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El avance tecnológico gracias al que actualmente es posible analizar el material genético de las bacterias -hecho inalcanzable hace 10-15 años- es el que ha permitido valorar y controlar los microorganismos presentes en la microbiota, un microcosmos de la diversidad, que entre muchas de las opciones que empieza a ofrecer destaca, por su aplicación clínica, el trasplante de microbiota fecal.
Clostridium difficile es la única diana indicada actualmente para este tipo de trasplante y como terapia para casos resistentes y recidivantes de colitis producidos por esta bacteria y cuya efectividad se sitúa en un 90 por ciento de los casos, indica a Diario Médico Jordi Guardiola, jefe del Servicio de Aparato Digestivo del Hospital de Bellvitge, en Barcelona. Este centro, pionero en trasplante de microbiota fecal, ha creado el primer Banco de heces de España para que con las muestras congeladas se facilite y potencie su utilización en este hospital y que, con el tiempo, se convierta en una red hospitalaria, de centros y donaciones, que ayude a regular y estandarizar este tratamiento, señala Guardiola.
No obstante, en el horizonte de posibilidades futuras en cuanto a restauración de bacterias beneficiosas -reducidas o eliminadas-, mediante donación de heces, van apareciendo, al menos teóricamente, otras enfermedades; no en vano, las alteraciones de la microbiota se han vinculado a procesos como la hipertensión arterial, la diabetes, el síndrome metabólico, la obesidad e incluso el cáncer, y ya hay algunos informes que consideran el estado de la microbiota de las gestantes y su influencia en los fetos, en alusión a alteraciones como el autismo, según publica Journal of Inmmunology.
En este sentido, Guillermo Álvarez Calatayud, presidente de la Sociedad Española de Probióticos y Prebióticos (SEPyP), comenta los datos de algunos ensayos experimentales “prometedores en autismo por la potencial mejora de ciertos síntomas. Pero en este terreno hay que tener una cautela infinita”. A pesar de que reconoce que este abordaje abre vías a nuevas posibilidades, “es obligatorio remitirse a investigaciones robustas” y cita a algunas de las que lleva a cabo, en el ámbito experimental, Juan Miguel Rodríguez, de la Universidad Complutense de Madrid. La experimentación también se ha fijado en procesos como la anorexia o el párkinson, con evidencia científica anecdótica.
Guardiola considera que todo lo que queda fuera del abordaje del Clostridium difficile pertenece al ámbito de la investigación experimental que requiere ensayos sólidos y de causalidad. Vislumbra, sin embargo, una indicación real a medio plazo para el trasplante de microbiota fecal: la erradicación de bacterias multirresistentes, línea muy avanzada en la que trabaja Alex Soriano, infectólogo del Hospital Clínico de Barcelona. Se considera que el 30 por ciento de los pacientes que acuden a hospitales son portadores de gérmenes multirresistentes a antibióticos. “El trasplante fecal parece una alternativa muy atractiva y podría convertirse en una indicación generalizada”. En enfermedad inflamatoria intestinal (EII) hay ensayos positivos en humanos. El resto de procesos estudiados pertenece al ámbito experimental, con trabajos aislados en diabetes tipo 2 donde existen datos de que este trasplante mejoraría la resistencia a la insulina”, concluye Guardiola.
julio 30/2018 (diariomedico.com)