Imagen: Prensa Latina.El Gobierno de Nicaragua, a través del Ministerio de Salud (Minsa) y en coordinación con otras instituciones estatales, lanzará hoy en el departamento de Masaya la campaña nacional “Sin Diabetes”.

La iniciativa, anunciada por la copresidenta Rosario Murillo en medios de comunicación del poder ciudadano, tiene como objetivo examinar a 2,5 millones de niños, adolescentes y jóvenes de hasta 20 años de edad.

Según la información oficial, la estrategia contempla la realización de pruebas de detección en escuelas, centros técnicos y universidades, con la debida autorización de los padres.

El propósito es identificar de manera temprana la enfermedad en menores y jóvenes, para prevenirla y ofrecer atención oportuna a través de recomendaciones médicas y seguimientos especializados.

De acuerdo con la mandataria, se trata de un trabajo preventivo y de futuro, que permitirá actualizar las bases de datos de salud y conocer con certeza cómo está el país frente a esta enfermedad en la niñez y la juventud.

La campaña no sustituirá la atención que reciben actualmente los pacientes con diabetes, pero sí contribuirá a evitar las graves consecuencias de diagnósticos tardíos y la falta de tratamiento adecuado.

La diabetes constituye una de las principales causas de complicaciones crónicas a nivel global, de ahí la importancia de su detección precoz.

En Nicaragua, el programa se enmarca en los esfuerzos sostenidos por fortalecer la prevención de enfermedades crónicas no transmisibles, a través de controles médicos, jornadas comunitarias y campañas educativas.

La estrategia “Sin Diabetes” busca además sensibilizar a las familias sobre la importancia de estilos de vida saludables, y actividad física como factores claves para reducir riesgos.

Con esta cruzada, el Gobierno Sandinista reafirma su compromiso con la salud preventiva, la atención gratuita y la promoción del bienestar integral de las nuevas generaciones.

01 octubre 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia

sueño dormirLa calidad del sueño y algunos hábitos de vida saludable como comer fruta y verdura o hacer deporte, constituyen beneficios psicológicos en los jóvenes, asegura una investigación publicada hoy en la revista Plos One.

Científicos de la Universidad de Otago, en Nueva Zelanda, demostraron que estos hábitos son independientes y acumulativos, por lo que su adopción escalonada podría aumentar el bienestar psicológico.

Esta generación de jóvenes se enfrenta a tensiones únicas como el estrés financiero, presiones educativas y otros factores sociales que pueden reducir la felicidad, advirtió el líder de la investigación y profesor en la Universidad neozelandesa, Tamlin Conner.

Por ello, comprender cuáles son los desencadenantes conductuales que mejoran dicho confort emocional puede ayudarlos no solo a sobrevivir, sino a prosperar durante esta etapa tan difícil de sus vidas, señaló.

Para los autores, aunque el estudio no demuestre ningún vínculo causal entre estos hábitos y la salud mental, los resultados puedan ser de ayuda para mejorar la calidad de vida de estos adultos.

Investigaciones anteriores vinculaban los hábitos de vida con una mejora en el estado de salud. Sin embargo, la evidencia de que también influía en la mente era muy reducida.

Por aquel entonces, los estudios solían describir siempre enfermedades mentales y obviaban cómo el comportamiento humano podría interactuar con nuestra psicología.

La evidencia de que los hábitos saludables también influyen en nuestra psicología era muy reducida

Para abordar este enfoque, el equipo científico comparó tres hábitos saludables –el sueño, la alimentación y la actividad física– con el bienestar emocional que generaba su implementación en adultos entre 17 y 25 años.

Usaron datos de una encuesta de más de mil personas de países anglosajones, otra investigación cualitativa de 13 días en la que pidieron a los participantes que llevaran un diario; y finalmente, un estudio de ocho días para monitorizar la actividad física.

Los resultados demostraron que todas estas rutinas se asociaban a sensaciones de plenitud, aunque el sueño prevalecía sobre todas las demás. Comer frutas y verduras o hacer deporte, por otro lado, se asociaron a un mayor confort psicológico en tiempo real. Aumentar la ingesta de alimentos basados en plantas podría mitigar los efectos de una mala noche de sueño, sugirieron.

