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Las últimas evidencias científicas resaltan que con hábitos en el estilo de vida y la salud se puede prevenir el alzhéimer, una enfermedad para la que se siguen ensayando nuevos fármacos después de la no autorización del lecanemab en la UE.
«Ante el tsunami del envejecimiento que nos viene, debe haber un firme compromiso político y social con el alzhéimer y se debe situar como prioridad de salud pública», ha resaltado el director general de la Fundación Pasqual Maragall, Arcadi Navarro.
El alzheimer, cuyo día mundial se conmemora el 21 de septiembre, es una enfermedad neurodegenerativa que afecta a unas 900 000 personas en España.
Al ser una enfermedad asociada al envejecimiento, esta cifra se podría duplicar en las próximas dos décadas por la evolución demográfica de la sociedad.
Si bien el componente de la edad es importante -en la mayoría de los casos la enfermedad debuta a partir de los 65 años-, diversos estudios han demostrado «con gran claridad que hay factores de riesgo que se pueden controlar» mediante el estilo de vida, ha señalado Navarro.
«No es una lotería ante la que no podamos hacer nada, hay que tratarlo como una enfermedad sobre la que podemos intervenir», ha añadido.
Esencialmente, la prevención pasa por elementos vinculados al riesgo cardiovascular (tabaquismo, diabetes, hipertensión o obesidad), al estilo de vida (nutrición y actividad física), a la calidad del sueño o a la contaminación.
Con estos elementos, «el riesgo se puede reducir en un 40 %, así que la gente debe pensar que el alzhéimer se puede prevenir igual que el corazón», ha resaltado por su parte el exconseller de Salud Josep Maria Argimon, que es director de Infraestructuras Científicas del Barcelonaβeta Brain Research Center (BBRC), el centro de investigación de la Fundación Pasqual Maragall.
«Cuando se recomienda dejar de fumar, hacer ejercicio y cuidar la dieta no es solo para el corazón, sino también por el alzhéimer y el deterioro cognitivo», ha añadido Argimon.
Junto con un estilo de vida saludable, es fundamental la detección precoz, para lo que el BBRC ha trabajado en los últimos años en diversos biomarcadores para detectar la enfermedad o el riesgo de aparición de la misma años antes de que se manifiesten los primeros síntomas (el deterioro cognitivo).
Entre los estudios llevados a cabo, destaca el desarrollo de biomarcadores en plasma para la detección preclínica de la enfermedad -la fase previa a los síntomas-, mediante una analítica de sangre, una vía que aún no se utiliza de forma ordinaria en los centros de salud pero que puede ser de utilidad en un futuro próximo.
El pasado julio, la Agencia Europea de Medicamentos (EMA, por sus siglas en inglés) no autorizó en la UE el lecanemab, con el nombre comercial de Leqembi, por el riesgo de sus efectos secundarios, si bien es el primer fármaco que logra ralentizar los síntomas del alzhéimer.
Argimon ha admitido que la decisión de la EMA sobre un fármaco que en cambio sí se ha aprobado en Estados Unidos supone «un jarro de agua fría», pero confía que más adelante la agencia lo pueda reconsiderar.
En todo caso, el lecanemab ha abierto una vía para desarrollar otros fármacos con la misma diana terapéutica pero que tengan un mejor balance entre los beneficios y los riesgos, ha resaltado Argimon.
En este momento, hay 164 ensayos clínicos en todo el mundo relacionados con la enfermedad de Alzheimer: «Ahora no podemos aflojar», ha subrayado la presidenta de la Fundación Pasqual Maragall, Cristina Maragall.
La fundación, la más importante en alzhéimer de España con más de 88 000 socios, también ha resaltado el impacto de la enfermedad en las familias, pues el cuidado de cada paciente representa un coste de 35 000 euros al año por persona.
El 87 % de este importe lo soportan las familias, que también asumen en más del 80 % de los casos las tareas de cuidado del enfermo, calculado de media en unas 70 horas semanales.
12 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El regulador de medicamentos del Reino Unido autorizó el jueves el fármaco Leqembi para tratar el Alzheimer y señaló que es la primera medicina que muestra algún impacto en la desaceleración de la progresión de la enfermedad neurodegenerativa.
Pero es probable que el gobierno del Reino Unido no pague por ello después de que una agencia independiente emitiera por separado un borrador de directrices concluyendo que los beneficios de Leqembi «no pueden considerarse un buen valor para el contribuyente».
Además del costo del medicamento, para proporcionar Leqembi se requiere que los pacientes sean hospitalizados cada dos semanas para recibirlo y ser monitoreados de cerca para detectar efectos secundarios. Los expertos también señalaron la falta de datos sobre la eficacia a largo plazo de Leqembi, fabricado por la farmacéutica japonesa Eisai.
«La realidad es que los beneficios que proporciona este primer tratamiento son demasiado pequeños para justificar el costo significativo», dijo la doctora Samantha Robers, directora ejecutiva del Instituto Nacional para la Excelencia en la Salud y la Atención (NICE).
El borrador de directrices emitido por NICE ahora estará abierto a consulta pública y todas las respuestas se considerarán en una segunda reunión a finales de este año antes de que se emita el asesoramiento final.
La agencia estimó que alrededor de 70 000 personas en Briton podrían beneficiarse del Leqembi. El medicamento todavía está disponible para ser recetado si los pacientes lo pagan de forma privada. En Estados Unidos, cuesta alrededor de 26 000 dólares por paciente al año.
Algunos expertos dijeron que si bien entendían que los pacientes y sus familias podrían sentirse decepcionados por la noticia, había esperanzas de que pronto se desarrollarán mejores medicamentos.
Hilary Evans-Newton, directora ejecutiva de Alzheimers Research UK, dijo que Leqembi representa «el comienzo de un cambio radical en la forma en que se tratarán enfermedades como el Alzheimer en el futuro». Señaló que había más de 160 ensayos en marcha que probaban más de 125 tratamientos experimentales para el Alzheimer en todo el mundo.
22 agosto 2024|Fuente: Associated Press |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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El Hospital Universitario de Burgos (HUBU) lidera un innovador estudio para evaluar la capacidad regenerativa del secretoma de células madre, el líquido en el que crecen, en lesiones de nervios periféricos como pueden ser las derivadas de accidentes o cortes, cuando se produce una sección completa del nervio.
La investigación, que está dirigida por María Rodríguez Díaz, veterinaria y responsable del área de Medicina y Cirugía Experimental de la Unidad de Investigación del HUBU en colaboración con el Instituto de Biomedicina de la Universidad de León, abre una línea «muy prometedora y potente».
Así lo ha indicado Jorge Labrador, director de la Unidad de Investigación, durante la presentación del proyecto ‘Evaluación de la capacidad regenerativa del secretoma de células troncales mesenquimales en un modelo de neuromnesis en ratas’, que cuenta con una beca de la Gerencia Regional de Salud para este 2024.
Rodríguez Díaz ha explicado que el objetivo es evaluar la capacidad de regeneración que tienen las células madre -nombre común para hablar de las células troncales mesenquimales- pero utilizando un enfoque más novedoso, pues se parte del entorno en el que crecen este tipo de células.
Es una terapia libre de células, lo que permite no solo evitar conflictos éticos en cuanto a la utilización de células de origen humano sino también los efectos secundarios, como puede ser la generación de tumores o rechazos, pero aprovechando todos los beneficios de las células madre.
En el secretoma se aglutinan todos los factores beneficiosos que participan en la regeneración del tejido, ha insistido la investigadora, secretados por las propias células, pues está compuesto por factores de crecimiento, neurotrófico o proteínas antiinflamatorias.
Se obtiene de células madre extraídas no de la médula ósea sino de la grasa, pues tienen los mismos beneficios y son más fáciles de obtener, y manejar; además, en cuanto al propio líquido, como no tiene células, se congela a menos 80 grados, dura largos periodos de tiempo y se puede manipular fácilmente, sin efectos secundarios.
Este enfoque ya se ha utilizado en otros proyectos de investigación y ahora se aborda para mejorar la regeneración de los nervios lesionados, para que vuelvan a ser funcionales en el menor tiempo posible, en los casos más graves, los que tienen que ver con la sección completa.
María Rodríguez Díaz ha indicado que en esta investigación, un estudio preclínico en animales, está dando los primeros resultados positivos pues las ratas a las que se ha aplicado esta terapia mejoran más rápido que aquellas que solo han visto reconstruido su nervio seccionado mediante intervención de cirugía plástica.
Es una opción terapéutica complementaria a la cirugía que ayudaría ante casos en los que, una vez reconstruido el nervio, se ve una mejoría pero muy lenta, ya que en las ratas en las que se ha utilizado el secretoma la recuperación de la funcionalidad del nervio -ciático, en este caso- ha sido mayor.
El proyecto cuenta con neurofisiólogos para evaluar esa recuperación funcional de las lesiones nerviosas, y una vez completado se tratará de probar en humanos, para lo que dependen de las correspondientes autorizaciones de la Agencia Española del Medicamento.
Labrador ha recordado que son ellos los que tienen que pasar de un modelo experimental animal a un ensayo clínico, aunque es una opción que la Agencia Española ya está valorando, y que se concretará a medio plazo ante los buenos resultados que está teniendo esta investigación.
El Hospital Universitario de Burgos sería una buena opción para desarrollar ese ensayo clínico, no solo por la capacidad de su Unidad de Investigación, sino porque cuenta con el centro de referencia en reconstrucción de mano catastrófica y con especialistas de referencia nacional que se dedican a la reconstrucción quirúrgica en la que se puede aplicar esta terapia.
La Unidad de Investigación del HUBU inicia al año 200 nuevos estudios en las áreas de salud de Burgos y Soria, de los cuales, más del 75 % tienen como investigador principal a un profesional del centro hospitalario burgalés, ha apuntado Labrador.
Además, se generan alrededor de 250 publicaciones científicas en revistas de impacto y, en los últimos diez años, los diez años en los que ha estado en marcha el nuevo hospital universitario, el factor de impacto se ha multiplicado por siete, evidencia de la calidad de los proyectos.
20 junio 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Investigadores de la Universidad de Rochester, Estados Unidos, descubrieron que tecnologías portátiles ubicuas, como relojes inteligentes, podrían ayudar a comprender mejor los trastornos neurológicos progresivos como la enfermedad de Parkinson y hallar nuevas terapias.
Esta investigación se suma a la creciente evidencia de que los dispositivos de consumo fáciles de usar y ampliamente utilizados, en este caso un Apple Watch emparejado con un iPhone, pueden detectar cambios en los síntomas de Parkinson a lo largo del tiempo en individuos en las primeras etapas de la enfermedad, publicó la revista NPJ Parkinson’s Disease.
El estudio muestra que los datos generados por relojes y teléfonos inteligentes pueden monitorizar y detectar cambios en múltiples dominios de la enfermedad, lo que podría ayudar a evaluar la eficacia de futuras terapias.
Las herramientas tradicionales empleadas para rastrear la enfermedad suelen ser subjetivas y recopilan información de forma episódica durante las visitas clínicas.
Como resultado, estas herramientas no retratan adecuadamente la experiencia cotidiana de las personas con Parkinson, limitaciones que han contribuido a la lentitud de las nuevas terapias.
Por el contrario, los relojes y teléfonos inteligentes pueden controlar pasivamente muchos de los síntomas de la enfermedad, como la marcha y los temblores.
Se puede recopilar información adicional mediante tareas como tocar con los dedos y grabar voz para medir los síntomas relacionados con el habla.
Los autores demostraron recientemente que los dispositivos podían detectar diferencias entre individuos con Parkinson temprano, no tratado y controles de la misma edad.
En el nuevo estudio, llamado WATCH-PD, los investigadores siguieron a participantes con Parkinson en etapa temprana durante 12 meses.
Los datos recopilados por los dispositivos mostraron que los participantes con Parkinson experimentaron disminuciones significativas en las medidas de la marcha, un aumento en el temblor y cambios modestos en el habla.
El reloj inteligente pudo detectar disminuciones en el movimiento del brazo, una característica clínica común de la enfermedad, y la actividad en forma de número de pasos diarios.
La progresión de los síntomas en los individuos del estudio fue consistente con otros estudios a largo plazo de la enfermedad.
15 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
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Investigadores estadounidenses identificaron un trastorno del desarrollo neurológico causado por mutaciones en un solo gen, anomalía que afecta a decenas de miles de personas en todo el mundo, publica hoy una revista especializada.
El nuevo estudio vincula los cambios genéticos en un gen no codificante llamado RNU4-2 con trastornos del desarrollo neurológico, lo que mejorará los servicios de diagnóstico clínico, resalta el artículo difundido en Nature Medicine.
Conocer las huellas genéticas de los trastornos del desarrollo neurológico supone un gran paso para su abordaje terapéutico y preventivo, destacan los autores, de la Escuela de Medicina Icahn del Mont Sinai, en Nueva York, Estados Unidos.
Se trata de una serie de mutaciones raras del gen RNU4-2 que pueden ser un factor que contribuya a una mayor proporción de casos de discapacidad intelectual diagnosticados clínicamente que cualquier otro gen no relacionado con el sexo identificado hasta ahora.
Los científicos en su estudio realizaron un análisis de asociación genética que emplea datos de secuenciación del genoma completo de 77 539 participantes inscritos en el Proyecto 100 000 Genomas, una gran base de datos genética creada para ayudar a los investigadores a identificar mutaciones responsables de enfermedades con causas desconocidas.
El descubrimiento es significativo porque hallan que una de las causas genéticas más comunes de tales trastornos está en un solo gen, explican los investigadores.
Este desorden pasa a ocupar el segundo lugar después del síndrome de Rett entre los pacientes secuenciados por el Servicio de Medicina Genómica del Reino Unido. Destacan que estas mutaciones suelen ser espontáneas y no hereditarias, lo que da información importante sobre la naturaleza de la enfermedad, subrayan.
03 junio 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Un simple análisis de sangre podría permitir a los médicos determinar si una persona puede tener un mayor riesgo de sufrir un accidente cerebrovascular o deterioro cognitivo, trascendió hoy.
Publicado en la revista Stroke y a cargo de expertos de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA) en Estados Unidos, la indagación refiere que medir las concentraciones de una red de moléculas inflamatorias en la sangre podría permitir a los médicos calcular una puntuación de riesgo de susceptibilidad a la enfermedad de los pequeños vasos cerebrales.
«Al calcular las concentraciones de esta red de moléculas inflamatorias en la sangre de pacientes que no han tenido un evento cerebrovascular, los doctores pueden evaluar cuantitativamente el riesgo de una persona de sufrir enfermedad cerebral de vasos pequeños y futuro accidente cerebrovascular», detallaron los científicos.
Las conclusiones fueron posibles gracias a que los estudiosos se centraron en una red biológicamente conectada de moléculas inflamatorias conocida como red de interleucina-18 o IL-18, que incluye proteínas y moléculas de señalización utilizadas para combatir diversas infecciones.
Sin embargo, advirtieron, «la concentración de estas moléculas individuales puede fluctuar en respuesta a otras dolencias como la gripe o trastornos autoinmunes, lo que las convierte en predictores poco fiables del riesgo de accidente cerebrovascular a nivel individual».
Dijeron también que su investigación no puede determinar aún si es posible modificar o reducir la puntuación de riesgo de una persona o prevenir un derrame cerebral incluso antes de que ocurra.
06 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia