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Se trata de un trabajo preliminar que podría indicar «cierta inmunidad». Si las personas desarrollan inmunidad al SARS-CoV-2 después de haberse infectado es una pregunta que lleva haciéndose la comunidad científica desde que comenzó el brote en Wuham (China). Ahora, un estudio ha comprobado que tres macacos rheuses no desarrollaron la infección por coronavirus tras recuperarse de la enfermedad una primera vez y ser expuestos de nuevo al patógeno.
Estos datos sugerirían que los primates son capaces de desarrollar cierta inmunidad a corto plazo, según los autores de la investigación, que ha sido publicada como ‘preprint’ para bioRxiv y que aún no se ha sometido a revisión por pares.
La investigación comenzó a principios de febrero cuando empezaron a llegar informes de pacientes recuperados de Covid-19 que volvieron dar positivo.
El equipo administró una dosis de SARS-CoV-2 en las tráqueas de cuatro macacos rhesus adultos y detectaron altas concentraciones del virus en las narices y gargantas de los animales, que alcanzaron su punto máximo tres días después de la infección inicial.
La sangre de los monos contenía anticuerpos que se dirigían a la proteína espiga del SARS-CoV-2
Después de sacrificar a uno de los monos y realizar una necropsia una semana después de la exposición inicial, el equipo descubrió que el animal tenía rastros del virus en muchos tejidos del cuerpo y había desarrollado neumonía intersticial.
El equipo recolectó el plasma en sangre de los tres animales restantes para rastrear si estaban desarrollando anticuerpos contra el virus. Mediante un ensayo especializado, descubrieron que la sangre de los monos contenía anticuerpos que se dirigían a la proteína espiga del SARS-CoV-2.
Los niveles de anticuerpos fueron relativamente bajos durante la primera semana después de la infección, pero aumentaron a las tres y cuatro semanas. “Nuestro estudio encontró que los anticuerpos neutralizantes se producen en el proceso de recuperación después de la infección por SARS-CoV-2″, ha explicado Chuan Qin, un patólogo del el Instituto de Ciencias de Animales de Laboratorio de la Academia China de Ciencias Médicas en declaraciones a The Scientist .
Tras un mes de seguimiento no encontraron rastro del virus en los tejidos
Aproximadamente un mes después de la exposición inicial al SARS-CoV-2, los investigadores verificaron que los animales habían eliminado la infección. No pudieron detectar el virus al frotar la nariz, la garganta o el ano, y no había características sorprendentemente inusuales en los pulmones basadas en una radiografía de tórax.
Reexposición al virus
A raíz de eso, el equipo expuso a dos de los monos a una segunda dosis del coronavirus. Aunque los animales desarrollaron una fiebre leve, ninguno mostró mayores síntomas. Además, los investigadores no pudieron detectar el virus en las muestras de la nariz, la garganta o los hisopos anales. Uno de los dos animales fue sacrificado y sometido a una autopsia, lo que confirmó que no había replicación viral en los tejidos del cuerpo.
Según han destacado los investigadores, “nuestros resultados indicaron que la infección primaria por SARS-CoV-2 podría proteger de exposiciones posteriores, que tienen la referencia del pronóstico de la enfermedad y las implicaciones vitales para el diseño de la vacuna”.