diabetes-mellitus-1Más de la mitad de los casos de diabetes tipo 1 se desarrollan en la edad adulta.

Muchos casos de diabetes tipo 1 que aparece en la edad adulta se diagnostican después de los 30 años, según un estudio

Comentarios

En la población general de más de 1,3 millones de adultos estadounidenses, el 37 % de los pacientes informaron haber sido diagnosticados con diabetes Tipo 1 después de 30 años; los hombres y las minorías raciales o étnicas recibieron el diagnóstico más tarde en comparación con las mujeres y los adultos blancos no hispanos.

Un estudio reciente de pacientes con diabetes tipo 1 (DT1) en los Estados Unidos encontró que una proporción significativa de los diagnósticos de diabetes tipo 1 ocurren en pacientes mayores de 30 años. Los hallazgos, publicados en Annals of Internal Medicine, son consistentes con estudios previos que sugieren que más de la mitad de los casos de diabetes tipo 1 se desarrollan en la edad adulta.

El diagnóstico erróneo es común en los casos de diabetes tipo 1 que aparece en la edad adulta, y aquellos a quienes se les diagnostica erróneamente diabetes tipo 2 (DT2) no reciben la atención adecuada para el manejo de la diabetes tipo 1, anotaron los autores. Las estimaciones basadas en datos emergentes indican que hasta el 62 % de los casos de diabetes tipo 1 se desarrollan en pacientes mayores de 20 años, 2 y el estudio actual tuvo como objetivo proporcionar información sobre la carga de la diabetes tipo 1 de inicio en la edad adulta entre la población general de EE. UU.

«La diabetes tipo 1 generalmente se considera una enfermedad infantil», dijo la autora del estudio, Elizabeth Selvin, PhD, MPH, codirectora del Programa de Capacitación en Epidemiología de Enfermedades Cardiovasculares de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins, en una declaración escrita . «Nuestros resultados sugieren que una porción sustancial de los casos se diagnostican en la edad adulta. La diabetes tipo 1 que aparece en la edad adulta a menudo se presenta con síntomas leves, y puede ser un desafío distinguirla de la diabetes tipo 2 en esos casos».

Selvin y sus colegas de la Escuela de Salud Pública Bloomberg de Johns Hopkins en Baltimore, Maryland, utilizaron datos de la Encuesta Nacional de Entrevistas de Salud (NHIS) para explorar la distribución por edades del diagnóstico de diabetes tipo 1 en los Estados Unidos. Combinaron todos los ciclos de encuestas del NHIS que incluían datos de subtipos de diabetes (2016, 2017, 2019, 2020, 2021 y 2022), que abarcaban aproximadamente 1,3 millones de adultos estadounidenses.

Las entrevistas del NHIS recopilaron datos sobre la demografía y la información médica de los pacientes, y los pacientes con diabetes informaron sobre el tipo de diabetes, el uso de insulina y su edad en el momento del diagnóstico de diabetes. El estudio incluyó a personas de al menos 18 años de edad que informaron haber sido diagnosticadas con diabetes tipo 1 y que actualmente usaban insulina.

De la población general, se identificaron 947 personas con diabetes tipo 1. Se estimó la edad media en el momento del diagnóstico y los porcentajes de pacientes diagnosticados después de 20, 30 y 40 años, y se realizaron análisis de la población general, así como de las características demográficas y clínicas. En general, la edad media al momento de completar el NHIS era de 49 años, el 48 % de la población eran mujeres y el 73% eran personas blancas no hispanas.

En la población general, el 37 % de los pacientes informaron haber sido diagnosticados con diabetes Tipo 1 después de 30 años. Si bien la distribución de la edad en el momento del diagnóstico de diabetes tipo 1 alcanzó su punto máximo alrededor de los 15 años y en general fue más joven, la edad media en el momento del diagnóstico fue de 24 (RIQ, 12-40) años.

Los hombres fueron diagnosticados a una edad media de 27 años, mientras que la edad media de diagnóstico entre las mujeres fue de 22 años. Entre las minorías raciales o étnicas, la edad promedio en el momento del diagnóstico osciló entre 26 y 30 años, frente a 21 años entre los adultos blancos no hispanos. Los hombres y las minorías raciales o étnicas también tuvieron tasas más altas de diagnóstico después de los 30 años y edades medias de diagnóstico más altas.

“De acuerdo con nuestros hallazgos, estudios anteriores sugieren que más de la mitad de los casos de diabetes tipo 1 se desarrollan en adultos. Ampliamos la investigación existente caracterizando la edad en el momento del diagnóstico en una muestra representativa a nivel nacional y documentando la variación entre raza/etnia y características clínicas”, escribieron los autores.

