Imagen: Prensa LatinaAlrededor del 20 % de las personas mayores de 65 años en Japón sufrirán demencia para 2060, advirtió hoy el gobierno, y subrayó la necesidad de fortalecer las medidas preventivas en medio del envejecimiento poblacional.

La proporción de 1 de cada 5,6 personas en ese grupo de edad significa que un total de 6,45 millones de personas sufrirán demencia en los próximos 35 años, una reducción de los 8,50 millones estimados en el estudio anterior de 2015, que refleja cambios en el estilo de vida, como una mejor dieta y dejar de fumar, detalló el ministerio nipón de salud.

Se espera que el gobierno finalice en otoño medidas para apoyar a las personas con demencia y a sus familias. En enero pasado entró en vigor una nueva ley para brindar un mejor apoyo a las personas con esta afección asociada con una capacidad cognitiva deteriorada, y promover su participación social.

Se prevé que el número total de casos aumente a 5,23 millones para 2030 y a 5,84 millones para 2040, cuando se espera que la población de personas de 65 años o más en el país alcance su punto máximo.

08 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

mayo 9, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Enfermedades crónicas no transmisibles, Gerontología y geriatría, Psicología, Psiquiatría | Etiquetas: , , |

Imagen: Prensa LatinaMantener la actividad física y relacionarse socialmente pueden ser factores hoy determinantes para un envejecimiento cerebral saludable, señala un estudio publicado en la revista Journal of Neuroscience.

De acuerdo con los expertos que estudiaron a los llamados «superancianos» (mayores de 80 años) que mantienen una memoria sana, sus cerebros presentan menos atrofia que los de sus pares.

Ello puede deberse a varios factores como comer sano, mantenerse físicamente activo, dormir lo suficiente y conservar las relaciones sociales; pero también los superancianos probablemente tengan alguna predisposición afortunada o algún mecanismo de resistencia en el cerebro a nivel molecular posiblemente relacionado con sus genes, añade el texto.

Para llegar a esas conclusiones, científicos de la Universidad de Chicago analizaron 119 octogenarios españoles: 64 superancianos y 55 adultos mayores con capacidades de memoria normales para su edad.

Les aplicaron pruebas para evaluar su memoria; sus habilidades motrices y verbales, así como escáneres cerebrales, análisis de sangre, además de responder a preguntas sobre su estilo de vida o comportamiento.

De esta forma, descubrieron que los superancianos tenían más volumen en zonas del cerebro importantes para la memoria, sobre todo el hipocampo y la corteza entorrinal.

Por otro lado, los octogenarios con buena memoria también conservaban mejor la conectividad entre las regiones de la parte frontal del cerebro implicadas en la cognición; y mostraron señales mínimas de la enfermedad de Alzheimer en sus cerebros.

«Los ancianos no reportaron hacer más ejercicio a su edad actual que los adultos mayores típicos, pero eran más activos a mediana edad», señala el estudio.

04 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia

mayo 6, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Gerontología y geriatría, Psicología | Etiquetas: , , |

Imagen: Altos Labs / IRB BarcelonaDescubiertos en los años setenta, los relojes circadianos son fundamentales para la regulación del tiempo biológico en la mayoría de las células del cuerpo humano. Estos mecanismos internos ajustan los procesos biológicos a un ciclo de 24 horas, permitiendo la sincronización de las funciones celulares con las variaciones diarias del entorno. Los ritmos circadianos, que están coordinados por un reloj central en el cerebro que se comunica con los relojes de los distintos tejidos periféricos, influyen en muchísimas funciones, desde nuestros patrones de sueño hasta nuestra capacidad para metabolizar los alimentos.

Un equipo liderado por Salvador Aznar Benitah, investigador ICREA del IRB Barcelona y Pura Muñoz-Cánoves, investigadora ICREA en el Departamento de Medicina y Ciencias de la Vida de la Universidad Pompeu Fabra (UPF), ha descubierto cómo la sincronización entre el reloj circadiano cerebral y los relojes periféricos en el músculo y la piel, es esencial para el funcionamiento adecuado de estos tejidos, así como para prevenir procesos degenerativos propios del envejecimiento.

