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Los paciente con esclerosis múltiple remitente recurrente, la forma patológica más frecuente, disponen desde hoy de un nuevo interferón pegilado que consigue una reducción del 86 % en brotes clínicos y subclínicos.
A partir de hoy, los pacientes con esclerosis múltiple (EM) remitente recurrente en adultos, entre el 60-70 % de los 50 000 casos de EM en España, disponen de una nueva terapia basada en peginterferón beta-1a que, en realidad, es una molécula variante de los interferones clásicos, pero muy mejorada con una sola modificación bioquímica, según ha señalado Xavier Montalbán, director del Centro de Esclerosis Múltiple de Cataluña y jefe del Servicio de Neurología-Neuroinmunología del Hospital Valle de Hebrón de Barcelona, que ha participado en la presentación de la terapia en Madrid.
La nueva molécula de peginterferón beta-1a, desarrollada por la biotecnológica Biogen y comercializada como Plegridy, basa la mayor parte de sus ventajas sobre la molécula original en la pegilación, una de sus diferencias más notables en comparación con otros interferones. Se trata de un interferón pegilado cuyo proceso consiste en la modificación de una molécula biológica, conjugándola con un polímero hidrosoluble. Gracias a este proceso, se mejora la solubilidad, se disminuye la posibilidad de respuestas alérgicas y se hace posible una menor frecuencia de administración sin pérdida de eficacia.
Según Óscar Fernández, director de investigación de Neurociencias del Hospital Carlos Haya, de Málaga, los datos del estudio Advance han puesto de manifiesto que el tratamiento con peginterferón beta-1a, 125 microgramos cada dos semanas, reduce significativamente la tasa anual de brotes en un 36 %, en comparación con placebo. El neurólogo confirma que los datos clínicos y de resonancia magnética avalan esta eficacia, ya que «se aprecia una reducción del 86 % en brotes clínicos y subclínicos. Además, se ha observado una disminución del 53 % de agujeros negros cerebrales, que se correlacionan con menos progresión de la enfermedad. Asimismo, reduce la aparición de anticuerpos, proceso que limita la eficacia del fármaco, al 1 %. Este hecho se produce con la administración de todos los interferones en un 30-40 %».
Para Celia Oreja-Guevara, jefa de la Sección de Neurología y coordinadora de la Unidad de EM del Hospital Clínico de Madrid, otro de los grandes beneficios de la nueva molécula, de la que se disponen datos a largo plazo en cuanto a eficacia y seguridad, es la comodidad de la administración. «Otros interferones se administran en días alternos, tres veces o una vez por semana. La nueva molécula permite una inyección subcutánea dos veces al mes». En cuanto a los efectos secundarios, son iguales a los de otros interferones: cuadros pseudogripales y reacciones cutáneas.
octubre 2/2015 (Diario Médico)