Señalaron que la mejor manera de identificar a los adultos que tienen un alto riesgo de diabetes tipo 1 no está clara y que los marcadores tradicionales como el índice de masa corporal ahora son menos útiles porque la obesidad se ha vuelto común en la población con diabetes tipo 1. Por lo tanto, nuevas herramientas de estratificación del riesgo podrían resultar útiles para el diagnóstico de diabetes Tipo 1.

Según Selvin, los factores que impulsan las diferencias en la edad promedio en el momento del diagnóstico entre hombres y mujeres y entre grupos raciales/étnicos aún no se han dilucidado.

«No está totalmente claro por qué los grupos minoritarios raciales y étnicos tienden a ser diagnosticados más tarde. Puede ser que esto refleje disparidades en el acceso a la atención, incluido el acceso a especialistas como endocrinólogos y clínicas especializadas en diabetes», afirmó Selvin. «El hallazgo de que las mujeres tienden a ser diagnosticadas más tarde en comparación con los hombres se ha demostrado en estudios anteriores. Este es un hallazgo importante. Desafortunadamente, no teníamos datos disponibles para profundizar en por qué estas disparidades podrían estar presentes».

El estudio estuvo limitado en su dependencia de datos autoinformados, lo que puede llevar a una clasificación errónea del tipo de diabetes y la edad en el momento del diagnóstico de diabetes. Si bien no se recopiló información sobre las medidas de diagnóstico, los autores señalaron que la definición de diabetes tipo 1 utilizada en el estudio ha sido validada externamente en otros estudios. El análisis también puede subestimar la proporción de diagnósticos de diabetes Tipo 1 en la infancia porque todos los participantes tenían al menos 18 años de edad en el momento de la encuesta.

Aun así, Selvin y sus colegas concluyeron que sigue siendo necesario mejorar la precisión del diagnóstico en la diabetes Tipo 1 de inicio en la edad adulta. «Nuestros hallazgos son consistentes con las directrices de la Asociación Estadounidense de Diabetes que recomiendan realizar un seguimiento con pruebas de autoanticuerpos cuando hay sospecha clínica de diabetes tipo 1″, afirmó Selvin. «Nuestros resultados también sugieren que pueden ser necesarias más pruebas de autoanticuerpos en la práctica general en adultos para ayudar a distinguir la diabetes tipo 1 y tipo 2″.

Referencia

Fang M, Wang D, Echouffo-Tcheugui JB, Selvin E, Lees S.  Age at Diagnosis in U.S. Adults with Type 1 Diabetes. Ann Intern Med[Internet]. doi:10.7326/M23-1707.

24 octubre 2023| Fuente: IntraMed| Tomado de Noticias médicas

octubre 24, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Diabetes Mellitus Tipo 1, Endocrinología | Etiquetas: , |

glucosa en sangre1El control estricto de la glucosa no aportó beneficios.

Antecedentes

Los ensayos controlados aleatorios han demostrado tanto los beneficios como los daños del control estricto de la glucosa en sangre en pacientes en la unidad de cuidados intensivos (UCI). La variación en el uso de nutrición parenteral temprana y en la hipoglucemia grave inducida por insulina podría explicar esta inconsistencia.

Métodos

Asignamos aleatoriamente a los pacientes, al ingresar en la UCI, a un control liberal de la glucosa (insulina iniciada sólo cuando el nivel de glucosa en sangre era >215 mg por decilitro [>11,9 mmol por litro]) o a un control estricto de la glucosa (nivel de glucosa en sangre objetivo con el uso del algoritmo LOGIC-Insulin de 80 a 110 mg por decilitro [4,4 a 6,1 mmol por litro]);

La nutrición parenteral se suspendió en ambos grupos durante 1 semana. La adherencia al protocolo se determinó según métricas de glucosa.

El resultado primario fue el tiempo que se necesitó la atención en la UCI, calculado sobre la base del tiempo hasta el alta viva de la UCI, teniendo en cuenta la muerte como un riesgo competitivo; la mortalidad a los 90 días fue el resultado de seguridad.

Resultados

De 9230 pacientes que se sometieron a aleatorización, 4622 fueron asignados a un control liberal de la glucosa y 4608 a un control estricto de la glucosa.

La mediana del nivel de glucosa en sangre por la mañana fue de 140 mg por decilitro (rango intercuartil, 122 a 161) con un control liberal de la glucosa y de 107 mg por decilitro (rango intercuartil, 98 a 117) con un control estricto de la glucosa.

Se produjo hipoglucemia grave en 31 pacientes (0,7 %) en el grupo de control liberal y 47 pacientes (1,0 %) en el grupo de control estricto.

El tiempo que se necesitó atención en la UCI fue similar en los dos grupos (índice de riesgo para un alta temprana con vida con un control estricto de la glucosa, 1,00; intervalo de confianza del 95 %, 0,96 a 1,04; P = 0,94).

La mortalidad a los 90 días también fue similar (10,1 % con control liberal de la glucosa y 10,5 % con control estricto de la glucosa, P = 0,51).