28 agosto 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia

agosto 29, 2025 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Bienestar, salud y calidad de vida, Estrés, Pediatría, Psicología, Salud mental | Etiquetas: , , , , |

diabetes glucómetroUna dieta mediterránea hipocalórica con actividad física reduce el riesgo de diabetes, concluye un estudio publicado hoy en Annals of Internal Medicine, que analizó durante seis años a miles de personas en toda España.

La diabetes tipo 2, una enfermedad crónica que deteriora seriamente la salud y la calidad de vida, ha aumentado notablemente su incidencia en los últimos años, en paralelo con la obesidad. Por ello, resulta esencial impulsar estrategias accesibles y sostenibles enfocadas a la prevención.

El estudio PREDIMED (PREvención con DIeta MEDiterránea), que lleva más de dos décadas activo, ya había demostrado que una dieta mediterránea suplementada con aceite de oliva virgen extra o frutos secos reducía la incidencia de diabetes en un 30 por ciento en comparación con una dieta baja en grasas. Sin embargo, esta reducción se observó con una disminución apenas perceptible del peso corporal.

A partir de ese conocimiento, el proyecto planteó una intervención sobre el estilo de vida más intensiva, con el objetivo de evaluar si pudiera aportar beneficios adicionales. Esta estrategia se basa en la pérdida de peso mediante una dieta mediterránea ligeramente hipocalórica —rica en fibra y de bajo índice glucémico— combinada con la promoción de la actividad física y apoyo conductual.

El estudio incluyó a cuatro mil 746 participantes de entre 55 y 75 años con sobrepeso u obesidad y síndrome metabólico y que no padecían enfermedades cardiovasculares ni diabetes al inicio.

Los participantes fueron asignados al azar a uno de los dos siguientes programas: uno enfocado en seguir la dieta mediterránea (sin promocionar actividad física ni perseguir una reducción calórica de la dieta), y otro conductual enfocado a conseguir una pérdida de peso mediante una dieta mediterránea reducida en calorías (con una reducción planificada de 600 kilocalorías diarias) y mayor actividad física.

La nueva estrategia redujo en un 31 % los nuevos casos de diabetes en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio

Tras seis años de seguimiento, se observó que los participantes sin diabetes al inicio asignados al grupo de intervención intensiva (dieta mediterránea y actividad física) mostraron una mayor adhesión a la dieta mediterránea, aumentaron su actividad física, perdieron más peso, y necesitaron menos medicamentos para el control de su glucosa durante el seguimiento una vez diagnosticados de diabetes.

Además, el riesgo absoluto de desarrollar diabetes fue del 12 % (349 casos) en aquellos participantes que siguieron solo la dieta mediterránea, frente al 9,5 % (280 casos) de aquellos asignados a la intervención intensiva. Esta última estrategia redujo en un 31 % los nuevos casos de diabetes en comparación con la dieta mediterránea sin restricción calórica ni recomendaciones de ejercicio.

El equipo de investigación concluye que los alimentos y nutrientes que componen la dieta mediterránea actúan de forma sinérgica a través de diferentes mecanismos implicados en la diabetes tipo 2, como reducir la resistencia a la insulina, la inflamación y el estrés oxidativo.

Estos efectos se ven potenciados por la actividad física y la pérdida de peso. Además, al tratarse de una dieta sabrosa, sostenible y culturalmente aceptada, puede convertirse en una estrategia ideal a largo plazo para la prevención de enfermedades cardiometabólicas, añaden los autores.

28 agosto 2025 | Fuente: Prensa Latina | Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2025. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A. | Noticia

agosto 29, 2025 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Diabetes mellitus, Endocrinología, Enfermedades metabólicas, Medicina física y rehabilitación, Nutrición | Etiquetas: , , |

Imagen: Archivo.La actividad física modifica la microbiota intestinal en personas mayores con obesidad y síndrome metabólico, según ha demostrado un estudio llevado a cabo por investigadores del Instituto de Investigación Biomédica (Ibima Plataforma Bionand) y el Hospital Virgen de la Victoria de Málaga.

