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Más de 5 millones de personas sufren migraña en España, de los cuales solo la mitad ha recibido un diagnóstico, mientras que 1,5 millones la padecen de forma crónica y deriva en que sea la primera causa de discapacidad entre adultos menores de 50 años, principalmente mujeres.
Este 12 de septiembre se celebra el Día Internacional de Acción contra la Migraña, una enfermedad sin cura -pero con avances en tratamientos- que en España se diagnostica con hasta 6 años de retraso y que en el mundo afecta a 1 100 millones de personas, es decir a 1 de cada 7, según datos de la Sociedad Española de Neurología (SEN) y de la Organización Mundial de la Salud (OMS).
Pero no solo la SEN, los médicos de Atención Primaria estiman que 4,5 millones de españoles la sufren de forma ocasional y cerca 1 millón de forma crónica, pero un 40 % de pacientes nunca acude a consulta médica y un 70 % de los que están con tratamiento lo abandonan de forma precoz.
Afecta al 18 % de las mujeres y al 9 % de los hombres -9% de las niñas frente al 5% de los niños- y en su forma crónica también afecta mayoritariamente a mujeres: el 6 % frente a algo menos del 3% de los hombres.
Se considera padecer la enfermedad de forma crónica cuando la cefalea que produce la migraña se padece más de 15 días al mes y en los peores casos más del 50 % de las personas que la sufren presentan un grado de discapacidad grave o muy grave.
Aparece más en niveles socioeconómicos desfavorecidos
La alta relación entre el estrés -relacionado con condiciones laborales, económicas y sociales- y el desarrollo de migrañas y otras cefaleas ha hecho que en las últimas décadas su prevalencia sea mayor entre las personas más desfavorecidas.
Según la SEN, son muchos los estudios que afirman que la migraña crónica -la más invalidante- es más frecuente en personas que viven en entornos con un nivel socioeconómico más bajo.
Estrés, obesidad, estilos de vida o falta de sueño, también influyen
Estrés, obesidad, estilos de vida o falta de sueño, también influyen en la discapacidad que provoca la migraña.
«La migraña es una cefalea primaria frecuente, severa e incapacitante que reduce significativamente la calidad de vida de los pacientes, aumenta el riesgo de padecer otras muchas enfermedades como ictus, infarto de miocardio, ansiedad, depresión, o insomnio y tiene un enorme impacto económico en la sociedad por el absentismo y la pérdida de productividad que genera», ha explicado Pablo Irimia, coordinador del Grupo de Estudio de Cefaleas de la Sociedad Española de Neurología.
También existen migrañas de tipo ocular, un tipo de cefalea que, por lo general, se localiza en un lado de la cabeza o alrededor del ojo, y que aparecen por hábitos como una incorrecta higiene del sueño, el consumo excesivo de cafeína, estrés muy intenso o esfuerzos de visión cercana.
Más del 50 % se automedica
Debido a la falta de diagnóstico, más del 50% de las personas que padecen migraña se automedican con analgésicos sin receta pese a que el uso excesivo de esta medicación para la sintomatología es una de las principales causas de la cronificación de la enfermedad.
Cada año, «cerca de un 3 % de las personas con migraña pasan de tener una migraña episódica a una crónica, mientras que un 6 % pasa de una migraña de baja frecuencia a otra de alta frecuencia», según la SEN. Tratamientos mensuales o trimestrales.
En los últimos años se han producido importantes avances en el conocimiento de la fisiopatología de la migraña, con fármacos que se administran mediante una inyección subcutánea o intravenosa y que cuentan con una periodicidad mensual o trimestral.
Si bien la migraña no tiene cura, los expertos recuerdan que con un correcto tratamiento y seguimiento de la enfermedad la gran mayoría de los pacientes pueden lograr importantes mejorías en su calidad de vida.
12 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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La cefalea es un síntoma frecuente en la fase aguda de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y también uno de los efectos adversos más comunes tras la vacunación. En ambos casos, la fisiopatología de la cefalea parece estar relacionada con la respuesta inmunitaria del huésped y podría presentar similitudes. Nuestro objetivo fue comparar el fenotipo clínico y la frecuencia de los síntomas asociados y los síntomas de inicio en pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 y cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19.
realizó un estudio de casos y controles. Se incluyó a pacientes con infección confirmada por COVID-19 y receptores de la vacuna de la COVID-19 que experimentaron un nuevo inicio de cefalea. Se administró un cuestionario estandarizado que incluyó variables demográficas, antecedentes previos de cefaleas, síntomas asociados y variables relacionadas con la cefalea. Ambos grupos se emparejaron por edad, sexo y antecedentes previos de cefaleas. Se realizó un análisis de regresión multivariante.
