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Las nuevas técnicas de imagen médica avanzadas pueden cambiar el paradigma en el abordaje de ciertas enfermedades. Diseños avanzados de resonancia magnética (RM) y de PET-RM, la TC espectral o el fingerprinting son algunos de los ejemplos más característicos, según Antonio Luna, director médico de Health Time, organizador y director del VII Curso Internacional de Técnicas de Imagen Médica Avanzadas que, patrocinado por Philips, se ha llevado a cabo este fin de semana en Madrid, con la participación de 300 profesionales.
La TC espectral es una tecnología avanzada que permite detectar todos los niveles de energía que se adquieren en la TC, pero en una sola aplicación. «Evitar la adquisición de una fase precontraste y después otra con contraste, disminuyendo la radiación, así como la sincronización de los estudios de contrastes, son algunas de sus principales novedades. Pero, tal vez, lo más destacado es que permite caracterizar tejidos: acercarnos a la composición de los tumores y diferenciarlos respecto a un tejido normal, hecho que, hasta el momento, no era posible. Ofrece información cuantitativa y funcional», destaca Luna.
Estos métodos, aún en fase de validación clínica, podrían revolucionar la práctica diaria. Actualmente, la Case Western Reserve University, en Cleveland, Ohio (Estados Unidos), es uno de los dos centros -el otro está en Israel- en el mundo que analizan este modelo específico con estudios sobre cientos de pacientes.
Huella dactilar
Precisamente, Pablo Ros, del citado centro estadounidense, ha explicado a DM que una de las grandes ventajas de la TC espectral es que «puede realizar TC de contraste con una tercera parte menos de contraste, lo que reduce la afectación renal». Las lesiones vasculares se visualizan mejor con esta técnica, así como lesiones de menor tamaño, en el hígado, por ejemplo.
El denominado fingerprinting es un nuevo concepto en RM, también en fase de validación clínica, que al realizar una gestión muy rápida disminuye significativamente el tiempo de exposición y adquiere las diferentes potenciaciones de una sola vez, más rápidamente y de forma cuantitativa, señala Luna, indicando que «posiblemente será un cambio de paradigma en la forma de entender la RM en los próximos 3 o 4 años».
Según Ros, esta técnica de huella digital pretende obtener mucha información, para lo que se precisa un banco de datos, de una lesión «de la que toman 2 o 3 puntos, que se extrapolan y se comparan con los datos que se tienen. Estamos adquiriendo datos en lesiones cerebrales -infartos, lesiones malignas o benignas- y de sus características por RM. Cuando aparece una nueva lesión, se compara con los datos existentes en el banco y se establece un diagnóstico casi patológico, una especie de biopsia por imagen». A su juicio, si esta tecnología es finalmente validada, puede suponer que las biopsias actuales «se vean como un acto médico del siglo XV».
febrero 27/2015 (Diario Médico)