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Los resultados de una investigación realizada en la Universidad de Cruzeiro do Sul (en São Paulo, Brasil) pueden hacer su aporte al diagnóstico precoz de la neuropatía diabética, un trastorno que se caracteriza por la aparición de lesiones en los nervios periféricos que pueden causar síntomas tales como dolor, hormigueo o pérdida de la sensibilidad, fundamentalmente en los pies y las piernas.
En el estudio referido, el grupo coordinado por el profesor Paulo Barbosa de Freitas Júnior evaluó la fuerza de prensión que efectuaron pacientes diabéticos para sujetar y manipular objetos. Los resultados se compararon con los de personas sanas y con los de portadores de otras enfermedades neurológicas, tales como la esclerosis múltiple, el párkinson y el síndrome del túnel carpiano (el entumecimiento y el hormigueo en la mano y en el brazo causados por la compresión de un nervio en el puño).
Al trabajar en los cálculos en pruebas con voluntarios para saber cuál sería la fuerza ejercida por diabéticos sin diagnóstico de neuropatía, con diagnóstico de neuropatía y personas sanas, Barbosa de Freitas Júnior y su equipo sentaron las bases metodológicas que podrán aplicarse en el desarrollo de un aparato de uso en los consultorios médicos. Esta innovación, en el futuro, ayudará en la obtención de diagnósticos realizados en forma sencilla, rápida y precoz de los síntomas iniciales que indican un cuadro de neuropatía en pacientes diabéticos.
Los análisis se enfocan en la fuerza de prensión que se aplica en el acto de sujetar y manipular objetos y en el margen de seguridad, la fuerza de presión normalizada de acuerdo con el coeficiente de rozamiento entre la piel en contacto con el objeto y la superficie del material manipulado. Le compete al sistema nervioso central efectuar el cálculo de la cantidad de fuerza necesaria para sujetar el objeto, cosa que este aprende a hacer con el correr de los años. “Cada objeto posee una determinada superficie de contacto, que ejerce una fricción con los dedos cuando sujetamos un objeto. Al ser más liso, debemos apretarlo más; cuando es más áspero, podemos apretarlo menos debido al rozamiento”, explica.
Al tener en cuenta la fuerza de prensión y el margen de seguridad, se detecta que las personas con alteraciones neurológicas, tales como la esclerosis múltiple o el párkinson, tienden a apretar más los objetos que los individuos que no padecen dichas alteraciones. Para manipular un objeto, la fuerza que se ejerce es un poco mayor que la fuerza mínima necesaria para mantenerlo en la posición deseada. “Cuando se trata de personas con alteraciones neurológicas, la hipótesis indica que aprietan más los objetos como una estrategia más conservadora. El sistema nervioso detecta la existencia de la alteración neurológica y envía una instrucción para que la mano sujete con mayor fuerza el objeto, en un proceso inconsciente”, comenta.
En las mediciones efectuadas con los voluntarios, se detectó que la cantidad de fuerza que emplean las personas sanas se ubica entre el 100 por cien y el 120 por cien de la fuerza mínima necesaria para sujetar el objeto. Entre las personas con alteraciones neurológicas, ese valor aumenta entre dos veces y media y tres veces.
Barbosa de Freitas Júnior reunió a su equipo para investigar entonces qué sucede en los casos de los diabéticos, que suelen enfrentar problemas neuropáticos en el transcurso de la evolución de la enfermedad. “No había estudios sobre diabéticos que aplicaran el tipo de experimentos que aplicamos en esta investigación”, recuerda.
La hipótesis indicaba que los individuos con diabetes apretarían más los objetos, al igual que quienes padecen el síndrome del túnel carpiano, la esclerosis múltiple o el párkinson. “Descubrimos que es lo contrario: los diabéticos aplican la mitad de la fuerza para sujetar un objeto cuando se los compara con el grupo de control, al hacer la tarea más sencilla, la de la prueba estática, en la cual los voluntarios únicamente tuvieron que sujetar el objeto sin moverlo”, comenta.
Un artículo publicado en el periódico científico Human Movement Science, reúne los principales resultados de esta investigación, que contó con financiación de la Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo – FAPESP mediante una Ayuda Regular y una Beca de Iniciación a la Investigación Científica.
Para calcular la fuerza
Se realizaron tres tipos de test con 36 voluntarios, de los cuales 24 eran diabéticos, divididos en dos grupos: uno, con 12 voluntarios que habían desarrollado neuropatía y 12 que no tenían neuropatía diagnosticada ni manifestaban síntomas clínicos de la enfermedad. Otros 12 voluntarios sanos conformaron el grupo de control. Antes de las pruebas, se midió la sensibilidad cutánea de cada participante, ya que es a través del tacto que se le envía al sistema nervioso central la información necesaria para que el cerebro efectúe el cálculo de la fuerza necesaria para sujetar y manipular los objetos.
