Imagen: Archivo.Investigadores de Weill Cornell Medicine (EEUU) y un equipo internacional han utilizado biopsias hepáticas para identificar marcadores celulares y moleculares que podrían servir para predecir si el cáncer de páncreas se extenderá al hígado o a otros órganos, como el pulmón, y en qué momento.

El estudio, publicado en la revista Nature Medicine, propone que la información procedente de una biopsia hepática -una pequeña muestra de tejido recogida para su análisis en el laboratorio- cuando se diagnostica un cáncer de páncreas puede ayudar a orientar a los médicos en la personalización del tratamiento, como las inmunoterapias dirigidas al hígado, antes de que las células cancerosas tengan la oportunidad de metastatizar.

En este sentido, solo el 10 % de las personas con cáncer de páncreas sobreviven más de dos años tras el diagnóstico inicial. «Si podemos predecir el momento y la localización de las metástasis, esto podría cambiar las reglas del juego en el tratamiento del cáncer de páncreas, sobre todo en los pacientes con alto riesgo de metástasis», ha afirmado David Lyden, el coautor del estudio, catedrático Stavros S. Niarchos de Cardiología Pediátrica y profesor de Pediatría y Biología Celular y del Desarrollo en Weill Cornell Medicine.

En 2015, Lyden y sus colegas descubrieron que las células de cáncer de páncreas secretan factores que llegan a órganos distantes, con mayor frecuencia el hígado, para establecer un nicho premetastásico donde se forman nuevos tumores.

Para averiguar cómo estas alteraciones preparan su nueva ubicación para la colonización cancerosa, Lyden colaboró con la autora principal, la doctora Linda Bojmar, profesora adjunta de investigación en biología molecular en pediatría en Weill Cornell Medicine y profesora adjunta de medicina clínica y experimental en la Universidad Linköping de Suecia.

Junto con otros investigadores del Memorial Sloan Kettering Cancer Center (EE.UU.) y el equipo hepatopancreatobiliar, obtuvieron biopsias hepáticas de 49 individuos sometidos a tratamiento quirúrgico por cáncer de páncreas en estadio inicial. También recogieron biopsias hepáticas de 19 personas que se sometieron a una operación similar por afecciones no relacionadas con el cáncer, por ejemplo, la extirpación de quistes pancreáticos benignos.

LAS BIOPSIAS HEPÁTICAS REVELAN SIGNOS PRECOCES DE METÁSTASIS RÁPIDA

A continuación, los investigadores llevaron a cabo una serie de análisis moleculares, celulares y metabólicos de estas muestras para determinar si podían identificar los rasgos distintivos que precedían -o potencialmente prevenían- las metástasis posteriores en los pacientes.

Descubrieron que los hígados de los supervivientes sin recidiva, que no mostraban signos de propagación del cáncer tras un periodo de seguimiento de al menos tres años, se parecían mucho a los hígados de las personas que nunca habían tenido cáncer.

En el otro extremo del espectro se encontraban los que desarrollaron metástasis hepáticas en los seis meses siguientes al diagnóstico, un grupo de pacientes con mal pronóstico y opciones terapéuticas limitadas. Sus hígados estaban plagados de las llamadas trampas extracelulares de neutrófilos (NET), densas marañas de ADN y enzimas liberadas por los neutrófilos moribundos, células inmunitarias que constituyen la primera línea de defensa contra las infecciones. Dado que estas NET están estrechamente relacionadas con futuras metástasis y se desarrollan tan pronto en el curso de la enfermedad, es posible que en un futuro próximo las imágenes radiológicas puedan detectarlas e identificar a los pacientes en peligro de esta agresiva propagación.

«Estos individuos podrían recibir entonces un ciclo completo de quimioterapia o, si las metástasis se detectan cuando sólo aparecen unas pocas, tal vez se podrían extirpar quirúrgicamente los tumores secundarios», ha explicado Lyden.

RESPUESTAS INMUNITARIAS EN METÁSTASIS POSTERIORES

Los investigadores identificaron otras dos categorías de pacientes en el estudio: los que desarrollarían metástasis posteriores en el hígado y los que tendrían el cáncer diseminado a otros lugares, como el pulmón. Los pacientes cuyos cánceres se extendieron a órganos distintos del hígado mostraban una fuerte respuesta inmunitaria contra el cáncer: las células T protectoras y las células asesinas naturales se habían infiltrado en sus hígados y se habían activado muchos genes reguladores del sistema inmunitario. Para los autores, estas personas propensas a desarrollar metástasis fuera del hígado podrían beneficiarse de la inmunoterapia para reforzar su respuesta inmunitaria antitumoral.

Por otro lado, aquellos cuyos hígados sucumbieron a metástasis posteriores también acumularon células inmunitarias, pero éstas mostraban signos de agotamiento metabólico. «Es como si el hígado intentara protegerse, pero al final perdiera la batalla», ha afirmado Bojmar.

Los investigadores planean validar sus hallazgos en una cohorte más amplia de pacientes con cáncer de páncreas y examinar si este enfoque podría ser útil con otros cánceres recién diagnosticados. «Esperamos desarrollar una herramienta para predecir qué pacientes con cáncer colorrectal desarrollarán metástasis hepáticas basándonos en los perfiles celulares, moleculares y metabólicos de sus biopsias hepáticas», ha finalizado Robert Schwartz, coautor principal y profesor asociado de medicina en Weill Cornell Medicine.

17 julio 2024|Fuente: Europa Press|Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

julio 19, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: cáncer, Inmunología, Medicina Familiar y Comunitaria, Medicina Interna, Oncología, Patología Clínica | Etiquetas: , , |

Imagen: Archivo.La cobertura mundial de inmunización infantil se estancó en 2023, por lo que habrá 2,7 millones más de niños sin vacunar o sin recibir la totalidad de las dosis en comparación con 2019, se divulgó hoy.

Estimaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS) y Unicef sobre la cobertura nacional de inmunización –que proporcionan el conjunto de datos más amplio y completo del mundo sobre las tendencias de inmunización contra 14 enfermedades– resaltan la necesidad de esfuerzos continuos para actualizar, recuperar y fortalecer los sistemas.

«Las últimas tendencias demuestran que en muchos países hay demasiados niños sin vacunar», afirmó Catherine Russell, Directora Ejecutiva de Unicef.

Según las conclusiones, el número de niños y niñas que recibieron tres dosis de la vacuna contra la difteria, el tétanos y la tos ferina (DTP) en 2023 –un marcador clave de la cobertura mundial de inmunización– se mantuvo estable en el 84 % (108 millones). Sin embargo, el número de pequeños que no recibieron una sola dosis de la vacuna aumentó de 13,9 millones en 2022 a 14,5 millones en 2023.

Más de la mitad de los menores sin vacunar viven en los 31 países con contextos frágiles, afectados por conflictos y vulnerables, donde los pequeños son especialmente vulnerables a enfermedades prevenibles debido a las perturbaciones y la falta de acceso a la seguridad, la nutrición y los servicios de salud.

Otros 6,5 millones de infantes no completaron su tercera dosis de la vacuna DTP, necesaria para lograr la protección frente a la enfermedad durante la lactancia y en los primeros años de vida.

Los datos muestran además un estancamiento de las tasas de vacunación contra el sarampión, una enfermedad mortal, lo que dejó a casi 35 millones de niños sin protección o solo con protección parcial.

En 2023, solo el 83 % de los pequeños de todo el mundo recibieron su primera dosis de la vacuna contra el sarampión por medio de los servicios sanitarios sistemáticos, mientras el número de infantes que recibieron la segunda dosis aumentó solo modestamente con respecto al año pasado, que alcanzó el 74 %.

Estas cifras no llegan al 95 % de cobertura necesario para prevenir brotes, evitar muertes innecesarias por la enfermedad y alcanzar los objetivos de eliminación del sarampión, que en los últimos cinco años sus brotes afectan a 103 países, donde viven aproximadamente tres cuartas partes de los lactantes del mundo.

15 julio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Archivo.El Instituto de Investigación Sanitaria La Fe (IIS La Fe) de Valencia ha identificado una bacteria desconocida hasta el momento, que se aisló en 2014 en las muestras de un paciente inmunodeprimido y se ha identificado como una nueva especie dentro del género Starkeya.

Denominada Starkeya nomas sp. nov., se trata de un patógeno oportunista que no se había descrito en humanos y que abre una nueva puerta a la investigación en el campo de la microbiología, subrayan desde la institución académica en un comunicado.