Conclusiones

En pacientes críticamente enfermos que no recibían nutrición parenteral temprana, el control estricto de la glucosa no afectó la duración de la atención en la UCI ni la mortalidad.

Referencia

Gunst J, Debaveye Y, Güiza F, Dubois J, De Bruyn A, Dauwe D, et al. Tight Blood-Glucose Control without Early Parenteral Nutrition in the ICU. N Engl J Med[Internet]. 2023[citado 7 oct 2023]; 389:1180-1190. DOI: 10.1056/NEJMoa2304855

9 octubre 2023|Fuente: IntraMed| Tomado de Sección artículos

Metformina-En-El-Embarazo-696x696HAMBURGO, DEU. Iniciar el tratamiento con metformina en el momento del diagnóstico de diabetes gestacional se asoció con un mejor control glucémico y una reducción del aumento de peso gestacional, según los resultados de un ensayo aleatorizado controlado con placebo.[1]

En general, el desenlace primario del ensayo, una combinación de la indicación de insulina o un nivel de glucosa en ayunas ≥5,1 mmol/l (92 mg/dl) en las semanas 32 o 38 de gestación, no difirió entre las mujeres con diabetes gestacional asignadas al azar a placebo o metformina. Sin embargo, aquellas que tomaban metformina tenían significativamente menos probabilidades de necesitar insulina y tenían niveles de glucosa en sangre en ayunas significativamente más bajos en las semanas 32 y 38.

«Con un desenlace compuesto es más difícil encontrar un resultado positivo… Entonces, aunque el objetivo primario compuesto no fue positivo, los componentes del desenlace primario, que son clínicamente significativos, fueron positivos», dijo a Medscape Noticias Médicas la autora principal del estudio, Dra. Fidelma Dunne, Ph. D., endocrinóloga y profesora.

No hubo diferencias en la morbilidad materna o neonatal, pero hubo un aumento no significativo en ser pequeño para la edad gestacional, un hallazgo que se ha observado en algunos, pero no en todos los estudios previos sobre el uso de metformina en la diabetes gestacional.

La Dra. Dunne presentó los hallazgos el 3 de octubre en el Congreso Anual de la European Association for the Study of Diabetes (EASD) de 2023, y se publicaron simultáneamente en Journal of the American Medical Association.[1]

Las recomendaciones actuales del National Institute for Health and Care Excellence del Reino Unido indican que la metformina es una terapia de primera línea adecuada para la diabetes gestacional. Sin embargo, ni la American Diabetes Association ni la Society of Maternal-Fetal Medicine lo creen así, particularmente en el caso de embarazos con hipertensión o preeclampsia o en personas que corren riesgo de sufrir restricción del crecimiento intrauterino.

«La diabetes gestacional está alcanzando proporciones epidémicas y, por supuesto, la gran mayoría de estas mujeres se encuentran en países de ingresos bajos y medios donde la insulina podría no estar disponible, o el almacenamiento podría no permitir su uso eficaz. Si tenemos un fármaco que para la mayoría de las mujeres es seguro y eficaz, eso en verdad puede ayudar a muchas mujeres en esas regiones», afirmó la Dra. Dunne.

Además, anotó, «las mujeres con diabetes gestacional están midiendo su nivel de azúcar con pinchazos en el dedo de cuatro a siete veces al día y les pedimos que se administren insulina de una a cuatro veces al día. Entonces, si se puede aliviar algo de ese dolor relacionado con el tratamiento de su condición es un beneficio también para ellas».

Cuando se solicitaron sus comentarios, la Dra. Katrien Benhalima, Ph. D., del University Hospital Gasthuisberg, en Leuven, Bélgica, dijo a Medscape Noticias Médicas: «Creo que es un estudio interesante porque investigaron algo novedoso, iniciar inmediatamente metformina o placebo. Normalmente lo que hacemos es que una vez que recibimos el diagnóstico, las tratamos con medidas de estilo de vida y, si eso es insuficiente, comenzamos con el tratamiento médico. Así que este es un enfoque novedoso».

ambién estuvo de acuerdo con la Dra. Dunne en que la falta de significancia para el desenlace primario «no es por una cuestión de poder, sino porque es un resultado compuesto. Si se analizan los resultados individuales, como se puede esperar, las mujeres que tomaron metformina tuvieron menos necesidad de tratamiento con insulina».

Pero la Dra. Benhalima agregó que el estudio aún deja abierta la cuestión del tamaño pequeño para la edad gestacional. «No fue significativo, pero todavía es algo que nos preocupa en el sentido de que sentimos que necesitamos más datos, especialmente a largo plazo para la salud de los lactantes… Realmente necesitas seguirlos durante diez años o más para ver un efecto».

Por ahora, la Dra. Benhalima externó que no usaría metformina como tratamiento de primera línea para la diabetes gestacional. «Normalmente, si los cambios en el estilo de vida no son suficientes, comenzaremos con la insulina… Otra cuestión es ¿por qué ofrecer a todo el mundo tratamiento médico cuando los resultados del embarazo se pueden lograr solo con el estilo de vida?».

Por otra parte, añadió, «por supuesto, la metformina es más fácil que una inyección. La satisfacción con el tratamiento mejora y el costo es menor».

El desenlace primario no fue diferente, pero los hallazgos del estudio apuntan hacia el beneficio de la metformina

El ensayo doble enmascarado controlado con placebo se realizó en dos sitios de Irlanda, con 510 personas (535 embarazos con diabetes gestacional) inscritas entre junio de 2017 y septiembre de 2022. Además de la atención habitual, fueron asignadas aleatoriamente 1:1 a cualquiera de los dos grupos de placebo o metformina (máximo 2.500 mg) en el momento del diagnóstico de diabetes gestacional y continuaron hasta el parto.

El desenlace primario, una combinación de inicio de insulina o una glucosa en ayunas ≥5,1 mmol/L en las semanas 32 o 38 de gestación no difirió significativamente entre los dos grupos, con un risk ratio (RR) de 0,89 (p = 0,13).

La indicación de la insulina se produjo en 38,4% de los grupos de metformina y en 51,1% de los de placebo (RR: 0,75, p = 0,004). La cantidad de insulina requerida en la última evaluación antes del parto no difirió entre los dos grupos (p = 0,17).

La glucosa media en ayunas fue significativamente menor con metformina frente a placebo en la semana gestacional 32 (4,9 frente a 5,0 mmol/L; p = 0,03) y en la semana gestacional 38 (4,5 frente a 4,7 mmol/L; p < 0,001).

En promedio, los del grupo de metformina ganaron menos peso entre la aleatorización y el parto (0,8 kg frente a 2,0 kg; p = 0,003).

La semana de gestación en el momento del parto no difirió entre los grupos, ambos con 39,1 semanas, ni tampoco los partos prematuros antes de las 37 semanas de gestación (9,2% metformina frente a 6,5% placebo; p = 0,33) ni ninguna otra complicación relacionada con el embarazo.

Más participantes en el grupo de metformina respondieron que elegirían el fármaco en comparación con el placebo (76,2% frente a 67,1%, p = 0,04).

El peso medio al nacer fue menor en el grupo de metformina en comparación con el de placebo, 3.393 g frente a 3.506 g (p = 0,005), con menos pesos >4.000 g (7,6% frente a 14,8%; p = 0,02) o tallas grandes para la edad gestacional, es decir, por encima del percentil 90 (6,5% frente a 14,9%; p = 0,003).

Las proporciones de descendientes pequeños para la edad gestacional (menos del percentil 10) fueron de 5,7% en el grupo de metformina frente a 2,7% con placebo (p = 0,13).

No hubo otras diferencias significativas en las variables neonatales.

La Dra. Dunne comentó a Medscape Noticias Médicas que su grupo recibió recientemente financiación para el seguimiento a largo plazo de los hijos pequeños para la edad gestacional. «Como han señalado otros artículos, si hay algún indicio de crecimiento pequeño para la edad gestacional, es realmente importante dar seguimiento. Así que ahora estamos comenzando nuestro seguimiento longitudinal de la madre y los lactantes para ver si el reducido número que eran pequeños para la edad gestacional sí tendrán un aumento en el índice de masa corporal y el peso en su niñez y adolescencia».

El ensayo fue financiado por Health Review Board (HRB) de Irlanda, coordinado por HRB-Clinical Research Facility Galway y patrocinado por la University of Galway, Irlanda. Merck Healthcare KGaA, Darmstadt, Alemania (que opera como Merck Serono en Estados Unidos) proporcionó metformina y un placebo equivalente, y Ascensia proporcionó tiras de control de glucosa en sangre.

Este contenido fue publicado originalmente en Medscape.

Dunne F, Newman C, Alvarez-Iglesias A, Ferguson J, Smyth A, Brownw M, et al. Early Metformin in Gestational Diabetes: A Randomized Clinical Trial. JAMA[Internet]. 2023[citado 6 oct 2023]. doi: 10.1001/jama.2023.19869. PMID: 37786390.      https://pubmed.ncbi.nlm.nih.gov/37786390/

7 octubre 2023| Fuente: Medscape|Tomado de | Noticias y Perspectivas | Medscape Noticias Médicas

octubre 7, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Endocrinología, Ginecología y Obstetricia | Etiquetas: , , , |

insulina1Los ingenieros del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts) han creado un modelo computacional que predice cómo responderá el cuerpo humano a diferentes versiones de “insulina sensible a la glucosa” (GRI). El objetivo es poder diseñar GRI novedosos y obtener mejores predicciones sobre si un GRI en particular funcionaría en humanos antes de lanzar un ensayo clínico de alto coste.

Esta insulina “inteligente” circularía por el cuerpo de forma pasiva y entraría en acción sólo cuando sea necesario. Así, se podría inyectar con menos frecuencia y ayudaría al cuerpo a mantener niveles normales de azúcar en sangre durante períodos de tiempo más prolongados. Cristina Tejera, médico especialista en Endocrinología y Nutrición y miembro del Área de Diabetes de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), afirma que estas insulinas serían una copia casi perfecta de la insulina endógena que se produce a nivel pancreático. “Disponer de ellas va a suponer un punto de inflexión en el tratamiento de la diabetes que precise insulina. Estos pacientes mejorarán el control glucémico, se disminuirán las complicaciones e incrementarán su calidad de vida”.

En el estudio, publicado en ACS Pharmacology and Translation, el equipo del MIT utilizó el modelo para analizar los resultados de un ensayo clínico de GRI que se suspendió porque el fármaco mostró poco efecto en humanos. Su análisis encontró que el fármaco, que había funcionado bien en estudios con animales, actuaba de manera diferente en el cuerpo humano debido a diferencias en el comportamiento de un receptor de azúcar que ayuda a controlar la acción del fármaco.

Un proceso complejo

Tejera indica que estas insulinas ya llevan un largo recorrido, pero el paso de los resultados obtenidos in vitro a los datos en práctica clínica real está siendo complicado. “Es necesario evaluar su seguridad, la dosis necesaria en cada persona y posibles efectos secundarios”, resalta.

Así, establece algunos de los obstáculos que deben superar este tipo de insulinas. Entre ellos, destaca el detectar la glucemia de forma selectiva y que sus componentes no den lugar a efectos secundarios o algún otro tipo de toxicidad. Además, incide en que tienen que ser capaces de responder en el rango de glucemia fisiológico o bien a un rango de glucemia de seguridad previamente preestablecido. Además, deben actuar de forma reactiva, rápida y reversible a los cambios de la glucemia, de forma que solo trabaje cuando la glucemia está por encima de rango.

El caso de MK-2640

En los últimos años, diferentes compañías farmacéuticas han estado trabajando en el desarrollo de GRI. En 2016, uno llamado MK-2640 llegó a ensayo clínico de fase I porque había mostrado resultados prometedores en estudios preclínicos realizados en animales. Sin embargo, cuando se probó en humanos, mostró un “efecto realmente mediocre”, indica Michael Strano, autor principal del nuevo estudio.

MK-2640 fue diseñado con un nuevo mecanismo de respuesta a la glucosa conocido como aclaramiento competitivo. La insulina está diseñada para unirse a receptores celulares que normalmente se unen a un azúcar llamado manosa. Cuando los niveles de azúcar en sangre son bajos, las moléculas de GRI se unen a estos receptores y se eliminan del cuerpo. Sin embargo, cuando el nivel de azúcar en la sangre aumenta, el GRI no puede unirse a los receptores y permanece en el torrente sanguíneo, donde ayuda a reducir los niveles de azúcar.

Modelar computacionalmente el sistema glucorregulador

Casi al mismo tiempo, el laboratorio de Strano estaba desarrollando una forma de modelar computacionalmente el sistema glucorregulador de humanos y otros animales. El modelo constaba de un conjunto de ecuaciones que describen cómo se comportan la glucosa y la insulina en diferentes compartimentos del cuerpo humano, como los vasos sanguíneos, los músculos y el tejido adiposo. Esto les permite predecir los niveles de glucosa en sangre en órganos como el hígado, el estómago y el cerebro, para una variedad de especies, incluidos los humanos.

“Este es un modelo muy detallado y tiene parámetros que se han ajustado con una gran cantidad de datos clínicos y de animales, por lo que es capaz de recrear fielmente experimentos que los investigadores realizan tanto en humanos como en animales”, sostiene Strano.

Por ejemplo, el modelo se puede utilizar para predecir cómo cambiarán los niveles de azúcar en sangre después de una comida o qué sucederá si se infunde glucosa en el cuerpo, en función de la cantidad de insulina disponible.

Strano y su equipo de estudiantes decidieron ver si su modelo computacional podía revelar por qué el fármaco MK-2640 no funcionó como se esperaba. Así, los investigadores encontraron que las diferencias entre especies en la capacidad de eliminación del receptor de manosa explicaban el débil desempeño del GRI en ensayos en humanos. Debido a esa diferencia, los niveles de GRI no cambiaron significativamente en humanos en comparación con los de los animales.

El modelo también mostró que, si la versión humana del receptor de manosa estuviera sintonizada para funcionar de manera similar a la de los animales, el fármaco probablemente habría funcionado mucho mejor en los ensayos clínicos.

Diseñando mejores medicamentos

El laboratorio de Strano también está trabajando en otra versión del modelo que incorporaría los efectos del glucagón, una hormona que aumenta el azúcar en sangre y puede prevenir una hipoglucemia potencialmente mortal. Los investigadores han teorizado que tratar a estos pacientes con una combinación de insulina y glucagón podría ofrecer un mejor control de los niveles de azúcar en sangre que la insulina sola.

El enfoque general de diseñar fármacos que respondan a condiciones internas del cuerpo también podría ser beneficioso para tratar una amplia variedad de otras enfermedades. “Esto podría conducir a una nueva generación de fármacos que no sólo circulen pasivamente dentro del cuerpo y esperen a actuar, sino que estén sintonizados para alcanzar un determinado criterio de valoración terapéutico y regular su potencia en consecuencia”, afirma Strano.

Las personas con diabetes en España se han incrementado en un 42 por ciento desde 2019. Unas cifras que se ven reflejadas en los casi seis millones de personas que padecen diabetes en nuestro país y que, en 2025, podrían llegar a ser nueve millones. Según Farmaindustria, el tratamiento de la diabetes y sus complicaciones asociadas generan un gasto global de 760.000 millones de euros. En la actualidad, hay más de 470 nuevos medicamentos en fase de investigación, tanto para el tratamiento de la enfermedad como de sus complicaciones. Por ello, la llegada de este tipo de insulinas “inteligentes” a los pacientes podría ser toda una revolución.

Referencia

Fan Yang J, Yang S, Gong X, Bakh NA, Zhang G, Wang AB, et al.  In Silico Investigation of the Clinical Translatability of Competitive Clearance Glucose-Responsive Insulins. ACS Pharmacol Transl Sci[Internet]. 2023[citado 4 oct 2023]; XXXX, XXX, XXX-XXX. https://doi.org/10.1021/acsptsci.3c00095

5 octubre 2023 | Fuente:  Gaceta Médica| Tomado de Investigación

DiabetesInvestigadores británicos explican que no se ha tenido en cuenta el efecto de la pérdida de sangre menstrual al fijar el objetivo, y proponen reducirlo en 2 mmol/mol.

El umbral de hemoglobina glicosilada (HbA1c) para el diagnóstico de la diabetes tipo 2 debería reducirse en mujeres menores de 50 años en favor de su salud a largo plazo. Es la conclusión a la que llegan investigadores de varios hospitales y universidades de Reino Unido que presentarán los resultados de su estudio en la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes (EASD), que se celebra en Hamburgo (Alemania) entre el 2 y el 6 de octubre, y se publicarán en la revista Diabetes Therapy.

Pese a que la edad media de diagnóstico de la diabetes tipo 2 en las mujeres es más alta que en los hombres, la tasa de mortalidad asociada a la enfermedad es más alta sin que se conozcan las causas subyacentes.

El equipo de Adrian Heald, del Hospital Salford Royal (Reino Unido), explica que la menstruación obliga a replantarse este objetivo. Debido al reemplazo de hemoglobina por la pérdida de sangre menstrual, y la consecuente supervivencia más breve de los eritrocitos, la exposición de la hemoglobina a la glucosa es más corta en comparación con las personas que no menstrúan.

Para su estudio los autores recabaron los resultados de las pruebas de HbA1c de siete laboratorios de Reino Unido. En un primer análisis en una cohorte procedente de un laboratorio con datos de 146.907 personas, evaluaron las diferencias de sexo y edad en personas que tuvieron un resultado de HbA1c igual o inferior a 50 mmol/mol. Replicaron el proceso en una segunda cohorte, con los datos de seis laboratorios sobre 938.678 personas.

Metformina, ¿primera línea en diabetes tipo 2?

Luz verde a tirzepatida, el fármaco para diabetes y obesidad más potente hasta la fecha uno de cada tres diabéticos tipo 2 tiene enfermedad cardiovascular asintomática

En menores de 50 años, el valor de HbA1c medio fue de 1,6 mmol/mol menor en las mujeres que en los hombres, mientras que la diferencia en personas de 50 años o más fue menos pronunciada. En menores de 50 años, para que las mujeres presentaran el mismo valor de HbA1c tenían que ser hasta diez años mayores que los varones. Así, con el umbral de 48 mmol/mol, se diagnostica a un 50 % menos de mujeres que hombres entre los menores de 50 años, mientras que a partir de esa edad, el porcentaje de diferencia se reduce al 20 %.

Nuevo objetivo

Los autores evaluaron los efectos de reducir en un 4,2% el umbral de HbA1c para el diagnóstico de diabetes en mujeres menores de 50 años y situarlo en 46 mmol/mol en lugar de 48 mmol/mol. Calcularon que recortar en 2 mmol/mol este límite aumentarían en casi 35.000 los nuevos diagnósticos en mujeres menores de 50 años Inglaterra y Gales, frente a las 208 000 diagnosticadas actualmente. El diagnóstico más temprano permitiría iniciar cambios en su estilo de vida y tratamiento y mejorar sus resultados en salud en el corto y largo plazo.

Según comprenden, el infradiagnóstico de la diabetes tipo 2 en mujeres premenopáusicas como consecuencia de establecer el mismo umbral de hemoglobina glicosilada en ambos sexos contribuye a la diferencia del 64% en la tasa de mortalidad entre mujeres y hombres con diabetes mellitus con edades comprendidas entre 16 y 50 años.

Advierten además de la interrelación entre diabetes y enfermedad cardiovascular aterosclerótica, cuya presencia se duplica en los pacientes con diabetes. Para las mujeres, el peso de la diabetes como factor de riesgo cardiovascular es más importante que en los hombres ya que, entre los 35 y los 59 años, su riesgo relativo de muerte cardiovascular es mayor. Además, mientras que para los hombres se estima que la diabetes recorta en 4,5 años su esperanza de vida, en el caso de las mujeres lo hace en 5,3 años.

Por otra parte hay que tener en cuenta que las mujeres con diabetes están menos y peor tratadas que los hombres frente a la enfermedad cardiovascular, ya que se ha comprobado que reciben menos medicamentos preventivos como estatinas, aspirina y betabloqueantes.

«Es posible que sea necesario reevaluar el punto de corte de la HbA1c para el diagnóstico de diabetes mellitus en mujeres menores de 50 años. La identificación temprana tiene el potencial de mejorar los resultados de salud de las mujeres a largo plazo», escriben los autores.

Reconocen que «la logística para cambiar el límite diagnóstico de HbA1c en este grupo de mujeres puede ser un desafío». En este sentido, proponen que las mujeres con valores de 46 o 77 nmol/mol se sometan a pruebas adiciones de glucosa plasmática en ayunas o tolerancia a la glucosa oral. «Cualquier categorización basada en la HbA1c es siempre una aproximación, pero si el tratamiento dirigido a los factores de riesgo cardiovascular mejora la calidad y la esperanza de vida, la reclasificación habrá valido la pena».

«Gran implicación práctica»

Cristóbal Morales, experto de la Sociedad Española de Diabetes (SED) y endocrinólogo en los hospitales Virgen Macarena y Vithas Sevilla, destaca que el interés del estudio por «su gran implicación práctica». El especialista indica que «igual que en otras patologías, el abordaje por género de la diabetes es totalmente necesario por las diferencias biológicas».

«Estos datos nos obligan a cambiar las guías para el abordaje de estas personas jóvenes, a las que quedan muchos años de vida, para hacer un diagnóstico temprano y hacer un buen control de la diabetes desde el inicio, que es clave para luego evitar esas complicaciones», comprende Morales.

La realidad, afirma, es que «cuando se hace un diagnóstico de diabetes en mujeres menores de 50 años, tienen muchas más complicaciones. Es problema también social, complejo, multifactorial». En este sentido bajar el umbral del diagnóstico, permitiría «un diagnóstico precoz, para poder instaurar un tratamiento precoz, intensivo y preventivo y evitar esas complicaciones macro y microvasculares de la temida diabetes tipo 2″.

Referencia

Holland D, Fryer AA, Stedman M, Hanna F, Duff Ch, Green L, et al. Is the Current Cut Point for Glycated Haemoglobin (HbA1c) Correct for Diagnosing Diabetes Mellitus in Premenopausal Women? Evidence to Inform Discussion. Diabetes Ther[Internet]. 2023. https://doi.org/10.1007/s13300-023-01482-6

3 0ctubre 2023 |Fuente: Diario Médico| Tomado de Endocrinología 

 

Debe de estar registrado en el sitio 

pérdida del apetitoLas hormonas y los metabolitos secretados después de practicar una actividad física actúan como un mecanismo conjunto para suprimir el hambre.

La compleja relación existente entre la actividad física y el equilibrio energético (la ingesta de alimentos versus el gasto calórico) se erige aún como un reto para la ciencia, fundamentalmente frente a los crecientes índices de sobrepeso y obesidad que se registran en el mundo. Algunos medicamentos disponibles en el mercado para el combate contra la obesidad funcionan de manera análoga a las hormonas relacionadas con el control del apetito. En tal sentido, un camino ha venido cobrando relevancia en el área: la comprensión de los procesos ligados a los metabolitos (los productos del metabolismo de las células) en el control del hambre y de la saciedad.

Y es precisamente una posible combinación de mecanismos similares a las funciones hormonales con las de los metabolitos lo que los investigadores Henver Simionato Brunetta, de la Universidad de Campinas (Unicamp), en Brasil, y Jens Lund, de la Universidad de Copenhague, en Dinamarca, señalan como prometedora con la mira puesta en avanzar al respecto de los tratamientos actualmente disponibles. En un editorial publicado en The Journal of Physiology, ambos científicos analizan un estudio aleatorizado dado a conocer en esa misma edición.

En la referida investigación, se analizó la interacción metabólica entre los hidratos de carbono y los ejercicios, y su papel en la regulación aguda del apetito. Encabezado por el profesor James Frampton, del Imperial College de Londres, dicho estudio apuntó dos metabolitos –el acetato y el succinato– como potenciales mediadores del apetito inducido por el ejercicio físico y de las respuestas de la ingestión de energía.

“El punto más interesante de este trabajo −lo que los investigadores observaron− es el que indica que el ejercicio en forma aguda suprime el hambre. Pero solamente el perfil hormonal no es suficiente como para explicar este efecto. Por eso los científicos efectuaron una evaluación de los metabolitos alterados por el ejercicio y por otras condiciones alimentarias, y notaron que algunos de estos, como el acetato y el succinato, actúan como predictores de la saciedad. De alguna manera, los metabolitos están regulando el hambre y la saciedad, aunque todavía no sabemos exactamente cómo lo hacen”, le explica Simionato Brunetta a Agência FAPESP.

En el estudio cruzado aleatorizado, el grupo de Frampton reclutó a 12 participantes de sexo masculino con edades entre los 18 y los 40 años entre los meses de febrero de 2019 y 2020; las mujeres quedaron excluidas a causa de la influencia del ciclo menstrual sobre el apetito. Los participantes realizaron 30 minutos de ejercicios, ya sea en ayunas o tras haber ingerido carbohidratos. Luego de ello, se les ofreció a los participantes un refrigerio que permitió evaluar la ingesta calórica y las sensaciones subjetivas de apetito, aparte de los metabolitos y las hormonas mediante análisis de sangre.

Se descubrió que tanto los hidratos de carbono como los ejercicios elevaron los niveles de GLP-1 (la hormona reductora del hambre) y disminuyeron los de grelina (la hormona que aumenta el hambre). Sin embargo, los metabolitos parecían responder mejor al ejercicio que a la ingestión de hidratos de carbono al producir un conjunto hormonas/metabolitos con potencial para suprimir el apetito, pese al aumento del gasto energético inducido por el ejercicio.

La obesidad está relacionada con la elevación del riesgo de padecer otras enfermedades, tales como las cardíacas, la diabetes y la hipertensión arterial. Para el año 2030 se estima que la misma afectará a 1.000 millones de personas en el mundo, de acuerdo con los datos del Atlas Mundial de la Obesidad de la organización internacional World Obesity Federation. La estimación en Brasil apunta que afectará a alrededor del 30 % de las personas adultas.

Una línea de estudio

Simionato Brunetta lleva adelante actualmente su posdoctorado con el apoyo de la FAPESP (19/21852-1 y 22/00358-1), y forma parte del equipo de Marcelo Mori, docente del Instituto de Biología de la Unicamp. El equipo de Mori fue el primero que demostró –en julio de 2020– que el SARS-CoV-2 poseía la capacidad de infectar a las células de grasa humanas y que sugirió que el tejido adiposo haría las veces de reservorio del virus (lea más en: agencia.fapesp.br/40255).

El científico paulista trabaja desde hace años en investigaciones referentes a la obesidad y al metabolismo. Desde el año 2019, ha venido enfocándose en los factores que secreta el tejido adiposo, tanto hormonas como otras sustancias, entre ellas los metabolitos. “Como el trabajo del equipo de Frampton apuntaba a entender de qué manera controlan el metabolismo las sustancias secretadas, va claramente al encuentro de lo que hago yo. Hoy en día sabemos que los órganos liberan muchas más sustancias que las hormonas. Y estas sustancias son sumamente activas”, añade.

El tejido adiposo, al que inicialmente se consideraba como un reservorio energético, está reconocido ahora como un importante órgano endócrino. Su función de comunicación con otros órganos transcurre mediante la secreción de hormonas denominadas adipocinas y de micro-ARN (mi-ARN). Simionato Brunetta firma también otro artículo científico, aún en versión preprint (sin revisión por pares), en el cual se aborda la adaptación bioenergética adecuada del tejido adiposo marrón.

Referencia

Brunetta HS, Lund J. Chasing the hunger-suppressive signals of human exercise. The Journal of hysiology[Internet].2023[citado 2 oct 2023]; 601( 16): 3439-3686. http://doi.org/10.1113/JP285096open_in_new

2 octubre 2023  |Fuente: Dicyt| Tomado de Ciencias  Sociales

octubre 2, 2023 | gleidishurtado | Filed under: Endocrinología, Obesidad, Pérdida de Peso | Etiquetas: , , |

  • Noticias por fecha

    abril 2024
    L M X J V S D
    « mar    
    1234567
    891011121314
    15161718192021
    22232425262728
    2930  
  • Noticias anteriores a 2010

    Noticias anteriores a enero de 2010

  • Suscripción AL Día

  • Categorias

    open all | close all
  • Palabras Clave

  • Administración