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La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) ha alertado de la existencia de una «catastrófica crisis de desnutrición» en el noroeste de Nigeria y ha subrayado que una cuarta parte de los niños menores de cinco años sufre desnutrición en dos áreas del estado de Zamfara.
Así, ha indicado que un análisis llevado a cabo en junio por la ONG y el Ministerio de Sanidad nigeriano a 97 149 niños residentes en 21 localidades de Shinkafi y Zurmi revela que el 27 % de ellos sufría desnutrición aguda, mientras que un cinco por ciento sufría desnutrición aguda grave. Además, el 22 % están moderadamente desnutridos.
Las cifras superan ampliamente el umbral de «nivel crítico» fijado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) en relación a la prevalencia de la desnutrición, por lo que MSF ha reclamado un aumento de los esfuerzos internacionales para hacer frente a la crisis en la zona, no incluida en el Plan de Respuesta Humanitaria de Naciones Unidas para Nigeria.
«Los resultados del cribado de Shinkafi y Zurmi son alarmantes, y revelan una catastrófica crisis de desnutrición en todo el noroeste de Nigeria», ha afirmado el representante de MSF en Nigeria, Abdullahi Mohammad, que ha agregado que «la respuesta a este desastre abrumador es totalmente insuficiente».
«Con unas tasas de desnutrición que se disparan por encima de niveles críticos y sin tratamiento inmediato disponible para la desnutrición aguda moderada fuera de las instalaciones de MSF, estamos dejando que más niños caigan en condiciones potencialmente mortales», ha manifestado. «Es crucial que nos aseguremos de que todos los niños reciben la atención médica que necesitan desesperadamente», ha subrayado.
MSF ha resaltado que en la actualidad gestiona cuatro centros de hospitalización y 17 ambulatorios en Shinkafi, Zurmi, Gummi y Talata Mafara, todos ellos en Zamfara, donde han tratado a más de 7 000 niños entre enero y julio, un 34 % más que el mismo periodo del año pasado. En el caso de Shinkafi y Zurmi, el aumento es un 50 % superior al de 2023.
En esta línea, ha especificado que sus equipos atienden además a un elevado número de niños con enfermedades prevenibles mediante la vacunación, incluido el sarampión, con al menos 5 700 casos detectados en Zamfara en lo que va de año. A ello se suman enfermedades como la malaria y la diarrea acuosa aguda, que suponen una amenaza para los niños.
«Cuando traje a mi hijo al hospital por primera vez, no sabía si sobreviviría», relata Hafsat Lawal, una madre cuyo hijo recibe tratamiento contra la desnutrición en un centro de MSF en Zamfara. «En casa, debido a la inseguridad, no tenemos comida. Los precios de los alimentos han subido más del doble. Si tuviéramos dinero, habríamos comprado algunos cereales, pero no podemos», ha argumentado.
La ONG ha afirmado también que los niveles de violencia en Zamfara provocan además que la población tenga miedo a desplazarse debido a los riesgos para llegar a los centros de salud. Las autoridades sanitarias estiman que en 2023 sólo había acceso a 200 de los 700 centros sanitarios en el estado, lo que se suma a que las comunidades del noroeste llevan tiempo excluidas de la respuesta humanitaria, según MSF.
Por ello, ha hecho hincapié en la necesidad de que las autoridades, las ONG y los donantes amplíen su respuesta en la zona, incluida una ampliación de las instalaciones sanitarias para atender a los niños desnutridos y el suministro «constante y suficiente» de alimentos terapéuticos esenciales para evitar que más niños sean víctimas de esta crisis.
16 septiembre 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia