may
9
Alrededor del 20 % de las personas mayores de 65 años en Japón sufrirán demencia para 2060, advirtió hoy el gobierno, y subrayó la necesidad de fortalecer las medidas preventivas en medio del envejecimiento poblacional.
La proporción de 1 de cada 5,6 personas en ese grupo de edad significa que un total de 6,45 millones de personas sufrirán demencia en los próximos 35 años, una reducción de los 8,50 millones estimados en el estudio anterior de 2015, que refleja cambios en el estilo de vida, como una mejor dieta y dejar de fumar, detalló el ministerio nipón de salud.
Se espera que el gobierno finalice en otoño medidas para apoyar a las personas con demencia y a sus familias. En enero pasado entró en vigor una nueva ley para brindar un mejor apoyo a las personas con esta afección asociada con una capacidad cognitiva deteriorada, y promover su participación social.
Se prevé que el número total de casos aumente a 5,23 millones para 2030 y a 5,84 millones para 2040, cuando se espera que la población de personas de 65 años o más en el país alcance su punto máximo.
08 mayo 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de |Noticia
abr
27
La mortalidad por la enfermedad de ALzheimer y otras demencias se ha duplicado en los últimos 15 años, según un encuentro organizado por la Confederación Española del Alzheimer y otras Demencias (Ceafa) que estima la supervivencia media tras un diagnostico de demencia en fase avanzada entre 1,1 y 8,5 años.
En la jornada, el portavoz del grupo de trabajo de neurología de la sociedad de médicos de Atención Primaria (Semergen), Enrique Arrieta, ha subrayado que lo más importante no es el tiempo de vida que le queda al paciente con demencia sino que tenga la mayor calidad de vida posible, libre de dolor, de fatiga, de angustia y de agresividad, y que sus necesidades estén cubiertas de forma adecuada.
Según datos avanzados en la jornada, en España las muertes por Alzheimer y demencia representan el 8,5 % del total anual. Más de 21 000 fallecimientos por demencia y 15 000 por Alzheimer.
De hecho la mortalidad por demencia ocupa en España el cuarto lugar, detrás de las enfermedades isquémicas de corazón, enfermedad cerebrovascular y cáncer de bronquios y pulmón.
Mientras, el Alzheimer se sitúa en séptimo lugar. Por delante están los fallecimientos por insuficiencia cardíaca y por enfermedad crónica de las vías respiratorias inferiores.
En fase de demencia avanzada, las neumonías, los cuadros febriles e infecciones y los problemas de alimentación son los problemas más frecuentes, y están asociados a una elevada tasa de mortalidad a los seis meses.
También las alteraciones del sueño son habituales, pero los expertos piden que se eviten las benzodiacepinas que generan confusión y se utilicen medidas no farmacológicas con rutinas de luz y ejercicio si es posible.
El dolor es tan frecuente como en personas sin demencia y también la depresión si bien es difícil diferenciar los síntomas depresivos del deterioro cognitivo.
Los objetivos asistenciales que se plantean desde el grupo de trabajo en neurología de Semergen dependen de la fase en que esté la demencia: si está en fase leve el propósito es prolongar la vida; en fase moderada se trataría de mantener las funciones y la autonomía y en caso de fase avanzada, maximizar el bienestar.
Respecto a la atención a la demencia en fase avanzada y los cuidados paliativos, desde esta sociedad se ha valorado que se centren en el paciente y la familia. «Los paliativos ni acortan ni alargan el proceso de morir lo que pretenden es que la fase final de la enfermedad se desarrolle con la menor complicación posible».
Los cuidados paliativos deben introducirse de forma precoz tras el diagnóstico y deberá prolongarse según progresa la enfermedad e integrar aspectos psicosociales y espirituales.
En la jornada se ha concluido que ante pacientes con descompensación aguda es fundamental la planificación anticipada de decisiones con profesionales sociosanitarios y de acuerdo con el cuidador principal.
25 abril 2024|Fuente: EFE |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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Ace Alzheimer Center Barcelona remarca la importancia de contar con hábitos de lectura para estimular y preservar la función cognitiva y prevenir así el Alzheimer y otras formas de demencia ya que la lectura no solo es un placer para la mente, sino que se trata de una de las actividades más beneficiosas para la salud, pues estimula la actividad cerebral y fortalece las conexiones neuronales.
En concreto, la lectura ayuda a ejercitar la concentración, la atención, la memoria y la capacidad de visualización, actuando, así como un escudo protector contra el deterioro cognitivo.
Por esta razón, es muy importante fomentar este hábito desde pequeños y mantenerlo a lo largo de toda la vida. Y es que, más allá de preservar nuestras habilidades cognitivas, la lectura también reduce el estrés, que da origen a dolencias neurológicas como las cefaleas, y permite desarrollar buenas rutinas de higiene del sueño cuando se practica antes de dormir.