Este tipo de bacterias son microorganismos que normalmente no causan enfermedad en un huésped sano con un sistema inmunológico funcional, pero pueden causar infecciones y enfermedades cuando el sistema inmunológico del huésped está comprometido o debilitado.

La investigación, publicada en la revista International Journal of Systematic and Evolutionary Microbiology, ha sido liderada por el doctor José Miguel Sahuquillo, quien ha explicado que inicialmente identificaron este patógeno aislado con el género Starkeya, pero con las características observables y el análisis genético, «concluimos que estábamos ante una nueva especie».

La nueva bacteria es de tipo ambiental, tiene bacilos pequeños aerobios, no formadores de esporas y no móviles, que se tiñen de Gram negativo y forman colonias mucosas y blanquecinas translúcidas cuando se incuban a 20-36 °C, según las fuentes.

Investigación sobre patógenos desconocidos

El equipo investigador observó que la nueva bacteria tenía un rango de temperatura de crecimiento estrecho, es decir, que crecía en un intervalo de temperaturas limitado, como si se hubiera adaptado a vivir en el cuerpo humano.

Sospecharon que el puerto de entrada pudo ser un catéter Hickman, un tipo de sonda utilizada para proporcionar acceso venoso central a largo plazo, ya que la cepa se aisló de cultivos de sangre extraídos del catéter.

«Nuestros datos apuntan a una bacteria de vida libre que, de manera oportunista, infectó a un ser humano, y nos alerta sobre la aparición de nuevos patógenos que aún no conocemos», ha explicado el doctor Sahuquillo.

Las bacterias de este género no se han descrito previamente como patógenos humanos, por lo tanto, se desconoce su significado clínico, virulencia o susceptibilidad antimicrobiana. Por ello, el equipo defiende que la investigación debe continuar para averiguar su grado de virulencia y conocer su relevancia clínica.

Este nuevo hallazgo plantea y cuestiona el posible descubrimiento de nuevos patógenos oportunistas desconocidos y resalta la importancia de seguir explorando la microbiología.

Además, muestra la importancia de estas colaboraciones interdisciplinares y el constante interés por explorar en el campo de la microbiología.

El trabajo es fruto de una investigación de varios años en la que junto, al Servicio de Microbiología del Hospital La Fe y la Plataforma de Biología Celular del IIS La Fe, han colaborado investigadores del este centro y el servicio de Genómica de Fisabio.

11 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

julio 12, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Inmunología, Medicina Interna, Microbiología | Etiquetas: , , |

Imagen: Archivo.Un equipo de científicos españoles ha identificado un conjunto de microproteínas que solo se producen en los tumores de hígado y que son claramente identificables para el sistema inmunitario, lo que los convierte en una diana perfecta para desarrollar vacunas contra el cáncer.

Los detalles del estudio, liderado por el Instituto de Investigación Hospital del Mar, con la Universidad Cima de Navarra (CIMA) y la Universidad Pompeu Fabra, se han publicado en la revista Science Advances.

En una primera fase del estudio, basada en técnicas bioinformáticas de última generación, el equipo identificó este conjunto de microproteínas a partir de las muestras de 117 pacientes con cáncer de hígado.

«Teníamos tejido del tumor pero también del tejido adyacente sano y por eso hemos identificado con mucha precisión estas microproteínas que solo están en el tumor y no aparecen ni en el tejido sano del mismo paciente ni en el hígado o en otros tejidos», explica a EFE Mar Albà, investigadora ICREA en el Instituto de Investigación Hospital del Mar y autora del estudio.

Estas microproteínas representan una diana perfecta para el desarrollo de vacunas contra el cáncer porque al expresarse solo en tumores y no en los tejidos sanos, permiten diseñar vacunas que activen las defensas del sistema inmunitario para atacar específicamente a las células que contienen estas proteínas y que solo están en el tumor.

Para confirmar estos hallazgos en el laboratorio, el equipo estudió la respuesta inmune a la vacuna en ratones y confirmó que el sistema inmunitario de estos animales podía ver a estas microproteínas, lo que hace pensar que «tienen potencial para desarrollar vacunas», subraya Albà.

Vacunas contra el cáncer

El desarrollo de vacunas contra el cáncer se basa en la capacidad del sistema inmunitario para reconocer moléculas extrañas que no forman parte del organismo pero algunos cánceres, como el de hígado, son muy difíciles de detectar.

Por eso, para este tipo de cáncer, el hallazgo de estas microproteínas supone una alternativa muy alentadora.

«Este estudio demuestra que hay un número importante de microproteínas que se expresan exclusivamente en las células tumorales y que podrían servir para desarrollar nuevos tratamientos», sostiene Marta Espinosa Camarena, del Instituto de Investigación Hospital del Mar y coautora del estudio.

«Hemos visto que algunas de estas microproteínas pueden estimular el sistema inmune, generando potencialmente una respuesta contra las células cancerosas. Esta respuesta se puede potenciar con vacunas, similares a las del coronavirus, pero produciendo estas microproteínas. Estas vacunas podrían detener o reducir el crecimiento tumoral», dice Puri Fortes, científica del CIMA y del CIBERehd.

Además, a diferencia de otros tipos de vacunas basadas en mutaciones específicas de cada paciente, este tratamiento podría utilizarse en múltiples personas, ya que la misma microproteína se expresa en varios pacientes.

Y aunque la investigación para la aplicación de las vacunas todavía no ha comenzado, los investigadores creen que su administración podría ser relativamente sencilla. «Ese es nuestro objetivo», defienden los autores.

Antes, el equipo probará combinaciones de estas microproteínas en ratones para ver cómo responde el sistema inmunitario de los ratones y ver cómo funciona como vacuna y, si todo va bien, el siguiente paso sería probarlo en células humanas para ver si los linfocitos se activan.

Un estudio de gran calidad

En opinión de Ramón Salazar, jefe del Servicio de Oncología Médica del Instituto Catalán de Oncología en l’Hospitalet (ICO), este estudio «de gran calidad», combina «todas las tecnologías de última generación para validar un nuevo concepto que puede ser clínicamente muy relevante».

«Lo más relevante es la validación de que existen zonas del genoma de estas células cancerosas que se creían silentes pero que en realidad codifican para microproteínas, así como el descubrimiento de que estas proteínas son específicas del tumor y que pueden estimular una respuesta inmunitaria», explica en declaraciones al Science Media Centre España (SMC España).

«Por tanto, pueden ser aprovechadas para la fabricación de vacunas genéricas de manera masiva, sin necesidad de individualizar para cada paciente, lo que podría significar un gran avance», puntualiza.

En cuanto a las posibles limitaciones del estudio, apunta que todavía no hay experiencia clínica y que, aunque el concepto es «muy atractivo», uno de los problemas del carcinoma hepatocelular y de otros tumores es que «les falla el sistema de presentación de las proteínas al sistema inmunitario, que es necesario para que las vacunas sean eficaces»

10 julio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

julio 12, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Bioquímica, cáncer, Farmacología, Inmunología | Etiquetas: , , |

Imagen: Prensa Latina.Un equipo científico ha descubierto nuevas respuestas inmunitarias que ayudan a explicar cómo algunas personas, pese a estar en contacto con el coronavirus, evitan contraer y desarrollar la covid-19.

Utilizando secuenciación unicelular, investigadores del Instituto Wellcome Trust Sanger, el University College (UCL) y el Imperial College de Londres estudiaron las respuestas inmunes contra la infección por SARS-CoV-2 en voluntarios adultos sanos.

No todos los participantes expuestos desarrollaron una infección por covid-19, lo que permitió al equipo descubrir respuestas inmunitarias únicas asociadas con la resistencia a infecciones y enfermedades virales sostenidas.

Los hallazgos, publicados este miércoles en Nature, proporcionan el ‘cronograma más completo’ hasta la fecha sobre cómo responde el cuerpo a la exposición al SARS-CoV-2 o a cualquier enfermedad infecciosa, según los autores.

El trabajo es parte de la iniciativa internacional ‘Human Cell Atlas‘, que está cartografiando todos los tipos celulares del cuerpo humano para transformar la comprensión de la salud y la enfermedad.

Los investigadores se propusieron capturar las respuestas inmunes directamente desde la exposición, informa un comunicado Wellcome Trust Sanger Institute.

Para ello, a 36 voluntarios adultos sanos sin antecedentes de covid se les administró el virus SARS-CoV-2 por la nariz. Los investigadores realizaron un seguimiento detallado de la sangre y el revestimiento de la nariz, rastreando toda la infección, así como de la actividad de las células inmunitarias antes de la infección en 16 voluntarios.

Los equipos utilizaron luego la secuenciación unicelular para generar un conjunto de datos de más de 600 000 células individuales.

En todos los participantes, el equipo descubrió respuestas no informadas previamente involucradas en la detección inmediata del virus. Esto incluyó la activación de células inmunitarias especializadas de la mucosa en la sangre y una reducción de los glóbulos blancos inflamatorios que normalmente engullen y destruyen los patógenos.

Los individuos que eliminaron inmediatamente el virus no mostraron una respuesta inmune generalizada típica, sino que desarrollaron respuestas inmunes innatas sutiles, nunca antes vistas.

Los investigadores sugieren que los altos niveles de actividad de un gen llamado HLA-DQA2 antes de la exposición también ayudaron a las personas a prevenir una infección prolongada.

Por el contrario, los seis individuos que desarrollaron una infección sostenida por SARS-CoV-2 exhibieron una respuesta inmune rápida en la sangre pero una respuesta inmune más lenta en la nariz, lo que permitió que el virus se estableciera allí.

Los investigadores identificaron además patrones comunes entre los receptores de células T activadas, que reconocen y se unen a las células infectadas por virus.

Esto ofrece información sobre la comunicación de las células inmunitarias y el potencial para desarrollar terapias dirigidas con células T no solo contra la covid, sino también contra otras enfermedades.

Rik Lindeboom, en la actualidad en el Instituto del Cáncer de los Países Bajos, señala que esta fue ‘una oportunidad increíblemente única’ para ver cómo son las respuestas inmunes cuando se encuentran con un nuevo patógeno, en un entorno donde se podrían controlar factores como el tiempo de infección y las comorbilidades.

Para Marko Nikolić, de la UCL, ahora existe una comprensión mucho mayor de toda la gama de respuestas inmunes, lo que podría proporcionar una base para desarrollar posibles tratamientos y vacunas que imiten estas respuestas protectoras naturales.

Sarah Teichmann, autora principal del estudio y cofundadora del Human Cell Atlas, agrega que a medida que se construya este mapa se podrá identificar mejor cuáles de las células son fundamentales para combatir las infecciones y comprender por qué diferentes personas responden al coronavirus de distintas maneras.

19 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

junio 22, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: COVID-19, Inmunología, Medicina Tropical | Etiquetas: , , |

Imagen: Abraham Pineda / EFELos viajes al espacio, incluso de corta duración, son un desafío para la salud, con cambios a muchos niveles, aunque gran parte se normalizan al regreso, según una veintena de nuevos estudios que incluyen datos de la primera tripulación compuesta solo por astronautas no profesionales.

Un centenar de instituciones científicas participaron en los estudios que publican varias revistas del grupo Nature, cuyos resultados representan el mayor compendio de datos sobre medicina aeroespacial y biología espacial.

Viajar al espacio induce cambios moleculares, celulares y fisiológicos y plantea innumerables retos biomédicos al cuerpo humano, que serán cada vez más relevantes a medida que más personas se aventuran.

Los investigadores han usado datos de estancias de hasta un año en la Estación Espacial Internacional (EEI), pero la novedad es el análisis de los recopilados en Inspiration 4, la primera misión privada con una tripulación únicamente de astronautas civiles.

En 2021, dos mujeres y dos hombres pasaron tres días a 590 kilómetros de la Tierra (unos 200 por encima de la EEI), donde realizaron diversos experimentos y tomaron muestras de sangre, saliva, heces o biopsias de piel.

Esa misión de corta duración en órbita terrestre baja provocó cambios a múltiples niveles, algunos de los cuales reflejaban los de vuelos de mayor duración, aunque «no supuso un riesgo significativo para la salud de la tripulación», según una de las investigaciones.

Vuelta a la normalidad

La mayoría de los cambios en los telómeros (extremos de los cromosomas), la química de la sangre, las proteínas o en la expresión génica vuelven «a la normalidad en unos meses» tras el regreso, destacó en una rueda de prensa virtual Chirstopher Mason, de la Escuela de Medicina de Nueva York, firmante de varios artículos.

