sep
4
Un ensayo clínico demuestra que en la actualidad se puede controlar la infección por paludismo en una población africana. El estudio que ha sido publicado en «American Journal of Tropical Medicine and Hygiene» descubre que con un nuevo producto que contiene esporozoítos conservados enteros congelados, una fase infecciosa del parásito «Plasmodium falciparum» se puede utilizar con un jeringuilla para infectar a voluntarios de manera segura con esta infección. Estas averiguaciones suponen un gran hito en la búsqueda de nuevos medicamentos y vacunas para el paludismo.
La investigación dirigida por Salim Abdullah, director ejecutivo jefe del Instituto de la Salud Ifakara del Centro de Investigación y Capacitación de Bagamoyo (Tanzania), se realizó con un técnica innovadora que costó una década desarrollar. El objetivo del estudio consistía en hacer crecer, dentro del laboratorio, esporozoítos en mosquitos para después empaquetarlos de forma purificada, aséptica y aceptable para realizar los ensayos clínicos en humanos. Estos avances han conseguido que ya no sea necesaria la exposición de los voluntarios a las picaduras de mosquitos vivos infecciosos en insectarios especiales. De esta forma, solos fue necesaria una inyección que contenía parásitos asépticos criopreservados en la piel de los voluntarios. El contenido de la vacuna fue recogido de las glándulas salivales del mosquito cumpliendo las normas de regulación internacionales de Estados Unidos.
Con este nuevo método, es posible infectar de paludismo con «Plasmodium falciparum» de manera más segura y eficaz a voluntarios en un país con paludismo endémico. Además, al no utilizar para el procedimiento a mosquitos vivos, el equipo de investigación evita problemas de salud pública por la introducción de nuevos insectos infectados.
Para la obtención de estos resultados, los autores del estudio reclutaron a un grupo de 30 hombres de Tanzania, con estudio superiores, que durante los cinco años anteriores habían tenido una exposición mínima al paludismo. La tasa de infección de este grupo se comparó con un grupo similar de voluntarios holandeses que participaron en una investigación sobre paludismo en los Países Bajos, en 2011. Después de dos semanas, solo dos participantes no desarrollaron infecciones activas tras ser inyectados con esporozoítos vivos. Estos resultados fueron muy similares a los obtenidos en la investigación llevada a cabo en los Países Bajos. Una vez terminada la investigación, los voluntarios fueron tratados con medicamentos y liberados del parásito.
«La capacidad para administrar de manera segura los parásitos del paludismo mediante inyección en lugar de por la picadura de un mosquito hace posible probar nuevas vacunas contra el paludismo, así como fármacos, en todo el mundo», ha afirmado Christopher Plowe, miembro de la investigación, profesor de Medicina en la Universidad de Matyland y presidente electo de la Sociedad Americana de Medicina Tropical e Higiene.
septiembre 3/2014 (Diario Médico)