El cerebro necesita mantenerse activo para mejorar sus funciones e incrementar la rapidez de respuesta. Por esto, una de las mayores aportaciones que brinda la lectura es que ayuda a incrementar nuestra reserva cognitiva, un concepto clave en este contexto, que explica cómo el cerebro puede compensar y tolerar mejor los cambios ocasionados por determinadas patologías, permitiendo que las personas mantengan sus habilidades cognitivas a pesar de los cambios en el cerebro asociados con la edad o enfermedades neurodegenerativas.
Además de la lectura, el nivel educacional, estilo de vida y las actividades de ocio son otros de los factores que incrementan esta reserva y que proporcionan una mayor protección contra el deterioro cognitivo. Contar con un hábito de lectura frecuente durante más de cinco años y poseer al menos estudios primarios completos, ayuda a una protección más significativa ante este tipo de patologías.
Por último, cabe destacar la importancia de la lectura no solo para prevenir el Alzheimer sino también para tratarlo y mejorar la calidad de vida de las personas que ya lo padecen. En concreto, les ayuda en el trabajo del lenguaje y la memoria y contribuye significativamente a conservar las funciones cognitivas.
Para ello, la responsable de la Unidad de Atención Diurna de Ace Alzheimer Center Barcelona, Amèrica Morera, aconseja fomentar el hábito de leer en voz alta con los pacientes y resalta que «es importante adaptar las lecturas a las necesidades e intereses de cada paciente para conseguir que esta actividad les resulte atractiva e incluso les permita recordar aspectos o emociones vitales».
18 abril 2024|Fuente: Europa Press |Tomado de |Noticia
abr
18
Un estudio realizado en Noruega determinó que cuanto más una persona use su cerebro en el trabajo existen menos probabilidades de tener problemas de memoria y pensamiento en el futuro, publicó hoy la revista Neurology.
«Examinamos las demandas de varios trabajos y descubrimos que la estimulación cognitiva en el trabajo durante diferentes etapas de la vida (los 30, 40, 50 y 60 años) estaba relacionada con un riesgo reducido de deterioro cognitivo leve después de los 70 años», explicó Trine Holt Edwin, del Hospital Universitario de Oslo.
Nuestros hallazgos resaltan el valor de tener un trabajo que requiere un pensamiento más complejo como una forma de posiblemente mantener la memoria y el pensamiento en la vejez, subrayó la autora del estudio.
La investigación abarcó a 7 000 personas y 305 ocupaciones, y midió el grado de estimulación cognitiva que experimentaron los participantes mientras trabajaban.
En este contexto, midieron el grado de tareas manuales rutinarias, que demandan velocidad, control sobre el equipo y, a menudo, implican movimientos repetitivos, típicos del trabajo en una fábrica.
Las cognitivas rutinarias, que exigen precisión y exactitud en tareas repetitivas, como la contabilidad y el archivo.
Las analíticas no rutinarias, que se refieren a actividades que implican analizar, participar en el pensamiento creativo e interpretar información para otros.
También las tareas interpersonales no rutinarias, referidas a establecer y mantener relaciones personales, motivar a otros y entrenar.
Los expertos dividieron a los participantes en cuatro grupos según el grado de estimulación cognitiva que experimentaron en sus labores.
El trabajo más común para el grupo con mayores demandas cognitivas era la docencia, en tanto las ocupaciones con menores demandas cognitivas fueron los carteros y conserjes.
Después de los 70 años, los participantes completaron pruebas de memoria y pensamiento para evaluar si tenían un deterioro cognitivo leve.
De aquellos con menores exigencias cognitivas, al 42 por ciento se les diagnosticó deterioro cognitivo leve, mientras solo fue del 27 por ciento en las personas con mayores exigencias cognitivas.
«Estos resultados indican que tanto la educación como el trabajo que desafíe su cerebro durante su carrera desempeñan un papel crucial en la reducción del riesgo de deterioro cognitivo en el futuro», dijo Edwin.
17 abril 2024|Fuente: Prensa Latina |Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2023. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.|Noticia
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28
Una nueva investigación realizada en ratones ofrece información sobre lo que sucede a nivel molecular que podría provocar que las personas con diabetes desarrollen la enfermedad de Alzheimer. Narendra Kumar, profesor asociado de la Universidad Texas A&M en College Station (Estados Unidos) dirige el estudio.
Creemos que la diabetes y la enfermedad de Alzheimer están fuertemente vinculadas», matiza Kumar, «y al tomar medidas preventivas o de mejora de la diabetes, podemos prevenir o al menos ralentizar significativamente la progresión de los síntomas de la demencia en la enfermedad de Alzheimer». Kumar presentará la nueva investigación en Discover BMB, la reunión anual de la Sociedad Estadounidense de Bioquímica y Biología Molecular, que se llevará a cabo del 23 al 26 de marzo en San Antonio.
