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La terapia combinada basada en gemcitabina y nab-paclitaxel en pacientes con cáncer de páncreas metastásico mejora la supervivencia global y reduce el riesgo de progresión de la enfermedad o muerte, según se ha demostrado en el estudio MPACT sobre 861 enfermos.
Estos resultados, tan esperanzadores para una enfermedad de mal pronóstico sin grandes novedades terapeúticas en los últimos veinte años, se presentan en el Simposio sobre Cánceres Gastrointestinales, organizado por la Sociedad Americana de Oncología Clínica (ASCO), que se celebra hasta el sábado en San Francisco (California).
En el estudio, en fase III, se dividieron dos grupos de forma aleatoria: un brazo recibió nab-paclitaxel y gemcitabina (125 mg/m2 seguidos por 1.000 mg/m2 de gemcitabina durante tres semanas), mientras que el otro grupo de estudio fue tratado con gemcitabina sola (1000 mg/m2 administrados semanalmente durante siete, tras las cuales se estableció una semana de reposo para reanudar los ciclos de administración semanales otras tres semanas). En el ensayo en fase III, los resultados mostraron una mejora estadísticamente significativa en la supervivencia global de los pacientes con la terapia combinada basada en nab-paclitaxel y gemcitabina (8,5 meses) en comparación con aquellos a los que solo se les administró gemcitabina (6,7 meses). Además, la nueva terapia combinada reveló un incremento del 59 % en la tasa de supervivencia a un año (35 frente a 22 %) y duplicó la tasa de supervivencia a dos años (9 frente a 4 %), en comparación con administrar solo gemcitabina.
noviembre 13/2012 (Diario Médico)