may
6
Un equipo del Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) ha llevado a cabo un estudio pionero que demuestra la necesidad de personalizar la composición de la nutrición para aquellos pacientes con diabetes que requieren alimentarse por vía venosa, es decir, que reciben alimentación parenteral.
La diabetes mellitus afecta a más de 537 millones de personas en el mundo, y muchas de ellas, que han pasado por procesos de cirugía mayor se encuentran en tratamiento contra el cáncer o sufren enfermedades intestinales graves o infecciones severas, tienen un sistema digestivo que no puede procesar los alimentos correctamente, por lo que requieren alimentarse administrando los nutrientes directamente al torrente sanguíneo.
Los resultados de este estudio, publicados en la revista científica Clinical Nutrition, aportan evidencias sobre el impacto de las distintas formulaciones de nutrición parenteral en la inflamación y la función intestinal de los pacientes, ha informado este miércoles el Ibima en un comunicado.
Dado que no todas las formulaciones tienen el mismo impacto en el organismo, algunas pueden influir negativamente en el equilibrio inflamatorio y oxidativo, incrementando el riesgo de complicaciones metabólicas, mientras que otras tienen perfiles más favorables.
Sin embargo, hasta ahora no se habían investigado en profundidad estos efectos en personas con diabetes, un grupo especialmente sensible a estos desequilibrios.
«Este estudio nos permite comprender mejor cómo las diferentes fórmulas de nutrición parenteral afectan a las personas con diabetes, y la importancia de ajustar su composición para minimizar riesgos metabólicos», ha explicado Gabriel Olveira, coordinador del grupo Endocrinología y Nutrición, Diabetes y Obesidad, de Ibima.
Ha añadido que «los resultados refuerzan la necesidad de una monitorización más precisa y estrategias nutricionales personalizadas para mejorar la seguridad y eficacia de esta terapia en un grupo especialmente vulnerable».
El estudio, realizado en varios hospitales españoles, analizó a personas con diabetes mellitus sometidas a diferentes formulaciones de nutrición parenteral, observando la evolución de distintos biomarcadores en su sangre.
Así, se observó que algunas fórmulas pueden favorecer la producción de moléculas asociadas a estrés oxidativo, susceptibles de ocasionar daños en las células y los tejidos, mientras que otras presentan un perfil más favorable.
Además, identificaron diferencias en cuanto a la permeabilidad intestinal, es decir, a la capacidad de las membranas intestinales para permitir el paso de los nutrientes, demostrándose que las fórmulas enriquecidas con ácidos grasos omega-3, seguidas de las basadas en aceite de oliva, son las que presentan una mejor evolución.
Estos resultados confirman la necesidad de un abordaje más personalizado en la administración de la nutrición parenteral en personas con diabetes, ajustando la composición de nutrientes y monitorizando los efectos a nivel metabólico.
Los investigadores han destacado que este estudio podría servir de base para mejorar los protocolos clínicos en personas con diabetes que requieren nutrición parenteral y que optimizar la composición de esta terapia podría reducir riesgos y mejorar la calidad de vida de estas personas.
«Estos resultados refuerzan la importancia de adaptar la nutrición parenteral a las necesidades específicas de las personas con diabetes. Con una monitorización adecuada y estrategias nutricionales optimizadas, podemos minimizar los efectos negativos y mejorar los resultados clínicos», ha señalado el equipo investigador.
El estudio abre nuevas líneas de investigación sobre cómo formular la nutrición parenteral para minimizar la inflamación y el estrés oxidativo, mediante la utilización de formulaciones que ofrezcan una combinación de nutrientes que permita reducir los efectos negativos observados con algunos tipos de nutrición parenteral.
30 abril 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
may
6
Experimentar catástrofes relacionadas con el clima está asociado con un deterioro acumulativo de la salud mental, según un estudio australiano con datos de 5 000 personas que constata que los efectos se agravan con los sucesivos eventos.
Los detalles se publican en la revista The Lancet Public Health, en un artículo en el que los autores subrayan la urgencia de considerar estas exposiciones múltiples a desastres en los servicios de salud pública y bienestar social.
