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Científicos de la Fundación IMABIS de Málaga, adscritos al Centro de Investigación Biomédica en Red-Fisiopatología de la Obesidad y la Nutrición (CIBERobn), han descrito las propiedades protectoras de las isoflavonas de la soja contra el aumento de peso, la activación de la grasa parda termogénica o la reducción de la esteatosis hepática asociada.
Si los resultados del estudio fueran extrapolables a los humanos, se abriría «una nueva vía terapéutica frente a la obesidad utilizando, en lugar de fármacos, este ingrediente activo de la soja», explican desde IMABIS.
El hallazgo refuerza la teoría de que los elementos naturales son beneficiosos para la salud. Las isoflavonas, que reúnen propiedades antioxidantes y anticancerígenas, actúan de forma semejante a los estrógenos.
El estudio, dirigido por el Dr. Fernando Rodríguez de Fonseca, del Hospital Universitario Carlos Haya de Málaga y jefe de grupo de CIBERobn, consistió en inducir a sobrepeso a un grupo de ratas mediante dietas ricas en hidratos de carbono y grasas. Como consecuencia, los animales comenzaron a padecer obesidad, diabetes mellitus e hígado graso.
Tras ello, los científicos les dispensaron la isoflavona daiceína durante dos semanas. Pasado este tiempo, se sacrificó a los animales y se comprobó que, «a mayor dosis de daiceína en dieta, menor había sido la ganancia de peso y menor presencia de grasa hepática. Además de evidenciar el rol beneficioso que juega en la obesidad y la diabetes, al mejorar el control de la glucosa y la resistencia a la insulina», señala Rodríguez de Fonseca.
Pero no solo se obtuvo esta conclusión, ya que también aparecieron niveles alto de leptina, conocida como la hormona de la delgadez por inhibir el apetito, y niveles bajos de adiponectina. A partir de estos resultados, los científicos recomendaron las isoflavonas en la dieta, «sobre todo cuando la esteatosis hepática está presente», explican.
diciembre 5/2011 (JANO.es)