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No parece aventurado suponer que este año estará marcado por avances en la inteligencia artificial y en la terapia génica, entre otros.
Es difícil vaticinar qué puede deparar la ciencia biomédica a lo largo de todo un año. Las sorpresas están garantizadas, si bien algunas áreas de investigación iniciadas en años previos seguramente estarán presentes: de la inteligencia artificial a la edición génica.
Inteligencia artificial, ¡cómo no!
La inteligencia artificial (IA) ha estado omnipresente el pasado año, y no hay que ser vidente para saber que su influencia se mantendrá en 2024, y más allá. La incógnita, sin embargo, es en qué medida cambiará la investigación, asistencia y docencia médicas tal y como las conocemos.
Dentro del campo de la IA, la inteligencia artificial generativa (IAG) utiliza “una arquitectura de software compleja para la creación autónoma de contenido y se basa en modelos de aprendizaje profundo y redes neuronales que han sido entrenadas con vastos conjuntos de datos”, como apuntaba Julio Mayor, presidente de la Sociedad Española de Investigaciones Quirúrgicas (SEIQ) en un posicionamiento de la sociedad científica sobre el uso responsable de la IAG en la investigación e innovación. El ChatGPT es un buen ejemplo de esta tecnología.
A finales de 2024, recuerda Nature, se espera que su creador, OpenAI en San Francisco, lance GPT-5, la próxima generación del modelo de IAG. También se espera el lanzamiento de Gemini, la versión de esta herramienta diseñada por Google. El próximo año también se lanzará una nueva versión de la herramienta de inteligencia artificial AlphaFold de Google DeepMind, que los investigadores han utilizado para predecir las formas 3D de las proteínas con alta precisión, lo que allana el camino hacia la obtención de nuevos fármacos.
En el frente regulatorio, el Órgano Asesor de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre Inteligencia Artificial compartirá su informe final a mediados de 2024, estableciendo directrices para la regulación internacional de la IA.
El ‘gemelo’ de un cerebro humano
De la mano de la IA, pero con entidad propia, han irrumpido los avatares digitales (gemelos digitales) como una herramienta que puede ayudar a los clínicos a mejorar la predicción en sus tratamientos; y eso, de entrada, porque un gemelo digital es un modelo virtual que puede simular prácticamente cualquier cosa o sistema del mundo real. En España, el pasado año hemos asistido, entre otros, al inicio de un proyecto para crear gemelos digitales en pacientes con leucemia, con los que pronosticar su evolución ante diferentes tratamientos, y otro para el diagnóstico y tratamiento de las arritmias, en concreto de los ectópicos ventriculares,
El potencial de esta herramienta en el ámbito médico está por explorar, a medida que se desarrollan modelos digitales de pacientes con enfermedades diversas, así como de órganos individuales. Quizás el gemelo digital más esperado, por su complejidad, es el del cerebro humano, que podría estar ultimado este año.
Vacunas muy necesarias
El impulso que han tomado las vacunas con la pandemia de covid-19 se mantiene este año, con el desarrollo de inmunizaciones de nueva generación. El gobierno estadounidense está financiando dos vacunas intranasales para prevenir la infección por el SARS-CoV-2, y una de ARNm que espera proporcionar inmunidad duradera frente a un abanico de variantes del coronavirus.
Este año también se conocerán los datos de un estudio en fase III con R21/Matrix-M, la segunda vacuna antipalúdica recomendada para niños en áreas endémicas de malaria, que acaba de obtener la precalificación de la Organización Mundial de la Salud. Los resultados preliminares del estudio apuntan mayor eficacia que la alcanzada con la otra vacuna recomendada, RTS, S.
Sin dejar las vacunas, la Fundación Bill & Melinda Gates ha concedido 55 millones de dólares para ensayar la vacuna contra la tuberculosis que desarrollan la organización de investigación científica sin ánimo de lucro IAVI y la biofarmacéutica española Biofabri (Grupo Zendal). Ideada por el grupo de Carlos Martín en la Universidad de Zaragoza, la candidata vacunal MTBVAC recibe así un nuevo impulso que permitirá el inicio de un ensayo en fase IIb con adolescentes y adultos en 2024.
Otra vacuna que se necesita con urgencia es la del sida. Los investigadores en este campo no temen seguir de derrota en derrota hasta la victoria final, al fin y al cabo, los caminos de la ciencia son impredecibles. Nature Medicine sugiere prestar atención este año a un nuevo ensayo que evalúa la seguridad, reactogenicidad e inmunogenicidad de VIR-1388, una vacuna para la prevención de la infección por el VIH. La candidata vacunal se probará en Estados Unidos y Sudáfrica con adultos de 18 a 55 años sanos que no tengan la infección.VIR-1388 es una vacuna de vector de citomegalovirus que induce respuestas de células T que potencialmente pueden prevenir la adquisición del VIH.
Edición génica ‘in vivo’
El ensayo Verve-101 es el primer estudio que prueba la edición génica de base in vivo. El tratamiento busca desactivar de forma permanente el gen PCSK9 en el hígado, y así reducir de forma permanente el colesterol LDL.
Más allá de lo que supondría contar con un tratamiento así para en pacientes con hipercolesterolemia familiar heterocigótica de alto riesgo, enfermedad cardiovascular aterosclerótica y niveles de LDL no controlados con la terapia convencional, el estudio supone una prueba de concepto de la edición génica basada en la corrección de bases.
No obstante, los resultados preliminares del estudio, que se presentaron en la pasada reunión anual de la Asociación Americana del Corazón (AHA), arrojaron ciertas dudas sobre la seguridad de esta terapia. De los diez pacientes incluidos en el estudio, uno murió de un ataque cardíaco cinco semanas después de recibir el tratamiento, y el otro sufrió un ataque cardíaco pasado un día. Un comité determinó que ambos eventos no podían relacionarse con seguridad con el medicamento, y que podían achacarse al grave estado en el que se encontraban los pacientes.
Junto con la edición de bases, la edición prime también tendrá su dosis de protagonismo en 2024; esta otra modalidad de terapia génica busca perfeccionar la terapia con CRISPR de forma que se consigan tratamientos más precisos y seguros. Por su etiología genética, las enfermedades raras serán objeto de estas innovadoras aproximaciones.
Terapia celular en parkinson
A finales de 2024, se esperan los resultados preliminares de un estudio pionero con una terapia avanzada para la enfermedad de Parkinson en fase no avanzada.
El estudio evalúa la seguridad y eficacia del trasplante de neuronas dopaminérgicas derivadas de células madre embrionarias humanas para la enfermedad de Parkinson moderada.
Los primeros pacientes han recibido esta terapia celular el pasado febrero. Se encuentran en la fase moderada de la enfermedad, y tienen entre 50 y 75 años
Ver más información: Naddaf M. The science events to watch for in 2024. Nature[Internet].2023[citado 5 ene 2023]. doi: https://doi.org/10.1038/d41586-023-04044-9
6 enero 2024| Fuente: Diario Médico| Tomado de Investigación