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Un proyecto internacional desarrolla alimentos probióticos autóctonos para niños con desnutrición. Es una colaboración en la que participan centros de investigación de España, Argentina, Colombia, Guatemala, México, Nicaragua y Perú.
Lactobacillus spp. es uno de los probióticos más habituales y en el que se ha centrado el proyecto internacional
“Los alimentos probióticos son microorganismos vivos que cuando se administran en cantidades adecuadas confieren un beneficio a la salud del hospedador. En este proyecto nos centramos en uno de los probióticos más habituales, Lactobacillus spp., para evaluar su capacidad de producción de vitaminas y compuestos antimicrobianos, con el objetivo de seleccionar las cepas capaces de competir frente a los patógenos causantes de infecciones que se agravan en estados de malnutrición crónica”, Patricia Ruas-Madiedo, del Instituto de Productos Lácteos de Asturias y coordinadora del proyecto.Materias primas autóctonas
Las materias primas y los productos fermentados seleccionados responden a criterios de uso tradicional y consumo local: agave y huanzotle en México, pulpa fermentada de jícaro en Nicaragua, masato de yuca y chicha de siete semillas en Perú, y masato de maíz, masa de maíz añejo y almidón de yuca en Colombia.Entre los objetivos se encuentra también la creación de colecciones de bacterias lácticas propias en cada país, así como el estudio de 27 cepas ya conocidas, con el fin de seleccionar aquellas que muestren mejor comportamiento. Se analizarán los genomas de estas cepas de bacterias para detectar características probióticas y posibles resistencias transmisibles a antibióticos. “Tras el aislamiento, caracterización y selección de las que presentan mejores características probióticas, las bacterias se añaden al alimento de base vegetal sin fermentar, como por ejemplo una papilla pasterizada a base de maíz, soja y leche en polvo”, comenta la investigadora.Ámbito del Protocolo Nagoya
ProInfant trata de implementar las directrices el protocolo Nagoya sobre el acceso a los recursos genéticos y la participación justa y equitativa en los beneficios que se deriven de su utilización, que busca contribuir a la conservación de la diversidad biológica y la utilización sostenible de sus componentes. Este proyecto se financia mediante fondos del Programa Iberoamericano de Ciencia y Tecnología para el Desarrollo y mediante recursos aportados por los Organismos Nacionales de Ciencia y Tecnología de los países participantes.agosto 03/ 2018 (diariomédico)