El grupo de Genética Molecular de la Universidad de Murcia ha descrito un nuevo mecanismo de control de la respuesta contra patógenos externos, generalmente virus, utilizando como modelo la bacteria Myxococcus xanthus y el sistema CRISPR-Cas, que se ha publicado en Nucleic Acid Research.
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La investigadora principal del grupo, Montserrat Elías Arnanz, ha explicado que se ha podido demostrar que las células no están siempre a la defensiva, sino que solo activan un sistema CRISPR-Cas cuando necesitan protegerse para que el patógeno no las destruya”. Elías Arnanz, bióloga y genetista que hizo estancias posdoctorales en los laboratorios de Paul Berg (Universidad de Standford) y Margarita Salas ( CBM Severo Ochoa), relata que se encontraron estos hallazgos cuando estudiaban la defensa frente al daño celular por exposición a la luz y que han necesitado cuatro años de análisis genético – moleculares para alcanzar las conclusiones.
“El sistema CRISPR-Cas, cuya función es defender a las bacterias del ataque por elementos genéticos extraños, actúa a modo de tijeras moleculares. Regulando su expresión se ahorra energía y se evita el peligro potencial que supone para la propia célula estar constantemente expresando estas tijeras moleculares”, explica la investigadora, agregando que este mecanismo se basa en un factor σ alternativo de la familia ECF (ExtraCytoplasmic Function), su regulación negativa por su factor anti-σ, y el complejo regulador global formado por las proteínas CarD y CarG. Los factores σ ECF se requieren para iniciar la expresión de grupos concretos de genes en respuesta a señales extracelulares específicas.
“Los hallazgos representan un aspecto nuevo en la biología multifacética de estos intrigantes sistemas inmunes procarióticos”, subraya Elías Arnanz, que anuncia que el grupo de investigación continuará los estudios para “entender a un nivel molecular mucho más detallado cómo se lleva a cabo la regulación y evaluar su impacto en la protección contra distintos virus que normalmente infectan a la bacteria”.
Según informa la Universidad de Murcia, el artículo es fruto de la colaboración de un amplio grupo de investigadores del Área de Genética de esta institución docente y del Instituto de Química Física Rocasolano.
septiembre 26/2018 (diariomedico.com)