es así».
Ver artículo: Webb AJ. Every beet you take: lowering systolic blood pressure and improving vascular function/exercise capacity via the dietary nitrate–nitrite–NO pathway in patients with COPD. European Respiratory Journal[Internet]. 2024[citado 2 mar 2024] 2302238. DOI: 10.1183/13993003.02238-2023
20 diciembre 2023| IMMédico| Tomado de | Noticia