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Una nueva clasificación del adenocarcinoma de pulmón, desarrollado por asociaciones europeas y norteamericanas, recoge una aproximación integral de la lesión: clínica, radiológica, molecular y patológica. Este desarrollo supondrá, según los profesionales, un abordaje más refinado de la enfermedad e influirá en su pronóstico y supervivencia.
El adenocarcinoma de pulmón dispone de nueva clasificación internacional y multidisciplinaria, desarrollada por la Sociedad Internacional para el Estudio del Cáncer de Pulmón, la Sociedad Torácica Americana y por la Sociedad Europea de Respiratorio, que han elaborado unas guías cuyo principal propósito es aunar la clasificación clínica, radiológica, anatomopatológica y de marcadores moleculares para distintos tipos de adenocarcinoma pulmonar.
“Esta mejor clasificación tiene una clara repercusión posterior: un manejo más adecuado en cuanto a pronóstico y tratamiento tumoral, que se vuelve más individual. Estos datos concretos cambian el abordaje que, lógicamente, repercutirá en la supervivencia”, según ha señalado Victoria Villena, jefe de Sección de Neumología del Hospital 12 de Octubre, de Madrid, donde se ha celebrado el XII Curso de Neoplasias Torácicas y Avances en Neumología.
El curso ha sido organizado y coordinado por el Servicio de Neumología, que dirige la jefa de Servicio María Josefa Díaz de Atauri, del citado centro, y en el que también han participado, además de Villena, Ricardo García Luján, representante de Neumología en el grupo Ciberes para carcinoma broncogénico; Javier Sayas, responsable de Ventilación Mecánica no Invasiva; Alicia de Pablo, responsable de Trasplante Pulmonar, y Francisco Pozo, representante de Investigación en el Instituto de Investigación, todos del Servicio de Neumología del 12 de Octubre.
Díaz de Atauri ha señalado que este curso, cuya trayectoria comenzó con Ángel López Encuentra, ex jefe de Neumología, además de las neoplasias torácicas, ha dado espacio a otras de las líneas prioritarias del centro: “La ventilación mecánica no invasiva y el trasplante pulmonar, con una trayectoria muy positiva en los últimos años. Aunque dentro del ámbito de trasplante sus tasas de supervivencia son menores al resto -una media de unos cinco años-, la supervivencia ha mejorado y los datos para el futuro son muy esperanzadores”.
En este sentido, De Pablo ha señalado que el trasplante pulmonar se implantó en este centro en 2008, con una estadística actual de 44 injertos de pulmón. En el curso se ha intentando presentar una visión del trasplante después de estos años de funcionamiento de trabajo multidisciplinar y sobre todo analizar “qué ofrece el trasplante a los pacientes, qué riesgos se plantean, tanto en el perioperatorio como a largo plazo, con el fin de mejorar las indicaciones de este tratamiento, ya que no todo paciente puede ser trasplantado. Así, debemos decidir mejor en qué momento deben ser trasplantados, cuáles son las indicaciones más oportunas y aumentar el trabajo con otros equipos médicos”. Enfermedad pulmonar obstructiva crónica, fibrosis pulmonar, fibrosis quística e hipertensión pulmonar primaria son los cuatros grandes grupos candidatos a trasplante.
Sayas se ha referido al estado de la ventilación mecánica no invasiva, empleada en postcirugía de cáncer y trasplante de pulmón, así como en insuficiencia respiratoria (IR) aguda y crónica, especialmente en enfermos con trastornos neuromusculares, área en la que el 12 de Octubre es centro de referencia en esclerosis lateral amiotrófica (ELA).
En IR aguda hipercádmica, su experiencia se eleva a unos cien pacientes anuales “con un perfil de enfermo de mayor gravedad que en centros comparables y con resultados satisfactorios”. La ventilación en esta área busca evitar o disminuir la mortalidad, así como la intubación y el requerimiento en intensivos. En IR crónica, y sobre todo en enfermos neuromusculares, la ventilación mecánica “requiere un manejo multidisciplinar por su complejidad”.
Los profesionales también han dedicado un espacio al análisis de las nuevas técnicas que sirven de apoyo diagnóstico y terapéutico. Es el caso de la ecobroncoscopia, por ejemplo, también conocida como EBUS, que, según Ricardo García Luján, “no solo permite la estadificación del cáncer de pulmón, sino que cada vez se instaura más para el diagnóstico porque localiza nódulos de pequeño tamaño con adenopatías. Con ella se pueden diagnosticar otras enfermedades pulmonares benignas y procesos linfoproliferativos”. Esta metodología contribuye a evitar un 50 % de mediastinoscopias, según datos de la Sociedad Española de Neumología y Cirugía Torácica (Separ), lo que reporta beneficios para los pacientes.
García Luján ha indicado que se asume que más del 80 % de los casos de cáncer de pulmón no son resecables quirúrgicamente. “La ecobroncoscopia evita la realización de técnicas quirúrgicas para establecer el diagnóstico. Por ejemplo, las muestras para el estudio por biología molecular se obtienen a través de este método, por lo que se evitan las mediastinoscopias”. Los datos del equipo de Neumología del Hospital 12 de Octubre ponen de manifiesto el creciente progreso del método.
En su caso, por ejemplo, han realizado 200 exploraciones en tres años, pero de ellas 120 corresponden al pasado año, lo que “revela un crecimiento exponencial de indicaciones”.
Sobre las potenciales técnicas que podrían llevar a cabo un diagnóstico precoz del cáncer de pulmón, los profesionales se muestran cautos. Hasta el momento, los únicos datos hacen referencia a la TC de baja radiación en nódulos de pequeño tamaño y para grupos de riesgo, “aunque no está demostrado todavía que aumente la supervivencia”. Y ha explicado que en pulmón no hay marcadores de cribado de bajo coste. Existen estudios sobre aire exhalado para determinación de algunas sustancias, pero no son de aplicación clínica actual.
marzo 6/2012 (Diario Médico)