El estudio se suma a un creciente cuerpo de investigación sobre los vínculos entre la diabetes tipo 2 y la enfermedad de Alzheimer, que algunos científicos han llamado «diabetes tipo 3″. Los hallazgos sugieren que debería ser posible reducir el riesgo de Alzheimer manteniendo la diabetes bien controlada o evitándola en primer lugar, según los investigadores.
Se sabe que la dieta influye en el desarrollo de la diabetes, así como en la gravedad de sus efectos sobre la salud. Para descubrir cómo la dieta podría influir en el desarrollo del Alzheimer en personas con diabetes, los investigadores rastrearon cómo una proteína particular del intestino influye en el cerebro.
De esta forma, los investigadores descubrieron que una dieta rica en grasas suprime la expresión de la proteína, llamada Jak3, y que los ratones sin esta proteína experimentaron una cascada de inflamación que comenzó en el intestino, pasó por el hígado y llegó al cerebro. Al final, los ratones mostraron signos de síntomas similares al Alzheimer en el cerebro, incluido un beta-amiloide de ratón sobreexpresado y tau hiperfosforilada, así como evidencia de deterioro cognitivo. «Como el hígado es el metabolizador de todo lo que comemos, creemos que el camino desde el intestino hasta el cerebro pasa por el hígado», incide Kumar.
Su laboratorio ha estado estudiando las funciones de Jak3 durante mucho tiempo, añadió, y ahora saben que el impacto de los alimentos en los cambios en la expresión de Jak3 conduce al intestino permeable.
Esto, a su vez, produce inflamación crónica de bajo grado, diabetes, disminución de la capacidad del cerebro para eliminar sustancias tóxicas y síntomas similares a los de la demencia que se observan en la enfermedad de Alzheimer.
según Kumar, es que puede ser posible detener esta vía inflamatoria llevando una dieta saludable y controlando el azúcar en la sangre lo antes posible. En particular, las personas con prediabetes (que incluyen aproximadamente 98 millones de adultos estadounidenses) podrían beneficiarse de la adopción de cambios en el estilo de vida para revertir la prediabetes, prevenir la progresión a diabetes tipo 2 y potencialmente reducir el riesgo de Alzheimer.
26 marzo 2024| Fuente: IMMédico| Tomado de | Noticia
mar
26
Las enfermedades del sistema nervioso como los accidentes cerebrovasculares, las migrañas y la demencia, superaron a las cardiopatías y se convirtieron en la principal causa de mala salud en todo el mundo, afirma un estudio. Dirigida por el Instituto de Métrica y Evaluación Sanitarias (IHME) de Estados Unidos, la investigación plantea que en 2021 más de tres mil 400 millones de personas, el 43 por ciento de la población mundial, sufrió una afección neurológica.
La autora principal del estudio, Jaimie Steinmetz, precisó que los resultados mostraron que las afecciones del sistema nervioso son ahora la principal causa mundial de carga global de morbilidad.
Tales afecciones se dispararon un 59 por ciento en los últimos 30 años, y su incremento es generado por el envejecimiento y rápido crecimiento de la población mundial, aseguró. Los investigadores analizaron cómo afectaban 37 enfermedades neurológicas diferentes a la mala salud, la discapacidad y la muerte prematura en 204 países y territories entre 1990 y 2021.
De acuerdo con esos datos, se calcula que en 2021 se perdieron en todo el mundo más de 443 millones de años de vida sana por trastornos del sistema nervioso, lo que supone un aumento del 18 por ciento respecto a 1990. También se demostró que el ictus, antes considerada una enfermedad cardiaca, fue con diferencia la peor afección neurológica analizada, con 160 millones de años de vida sana perdidos.
A continuación, se situaron la encefalopatía neonatal, la migraña, la demencia (incluida la enfermedad de Alzheimer), las lesiones nerviosas derivadas de la diabetes, la meningitis y la epilepsia. El principal motivo de que las afecciones del sistema nervioso superaran a las cardiovasculares en el último análisis fue un reciente cambio de clasificación de la Organización Mundial de la Salud que trasladó Al ictus a la categoría neurológica, explicó Steinmetz.
La investigación también arrojó que más de 11 millones de personas fallecieron en 2021 a causa de 37 enfermedades neurológicas, aunque las cardiovasculares seguían siendo la principal causa de muerte, con 19,8 millones en todo el mundo en 2022.
La carga neurológica mundial está creciendo muy rápidamente y ejercerá aún más presión sobre los sistemas sanitarios en las próximas décadas’, advirtió Valeri Féigin, coautor del estudio.
Washington, 23 marzo 2024|Fuente: Prensa Latina| Tomado de la Selección Temática sobre Medicina de Prensa Latina. Copyright 2019. Agencia Informativa Latinoamericana Prensa Latina S.A.