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Los resultados de una investigación realizada en el Instituto de Medicina Tropical de la Universidad de São Paulo (IMT-USP), en Brasil, sugieren que puede resultar arriesgado disminuir de 14 a diez días el tiempo de cuarentena recomendable en casos leves y moderados de la COVID-19, tal como lo hizo en octubre de 2020 el Centro de Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos.
En este estudio apoyado por la FAPESP- Fundación de Apoyo a la Investigación Científica del Estado de São Paulo, los investigadores del IMT-USP trabajaron con 29 muestras de secreciones nasofaríngeas de pacientes con diagnósticos confirmados mediante test de RT-PCR (reacción en cadena de la polimerasa con transcriptasa inversa).
El material se extrajo en una Unidad Básica de Salud (UBS), los centros de atención primaria del Sistema Único de Salud en Brasil, de la ciudad de Araraquara, en el estado de São Paulo, al décimo día del comienzo de los síntomas y, en laboratorio, se lo inoculó en cultivos de células.
En el 25 % de los casos, el virus presente en las muestras mostró capacidad de infección de las células y de replicación in vitro. Por ende, en teoría, las personas que tuviesen contacto con las pequeñas gotas de saliva expelidas por el 25 % de esos pacientes durante el período de tiempo en que se extrajo el material aún podrían contaminarse. Los datos completos de la investigación se dieron a conocer en la plataforma medRxiv, en un artículo aún sin revisión por pares.
“Se recomienda que los infectados con síntomas leves permanezcan totalmente aislados en sus casas, sin contacto con nadie, durante todo el período de cuarentena. Pero existe una gran presión para reducir el tiempo de aislamiento, tanto por factores económicos como psicológicos. Sin embargo, si el objetivo de la cuarentena es mitigar el riesgo de transmisión del virus, un 25 % (de pacientes con virus viables) es una proporción muy alta”, sostiene Camila Romano, coordinadora de la investigación.
Tal como lo explica la investigadora, la cuarentena de 14 días se estipuló al comienzo de la pandemia con base en el tiempo promedio que se requiere (tras iniciarse los síntomas) para que el SARS-CoV-2 deje de ser detectado en el test de RT-PCR. En general, esos primeros estudios se realizaron con individuos con la enfermedad moderada o grave que tuvieron que internarse.
“Se partió del principio de que cuando la carga viral es tan baja que resulta indetectable en este tipo de análisis (considerado el patrón oro para el diagnóstico de la COVID-19) el riesgo de transmisión se vuelve muy bajo. En aquel momento ni siquiera había test suficientes como para diagnosticar todos los casos sospechosos, y menos aún para liberar de la cuarentena a los pacientes con síntomas leves. Por eso se estipuló como estándar el lapso de 14 días para enfermos infectados no hospitalizados”, explica Romano.
Estudios posteriores demostraron que era posible detectar el ARN viral en las vías respiratorias mediante el test de RT-PCR durante un período incluso superior a los 14 días. Con todo, de acuerdo con esos mismos trabajos, luego del octavo o el noveno día de síntomas difícilmente se lograba aislar virus aún viables, es decir, con la capacidad de replicarse en células, en pacientes con cuadros leves o moderados.
De este modo, a mediados de 2020, el CDC pasó a revisar las recomendaciones referentes al período de cuarentena. Para personas expuestas al SARS-CoV-2 sin diagnóstico confirmado mediante el test molecular, se estipuló que un aislamiento de diez días sería suficiente para reducir el riesgo de transmisión al 1 %. Para casos confirmados con síntomas leves o moderados, el aislamiento podría interrumpirse diez días después del comienzo de los síntomas, considerando una baja de la fiebre durante al menos 24 horas. No obstante, dicho período debería extenderse en casos de COVID-19 grave, en pacientes con algún tipo de compromiso inmunológico o en caso de que el infectado aún estuviese manifestando síntomas.
“La regla aún es la cuarentena de 14 días en Brasil, aunque en algunos municipios se esté pensando en disminuirla a diez días. En países como Suiza, los infectados con síntomas leves son liberados del aislamiento al cabo de tan solo siete días”, comenta Romano. “A medida que se van haciendo más estudios en poblaciones distintas y con metodologías más sensibles, nos vamos percatando de que aún es prematuro decidir definitivamente sobre el tiempo ideal de cuarentena. Estamos viendo países siendo afectados por nuevas olas de la enfermedad y se sigue cada vez menos el aislamiento de 14 días. Es importante tener en cuenta los datos más recientes al repensar las políticas de aislamiento”, sostiene la investigadora.
La metodología
El estudio descrito en el artículo forma parte de un proyecto aún en marcha cuyo objetivo consiste en evaluar la transmisión domiciliaria del SARS-CoV-2 en Araraquara. La ciudad decretó, el confinamiento total, el día 15 de febrero, tras detectarse en pacientes locales la nueva variante brasileña del virus conocida como P1.
Merced a una colaboración con los gestores municipales, los investigadores del IMT-USP lograron contactarse con los pacientes con síntomas leves que tuvieron diagnóstico de COVID-19 confirmado mediante RT-PCR en un centro de atención primaria local y no fueron internados.
Se invitó a participar a 53 personas con edades entre 17 y 60 años que testearon positivo al décimo día de síntomas. Solamente 29 de las 53 muestras extraídas contenían material suficiente y bien conservado y pudieron utilizarse en los experimentos.
En un laboratorio con nivel 3 de bioseguridad (NB3) con sede en el IMT-USP, las muestras seleccionadas se incubaron con linajes de células Vero (originarias de riñones de monos), el modelo más utilizado en los estudios sobre coronavirus.
“El experimento consiste en ofrecerle al virus un ambiente adecuado para replicarse. Inoculamos las secreciones nasofaríngeas extraídas de los pacientes en los cultivos celulares y les realizamos un seguimiento durante cuatro o cinco días”, comenta Romano.
Este intervalo, según la investigadora, es suficiente como para observar si el contacto con el virus provoca un efecto citopático, es decir, si las células en cultivo empiezan a morirse. La variación de la carga viral en los linajes se cuantificó aplicando la misma técnica de RT-PCR utilizada en el diagnóstico. En el 25 % de los casos evaluados se observó un efecto citopático significativo, acompañado de un aumento en la carga viral.
“Por supuesto que un experimento realizado en laboratorio no reproduce a la perfección lo que sucede en la naturaleza. Pero nuestros resultados constituyen un indicio de que puede haber partículas virales viables en las secreciones de los pacientes al décimo día de síntomas”, afirma Romano.
Actualmente, el grupo lleva adelante nuevos ensayos con el objetivo de descubrir cómo varía la dinámica del riesgo de transmisión en un mismo paciente. Se están tomando muestras diariamente entre el noveno y el 14º día de síntomas. Este material será inoculado en cultivos celulares para ver en qué medida disminuye la proporción de muestras con virus viables con el correr de los días.
Según Romano, los resultados obtenidos hasta ahora refuerzan la importancia de mantener la cuarentena de 14 días. “El aislamiento general debe intensificarse en este momento. De lo contrario, el avance lento de la vacunación ejercerá una presión selectiva sobre el virus y favorecerá la emergencia de variantes resistentes. La disminución del aislamiento es sumamente peligrosa ahora”, advierte.