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El ejercicio físico, en concreto la práctica cardiovascular de alta intensidad a intervalos, revierte el envejecimiento de las células musculares al actuar sobre la mitocondrial.
No por mucho repetido es menos cierto: el ejercicio físico te mantiene sano. Refuerza el sistema inmunológico, preserva la función cognitiva, favorece el sueño reparador, mantiene el tono muscular y prolonga la vida útil saludable.
La sospecha científica, planteada desde hace tiempo, es que los beneficios de la actividad física llegan al nivel celular, pero ¿qué tipo de ejercicio es el que contribuye en la reconstrucción de los orgánulos celulares que se deterioran con el envejecimiento?
Un estudio que se publica en Cell Metabolism aporta posibles respuestas. En concreto, revela que el entrenamiento con intervalos de alta intensidad en ejercicios aeróbicos, como montar en bicicleta y caminar, favorecía que las células produjeran más proteínas para las mitocondrias y los ribosomas; de esta forma, se detenía el envejecimiento a nivel celular.
«Con lo que sabemos ahora, no hay nada que pueda sustituir a estos programas de ejercicio a la hora de retrasar el envejecimiento. Ningún medicamento puede lograr eso», dice o el autor principal del estudio Sreekumaran Nair, médico e investigador en diabetes de la Clínica Mayo en Rochester, en Minnesota.
El estudio incluyó a 36 hombres y otras tantas mujeres de dos grupos de edad, por un lado voluntarios de 18 a 30 años, y por otro, voluntarios de 65 a 80 años de edad. Todos ellos siguieron tres programas de ejercicios diferentes: uno en el que realizaban ciclismo de alta intensidad a intervalos: otro donde los voluntarios hicieron entrenamiento de fuerza con pesas, y un tercero que combinó el entrenamiento de fuerza con el de intervalos.
Después, los investigadores tomaron biopsias de los músculos de los voluntarios y compararon la composición de sus células con muestras de voluntarios sedentarios. También evaluaron otros factores como la sensibilidad a la insulina.
Así hallaron que mientras que el entrenamiento de la fuerza era eficaz en la construcción de la masa del músculo, el entrenamiento con intervalos de la alta intensidad obtuvo los beneficios más grandes en el nivel celular. Los voluntarios más jóvenes en el grupo de entrenamiento de intervalos constataron un aumento del 49 por ciento en la capacidad mitocondrial, y los voluntarios mayores vieron un aumento aún mayor, del 69 por ciento. El entrenamiento con intervalos también mejoró la sensibilidad a la insulina de los voluntarios. Sin embargo, el entrenamiento a intervalos fue menos efectivo para mejorar la fuerza muscular, que típicamente disminuye con el envejecimiento. «Si la gente tiene que elegir un ejercicio, yo recomendaría entrenamiento de intervalos de alta intensidad, pero creo que sería más beneficioso si pudieran hacer tres o cuatro días de entrenamiento de intervalos y luego un par de días de entrenamiento de fuerza», dice Nair. Por supuesto, cualquier ejercicio resultó mejor que no hacer ninguno.
Nair enfatizó que el enfoque de este estudio no estaba en el desarrollo de recomendaciones, sino en entender cómo el ejercicio ayuda a nivel molecular. A medida que envejecemos, la capacidad de generación de energía de las mitocondrias de nuestras células disminuye lentamente. Al comparar los datos proteómicos y de secuenciación de ARN de personas en diferentes programas de ejercicios, los investigadores encontraron que el ejercicio anima a la célula a hacer más copias de ARN de genes que codifican proteínas mitocondriales y proteínas responsables del crecimiento muscular.
El ejercicio también parecía aumentar la capacidad de los ribosomas para fabricar proteínas mitocondriales. Con todo, el hallazgo más revelante fue el aumento del contenido de proteína muscular. En algunos casos, la práctica de ciclismo de alta intensidad realmente parecía revertir la disminución relacionada con la edad en la función mitocondrial y las proteínas necesarias para la construcción muscular. También rejuveneció los ribosomas de los voluntarios.
Los investigadores también encontraron un fuerte aumento en la síntesis de proteínas mitocondriales. El aumento del contenido proteico explica la función mitocondrial y la hipertrofia muscular mejoradas. La capacidad del ejercicio para transformar estos orgánulos clave podría explicar por qué el ejercicio beneficia nuestra salud de muchas maneras diferentes.
marzo 12/2017 (diariomedico.com)