oct
31
Estos dispositivos electrónicos que se usan en sustitución del tabaco convencional contienen sustancias que pueden alterar temporalmente el funcionamiento cardíaco normal de roedores, según revela un estudio publicado en Nature Communications. Read more
dic
7
Un 30 % de las muertes por enfermedad cardiovascular tienen detrás un componente ambiental; este factor de riesgo ya supera al colesterol y sedentarismo. Read more
jun
24
Los pacientes con COVID-19 que ingresaron en una unidad de cuidados intensivos tenían 10 veces más probabilidades que otros pacientes hospitalizados con coronavirus de sufrir un paro cardíaco o trastornos del ritmo cardíaco, Read more
abr
18
Una nueva técnica logra evitar la fibrilación ventricular (FV) en pacientes con síndrome de Brugada grave, normalizando así la actividad eléctrica de su corazón y disminuyendo las posibilidades de muerte súbita. Consiste en la ablación epicárdica, con acceso externo y con punción pericárdica realizada por debajo del esternón. Read more
mar
23
Un estudio muestra que las personas con trastornos en el estado anímico, tienden a sobreestimar la duración y frecuencia de las arritmias.
mar
6
Un estudio subraya que la grasa localizada en el abdomen favorece el proceso inflamatorio y aumenta la presencia de arritmias.
Un estudio publicado en Heart, y citado por la Sociedad Española de Cardiología, muestra que las personas con obesidad abdominal son más propensas a sufrir una parada cardíaca inesperada.
Este tipo de obesidad viene marcado por el índice cintura/cadera (ICC), que resulta de dividir el perímetro de la cintura de una persona por el perímetro de su cadera. Se habla de obesidad abdominal cuando el valor es superior a 0, 8 en mujeres y a 0, 95 en hombres. De los 14 mil 941 participantes que incluyó el estudio y que fueron sometidos a diversos chequeos médicos durante 12 años de seguimiento, se produjeron 253 episodios de muerte súbita, el 80 % de los cuales se dieron entre aquellos que tenían un ICC elevado.
“La obesidad abdominal es un índice de grasa visceral, y esta grasa está asociada a mayores alteraciones metabólicas en forma de intolerancia a la glucosa, disminución de la sensibilidad a la insulina, alteración del perfil lipídico así como una mayor influencia en los procesos inflamatorios que la grasa acumulada el otras áreas, lo que lleva a un aumento del riesgo cardiovascular”, explica el Dr. Ángel Moya, presidente de la Sección de Electrofisiología y Arritmias de la Sociedad Española de Cardiología.
“La obesidad», añade, «conlleva una mayor sobrecarga hemodinámica, que puede llevar a hipertrofia de ventrículo izquierdo y además se asocia a alteraciones eléctricas como mayor número de extrasístoles, alargamiento del QT, y disminución de la variabilidad de la frecuencia cardíaca, factores todos ellos que pueden aumentar el riesgo de arritmias”.
El estudio concluye, asimismo, que la obesidad abdominal tiene mayor influencia en la enfermedad cardiovascular, y en otras muchas enfermedades, que la obesidad general, por lo que recomiendan el cálculo del ICC frente al índice de masa corporal (IMC) y al perímetro de la cintura. “En concreto, el estudio muestra que con un índice de masa corporal elevado, el sujeto aumenta en un 34 % el riesgo de muerte súbita, frente al 49 % del perímetro de la cintura o al 100 % del índice cintura/cadera. Queda claro entonces que la presencia de grasa en la zona central del cuerpo es mucho más relevante que en otras partes del organismo, por lo que es recomendable utilizar este índice en el cálculo del riesgo de nuestros pacientes”, explica el Dr. Moya.
En nuestro país, uno de cada 6 adultos padece obesidad, y esta enfermedad provoca por sí sola 28 mil muertes anuales, según un informe de la OCDE. “Se trata de un hecho preocupante, ya que cada año el número de obesos sigue aumentando, por lo que desde la Sociedad Española de Cardiología queremos incidir en la necesidad de tomar medidas, como mayores campañas de prevención o una estricta regulación de los alimentos, para frenar esta pandemia”, concluye el Dr. Moya.