A cada uno de los voluntarios se le solicitó que ejecutara tres tareas utilizando el mismo tipo de objeto instrumentado para efectuar las mediciones de fuerza. En la prueba de retención estática, se instruyó a los voluntarios a sujetar el objeto con la mano dominante como si agarrasen un vaso de agua y, tras escuchar un pitido, diez segundos después del comienzo del intento, deberían abrir los dedos lentamente para soltar el objeto, a los efectos de medir el coeficiente de rozamiento existente entre los dedos y el objeto. En la segunda tarea, debían sujetar el objeto ubicado sobre una mesa, levantarlo alrededor de cinco centímetros, sujetarlo durante diez segundos y ponerlo nuevamente sobre la mesa. La tercera actividad era de oscilación: el voluntario toma el objeto, se lo pone delante del ombligo y lo mueve continuamente subiéndolo y bajándolo aproximadamente 20 centímetros y durante 15 segundos.
En la segunda y en la tercera actividad, los diabéticos y los diabéticos con neuropatía mostraron resultados similares a los de los individuos del grupo de control. En tanto, en la prueba estática, la tarea más sencilla, surgió la sorpresa: los diabéticos y los diabéticos con neuropatías aprietan el objeto aplicando la mitad de la fuerza que aplican los voluntarios del grupo de control.
La explicación para ello no reside propiamente en la pérdida de sensibilidad de la punta de los dedos que acomete a los diabéticos. Para los investigadores del estudio, la cuestión se sitúa en la cantidad y en la calidad de la información táctil enviada desde la punta de los dedos hacia el sistema nervioso central, que no sería la ideal como para que el cerebro efectúe el cálculo y la mano emplee la fuerza correcta para sujetar el objeto fijamente. “Asimismo, existen estudios que muestran que determinadas áreas de la médula espinal y de la parte de la corteza cerebral que reciben y procesan esa información sensorial poseen un volumen menor en los diabéticos que en las personas sanas”, añade.
Los resultados de esta investigación indican que la diabetes no afecta apenas a la parte periférica del cuerpo, provocando la pérdida de sensibilidad en los pies y en los dedos de las manos, por ejemplo, sino que afecta también al sistema nervioso central. “, advierte.
Un nuevo aparato para el diagnóstico rápido y precoz
La ciencia aún no cuenta con una respuesta definitiva acerca de la causa de la neuropatía en los diabéticos. Una de las hipótesis está relaciona con alteraciones de los vasos sanguíneos y en el metabolismo que provocan la pérdida de la función y la muerte de neuronas. “Con las alteraciones metabólicas, no llega sangre a las terminaciones nerviosas –situadas en la planta de los pies y en los dedos de las manos– y, de este modo, las neuronas se van muriendo”, dice. Con la progresión de la enfermedad, con otras neuronas, tales como las situadas más cerca del tronco, de las rodillas y así sucesivamente, ocurre el mismo proceso de muerte celular.
Ante la falta de respuestas, la prevención sigue siendo el mejor camino, y esta investigación contribuye en tal sentido, según Barbosa de Freitas Júnior. “Nuestros estudios nos aportan la base como para poder desarrollar en el futuro un aparato sencillo que brinde un resultado rápido y que pueda utilizarse en los consultorios médicos”, destaca. Esta investigación ha generado un biomarcador conductual –en este caso, la fuerza de prensión que se aplica en el acto de sujetar un objeto–, con miras a detectar rápidamente alteraciones neurológicas, antes de que aparezcan los síntomas más fuertes de neuropatía. “La idea es contar con un artefacto que les permita a los médicos efectuar la medición del valor de la fuerza mediante una prueba no muy compleja y detectar así si los pacientes exhiben las primeras señales de alteración neurológica”, prosigue.
En la actualidad, el diagnóstico definitivo de la neuropatía se obtiene aplicando un estudio invasivo y doloroso: la electroneuromiografía. Mediante este procedimiento, se inserta una aguja en el brazo del paciente, se le aplica una descarga eléctrica como estímulo y se mide el tiempo de reacción, la llamada velocidad de conducción nerviosa. La propuesta de Barbosa de Freitas Júnior consiste en ofrecer un procedimiento que pueda utilizarse en las consultas de rutina en los consultorios médicos.
El paciente sujetaría un objeto con instrumentos para medir la fuerza que se ejerce en el acto de sujetar un objeto. “Al cabo de 10 ó 15 segundos de prueba, el médico ya contaría con el resultado: el paciente está sujetando con un determinado nivel de fuerza, y el valor que se mide se ubica por debajo del nivel considerado seguro para el acto de sostener ese objeto. Esto puede constituir una señal de la existencia de alguna alteración neurológica derivada de la diabetes”, ejemplifica.
Durante los próximos pasos, Barbosa de Freitas Júnior pretende desarrollar el objeto con sus instrumentos que se empleará en las pruebas, que será más simple que el que se utilizó en las investigaciones. Para ello, debe determinar la mejor combinación entre el peso y el revestimiento del objeto (más áspero o más liso) que muestre la mayor diferencia entre los diabéticos y los no diabéticos. “Debemos contar con diversas combinaciones entre objetos con superficies lisas o ásperas y objetos más livianos y más pesados, evaluar las diferencias existentes entre esas combinaciones y elegir la mejor para su uso en las futuras pruebas”, comenta.
El investigador se encuentra abocado a la búsqueda de asociaciones con hospitales y empresas interesadas en el desarrollo del aparato y de voluntarios para que participen en los próximos estudios.