Manson dijo que esta vuelta a los niveles de base se dieron en una tripulación «que no son especialmente atletas olímpicos ni que se entrenan diez años para ir al espacio».

Aunque un 95 % de los marcadores vuelven a su valor de referencia en los meses posteriores al final de la misión, algunas proteínas, genes y citoquinas parecen activarse solo durante la recuperación y persisten al menos tres meses.

Esto sugiere que la readaptación a la Tierra activa una serie de mecanismos reparadores que ayudan a recuperar, al menos en parte, el estrés fisiológico impuesto por la exposición al entorno espacial.

El lanzamiento y la reentrada a la Tierra

Los cambios fisiológicos que más impactan de manera inicial al cuerpo se dan en el lanzamiento y la reentrada a la Tierra, debido a la variación de la gravedad, dijo a EFE el mexicano Emmanuel Urquieta, director médico del estadounidense Instituto de Investigación Traslacional para la Salud Espacial (TRISH).

El artículo en que colaboró Urquieta se centró en las primeras fases de adaptación al vuelo a nivel anatómico, celular, fisiológico y cognitivo, parámetro este último en el que «no hubo cambios significativos».

Los primeros son los cambios neurovestibulares, que tienen que ver con la orientación, provocando mareos y vómitos que afectan al 80 % de las personas, después -agregó- se producen los relacionados con la sangre y fluidos que se redistribuyen hacia el tórax, el cuello y la cabeza.

Urquieta señaló que la muestra del estudio es pequeña, cuatro personas, y que hacen falta más datos sobre los mismos parámetros en futuros vuelos.

El sistema inmunitario y la vejez

Otros estudios se centraron en los efectos de la falta de gravedad en el sistema inmunitario, combinando datos de simulaciones, de astronautas y ratones en la EEI. Los resultados apuntan a la reactivación de virus latentes o infecciones, incluso en vuelos de corta duración.

Las distintas células del sistema inmunitario en la sangre periférica se ven moldeadas por la microgravedad, en especial linfocitos y monocitos, que son los principales protagonistas de la inmunidad.

Este trabajo, firmado entre otros por el Instituto Buck de Investigación sobre el Envejecimiento (EE.UU.), investigó posibles compuestos para revertir los efectos de la microgravedad y apuntó a la quercitina como prometedora para mitigar esos daños.

Los cambios observados en el sistema inmunitario durante los viajes espaciales se semejan a los del envejecimiento en la Tierra, por lo que estos conocimientos pueden servir para diseñar intervenciones ante la disfunción inmune que acompaña a la vejez.

Los telómeros (relacionados con el envejecimiento celular) son objeto de otras investigaciones, pues aunque ya se había descrito que se alargan en el espacio, no se sabía cuándo se producía.

La investigadora de la Universidad Estatal de Colorado (EE.UU.) Susan Bailey indicó en la rueda de prensa que, con datos de Inspiration 4, comprobaron que los telómeros de todo ellos habían crecido en un viaje de solo tres días.

Bailey precisó que al regreso estos «se acortan drásticamente» y el resultado total es que «siguen siendo más cortos que cuando el astronauta comenzó el viaje».

Atención a los riñones

Entre los estudios, uno encabezado por el University College de Londres, advierte de que la estructura y función de los riñones se ve alterada por la radiación, tanto solar como galáctica (la del espacio profundo), hasta un punto que podría poner en riesgo una misión a Marte.

La investigación simuló con ratones la exposición a radiación galáctica similar a la que se sufriría en un viaje a Marte y el resultado fue daños permanentes y pérdida de función de los riñones.

Los marcos actuales de la medicina aeroespacial están por detrás de los avances de la de precisión en la Tierra, lo que subraya la necesidad de desarrollar rápidamente bases de datos, herramientas y protocolos de medicina espacial de cara a las próximas misiones lunares, marcianas y de exploración.

Los datos de estas investigaciones forman parte de un Atlas Médico y Ómico Espacial (SOMA), un repositorio integrado con datos de una amplia gama de misiones espaciales, así como de la base de datos EXPAND del TRISH.

12 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

junio 13, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Biología, Bioquímica, Fisiología, Inmunología, Medicina Interna | Etiquetas: , |

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