El trabajo se basa en datos longitudinales entre 2009 y 2019 de 5 000 personas que sufrieron daños en su vivienda después de al menos una catástrofe (inundación, incendio forestal o ciclón), a las que se realizó un seguimiento desde los años previos al desastre hasta los posteriores a cada exposición.
Según los autores, adscritos entre otros a la Universidad de Melbourne, experimentar sucesivas catástrofes relacionadas con el clima se asocia a una mayor gravedad del deterioro de la salud mental.
Así, la recuperación a la situación inicial previa al desastre se retrasó más con las repetidas exposiciones. Se observaron mayores deterioros en la salud mental cuando los desastres ocurrieron más cerca de la exposición previa (con una diferencia de uno a dos años) que cuando se produjeron más lejos (con tres o más años de diferencia).
Asimismo, se descubrió que las mujeres, los individuos más jóvenes, las poblaciones indígenas y los habitantes de zonas rurales tenían más probabilidades de experimentar un deterioro de la salud mental después de desastres repetidos.
También que las personas con enfermedades, deficiencias o discapacidades de larga duración, aquellas con escaso apoyo social, así como los propietarios de viviendas con hipotecas y los inquilinos, experimentaron un mayor deterioro de la salud mental entre la primera y las siguientes catástrofes.
Los autores admiten que la investigación tiene algunas limitaciones. Por ejemplo, la medida de exposición al desastre se basó en los daños a las viviendas causados por un desastre reportados por los propios participantes.
Además, el modesto tamaño de la muestra para tres desastres (o más) introduce incertidumbre y limita la capacidad para extraer inferencias sólidas sobre el efecto.
No obstante, defienden sus conclusiones y afirman que los hallazgos ponen de relieve los efectos acumulativos en la salud mental de la exposición a múltiples catástrofes relacionadas con el clima, lo que debe tenerse en cuenta y abordarse urgentemente en los servicios de salud pública.
Los investigadores afirman que por primera vez han demostrado estadísticamente que la acumulación de dos o tres catástrofes naturales, especialmente entre personas vulnerables, provoca con más frecuencia trastorno de estrés postraumático, ansiedad y depresión que la ocurrencia de una sola catástrofe o ninguna, explica el psiquiatra Paul Valent.
Con el cambio climático produciendo más catástrofes naturales, advierten de que la salud mental de la población empeorará. «Su lógica, respaldada por abundantes estadísticas, parece inatacable», señala el investigador que no participa en el estudio.
Sin embargo, este se limita a «un pequeño puñado» de síntomas medibles que -dicen- representan la salud mental, describe Valent, presidente jubilado de la Sociedad para estudios sobre el estrés traumático de Australasia, en declaraciones recogidas por la plataforma de recursos científicos Science Media Centre.
«Este supuesto es cuestionable». Los síntomas no incluyen una amplia gama de otros síntomas psicológicos como el duelo, la ira, la culpa, la vergüenza e injusticia. Y no dicen nada de las consecuencias psicosomáticas de las catástrofes, como infartos de miocardio, accidentes cerebrovasculares y una gran variedad de síntomas físicos.
30 abril 2025 | Fuente: EFE | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
may
6
Un brote de fiebre tifoidea en Buenos Aires, provocado por una bacteria que se transmite al consumir alimentos contaminados, genera hoy preocupación en la comunidad médica y autoridades de la salud. La Gerencia de Epidemiología de la Ciudad de Buenos Aires notificó al sistema de vigilancia nacional este brote de tifus que ha afligido a 10 personas, al tiempo que se investiga la muerte de un paciente.
El diario Clarín recordó que hacía 21 años que no había casos de esta enfermedad en el país que produce intensos cuadros febriles y gastrointestinales, y se hizo eco de la notificación en el último Boletín Epidemiológico Nacional (BEN) recién divulgado.
Esa publicación especializada indicó que el brote afectó a vecinos de Ciudadela y varios de ellos fueron internados en dos hospitales porteños en el espacio de tiempo del 9 de marzo al 22 de abril. La fiebre tifoidea se transmite por agua y alimentos contaminados.
