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Un panel de expertos de la Agencia del Medicamento de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) ha recomendado, por primera vez en la historia, la aprobación de un fármaco para prevenir la infección por VIH en personas en riesgo de contraer sida. De aprobarse este fármaco, registrado como Truvada por Gilead Sciences, se trataría del primer medicamento para el control de la infección por VIH.
Por el momento, el fármaco de Gilead combina tenofovir -conocido como «Viread»- y emtricitabina, con el nombre comercial «Emtriva», y cuenta con aprobación de la FDA para el tratamiento de personas infectadas con el virus de inmunodeficiencia humana que causa el sida.
Con 13 votos a favor y 9 en contra, el comité el asesor emitirá la recomendación que será remitida a los responsables de la FDA, que deben decidir si se debe dar la aprobación final a esta nueva indicación de «Truvada».
El panel recomendó su aprobación para hombres que mantienen relaciones con otros hombres y para personas que mantienen relaciones con personas infectadas con VIH y otras personas en riesgo de transmisión sexual. Los miembros que votaron en contra destacaron que, antes de darse el visto bueno, debería haber más datos sobre la eficacia del fármaco para justificar su uso en la población en general.
El doctor del Instituto Nacional del Cáncer, Wood Lauren, que se mostró contrario a su aprobación, ha señalado que los estudios clínicos no miden los peligros del fármaco, especialmente entre los afroamericanos, donde podrían registrar un mayor número de problemas renales.
Cerca de 1,2 millones de estadounidenses están infectados con el VIH, de ahí que esta nueva indicación de «Truvada» haya aumentado las esperanzas de que en Estados Unidos se pueda frenar el crecimiento de la epidemia de VIH, que ha generado 50 000 casos de nuevas infecciones al año de las últimas dos décadas.
Los estudios mostraron que «Truvada» tiene un 90 % eficacia entre la población de riesgo siempre que se tome diariamente, mientras que demostró un 44 % de efectividad entre los sujetos estudiados que la tomaron de manera intermitente.
«Si se toma, funciona», ha afirmado doctor John Mellors, el jefe de la división de las infecciones por enfermedades de la Universidad de Pittsburgh, quien habló en el marco de la presentación de Gilead. «Las intervenciones existentes no han reducido el número de nuevas infecciones cada año y las nuevas medidas son necesarias», añadió.
No obstante, el comité mostró su preocupación por las posibles implicaciones educativas que pueden conllevar su aprobación. Por ello, aconsejaron que la población de riesgo usuaria de este fármaco sea sometida obligatoriamente a la prueba del VIH regularmente.
«El potencial de daño aquí es grande. Si no fuéramos a prestar atención a esto, tendríamos la posibilidad de que el comité asesor haga más daño que bien», ha señalado la presidenta del comité, la doctora Judith Feinberg, de la Universidad de Cincinnati College de Medicina.
Durante la evacuación se escucharon a más de 30 personas, activistas de la comunidad estadounidense de VIH, que manifestaron sus dudas sobre un fármaco que podría desalentar el uso del condón y ofrecer falsas esperanzas a las personas sanas. Asimismo, se mostraron preocupados porque finalmente se pueda usar «esporádicamente» entre la población sana, aumentando así el peligro de la creciente resistencia.
«Van a tomar el medicamento cuando creen que lo necesitan», dijo la doctora Catherine Chien, que como muchos de los 38 testigos públicos de la reunión sin fines de lucro trabaja con la AIDS Healthcare Foundation. «Esto dará lugar a mayores tasas de infección por el VIH y mayores tasas de resistencia a los fármacos del VIH», añadió.
mayo 11/2012 (Jano)