Un total de 238 pacientes cumplieron con los criterios de elegibilidad (143 pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 y 95 sujetos con cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19). Los pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 presentaron una mayor frecuencia de artralgia, diarrea, disnea, dolor torácico, expectoración, anosmia, mialgia, odinofagia, rinorrea, tos y disgeusia. Además, los pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 experimentaron una duración diaria más prolongada de la cefalea y describieron la cefalea como la peor que habían experimentado. Los pacientes con cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19 experimentaron con más frecuencia dolor en la región parietal, fonofobia y empeoramiento de la cefalea por movimientos de la cabeza o de los ojos.
La cefalea causada por la infección por el SARS-CoV-2 y la cefalea relacionada con la vacunación de la COVID-19 presentan más similitudes que diferencias, lo que respalda una fisiopatología compartida y la activación de la respuesta inmunitaria innata. Las principales diferencias estuvieron relacionadas con los síntomas asociados.
Ver artículo: González-Celestino A, González-Osorio, Y García-Iglesias C, Echavarría-Iñiguez A, Sierra-Mencía A, Recio-García A, et al. Diferencias y similitudes entre la cefalea relacionada con la COVID-19 y la cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19. Un estudio de casos y controles. Rev Neurol [Internet]. 2023[citado 4 feb 2024]; 77:229-39. DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7710.2023063
16 noviembre 2023| Fuente: Neurología.com| Tomado de | Noticia
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Los cambios en el flujo sanguíneo de la retina podrían explicar por qué algunos pacientes con migraña experimentan síntomas visuales, según un estudio llevado a cabo por investigadores de la Universidad de California en los Ángeles (EE.UU.) y publicado en Headache. El hallazgo podría representar un marcador observable de las migrañas que el clínico podría utilizar para ayudar en el tratamiento clínico de la enfermedad.
Los investigadores de UCLA Health utilizaron la angiografía por tomografía de coherencia óptica (OCTA) para visualizar los cambios en los vasos sanguíneos de la retina de los pacientes con migraña, tanto durante los ataques de migraña como entre ellos. Las imágenes se realizaron en 37 pacientes migrañosos con síntomas de aura, 30 pacientes migrañosos sin síntomas de aura y 20 pacientes sanos como grupo de control. Los investigadores descubrieron que el flujo sanguíneo disminuye en la retina durante los ataques de migraña, tanto en los pacientes migrañosos con síntomas de aura como en los que no los tienen.
Sin embargo, se observó que los pacientes con síntomas de aura presentaban un flujo sanguíneo menor en determinadas zonas de la retina en comparación con los pacientes sin síntomas de aura. Además, el flujo sanguíneo asimétrico en las retinas también estaba correlacionado con el lado de la cabeza en el que los pacientes migrañosos experimentaban dolor. Los hallazgos podrían indicar por qué algunos pacientes experimentan síntomas visuales y podrían representar un biomarcador de los ataques de migraña.
Referencia: Podraza K, Bangera N, Feliz A, Charles A. Reduction in retinal microvascular perfusion during migraine attacks Headache[Internet]. 2023[citado 10 ene 2024]. doi: 10.1111/head.14654.
10 enero 2024| Fuente: Neurología.com| Tomado de | Noticia
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La cefalea es un síntoma frecuente en la fase aguda de la enfermedad por coronavirus 2019 (COVID-19) y también uno de los efectos adversos más comunes tras la vacunación. En ambos casos, la fisiopatología de la cefalea parece estar relacionada con la respuesta inmunitaria del huésped y podría presentar similitudes. Ese ha sido el objetivo de un estudio, publicado en Revista de Neurología y desarrollado por un grupo de investigadores españoles y británicos (Hospital Clínico Universitario de Valladolid, Brain Research Imaging Centre (CUBRIC) y Universidad Rey Juan Carlos), comparando el fenotipo clínico y la frecuencia de los síntomas asociados y de inicio en pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 y con la vacuna de la COVID-19.
Se realizó un estudio de casos y controles incluyendo pacientes con infección confirmada por COVID-19 y receptores de la vacuna de la COVID-19 que experimentaron un nuevo inicio de cefalea. Se administró un cuestionario estandarizado que incluyó variables demográficas, antecedentes previos de cefaleas, síntomas asociados y variables relacionadas con la cefalea. Ambos grupos se emparejaron por edad, sexo y antecedentes previos de cefaleas y se realizó un análisis de regresión multivariante. El estudio refleja que un total de 238 pacientes cumplieron con los criterios de elegibilidad. Los pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 presentaron una mayor frecuencia de artralgia, diarrea, disnea, dolor torácico, expectoración, anosmia, mialgia, odinofagia, rinorrea, tos y disgeusia. Además, los pacientes con cefalea relacionada con la COVID-19 experimentaron una duración diaria más prolongada de la cefalea y la describieron como la peor que habían experimentado. Los pacientes con cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19 experimentaron con más frecuencia dolor en la región parietal, fonofobia y empeoramiento de la cefalea por movimientos de la cabeza o de los ojos.