Los hallazgos, publicados en la revista Biology of Sport, han concluido que la actividad física regular, combinada con una dieta mediterránea, produce cambios significativos en la microbiota intestinal, lo cual podría tener beneficios en personas mayores con obesidad y síndrome metabólico.

Los resultados destacan el impacto positivo que los cambios en el estilo de vida pueden tener en la salud intestinal y general de la población envejecida.

El estudio, que forma parte del proyecto Predimed-Plus -sobre el impacto del estilo de vida en la prevención de enfermedades cardiovasculares-, incluyó a 297 participantes de los nodos de Málaga y Reus, de entre 55 y 75 años, todos con sobrepeso u obesidad y diagnosticados con síndrome metabólico.

Durante un año, los investigadores monitorizaron la actividad física, la dieta y los cambios en la composición de la microbiota intestinal de los participantes.

Gracias al desarrollo de este estudio, aquellos que aumentaron significativamente su actividad física, mostraron alteraciones positivas en su microbiota, incluido el aumento de bacterias beneficiosas como Sutterella y Lachnospira, y una disminución de Collinsella, asociada a niveles elevados de colesterol LDL.

La primera autora del estudio, Patricia Ruiz Limón, ha señalado que este trabajo pone de manifiesto «cómo la actividad física puede actuar como un modulador clave de la microbiota intestinal», lo que «abre una nueva ventana para comprender mejor su papel en la prevención de enfermedades metabólicas».

«Estos resultados nos permiten avanzar en el diseño de intervenciones más personalizadas para mejorar la salud de las personas mayores», ha afirmado la investigadora.

Por su parte, el director científico de Ibima y jefe de servicio de Endocrinología y Nutrición en el Hospital Virgen de la Victoria, Francisco J. Tinahones, ha agregado que «es muy relevante que en este estudio se haya profundizado más allá de la actividad física, la reducción de peso o la mejora del control glucémico».

«Ahora podemos asociar claramente que el ejercicio físico tiene influencia directa en la microbiota intestinal», ha manifestado Tinahones, que ha incidido en que se trata de «un vínculo que podría ser fundamental a la hora de tratar el síndrome metabólico en personas mayores».

Otra de las coautoras del estudio es la investigadora Isabel Moreno, quien ha apuntado que «este hito marca el camino a seguir de futuros estudios» encaminados a destacar el potencial que tiene el estudio de la microbiota con otros factores como la actividad física para «acercar el análisis de este tipo de bacterias» y dirigirlas hacia terapias «más personalizadas».

02 octubre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: ElDiariodotesEspecialistas de la Universidad de Granada, el Instituto de Investigación Biosanitaria de Granada (IBS Granada) y el Instituto de Investigación Biomédica de Málaga (Ibima) han presentado un estudio que analiza la relación entre la fuerza muscular y la salud mental en adultos mayores cognitivamente sanos.

El trabajo incluye noventa adultos mayores (el 57 % mujeres) y ofrece nuevas perspectivas sobre cómo la condición física puede influir en el bienestar psicológico de las personas mayores, ha informado este martes el Ibima en un comunicado.

El estudio, publicado en la revista International Journal of Clinical and Health Psychology, se centró en evaluar la fuerza muscular a través de varias pruebas, como la fuerza de agarre manual, sentadillas y ejercicios de extensión de codo y rodilla, así como mediante indicadores percibidos como la Escala Internacional de Aptitud Física (IFIS).

Además, se evaluaron diversos aspectos de la salud mental, incluyendo la ansiedad, la depresión, el estrés, la soledad, la satisfacción con la vida, la autoestima y el bienestar emocional.

Una de las investigadoras, María Rodríguez, ha señalado que los resultados «indican que existe una asociación significativa entre la fuerza de agarre y la autoestima, así como entre la fuerza percibida y los síntomas depresivos».

Además, ha incidido en que «los hallazgos en este estudio subrayan la importancia de mantener una buena fuerza muscular no solo para la salud física, sino también para el bienestar mental en la tercera edad».

Otro investigador, Darío Bellón, ha recordado la relevancia de estos resultados para la práctica clínica, ya que «la identificación de la fuerza muscular como un factor modificable puede abrir nuevas vías para la intervención y prevención de problemas de salud mental en adultos mayores, reforzando la necesidad de promover programas de ejercicio físico adaptados a esta población».

Este estudio forma parte del ensayo aleatorizado controlado AGUEDA (Active Gains in brain Using Exercise During Aging).

AGUEDA ha desarrollado una intervención de fuerza muscular de seis meses de duración para examinar si las mejoras en fuerza muscular tras el programa de ejercicio producen mejoras en la salud mental y cognitiva en adultos mayores, e identificar los mecanismos de acción que subyacen a estas mejoras.

24 septiembre 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

Imagen: Cubasi.La falta de ejercicio entre los adultos y sobre todo en los adolescentes es un problema de salud global, pero es que a la hora de hacer ejercicio surgen innumerables tentaciones que tratan de impedirlo. Pero ¿cómo decide nuestro cerebro si hacer ejercicio o no?

Un experimento hecho con ratones ha develado que la decisión está mediada por una sustancia química cerebral llamada orexina y por las neuronas que la producen, un hallazgo que si se traslada a los humanos podría ayudar a desarrollar estrategias para fomentar la actividad física en las personas.

Los resultados del experimento, realizado por investigadores de la ETH de Zúrich (Suiza), son importantes porque, según la Organización Mundial de la Salud, el 80 % de los adolescentes y el 27 % de los adultos no hace suficiente ejercicio, mientras la obesidad crece a un ritmo alarmante en la población.

«A pesar de estos datos, muchas personas consiguen resistirse a las tentaciones constantemente presentes y hacer suficiente ejercicio», afirma Denis Burdakov, catedrático de Neurociencia de la ETH de Zúrich.

Orexina, un mensajero químico

La orexina es una de las más de cien sustancias mensajeras activas en el cerebro, como la serotonina o la dopamina, pero fue descubierta relativamente tarde, hace unos 25 años. Los científicos están aclarando ahora sus funciones.

La dopamina es una sustancia clave para la motivación personal. «Nuestro cerebro libera dopamina tanto cuando comemos como cuando hacemos ejercicio, pero no explica por qué elegimos una cosa en lugar de la otra», dice Burdakov.

Para averiguarlo, el equipo ideó un experimento en el que los ratones podían elegir libremente entre ocho opciones diferentes en pruebas de diez minutos.

Entre ellas había una rueda en la que podían correr y una «barra de batidos» en la que podían disfrutar de un batido estándar con sabor a fresa.

En el experimento, utilizaron dos grupos de ratones: uno con ratones normales y otro a los que se les había bloqueado el sistema de orexina.

Los ratones con un sistema de orexina intacto pasaron el doble de tiempo en la rueda de correr y la mitad en la barra de batidos que los ratones cuyo sistema de orexina había sido bloqueado.

El comportamiento de los dos grupos no difirió en los experimentos en los que los científicos sólo ofrecieron a los ratones la rueda de correr o el batido. «Esto significa que la función principal del sistema de la orexina no es controlar cuánto se mueven los ratones o cuánto comen», afirma Burdakov.

«Más bien, parece fundamental para tomar la decisión entre una y otra, cuando ambas opciones están disponibles». Sin orexina, la decisión se decantaba claramente por el batido, y los ratones renunciaban a hacer ejercicio en favor de comer, aclara el estudio.

Los investigadores de la ETH de Zúrich esperan verificar estos resultados en humanos, dado que las funciones cerebrales implicadas son prácticamente las mismas en ambas especies.

«Si comprendemos cómo arbitra el cerebro entre el consumo de alimentos y la actividad física, podremos desarrollar estrategias más eficaces para hacer frente a la epidemia mundial de obesidad y los trastornos metabólicos relacionados», afirma Daria Peleg-Raibstein, investigadora en la ETH de Zúrich y coautora del estudio.

06 agosto 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2024. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia

agosto 7, 2024 | Carlos Alberto Santamaría González | Filed under: Bioquímica | Etiquetas: , , , |

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