Los resultados del estudio han sido publicados en dos artículos en revistas de alto impacto: la investigación sobre la sincronización entre el reloj central y el reloj periférico del músculo se ha publicado en Science, mientras que el estudio de la coordinación entre el reloj central y el reloj periférico de la piel se ha publicado en Cell Stem Cell. Ambos trabajos revelan mecanismos comunes que subrayan la importancia de esta coordinación para mantener la funcionalidad óptima de los músculos y la piel.

El estudio también detalla el notable grado de autonomía de los relojes periféricos, que son capaces de mantener ciclos de 24 horas y de gestionar aproximadamente un 15 % de las funciones circadianas, en ausencia del reloj central.

«Es fascinante ver cómo la sincronización entre los relojes circadianos cerebrales y periféricos desempeña un papel fundamental en la salud de la piel y el músculo, a la vez que los relojes periféricos por sí solos son autónomos para llevar a cabo las funciones más básicas del tejido.», explica Aznar Benitah, que co-lideró estos estudios como jefe del laboratorio de Células Madre y Cáncer del IRB Barcelona.

«Nuestro estudio revela que se necesita una interacción mínima de tan solo dos relojes tisulares (uno central y otro periférico) para mantener el funcionamiento óptimo de tejidos como el músculo y la piel, y evitar su deterioro y envejecimiento. Ahora, el siguiente paso es identificar los factores de señalización implicados en esta interacción, pensando en aplicaciones terapéuticas», indica Muñoz-Cánoves, investigadora en la UPF, y actualmente investigadora en Altos Labs (San Diego, EEUU).

La coordinación con el reloj periférico muscular mantiene la función muscular y previene el envejecimiento prematuro

El estudio publicado en Science se centró en la comunicación entre el cerebro y el músculo, y confirma que la coordinación entre los relojes cerebrales y periféricos es crucial para mantener la función muscular diaria y prevenir el envejecimiento prematuro del músculo. La restauración del ritmo circadiano reduce la pérdida de masa muscular y de fuerza, mejorando las funciones motoras deterioradas en modelos de estudio en ratones.

Los resultados del estudio han mostrado también que la alimentación restringida en el tiempo (Time-restricted feeding o TRF), que implica comer solo durante la fase activa del día, puede reemplazar parcialmente el reloj central y mejorar la autonomía del reloj muscular. Lo que aún es más relevante, esta restauración del ritmo circadiano a través de TRF es capaz de mitigar la pérdida muscular, el deterioro de las funciones metabólicas y motoras y la disminución de la fuerza muscular en ratones viejos.

Estos hallazgos tienen implicaciones importantes para el desarrollo de terapias contra el envejecimiento muscular y la mejora del rendimiento físico en la edad avanzada. Arun Kumar y Mireia Vaca Dempere, ambos de la UPF, son los primeros autores de este estudio, al que también han contribuido Eusebio Perdiguero y Antonio Serrano, anteriormente en la UPF y ahora en Altos Labs.

El reloj periférico de la piel integra y modula las señales cerebrales

En el estudio publicado en Cell Stem Cell, el equipo ha demostrado que el reloj circadiano de la piel es clave en la coordinación de la fisiología diaria del tejido. Mediante la integración de las señales del cerebro y, en ocasiones, modificándolas, garantiza el correcto funcionamiento de la piel.

Un hallazgo sorprendente fue que, en ausencia del reloj periférico, el reloj central del cuerpo mantiene el ritmo circadiano en la piel, pero opera de manera contraria a lo habitual (es decir, en un horario opuesto). Por ejemplo, se observó que la replicación del ADN, si solo estuviese controlada por el reloj central ocurriría durante el día, a la hora a la que la piel estaría expuesta a la luz ultravioleta, lo cual incrementaría el riesgo de acumular más mutaciones.

Este fenómeno destaca la importancia del reloj periférico, que no solo recibe señales del reloj central —que coordina los ritmos de todo el organismo— sino que además adapta estas señales a las necesidades específicas del tejido en el que reside (en el caso de la células madre de la piel, la división del ADN una vez que han pasado las horas del día en la que la exposición a la luz ultravioleta es máxima).

Thomas Mortimer, investigador postdoctoral del IRB Barcelona y Patrick-Simon Welz del Hospital del Mar Research Institute han liderado este proyecto junto a Aznar Benitah y Muñoz-Cánoves.

Los resultados de ambos estudios son fruto de una colaboración internacional, con investigadores de la University of California y la University of Texas Health en San Antonio (ambas en Estados Unidos), la University of Lübeck en Alemania, el Karolinska Institute en Suecia, la Humanitas University en Italia y Altos Labs San Diego Institute of Science en Estados Unidos.

El proyecto ha obtenido financiación del European Research Council, el programa H2020 de la Unión Europea, el Ministerio de Ciencia, Innovación y Universidades, la Generalitat de Catalunya, la Fundación Lilliane Bettencourt, la Fundación «la Caixa», la Fundación la Marató de TV3, la Fundación BBVA y la Fundación Novo Nordisk.

03 mayo 2024|Fuente: UPF |Tomado de |Noticia

Imagen: Archivo. Un equipo internacional de científicos ha obtenido un exhaustivo atlas del envejecimiento del músculo esquelético humano, un avance que será una inestimable ayuda para desarrollar estrategias preventivas y terapéuticas en la tercera edad.

En un mundo cada vez más envejecido, urge conocer en detalle la causa y la progresión de las enfermedades del músculo esquelético, el sistema motor clave del cuerpo humano que desempeña un papel fundamental en la regulación metabólica corporal.

Con la edad, sobre todo en individuos de más de 80 años, los músculos esqueléticos sufren sarcopenia, una pérdida progresiva de masa y función muscular, que no sólo provoca discapacidad en el individuo, sino que también interviene en el rápido declive de las funciones generales de las personas mayores, haciéndolas más frágiles.

Los mecanismos subyacentes no se conocen bien porque hasta ahora no se habían investigado las bases biológicas de la sarcopenia a nivel unicelular.

Ahora, un equipo internacional de científicos liderados por la Universidad Pompeu Fabra (UPF) de Barcelona ha analizado la expresión génica y el estado epigenético de 387 000 células individuales en biopsias de músculo de las extremidades inferiores de 31 individuos de diferentes sexos, edades y regiones.

Con estos datos, han esbozado el atlas unicelular del músculo esquelético humano envejecido más completo hasta la fecha, un innovador estudio cuyos detalles se han publicado este lunes en Nature.

Liderado por Pura Muñoz-Cánoves, profesora de investigación ICREA en la UPF e investigadora principal en el Instituto de Ciencias Altos Labs San Diego, y por Miguel A. Esteban, investigador en BGI-Research en Shenzhen, en el equipo han participado también científicos de la Universidad de Valencia/INCLIVA y del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia.

«Este estudio será una referencia tanto para los campos del envejecimiento como de la sarcopenia y la fragilidad», subraya Muñoz-Cánoves.

El músculo esquelético humano está formado en gran parte por fibras musculares (miofibras) de dos tipos: las que realizan principalmente actividades físicas de resistencia (carreras de larga distancia o ciclismo) y las de tipo 2, esenciales en las actividades físicas que exigen explosiones de potencia (saltos, sprints o el levantamiento de pesas).

Este trabajo describe cómo las poblaciones de células musculares esqueléticas cambian con el envejecimiento y qué redes multicelulares subyacen a estos cambios.

Los investigadores descubrieron que con el envejecimiento las fibras musculares de tipo 2 se deterioran de forma constante, mientras que las fibras musculares de tipo 1 permanecen relativamente estables y toleran mejor el envejecimiento.

El estudio también se refiere a la capacidad de los músculos para repararse a sí mismos (tras una lesión, las células madre musculares proliferan y empiezan a diferenciarse en músculo, fusionándose entre sí o con las fibras musculares existentes para reparar el músculo dañado).

El equipo descubrió que con el envejecimiento estas células madre entran en un estado de cebado prematuro y tienen menor capacidad de regeneración.

Al mismo tiempo, las células endoteliales también experimentan una serie de cambios que hacen que los músculos sean más susceptibles al deterioro en respuesta a las lesiones y pueden promover la inflamación sistémica y acelerar el deterioro de la función física general en las personas mayores.

Además, la comparación cruzada con datos genéticos permitió a los investigadores identificar los elementos clave que predicen la susceptibilidad a la sarcopenia.

«Nuestra investigación científica conjunta proporciona una nueva perspectiva para entender el envejecimiento del músculo esquelético humano y una base científica apasionante para el desarrollo de estrategias preventivas y terapéuticas», subraya Esteban.

Para Joan Isern, Eusebio Perdiguero y Antonio Serrano, de los equipos de Altos Labs y la UPF, «será importante comparar este atlas de envejecimiento muscular humano con atlas celulares previos de primates no humanos y de otras especies, ya que ayudará a establecer comparaciones adaptativas interespecies y a predecir la susceptibilidad a enfermedades».

Además, Mari Carmen Gómez-Cabrera y Julio Doménech-Fernández (de la Universidad de Valencia/INCLIVA y del Hospital Arnau de Vilanova de Valencia, respectivamente) creen que «este atlas también será una referencia importante para futuros estudios en pacientes con enfermedades neuromusculares».

«Esperamos que sea la base de muchas investigaciones para ralentizar o incluso bloquear la sarcopenia, la fragilidad y el deterioro muscular en personas mayores, promoviendo un envejecimiento corporal más saludable durante más tiempo y aumentando la longevidad», concluye Muñoz-Cánoves.

22 abril 2024|Fuente: EFE|Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

abril 24, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Enfermedades reumáticas, Gerontología y geriatría, Medicina física y rehabilitación | Etiquetas: , , , |

Imagen: Archivo.A mediados del siglo pasado las personas de 70 años eran considerados ancianos pero, hoy en día, los adultos de mediana y avanzada edad creen que tener 70 años ahora no es como antes. Para ellos, la vejez empieza más tarde.

Esta es la principal conclusión de un estudio publicado este lunes en la revista de la Asociación Americana de Psicología Psychology and Agin, que sugiere que el aumento de la esperanza de vida y el retraso de la jubilación podrían explicar este cambio en la percepción pública de la vejez.

«La esperanza de vida ha aumentado, lo que podría contribuir a que se perciba más tarde el inicio de la vejez. Además, algunos aspectos de la salud han mejorado con el tiempo, de modo que las personas de cierta edad que se consideraban viejas en el pasado quizá ya no lo sean en la actualidad», afirma Markus Wettstein, investigador de la Universidad Humboldt de Berlín (Alemania) y autor principal del estudio.

No obstante, el estudio también ha hallado indicios de que la tendencia a percibir más tarde la vejez se ha ralentizado en las dos últimas décadas.

El equipo, formado por investigadores de las universidades de Stanford, Luxemburgo y Greifswald (Alemania), examinó los datos de 14 056 participantes en la Encuesta Alemana sobre el Envejecimiento, un estudio que incluye a personas residentes en Alemania nacidas entre 1911 y 1974.

Los participantes respondieron a las preguntas de la encuesta hasta ocho veces a lo largo de 25 años (1996-2021), cuando tenían entre 40 y 100 años. Además, a medida que las generaciones mayores entraban en la mediana edad y en la vejez, el equipo iba reclutando nuevos participantes (de 40 a 85 años).

Y aunque los participantes tuvieron que responder a muchas preguntas, la principal de la encuesta era: «¿A qué edad describiría a alguien como viejo?». Así descubrieron que, en comparación con los participantes nacidos antes, los nacidos más tarde percibían la vejez más tarde. Por ejemplo, cuando los participantes nacidos en 1911 tenían 65 años, fijaban el inicio de la vejez en los 71 años. En cambio, los participantes nacidos en 1956 dijeron que la vejez comienza a los 74 años, de media, cuando tenían 65 años. Sin embargo, los investigadores también descubrieron que la tendencia a percibir más tarde el inicio de la vejez se ha ralentizado en los últimos años. «La tendencia a posponer la vejez no es lineal y podría no continuar necesariamente en el futuro», concluye Wettstein.

Los investigadores también analizaron cómo cambiaba la percepción de la vejez de los participantes a medida que envejecían. Así comprobaron que, a medida que envejecían, su percepción del inicio de la vejez se alejaba: A los 64 años, el participante medio decía que la vejez empezaba a los 74,7 años; a los 74 años, decían que la vejez empezaba a los 76,8 años; de media, la percepción del inicio de la vejez aumentaba aproximadamente un año por cada cuatro o cinco años de envejecimiento real.

Finalmente, los investigadores examinaron cómo influyen el sexo y el estado de salud en las diferencias en la percepción del inicio de la vejez. Comprobaron que las mujeres, por término medio, decían que la vejez empezaba dos años más tarde que los hombres, y que la diferencia entre hombres y mujeres había aumentado con el tiempo. También descubrieron que las personas que se sentían más solas, tenían peor salud y se sentían mayores decían que la vejez empezaba antes, de media, que las que se sentían menos solas, tenían mejor salud y se sentían más jóvenes.

Según Wettstein, los resultados pueden tener implicaciones sobre cuándo y cómo las personas se preparan para su propio envejecimiento, así como sobre la opinión que tienen de los adultos mayores en general.

22 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

abril 23, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Bioestadística, Gerontología y geriatría, Medicina familiar y comunitaria, Psicología | Etiquetas: , , |
Imagen: Archivo.

Imagen: Archivo.

Las personas mayores quien envejecer en sus casas y piden más espacios verdes, mejores servicios de salud y de transportes y potenciar las actividades de ocio, según recoge un estudio presentado este martes por el Imserso para conocer las demandas y necesidades de este colectivo.

El estudio ha sido elaborado junto al Grupo de Investigación sobre Envejecimiento del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) para evaluar las necesidades de los mayores en sus localidades de
residencia, que forman parte de la Red de Ciudades Amigables, una iniciativa de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para fomentar el envejecimiento saludable.

El informe muestra que el deseo de los mayores de envejecer en casa debe ir acompañado de la promoción de su autonomía con recursos y apoyos domiciliarios, pero también de accesibilidad en las ciudades pertenecientes a la red, por lo que solicitan mejorar los servicios de salud y las infraestructuras públicas.

Los expertos también apuntan a la necesidad de tomar medidas que refuercen las estrategias de prevención, así como a fortalecer los recursos y servicios ya existentes de atención sociosanitaria en los municipios. Sobre la demanda de los mayores de crear más espacios verdes, accesibles y que favorezcan la socialización, el investigador Vicente Rodríguez ha destacado la importancia de que “esos espacios tiendan a interconectar a las personas y se basen en el desarrollo de las actividades al aire libre, pero que sean seguras”.

Otras de las demandas son mejorar la accesibilidad de los edificios públicos, introducir más líneas de transporte público con precios asequibles, ofrecer ayudas para adaptar las viviendas a sus necesidades, ofrecer puntos de atención oral para que los mayores puedan acceder a la información y tomar medidas para prevenir la soledad.

Además, el estudio recoge demandas de las mujeres mayores, como la lucha contra la desigualdad de género. Según ha explicado otra de las investigadoras encargada de presentar este diagnóstico Fermina Rojo “las mujeres mayores se enfrentan a desafíos únicos” por la brecha económica y la soledad que tiene mayor impacto. Para combatir el edadismo, la experta ha destacado la necesidad de promover el voluntariado y actividades intergeneracionales. “Son muy eficaces porque se valora la experiencia de los mayores”.

09 abril 2024|Fuente:  EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.

abril 11, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Gerontología y geriatría | Etiquetas: , , |

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