jun
9
Todo el mundo lo hace, pero el motivo exacto de que las personas bostecen sigue siendo un misterio. Ahora, un nuevo estudio sugiere que bostezar podría ayudar a enfriar el cerebro cuando se sobrecalienta.
Unos investigadores austríacos hallaron que la cantidad de veces que las personas bostezan varían con la temperatura del aire, y que la práctica se hace menos común a medida que las temperaturas externas se hacen demasiado cálidas o frías.
En el estudio, un equipo liderado por Jorg Massen, de la Universidad de Viena, rastreó los bostezos de las personas que caminaban al aire libre en Viena, Austria, en verano y en invierno. Entonces, los investigadores compararon esos resultados con los de un experimento idéntico llevado a cabo en Arizona.
A todos los participantes del estudio se les mostraron fotografías de otras personas que bostezaban para desencadenar lo que se conoce como el «contagio del bostezo», y luego reportaron su propia conducta de bostezar.
Las personas en Viena bostezaron más en verano que en invierno, mientras que en Arizona sucedió lo contrario, bostezaban más en invierno que en verano. Los investigadores también hallaron que el contagio del bostezo era más probable cuando la temperatura atmosférica era de unos 68º F (20º C).
Los bostezos ocurrían con mucho menos frecuencia cuando las temperaturas eran más altas, de alrededor de 98.6º F (37º C) en el verano en Arizona, o cerca del punto de congelación durante el invierno en Viena, según el estudio, que aparece en una edición reciente en línea de la revista «Physiology & Behavior«.
Como explicaron los investigadores, bostezar para «refrescar» al cerebro no funcionaría cuando las temperaturas atmosféricas del exterior son tan calientes o más calientes que el cuerpo mismo. Y enfriar el cerebro quizá ni sea necesario cuando hace frío, apuntó el equipo de Massen en un comunicado de prensa de la universidad.
Aunque se cree comúnmente que bostezar ayuda a aumentar el oxígeno en el cuerpo, ningún estudio ha hallado un vínculo entre bostezar y los niveles de oxígeno en la sangre, apuntaron los investigadores. Creen que el nuevo estudio amplía las crecientes evidencias de que tanto los bostezos espontáneos como los contagiados ayudan a enfriar el cerebro.
El enfriamiento del cerebro mejora su rendimiento, de forma que el contagio del bostezo podría ser un rasgo evolutivo que busca mejorar la alerta general en grupos de personas, sugirieron también los autores del estudio.
junio 8/2014 (HealthDay News)