El BEN precisó que en cinco de los casos se confirmó por laboratorio la bacteria Salmonella typhi, en tanto la presentación clínica en todos ha sido variada. Varios de los contagiados tuvieron que ser hospitalizados por compromiso sistémico y otros recibieron atención médica ambulatoria.
Clarín señaló que se investiga el caso de un paciente asistido en una clínica privada de la provincia de Buenos Aires, que murió el 17 de abril y es familiar de dos infectados. La edad de los contagiados va de 6 a 53 años, y 7 son varones.
«La investigación se encuentra en curso y se están realizando entrevistas dirigidas a convivientes y familiares de los casos», manifestó el BEN.
30 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
may
6
Un nuevo estudio publicado en European Journal of Nutrition sugiere que el consumo habitual de café de cuatro a seis tazas o más al día se asocia con un menor riesgo de fragilidad. Los investigadores realizaron un análisis detallado durante un período de seguimiento de siete años, en los que encuestaron a 1 161 adultos mayores de 55 años a través del Estudio Longitudinal del Envejecimiento de Ámsterdam.
En la pesquisa el estado de fragilidad se evaluó mediante el fenotipo de cinco componentes de Fried, que se define por la presencia de tres o más de los siguientes síntomas: pérdida de peso, debilidad, agotamiento, marcha lenta y baja actividad física.
Los resultados indican que un mayor consumo habitual de café se asocia con una menor probabilidad general de fragilidad.
Tales hallazgos pueden considerarse junto con la opinión científica de la Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria de que hasta 400 miligramos de cafeína (tres a cinco tazas de café) al día es una cantidad moderada y segura.
Los investigadores explican que el efecto del café en la reducción de la fragilidad se puede atribuir en parte a la función de sus antioxidantes, que pueden ayudar a reducir la inflamación, la sarcopenia (pérdida muscular) y prevenir el daño muscular.
El café también puede ayudar a mejorar la regulación de la sensibilidad a la insulina y la absorción de glucosa en personas mayores.
Nuestros hallazgos destacan la posible asociación beneficiosa entre el consumo diario de café y la reducción del riesgo de fragilidad en la vejez en la población de mayor edad, dijo la autora principal del estudio, Margreet R. Olthof, profesora asociada del Instituto de Investigación de Salud Pública de Ámsterdam.
29 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia
may
6
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) alertó hoy que los brotes de sarampión están en aumento, pues en el año 2024, se registraron más de 359 521 casos en el mundo, pero evitarlos está en la vacunación. El sarampión es una enfermedad vírica muy contagiosa, con consecuencias que pueden ser mortales para los niños y niñas pequeños, subrayó.
Señaló que hay demasiados lugares, donde el sarampión se está propagando por las bajas coberturas de inmunización.
En los últimos cinco años aparecieron brotes de sarampión en más de 100 países, donde viven aproximadamente el 75 % de todos los niños y niñas del mundo, agregó.
«Pero la buena noticia es que podemos frenar la propagación del sarampión y erradicar la enfermedad en todo el mundo», enfatizó por medio de su perfil en la red X.
Recalcó que las vacunas contra el sarampión son seguras y eficaces y constituyen la mejor forma de evitar que los niños y niñas padezcan la enfermedad y la contagien a otras personas. Dos dosis de una vacuna contra el sarampión ofrecen 99 % ciento de protección frente a la enfermedad de por vida, precisó.
Recordó que desde 1974, las vacunas contra esa enfermedad salvaron unos 94 millones de vidas y han protegido a más personas que cualquier otra de las vacunas del Programa Esencial de Inmunización.
Pese a que hoy en día la mayoría de los países ya han incluido las vacunas contra el sarampión en sus calendarios de vacunación, aún hay demasiados niños y niñas que no han sido inmunizados, manifestó.
«En su mayoría, las causas de que los niños y niñas no se vacunen tienen que ver con la desigualdad, la pobreza y la escasez de servicios en las comunidades», remarcó.
29 abril 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia