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En un modelo murino de autismo, un grupo de investigadores de la Universidad de California, en Los Ángeles, han comprobado que la oxitocina puede mejorar significativamente las habilidades sociales, un beneficio que perdura con el tratamiento precoz.
La oxitocina ya había generado interés como potencial tratamiento de los trastornos del espectro autista, pero los ensayos clínicos desarrollados con la hormona no han obtenido resultados concluyentes.
Para comprender mejor cómo funciona la hormona en el cerebro, estos científicos, con Olga Peñagarikano como primera firmante del estudio en «Science Translational Medicine«, han diseñado un ratón que carece del gen, lo que se asocia a una forma genética del autismo.
Al administrar oxitocina a los ratones con el modelo genético del trastorno, los animales obtuvieron mejor puntuación en las pruebas de conducta, y prolongaron su tiempo de interacción con otros ratones. Un efecto similar se lograba cuando se activaba la liberación de oxitocina en el cerebro con alguna molécula. Las disecciones revelaron que los cerebros de los ratones enfermos presentaban menos neuronas productoras de oxitocina.
El tratamiento precoz con la oxitocina se tradujo en que la mejora de la conducta perduró más de una semana tras suspenderlo.
enero 28/2015 (Diario Médico)