Los autores concluyen que la cefalea causada por la infección por el SARS-CoV-2 y la relacionada con la vacunación de la COVID-19 presentan más similitudes que diferencias, lo que respalda una fisiopatología compartida y la activación de la respuesta inmunitaria innata. Las principales diferencias estuvieron relacionadas con los síntomas asociados.
Ver más información:
González Celestino A, González Osorio Y, García Iglesias A, Echavarría Íñiguez A, Sierra Mencía A, Recio García J, et al. Diferencias y similitudes entre la cefalea relacionada con la COVID-19 y la cefalea relacionada con la vacuna de la COVID-19. Un estudio de casos y controles. Rev Neurol [Internet]. 2023[citado 22 nov 2023]; 77:229-239. PMID: 37962534DOI: https://doi.org/10.33588/rn.7710.2023063
23 noviembre 2023 | Fuente: Neurología.com |Tomado de | Noticia Salud
abr
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Los dolores de cabeza en muchos casos pueden llegar a ser inhabilitantes y es común que se produzcan siguiendo un patrón horario siendo los momentos más frecuentes a última hora de la noche o a primera hora de la mañana, concretamente el 71 por ciento de las personas tienen cefálea asociada a un patrón horario y el 50 por ciento migrañas, según ha revelado un meta-análisis publicado en la edición online de ´Neurology´, la revista médica de la Academia Americana de Neurología (Minnesota, Estados Unidos).
Los resultados de este estudio concluyen que tanto la cefalea como la migraña tienen fuertes vínculos con el sistema circadiano, el reloj interno que regula los procesos corporales de manera que estas afecciones se suelen producir a la misma hora del día.
En el caso de la cefalea en racimos, el metaanálisis halló que los ataques alcanzaban su punto álgido entre las últimas horas de la noche y las primeras horas de la mañana.
A lo largo del año, las personas sufrían más ataques en primavera y otoño. A nivel genético, la cefalea en brotes se ha asociado con dos genes circadianos principales, y cinco de los nueve genes que aumentan la probabilidad de padecer cefalea en brotes son genes con un patrón circadiano de expresión.
Las personas con cefalea en brotes también tenían niveles más altos de cortisol y niveles más bajos de melatonina que las personas sin cefalea en brotes.
En cuanto a la migraña, mientras que el pico de ataques durante el día era amplio, desde última hora de la mañana hasta primera hora de la tarde, había un punto circadiano bajo durante la noche, cuando se producían pocos ataques. La migraña también se ha asociado a dos genes circadianos centrales, y 110 de los 168 genes asociados a la migraña eran genes con un patrón circadiano de expresión.
Las personas con migraña tenían niveles más bajos de melatonina en la orina que las personas sin migraña. Además, los niveles de melatonina eran más bajos durante un ataque de migraña.
«Los datos sugieren que estos dos trastornos de cefalea son altamente circadianos en múltiples niveles, especialmente la cefalea en racimos», asegura el autor del estudio, el doctor Mark Joseph Burish, del Centro de Ciencias de la Salud de la Universidad de Texas en Houston, Texas, y miembro de la Academia Americana de Neurología.
El meta-análisis incluyó todos los estudios disponibles sobre cefalea en racimos y migraña que incluían características circadianas. Esto incluía información sobre el calendario de los dolores de cabeza durante el día y durante el año, así como estudios sobre si los genes asociados con el reloj circadiano son más comunes en las personas con estos dolores de cabeza.
Los investigadores también analizaron estudios sobre la cefalea en racimos y la migraña y las hormonas relacionadas con el sistema circadiano, como el cortisol y la melatonina.
El doctor Joseph Burish asegura que estos resultados refuerzan «la importancia del hipotálamo» -la zona del cerebro que alberga el reloj biológico primario- y «su papel en la cefalea en racimos y la migraña». Asimismo, plantea «la cuestión de la genética de los factores desencadenantes, como los cambios en el sueño, que son desencadenantes conocidos de la migraña y son señales para el ritmo circadiano del cuerpo».
Por último, estos resultados plantean la posibilidad de utilizar tratamientos circadianos para las cefaleas que podrían incluir «tanto tratamientos basados en el ritmo circadiano -como tomar medicamentos a determinadas horas del día- como tratamientos que provoquen cambios circadianos, algo que pueden hacer ciertos medicamentos», según explica el autor del estudio.
Abril 17/2023 (IMmédico) – Tomado de Atención primaria – Neurología. Copyright 2023: Publimas Digital
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La alteración afecta al gen nuclear ACSL5, implicado en la activación de los ácidos grasos en la mitocondria para la obtención de combustible molecular y de otros elementos que regulan aspectos esenciales de la célula. Read more